13
Peter había desnudado a Liam y había comenzado a prepararle con cuidado, a sabiendas de que ya había pasado un tiempo desde la primera vez que lo habían hecho y no quería lastimar a Liam.
Se tomó su tiempo, moviendo sus dedos en su interior, rozando su próstata y masturbándole mientras observaba con deleite las expresiones del menor, el cual se retorcía debajo de él a causa de las sensaciones que el mayor le estaba provocando.
Liam no podía evitarlo, por alguna razón cuando se encontraba en esas situaciones con Peter su cuerpo le traicionaba. Se sentía como un animal en celo, capáz de cualquier cosa con tal de conseguir el tan deseado desahogo que, en ese momento, creía necesitar más que nunca en su vida.
Peter lo notaba, y lo sentía, pero sabía que lo que estaba sintiendo el beta era mucho más fuerte. Los betas aceptados, como lo había sido Liam, tenían un instinto fuerte por complacer a sus alfas. O eso quería pensar Peter que era lo que ocurría, porque sino, no encontraba razón por la que Liam reaccionara así a su toque.
No estaba haciendo nada del otro mundo, solo le preparaba y acariciaba con su mano libre, pero el chico parecía estar en el séptimo cielo solo con aquello.
Ya deseaba verle cuando estuviera dentro de él.
— Esta vez lo haremos de frente –Murmuró mientras quitaba sus dedos.— Quiero verte bien mientras lo hacemos.
Liam había emitido un sonido de disconformidad en cuanto los dedos del mayor le abandonaron. Aunque se quedó quieto, mirándole espectante, a sabiendas de lo que vendría luego.
Bajo la atenta mirada del beta, de su beta, Peter se embadurnó el miembro en lubricante. Pero en lugar de comenzar con el acto sexual, se echó boca arriba en la cama.
Liam le miró extrañado, ladeando la cabeza. Mientras que Peter le miró con lascivia y sonrió.
El rubio se colocó encima de él y, con cuidado, comenzó a sentarse encima del falo del mayor. Sujetándose de los hombros del mayor y clavando allí las uñas mientras el otro le penetraba.
Ambos se quedaron quietos por un par de minutos, pero luego Peter movió su pelvis hacia arriba y se hundió más en Liam, haciéndole jadear.
— Muévete, pequeño –Le pidió con una voz que, por un momento, sonó suplicante.
Liam subió un poco y luego se dejó caer, repitió el movimiento varias veces hasta encontrar un ritmo que hizo que Peter se aferrara a sus caderas con fuerza y comenzara a acompañarle con los movimientos.
— Bien hecho, Liam –Le elogió.— Eres muy bueno en esto, perfecto para mí. Solo para mí.
El beta soltó un fuerte gemido cuando la mano de su alfa se cerró contra su miembro, haciéndole tensarse alrededor del falo de Peter.
De repente, Liam se quedó quieto y echó la cabeza hacia atrás, sintiendo como algo se agrandaba en su interior.
— ¿Sientes eso, Liam? –Le preguntó masturbándole más rápido.— Ese es mi nudo ¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas cómo se sintió la primera vez?
— Si~ –Gimió el menor mientras comenzaba a moverse de nuevo.— Si, maldita sea, se siente genial.
— Pues voy a volver a anudarte y, esta vez, me voy a asegurar de que mi olor se quede en ti por mucho tiempo más.
Liam ronroneó ante la promesa candente del otro, ronroneo que enloqueció a Peter. El cual no soportaba no tener el control de la situación.
Afianzándose a las caderas de su beta, Peter rodó sobre sí mismo y dio vuelta la situación. Dejando a Liam debajo de él y comenzando a moverse a un ritmo castigador.
Chocaba contra la próstata del chico mientras le masturbaba, no le daba ni la más mínima tregua.
Un grito de placer murió en los labios de Liam cuando Peter le besó con fiereza, hundiéndose en él mientras apretaba el naciente nudo en el pene del adolescente.
— Muéstrame el cuello –Gruñó con una voz muy grave.
Liam abrió los ojos y observó los del mayor. Rojos como la sangre y nublados por el placer, sintió los suyos volverse de un color ambas y eso pareció gustarle al alfa.
El rubio hizo lo dicho, ladeó la cabeza y dejó su cuello al descubierto, no pasaron ni dos segundos antes de que Peter hundiera el rostro allí.
Comenzó a marcar una zona particular, la cual Liam no entendía por qué tanta fijación en ella. Pero si notó cuando los dientes del alfa abrieron su piel.
Jadeó por el dolor, aunque este se le olvidó rápidamente cuando el bombeo contra su miembro se hizo más brusco al igual que las embestidas.
Los oídos del alfa zumbaron cuando Liam gimió su nombre mientras se corría entre ellos, manchando los abdomenes de ambos. Continuó embistiendo mientras las paredes del menor se apretaban alrededor de su falo y sintió como el nudo crecía más antes de correrse y volver a llenar al beta con su semilla.
Separó la boca de donde había mordido y observó mientras la herida se cerraba. Detuvo el bombeo en el miembro de Liam mientras él mantenía los ojos cerrados, jadeado en un intento por normalizar su respiración.
Teniendo cuidad de no desgarrarle con el nudo, Peter acercó a Liam a su cuerpo y los volvió a girar a ambos. Dejando al chico encima.
El rubio escondió el rostro en su cuello y gimió cuando otra descarga le llenó, provocándole a él mismo otra.
Peter acarició su espalda mientras esperaban a que el nudo se deshiciera. Trazando círculos con las yemas de los dedos en la nívea piel del menor, sintiendo como temblaba a causa de las descargas de semen que acababan manchando sus abdómenes.
— Esto se está volviendo muy anticlimático –Murmuró Peter riendo.— Voy a poner un aire acondicionado en el cuarto.
— Me agrada la idea –Asintió Liam.— ¿Cuánto dura el nudo?
— No lo sé –Admitió.— Calculo que, mínimo, veinte minutos. Tendremos que esperar para saber.
— Odio esperar.
— Yo también.
El cansancio causado por el sexo les ganó y ambos acabaron durmiédose antes de que los nudos se fueran.
NOTA DE LA AUTORA:
Segundo momento zukhulemtho de la historia, espero que les guste mis queridos pervertidos.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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