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Cuando Malia llegó, Liam pudo notar la sorpresa reflejada en el rostro de la chica en cuanto ambos hicieron contacto visual. Aunque esa expresión no duró mucho antes de volver a la impasible y algo seria expresión con la que la coyote siempre andaba.

Liam no iva a admitir que estaba nervioso. Siempre había sido una persona desesperada por caer bien y con Malia eso era difícil, puesto que era casi imposible diferenciar entre si le caías bien o si quería arrancarte la cabeza. Por lo que, mientras comían, intentaba premeditar cada movimiento, comentario y respuesta, sintiéndose algo fuera de lugar al estar con los dos Hale.

No había mucha charla, solo alguna que otra anécdota mientras comían. Por el momento, todo tranquilo.

Aguien llamó a la puerta y Peter tuvo que salir, dejando a los dos adolescentes solos. Liam creyó que se quedarían callados hasta que Peter regresara, o así fue hasta que Malia soltó la bomba.

— Discutí con Scott –Le dijo de repente.— Abandoné su manada.

El rubio casi se ahoga con su propia saliva al oír eso ¿Qué le pasaba a Scott por la cabeza? Parecía que se le había hecho costumbre discutir y echar gente.

— ¿Qué harás ahora?

— Quería preguntarle a Peter si me aceptaría en su manada, pero no sé... –La coyote suspiró.— Creo que me iré y...

— Pregúntale a Peter –Le dijo súbitamente, casi como si fuera una orden.

— ¿Y si no me acepta?

—Cuando vuelva, pregúntale –Repitió con el mismo tono.

En cuanto Peter regresó, Liam se puso de pie, cogió sus cosas y dijo que había olvidado que tenía tareas pendientes. Al pasar junto a Malia, le dio un ligero golpe en el brazo y le hizo una cara que casi gritaba Aprovecha.

El beta salió caminando del departamento ante la extrañada mirada del alfa.

Se apresuró a salir mientras que escuchó a Malia comenzar a titubear sobre lo que quería decirle a su padre. Bajó las escaleras y salió a la calle, tiritando un poco cuando el frío le golpeó de repente.

Se subió el cuello de la chaqueta hasta donde pudo y comenzó a caminar. Esa noche hacía más frío que nunca.

Llegó a su hogar y, por costumbre, gritó Estoy en casa. Recordando entonces que ni su madre ni padrastro estaban allí. Rió ante su propio error y fue a su cuarto, cogiendo el móvil que se había dejado allí y mandándole un mensaje a Mason.

No tengo nada que hacer, estoy aburrido...

Eso fue lo que escribió mientras se tiraba de espaldas a su cama. No pasaron ni cinco minutos antes de que su amigo respondiera.

Ponte ropa bonita, en diez minutos estoy frente a tu casa. Nos vamos de antro.

El rubio sonrió ante el mensaje, Mason parecía tener un GPS con todos los lugares a los que se podía ir de fiesta, sin importar el día que fuese.

(...)

Como había dicho Mason, Corey y él llegaron exactamente 10 minutos después de que le llegara aquél mensaje. Al parecer, Corey había conseguido que sus padres le dejaran usar el auto. Lo que seguramente no se esperaban era que su hijo se fuera con su novio y el amigo de este a un bar gay.

Consiguieron entrar al bar con identificaciones falsas, aunque obviamente el tipo de la puerta sospechó un poco, pero no dijo nada porque le dieron dinero. Liam culpó a la cara de bebé de Corey.

Debido a que Liam tuvo que pagarle al tío de la puerta, Corey invitó las bebidas y, en cuanto fue a pedirlas, la sonrisa inquisidora de Mason le indicó al beta que estaba por ser interrogado.

— Así que... –Mason le miró con una ceja alzada.— ¿Cómo va todo entre tu novio y tú?

Liam casi se ahoga con su propia saliva ante aquello, miró a su amigo como si no supiera de qué le hablaba.

— Tu novio, el tío mayor que ha ido a buscarte a la escuela con su Mustang.

— No es mi novio –Murmuró cohibido.

— ¿Es tu daddy? –Liam abrió mucho los ojos ante aquella pregunta.— ¿Qué? Siempre has sido medio morboso.

— Solo he visto una peli porno –Le recordó.— Solo una.

— ¿Eres gay? –Liam negó.— Entonces la viste por morbo.

El rubio puso los ojos en blanco y observó a la masa de personas bailando frente a donde se encontraban sentados.

— Lo que no entiendo es, si no eres gay y ese tipo no es tu novio ¿Qué diablos haces con él?

— Es mi alfa –Murmuró.— Y tuvimos sexo una vez.

— ¿No que Scott era tu alfa?

— ¿Te digo que tuvimos sexo y te sorprende que te diga que Peter es mi alfa?

— ¿Se llama Peter?

Esta vez, Liam se llevó una mano al rostro y se frotó el puente de la nariz.

— Tienes que ordenar tus prioridades –Le recriminó, pero el moreno solo se encogió de hombros mientras le guiñaba un ojo.

Corey regresó con sus bebidas y, a medida que el alcohol en sangre aumentaba, los tres comenzaron a dejar de lado la dignidad y se fueron a la pista.

Liam acabó bailando con una chica que, a pesar de tener toda la pinta de no estar interesada en él, fue muy maja en dejarse arrastrar por Mason a los brazos del rubio.

Estuvo bailando con ella hasta que notó que, desde una esquina, dos chicos y una chica no le quitaban los ojos de encima. Se alejó un poco y se fue a sentar junto a la barra, pidiéndose un refresco para contrarrestar un poco el alcohol y observando que aquellas tres personas le seguían mirando.

No eran miradas interesadas, sino serias y furtivas. Como si le conocieran y, por alguna razón, le odiaran.

Viendo que Corey y Mason seguían distraídos bailando, decidió que por si acaso era mejor irse sin ellos. Le escribió un mensaje a Mason para que lo viera cuando sacase su móvil y se encaminó a la salida más cercana.

Al llegar a la calle, consiguió caminar dos calles sin ver a ninguna otra persona hasta que uno de aquellos sujetos salió de un callejón y se puso frente a él. Quiso darse media e irse, pero los otros dos estaban allí.

Quiso olerles, no tenían aroma, lo cual indicaba que no eran humanos ni nada que él conociera.

— Nos hemos enterado de que en este territorio hay un alfa verdadero –Dijo el sujeto que se encontraba frente a él.— Nos gustaría hablar con él.

— Pueden ir y buscarle, yo no tengo nada que ver con él –Les dijo intentando mantener la calma.

Sintió una mano femenina en su hombro y, por puro susto, empujó a la dueña de esta lejos, haciéndola caer al agua que se acumulaba junto a la acera.

— Considerate muerto mocoso –Le siseó la chica, mostrándole unos finos colmillos y unos ojos rojos.

La mejor idea que tuvo Liam en el momento fue correr hacia el bosque. Aunque los tres desconocidos le siguieron.

NOTA DE LA AUTORA:

Liam ya se metió en problemas, nuevo record. Denle un premio. Alguien salvelo.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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