EXTRA DOS

🌷 YULISSA 🌷

Por fin hoy es el día en que Marcos y yo unamos nuestras vidas en matrimonio, me siento muy nerviosa y a la vez tan feliz que creo que estoy soñando.

Me miro en el espejo y lo que veo reflejado me gusta mucho, el vestido blanco que traigo puesto me encanta.

—¿Ya estás lista? —interroga Eva por mi tardanza.

—Si.

—¡Oh Yuli! te ves hermosa. Ya me dieron ganas de casarme.

—Si, cariño. Vas a matar al novio antes de casarse.

—Gracias a las dos, y, Eva proponle matrimonio a Andrés y házlo. Se valiente y lánzate al abismo del amor.

—Tal vez lo haga, ahora vámonos que el novio va a pensar que lo dejaste plantado.

Subimos al auto y nos vamos rumbo a la iglesia del pueblo. Óscar será quién me entregué en el altar y Sarah a Marcos porque su madre se negó a venir, eso ya me lo esperaba y para ser sincera, me alivió mucho.

Elly cómo siempre se encargó de todo, la decoración, la comida, el salón para la fiesta, todo es obra de ella con excepción del vestido, ese lo escogí yo con ayuda de Eva y Karina quién se ha hecho muy cercana a nosotras.

Mi embarazo de tres meses no se nota mucho y el vestido ayuda con eso.

En la puerta de la iglesia Óscar me espera , me ayuda a bajar y una vez arreglado todo, toma mi brazo para empezar a caminar hacia dónde se encuentra Marcos esperando por mi. Me veo sonrie en cuanto me ve y yo lo observo de pies a cabeza , se ve guapísimo y mi corazón se acelera de la dicha. Mientras camino a paso lento miro a un lado y ahí está Eva con una bebé en brazos y a Andrés con la otra, son hermosas esas princesas. Dylan y Dixon  a su lado, muy sonrientes como siempre y detrás de ellos Elly, Carlos, Karina, Jacobo, Hanna y Karen. Del otro lado se encuentran  Sarah, Kenneth, Aron y Alissa con mi hijo en brazos, hay también conocidos míos y los que Marcos consiguió aquí.

—Te entrego este precioso tesoro, ¡Más te vale que lo cuides bien!. —Amenazó Óscar al entregarme a Marcos.

—Lo haré. —Asegura Marcos tomando mi mano, le doy una sonrisa y él a mí.

El sacerdote empieza con la ceremonia y pronto llega el momento en que pide los anillos. Mi hermoso hijo ya de un poco más de dos años, camina hacia acá con la canasta que contiene los anillos, Marcos y yo los tomamos, le damos un beso y luego Alissa se lo lleva de regreso. El sacerdote continúo con la ceremonia hasta que por fin hizo la gran pregunta a cada uno y un acepto por parte de ambos se escucha.

—Puede besar a la novia. —Sonrío, creo que la felicidad se ve reflejada en cada parte de mi cuerpo, Marcos se acerca para darme un beso muy suave en mis labios y los aplausos se escuchan.

Apenas termina la ceremonia, salimos de la iglesia hacía la fiesta. El salón está hermoso, Elly en verdad hizo un gran trabajo con la decoración.

Después de un rato Marcos y yo damos nuestro primer baile de esposos y luego lo hacen los demás. Nos divertimos mucho y por fin llega el momento de lanzar el ramo.

Todas las chicas se hacen detrás de mí.

–¿Listas?

—Ya lanza el ramo. —Se queja Hanna.

—A la cuenta de tres. Uno, dos y... tressss. —Entonces lo lanzo. Volteo a ver quién ha sido la afortunada y mi boca se abre al ver a mi amiga con el ramo en sus manos.

—Felicidades amiga, serás la siguiente. —Sonrio y le muestro el ramo a Andrés, quién sonreía también.

—Ves mi amor, ya no te salvas, así que ve alistando tus rodillas. —dice Eva y todos reímos.

Recuerdo entonces que mi ahora esposo me contó hace unos días que Andrés está haciendo el papeleo para que Eva legalmente sea la madre de los niños, muy pronto serán Dylan y Dyxon Miller Charris, me pidió guardar el secreto porque es una sorpresa para ella. Creo que lo hace porque Dyxon desde que supo que tendría hermanitas, empezó a llamarla mamá, ese mismo día Eva me lo contó envuelta en lágrimas. Dyxon le había pedido permiso para llamarla así y por supuesto ella aceptó gustosa. Luego Dylan lo hizo también, aunque él tardó un par de meses en hacerlo. Me siento muy feliz por mi amiga.

Marcos y yo decidimos irnos de luna de miel a las playas de Santa Marta, solo  una semana porque no queríamos dejar a nuestro hijo mucho tiempo solo. Quería llevarlo con nosotros, pero Elly y Óscar insistieron en quedarse con él para que nosotros pudiéramos disfrutar de nuestra luna de miel.

—¿Me permite esta piez señora Grimaldy? —La voz de mi esposo me trae de vuelta.

—Claro que sí señor Collins. —Carcajea, toma mi mano y empezamos a bailar. Mis ojos observan los suyos con amor y felicidad.

—Te amo Marcos, gracias por hacerme feliz.

—Te amo Yulissa Federica.

—Idiota. —Lo golpeo en su hombro y se queja. —Apenas nos casamos y ya estas golpeándome—Sonrie y me da un beso—. Te lo debo amor, y juro que daré lo mejor de mí para hacerte feliz el resto de nuestras vidas. —Beso sus labios y nos unimos en un dulce y cálido beso lleno de amor.

Por fin mi sueño se hizo realidad.

🖌️🖌️KENNETH 🖌️🖌️

Reviso que no falte nada, si. Estamos listos para ir al pueblo, Sarah está muy ansiosa por conocer a su sobrina Elizabeth, anoche recibimos la llamada de Marcos avisando que Yuli había entrado en labor de parto, era algo tarde y me costó mucho convencer a Sarah para que esperara a que amaneciera.

Ahora ya estoy aquí en la mansión recogiéndolos para irnos juntos.

—Corazón, ya vámonos tengo afán. — dice Sarah.

—Si amor, faltan los chicos.

—Aquí estamos ya. —Casi gritan bajando las escaleras.

—¿A dónde van? —pregunta la señora Helena.

—A conocer a tú nieta. ¿No vas a ir Helena? —Reclama Sarah, la mujer le da la espalda y sube las escaleras sin decir nada.

Ahora entiendo a Yuli, esa mujer es todo un caso. Por lo menos conmigo no se ha metido por ahora, pero algo me dice que las cosas cambiarán en cuanto sepa que Sarah y yo viviremos juntos aquí.

Quería que los tres se vinieran conmigo a mi departamento de acá, pero Sarah tiene razón en decir que esta mansión es inmensa y que los chicos crecieron aquí, incluso todos sus recuerdos están en este lugar, ya sean buenos o malos.

Mientras viajamos en el helicóptero, mi mente me lleva al momento en que Sarah y yo nos conocimos en la fiesta de cumpleaños de Yuli. Ese día después de intercambiar miradas, también intercambiamos números. Nos mensajeamos un tiempo hasta que ella me invitó a su casa, no fue una cita, ella me contrató para que le hiciera un retrato familiar.

La verdad, nunca imaginé que ese retrato que le hice me abriría muchas puertas. Al parecer Sarah promocionó mi arte y empecé a recibir muchas llamadas de gente desconocida interesados en mis obras. Tuve que viajar a Bogotá con todas ellas y abrir mi galería por petición de la persona que me patrocinaría.

Al principio no me gustó la idea de mudarme, pero al saber que Sarah estaba aquí me animé y lo hice.

En resumen, vendí muchas de mis obras, Sarah y yo nos hicimos más que amigos. También acabo de recordar nuestra  primera cita.

Kenneth, espero que te portes bien con mamá. —Me apuntó Aron con cara amenazante.

—No te preocupes, la cuidaré y me portaré bien, ya deja de estar prevenido.

—No le hagas caso, Kenneth, Aron es un celoso de mierda, pobre de su futura esposa, y pobre de su futura hija si la tiene. —Me apoyó Alissa.

—Eh, eh, boca señorita. —regañó Sarah mientras baja las escaleras. Sonreí al verla y ella a mí. Me quedé embelesado porque se veía hermosa.

Diviertanse. —Nos gritó Alissa en cuanto cruzamos la enorme puerta.

Después de comer decidimos dar una caminata por el parque de la 93, lo dudé, pero me atreví a tomar su mano y ella apretó la mía en aceptación. Hablamos de nosotros, nuestras vidas y otras cosas, llegó un momento en que ya no pude contener mis deseos y decidí ser directo.

Sarah, me gustas y estoy muriendo por besarte. —Se detuvo y me miró a los ojos.

—También me gustas Kenneth y... Muero porque lo hagas. —Sonreí y sin importar el público que teníamos, pasé mi mano por su nuca atrayéndola hasta mis labios.

Fue un beso muy dulce al principio, pero luego se intensificó, nos detuvimos no solo por falta de aire sino porque teníamos espectadores.

Río al recordar ese momento. Desde ese día comenzamos una relación, no sé por qué, pero me sentí listo para ello. Con Sarah las cosas fueron muy distintas a como cuando quise intentarlo con Yulissa, no estaba preparado y solo quería olvidar el dolor que sentía en ese entonces.

Mi esposa era mi todo y cuando ya no estuvo más, me sentí solo y vacío. En los seis años que estuvimos juntos fuimos muy felices. No tuvimos hijos porque ella quería esperar a que tuviéramos una mejor estabilidad económica y yo lo respeté.

Sarah es grandiosa, sabía que ella había pasado por cosas horribles porque Yuli me lo contó, pero cuando lo escuché de sus labios, mi corazón se partió y sentí la necesidad de amarla para sanar sus heridas.

Por suerte los chicos me aceptaron de inmediato, aunque las cosas fueron distintas con Marcos, armó un berrinche cuando se dio cuenta que entre su tía y yo pasaba algo.

"No quiero que el ex de Yuli sea mi tío."

Esas fueron sus palabras, pero luego no tuvo más remedio que aceptarlo y en el fondo, sé que Yuli tuvo que ver con eso.

—Llegamos. —Avisa Alissa.

Bajamos y nos subimos a la camioneta que nos esperaba por órdenes de Marcos. Decidimos ir primero a mi casa para dejar las maletas y sacar los regalos que trajimos para todos.

Al llegar a la clínica, nos encontramos con que la sala estaba llena. Todos estan aquí. Marcos al vernos viene hacia nosotros, abraza a Sarah y luego a los chicos. Saludamos a los demás y enseguida pasamos a ver a Yuli en su habitación.

—Tock tock. ¿Podemos pasar?. —pregunto. Ella voltea a vernos y sonrie.

—Claro, pasen. —Me acerco a ella para saludarla con un beso en la mejilla y un fuerte abrazo.

—Felicidades mamá. —Le Susurro.

—Ooooh, déjame cargar a esa muñeca preciosa por favor. —pide Sarah acercándose, me separo de Yuli y los chicos aprovechan para abrazarla.

Sarah toma a Elizabeth en brazos y empieza a consentirla. Es entonces que pienso que sería muy lindo verla así con un hijo nuestro.

Decidimos quedarnos una semana para pasar más tiempo en familia, además Sarah quiso ayudar a Yuli a cuidar a la bebé, la pobre está muy adolorida por la cesárea y le cuesta mucho hacer algún esfuerzo.

—Corazón, ven aquí y mira esta hermosura. — expresa Sarah con ternura , la pequeña Elizabeth está en sus brazos. Me acerco hasta ellas y observo a la recién nacida.

—Tienes razón, es hermosa. ¿Sabes? Me da pesar Marcos, va a sufrir mucho en cuanto esta pequeña tenga edad para gustarle a los chicos. —Todos nos reímos.

—Si, pobre. Gracias a Dios aún falta mucho para eso. —La miro a los ojos y al verla así con la bebé, mis ganas de ser padre crecen.

—Quiero uno. —Pronuncio y ella voltea a verme.

—¿Cómo?

—Quiero uno nuestro. —Confieso, Sarah me mira un instante, luego me sonríe y se acerca para besarme.

—Con gusto te daré todos los hijos que quieras mi corazón. —responde con una lágrima corriendo por su mejilla.

—Por ahora solo quiero uno, ya veremos después.

—Bueno, entonces será mejor que vayamos a casa y empecemos con la tarea. —Sonrio.

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Tiempo después...

Ver la habitación de mi hijo, o hija me hace sentir afortunado. Todavía no me creo que después de todo lo pasamos para conseguir, en pocos meses nuestro bebé estará con nosotros,

Espero con ansia ese día.

La verdad es que después de regresar del pueblo y cuidar a Elizabeth, Sarah y yo hicimos la tarea por varios meses intentando embarazarnos y lo conseguimos. Estaba tan desilusionado que llegué a pensar que tenía un programa, Sarah ya tenía dos hijos así que no podía ser ella.

Decidí ir al médico en busca de una respuesta que aclarara mi inquietud, me hicieron varios exámenes que dijeron que todo estaba bien. Entonces no entendía el por qué. Al ver mi frustración, Sarah también se los hizo, en cuanto estuvieron los resultados, el médico llamó y se enojó con nosotros, más con Sarah que conmigo. Dijo que le parecía de muy mal gusto que jugaramos con él, lo que reveló después me dejó impactado.

Los estudios mostraron que Sarah tenía altos niveles de progesterona y estrógeno, lo que indicaba que tomaba pastillas anticonceptivas para evitar un embarazo, ella negó rotundamente consumirlas, lloro delante del doctor diciendo que estaba equivocado. Vino a mi en medio de su llanto y me juró que no mentía, por supuesto yo le creí.

Decidimos investigar qué sucedía y luego de unos días, descubrimos que Helena, la madre de Marcos las colocaba en sus comidas. Las cámaras de seguridad que Marcos había mandado a instalar después de lo sucedido aquí con Yuli, mostraron la verdad.

Cuando la enfrentamos ella simplemente dijo que lo había hecho por mí. Porque no permitiría que un hijo mío recibiera parte de la herencia, según ella eso era lo que yo quería. El dinero de la familia Grimaldy.

Me enojé y entonces le pedí a mi familia que nos fuéramos a vivir a otro lado, ya no deseaba continuar en esa mansión. Sarah y los chicos estuvieron de acuerdo, empacamos nuestras cosas y cuando ya nos íbamos, Helena apareció con sus ojos vidriosos pidiendo que no la dejáramos sola en la enorme mansión.

Prometió que ya no se entrometería en muestras vidas, pero que no la dejarnos sola como lo hizo Marcos. Fue muy difícil para mí aceptar, pero lo hice porque Sarah me lo pidió.

Lo bueno de todo esto es que después de tres meses de seguir intentándolo, Sarah por fin se embarazó, ya tiene seis meses de embarazo y se sigue viendo hermosa como siempre.

Aún no sabemos el sexo del bebé porque, decidimos esperar y que ses sorpresa, ya escogimos los nombres. Si es niño se llamará como su padre, o sea, yo.  Si es niña se llamará Salomé.

Espero ese día con ansias.


Un extra más y Mateo, la mejor decisión habrá cerrado su ciclo.

Muchas gracias por leer y por acompañarme hasta aquí.

Bendiciones 🙏🙏.

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