12
Liam corría por el bosque con la ventaja de conocer el lugar como a la palma de su mano. Aunque que los que le perseguían fueran más ágiles y ligeros emparejaba las cosas.
En cuanto sintió a aquellos tres muy cerca de él, se echó al suelo en posición fetal, consiguiendo que los que le atacaban no consiguieran frenar y siguieran de largo. Liam volvió a levantarse y cambió la dirección de hacia donde corría, si conseguía llegar a donde el bosque se conectaba con el centro de Beacon Hills, tendría una oportunidad de perderles.
Tenía la carretera a pocos metros cuando uno de ellos le tacleó, haciéndole chocar contra un árbol. Rugió con furia y se lo quitó de encima, volviendo a correr.
Un auto casi le arrolla cuando cruzó la calle corriendo. Pero eso no le detuvo.
Creyó perderlos, pero no por eso dejó de correr. Continuó hasta llegar a un estacionamiento y se detuvo para voltear. Grave error.
La chica que le perseguía se le lanzó encima en cuanto se volteó a verla, haciéndole caer al suelo y golpearse la nuca. Dejándole desorientado.
Mientras intentaba centrar su vista, aquella chica se agachó hasta su cintura y clavó sus dientes sobre el hueso de su cadera. Haciéndole aullar de dolor.
Liam la empujó lejos y le sujetó la herida, sintiendo como la parte inferior de su cuerpo se entumecía de repente, como si se le durmiera medio cuerpo.
La chica se puso de pie y escupió la sangre que le había quitado al morderle.
— La sangre de lobo es asquerosa ¿Verdad, cariño? –Se quejó uno de los hombres, los cuales se acercaban caminando tranquilamente.— Pero tranquila, ahora nos encargamos nosotros.
Ambos hombres se acercaron sonrientes e intentaron cogerle por el cuello, pero Liam intentó defenderse dándoles puñetazos.
— Este es de los que forcejean –Les advirtió la chica riendo.
— Uy, que miedo –Se burló uno de ellos fingiendo temblar.
— Ciertamente estoy aterrado –Agregó el otro para luego soltar una carcajada.
— Deberían estarlo.
Aquella fue una voz que Liam ya conocía, y sonrió al escucharla. Mientras que sus tres atacantes temblaron.
Cuando los dos sujetos se quitaron de en frente para voltear, puedo ver a Peter de pie a pocos metros de donde se encontraba.
— Aléjense de él –Gruñó el alfa, haciendo que sus ojos brillaran rojos.
Al ver que no hacían caso, Peter soltó un fuerte rugido, con el cual incluso Liam tembló. Los tres desconocidos salieron corriendo despavoridos en cuanto el Hale acabó de rugir y amagó con lanzarseles encima.
— ¡Eso, corran bastardos! –Gritó riendo.— ¡Y no quiero volver a ver sus horribles caras!
Caminando despreocupado, se acercó a Liam con una media sonrisa.
— ¿No te vas a levantar? –Preguntó al verle aún en el suelo.
— No puedo.
La sonrisa de Peter se convirtió en un gesto de preocupación y desconcierto al notar que el chico no movía las piernas. Al ver la confusión en el rostro del mayor, movió la camiseta para dejar al descubierto la mordida.
— Diablos –Gruñó Peter al ver las pequeñas líneas negras alrededor de los agujeros de colmillos.— Malditas sanguijuelas chupa sangre.
El alfa se agachó junto al menor y le cogió en brazos.
— Tienes suerte de que estemos cerca de mi departamento –Gruñó.— ¿Qué hubiera pasado si yo no llegaba? Tienes que tener más cuidado.
— Esto no era mi plan para pasar la noche –Refunfuñó.— Estaba en un bar calle abajo con unos amigos y esos tres idiotas me siguieron.
— ¿Qué hacías en un bar? –Preguntó alzando una ceja.— ¿Y con quién estabas?
— Unos amigos.
— ¿Quiénes?
— No los conoces.
Peter no dijo nada más y continuó caminando hasta que llegaron a su departamento. Liam se sintió mal por el hecho de que el mayor tuviera que subirlo por las escaleras.
Con mucho esfuerzo, Peter consiguió abrir la puerta para entrar y cerrarla detrás de ellos para luego sentarle en el sofá.
— Quítate la camiseta –Dijo con un tono serio.
— ¿Por qué?
— Tenemos que quitarte el veneno.
— ¿¡Veneno!? –Liam se puso nervioso.
— Si, veneno –Repitió.— Los vampiros segregan un veneno cuando muerden, eso paraliza a la víctima, como las garras de un Kanima.
— ¿Qué es un Kanima?
— ¿Qué Scott no te ha contado nada? –Ante la negación del menor, Peter bufó.— Otro día te explico, ahora quítate la camisa.
Liam hizo lo pedido, dejando su abdomen y la mordida al descubierto.
Peter le hizo quitar las manos de en medio y comenzó a succionar.
El beta jadeó y apretó los dientes al sentir los labios del alfa contra la herida. Fue una pequeña punzada antes de que Peter comenzara trazar circulos con la lengua alrededor de cada marca de colmillo.
Ese fue el proceso para sacar el veneno. Peter lamía y succionaba, saboreando la sangre del chico en su boca, y repetía lo mismo de nuevo.
Lo hizo hasta que Liam pudo sentir sus piernas de nuevo y, además de sus piernas, algo más que se estaba despertando a causa de lo que hacía el alfa.
Peter separó su boca de la cadera de Liam y le miró. El chico estaba sonrojado hasta las orejas y su corazón latía más rápido de lo normal, tambien notó el bulto en sus pantalones que pedía recibir desahogo.
— Vaya que eres fácil de calentar –Dijo con algo de burla.— Aunque supongo que debo encargarme de eso, porque soy un buen alfa ¿O no lo soy?
— Si lo eres –Asintió Liam.
Peter sonrió y se irguió sobre él para besarle. Liam se dejó hacer, disfrutando de los labios de su alfa mientras enredaba sus brazos alrededor del cuello de Peter para profundizar el beso.
— Vamos al cuarto –Murmuró el alfa con la voz cargada de deseo.
Liam se puso de pie casi de un salto en cuanto Peter se le quitó de encima y volvió a besarle con vehemencia.
Con movimientos algo torpes fueron caminando al cuarto, pero sin separar sus bocas por nada que no fuera jadear o gemir el nombre del otro.
En cuanto llegaron al cuarto, Peter le arrancó la camisa que llevaba y le empujó hacia la cama.
— Espero que no hayas hecho planes para mañana –Le avisó mientras se quitaba su camiseta y se colocaba sobre él.— Porque no te voy a dejar salir de esta cama.
Liam se echó hacia adelante y volvió a unir sus bocas, esta vez mordiendo el labio del alfa. Lo cual le encantó a Peter.
— Vas a pagar por eso –Gruñó con lujuria.
— ¿A si? –Liam le sonrió pícaro.— ¿Con qué?
— Con tu perfecto culo.
Nuevamente, unieron sus labios en un beso húmedo, del cual desearían no separarse nunca.
NOTA DE LA AUTORA:
Juejue 7u7 se está poniendo muy interesante la cosa. En el próximo capítulo vemos qué pasa.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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