42.


🌷 YULISSA 🌷

Me siento muy feliz con el resultado, la cama cuna y todo lo que pedí anoche en la página de la tienda llegó temprano. Estuve tan ocupada acomodándo todo que no me dio tiempo de salir para nada, ni siquiera porque tuve ayuda de los chicos.

Marcos no está, se fue a la compañía después de desayunar; desayuno que fue muy incómodo para mí porque su madre se levantó de su asiento en cuanto me vio y pidió que se lo llevaran a su habitación. 

Esa mujer me detesta y me lo hace saber cada vez que puede.

Ya es hora del almuerzo y no pienso bajar, sin Marcos en casa no me siento cómoda.  En cuanto pueda, me prepararé algo rápido para mí y mi pequeño.

El toque de la puerta me trajo de vuelta.

—¿Quién? —pregunto para estar segura de que no sea ella.

—Soy Carmen Señorita, le traje su almuerzo.

—Un momento. —Abro la puerta y recibo  la bandeja con la comida. Hay un plato pequeño también. Huele delicioso y mi estómago reclama porque lo coma. —Muchas gracias. —Agradezco su noble gesto.

—De nada señorita, la niña Alissa me pidió que lo trajera. —Dice y se marcha.

Mi pequeño al ver el plato de comida empieza a removerse y entiendo que tiene hambre. Tomo la cuchara para probar la sopa y esperé un tiempito. No es por ser desconfiada, bueno si tal vez un poco, pero estando aquí,  hay que estar prevenidos.

¿Exageré?

Tal vez.

Le doy sopa y un poco del otro plato para luego terminarlo yo.

Después de reposar y sentirme un poco cansada, decido meterme junto con mi pequeño en la tina para desestresarme y para que el tiempo pase más rápido mientras Marcos llega. Al salir me vesto y hago lo mismo con mi pequeño, preparo su biberón y lo acuesto en su cuna nueva para que tome su siesta.  Canté su canción favorita hasta que se queda dormido y su biberón cae a un lado.

Tomo mi teléfono para llamar a Marcos y justo en ese momento la puerta se abre. Sonrío creyendo que es él, pero se borra en cuanto veo que es ella. Camina imponente hasta quedar en frente de mi, no me da tiempo de reaccionar, solo siento el ardor en mi mejilla izquierda.

Me ha golpeado.

—¿Crees que te saliste con la tuya maldita mujerzuela, y que porque le abres de nuevo las piernas a mi hijo has ganado? ¡Pues no querida!. Te advierto que  cada minuto que estés aquí me encargaré de que tú vida y la de tú bastardo sean miserables.

—No lo llame así, le guste o no, es su nieto.

—¿Nieto? Sabrá Dios a quién le abriste las piernas y ahora vienes aquí a embaucar a mi hijo de nuevo.  —Tengo toda la intención de lanzarmele encima y golpearla, pero me aguanto porque estoy segura que ella usará eso para poner a Marcos en mi contra.

—No me importa lo que usted piense, a mí solo me importa lo que Marcos crea y él está muy seguro de su paternidad, así que hágase a la idea que estamos juntos, que soy su mujer y viviremos aquí. —Carcajea.

—¡Su mujer! Eso fue muy gracioso querida, déjame decirte que estás equivocada, tu solo eres la amante de mi hijo, te usa solo por el bastardo. Dime algo, querida, ¿Marcos ya te habló de matrimonio? ¿No, verdad? Y no lo hará ¿Sabes por qué? —No digo nada, solo la observo con rencor—, porque sentiría mucha vergüenza presentarte ante sus amigos y su círculo social como su esposa, con Martina si lo hizo, en cambio a ti... Es que solo mírate, no encajas, no eres nada, no eres nadie. —Si quería lastimarme lo estaba consiguiendo, porque en algo tenía razón, Marcos no me ha hablado de casarnos, ni siquiera me ha presentado aquí con sus empleados.

—No necesito el título de esposa, con que estemos juntos los tres es suficiente para mí.

—No esperaba menos de ti, después de todo es lo que las mujeres como tú  hacen.  Aceptar estar escondidas. Marcus lo hizo con su amante y su hija bastarda, no veo por qué mi hijo no haga lo mismo contigo. 

—Mi hijo y yo estamos en la mansión Grimaldy, no escondidos.

—No por mucho, eso te lo aseguro y cuando salgas de aquí seguramente te llevará a otro lugar donde irá a visitarlos cada vez que pueda, pero no vivirá con ustedes.  —Da un paso acercándote más.—. Lo convenceré para que te quite a tú hijo, lo criaré junto a Roxana, su futura esposa. Le enseñaré a sentirse avergonzado de tener una madre insignificante y tan poca cosa como tu, será como yo, pero sobretodo. —Aprieta mi quijada tan fuerte que siento dolor—. Le enseñaré a odiarte.

—¡Basta!, eso no. Mi hijo jamás será como usted y mucho menos hará eso que dice. —Me enojo—. ¡Fuera de mi habitación! ¡Larguese ya! —Grito y al ver que no sale, la saco a empujones—. ¡Fuera!. —Tiro fuerte la puerta y le pongo el seguro para que no vuelva a entrar.

Mis lágrimas salen y el miedo me invade.

Moriría si mi hijo se avergonzara de mí o me rechazara. No lo soportaría.

¿Y si Marcos me lo quita?, ¿Y sí es eso lo que quiere para usar el dinero? No,él no sería capaz de hacer algo así ¿o Si?

Esa mujer logró crear muchas dudas en mi cabeza, ha logrado su propósito y siento mucha rabia por eso.

Me acerco a mi pequeño y lo observo por un buen rato, entonces pienso en que si de verdad quería esta vida para él y sobretodo para mí.

Mateo tendría lujos, todo lo que quisiera, pero... ¿Qué hay de las cosas que realmente importan? Los sentimientos, los valores que quiero que tenga y el hombre en el que quiero que se convierta un día.

No, definitivamente no.

🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷

Gracias a Dios hoy por fin regresamos al pueblo, he tomado una decisión, la mejor decisión y debo hablarlo con Marcos hoy mismo ya que ayer no pude porque llegó muy tarde en la noche, se veía cansado y no quise molestarlo con mis inseguridades. En la mañana cuando desperté él ya estaba bañado y vestido para irse, dijo que vendría a buscarnos para acompañarnos cuando nos fuéramos.

El helicóptero nos recoge a las 2:00 pm y ya es medio día, debo apurarme. 

Paso a despedirme de Sarah y los muchachos, luego bajo con mis maletas a esperar a Marcos que aun no llega, si no aparece en 30 minutos pediré un taxi.ñ y me iré.

—¿Te vas? No sabes lo inmensamente feliz que me haces querida —No respondo, ni siquiera volteo a ver a la insoportable mujer—. Espero que no vuelvas. Encenderé una velita y rezaré de rodillas para que no lo hagas nunca.

Decido llamar al taxi al ver que Marcos no llega ni responde mis llamadas, dejo un mensaje de WhatsApp diciéndole que me iría.  El taxi llega rápido y de igual manera subo todo para irnos al punto acordado.

Mi sonrisa se extiende al ver a Eva en el lugar, realmente se ve muy feliz en los brazos de Andrés y no puedo sentirme más contenta por eso.

Bajo del taxi y al verme, Eva se separa de Andrés y corre hacia mí, los niños que están sentados en el suelo bebiendo un jugo, hacen lo mismo mientras gritan el nombre de mi hijo.  La abrazo y también a ellos.

—Yuli, ya estamos listos, el helicóptero sale en 15 minutos. ¿Por qué tardaste?.

—Bueno, ya estamos aquí.

—¿Y Marcos?

—Aquí estoy Eva ¿No me digas que me extrañaste? —Giro mi cuerpo y lo veo. Se ve muy guapo con su traje negro y su corbata roja que yo le regalé hace mucho.

—Mira que no tuve tiempo de hacerlo, estuve muy entretenida —Responde mi amiga. Marcos le sonríe y viene hasta mí.

—Amor, te dije que me esperaras y no lo hiciste.

—Tardaste mucho y creí que ya no vendrías.

—Apenas vi tu mensaje me vine para acá. ¿Sucedió algo, amor?

—Bueno, yo los dejo, voy a ayudar a Andrés a subir nuestro equipaje y el de ustedes también —Nos señala y luego se marcha.

—Amor disculpa que no he estado contigo lo suficiente, pero estaba arreglando unos asuntos. No estés molesta por eso, prometo que cuando vuelvas, ya habré terminado todo este enrollo y pasaré más tiempo con ustedes ¿De acuerdo? —No respondo— ¿Amor? —Tomé aire y entonces lo digo.

—No volveremos Marcos —confieso.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Lo pensé mejor y decidí que nos quedaremos en el pueblo. Toda mi vida está allá Marcos. Hace unos años me fui a construirla desde cero porque tuve que dejarlo todo, ahora mi trabajo, mis amigos y mi familia están ahí.

—¿Y yo?

—Tu sabes que siempre estarás en ella, pero no quiero volver aquí, y si tú no estás de acuerdo pues...

—¿Estás terminándome?

—No, te estoy pidiendo que vengas con nosotros —Me acerco—. Sube al helicóptero con nosotros y comencemos allá nuestra vida juntos. No tengo lujos, ni una mansión, pero te ofrezco todo mi amor y mi apoyo incondicional. 

—Yulissa, mi familia me necesita en estos momentos, ellos dependen de mí y tengo que protegerlos —Pasa su mano por mi mejilla—. Puedes hacer eso que dices aquí amor, ahora más que nunca te necesito, necesito que me apoyes y me animes, yo te...

—No te convenceré ¿verdad? —pregunto, aunque sé que no lo lograré .

—No me niegues la posibilidad de ver crecer a nuestro hijo, por favor. Sé que cometí errores y que me porté como un canalla con él, pero te juro que aprendí la lección, no quiero perderlos Yulissa.

—No pienso alejarlo de ti Marcos, tienes a tú disposición un helicóptero para que vayas a verlo cada vez que lo desees — Me quita a mi pequeño de los brazos, lo abraza y lo besa. —¿Mamá tuvo algo que ver en esto?

—Reconozco que ella ayudó mucho en mi decisión, pero lo hago por mí y por mi hijo.

—Si te molesta compartir casa con ella puedo comprar una, amor. ¿Si?  —Eso me hace dudar y a la vez sentirme emocionada.

—¿Lo harías?

—Claro amor, compraré la casa que tú quieras y dónde quieras, puedes decorarla a tu gusto y prometo estar pendiente de ustedes, los visitaré  todos los días, amor.

Espera ¿Qué dijo?.

Entonces las palabras de esa mujer resuenan en mi cabeza.

—¿No vivirás con nosotros?

—Por el momento no amor, pero en cuanto tía Sarah mejore y todo esté bien, me iré con ustedes —Bajo mi mirada y sonrio desilusionada.

—Gracias por la propuesta, pero no. —Una lágrima sale y la limpio enseguida. Me acerco a él, acaricio su mejilla mientras lo miro a los ojos unos segundos y lo atraigo a mi boca para besarlo muy dulce y tierno. Quiero hacerlo porque tal vez esta sera la última vez que lo haga—. Te amo. —digo con la esperanza de escuchar lo que anhelaba, pero igual que todas las veces que se lo he dicho, no me responde. Abro mis brazos y tomo a mi pequeño—.  Es hora de irnos, despídete de papá mi amor.

—Adiós campeón,  iré a visitarlos pronto.—Se acerca y le da otro beso —No te olvides de papá. ¿De acuerdo? —Mi hijo lo mira sonriente. 

—Pa-pa. —Balbucea, abro mi boca y Marcos me mira sorprendido.

—¿Escuché bien? él, ¿Él me dijo papá?. — Me lo quita de nuevo de los brazos y lo levanta al aire sin soltarlo.

—Anda bebé, dilo otra vez, di papá. —Sus ojos se enrojecen.

—Papá. —repite. Marcos sonrie y deja salir algunas lágrimas de felicidad. Vuelve a besarlo y abrazarlo con amor.

—Perdón.  Perdona a tu padre hijo mío.

—¡Es hora!.

La voz de Andrés llamándonos nos saca del mágico momento. Tomo de nuevo a mi pequeño y camino hasta el helicóptero, giro para verlo una vez más.

—Adiós Marcos.

Subi al aparato y pronto el feroz sonido retumba en mis oídos al empezar a despegar.

Siento que he dejado una parte de mi corazón aquí por ser una cobarde al darle gusto a esa mujer y no pelear por mi felicidad al lado de hombre que amo.

¿Estoy haciendo mal? ¿Qué debo hacer? ¡Dios!

Pienso que estoy haciendo lo mismo que una vez, él hizo. Complacerla.

—¿Sucede algo Yuli? —Me pregunta Eva al notar que estoy absorta en mis pensamientos.  —Yulissa ¿Qué pasó? — La miro y no puedo contener mi llanto—.  ¿Qué fue lo que ocurrió? Yo creí  que estarías feliz disfrutando tú nueva vida de rica, pero mira como estás. ¿Tan malo fue? —Asiento.

—Fueron los dos días más horribles de mi vida Eva, y no pienso volver allí.

—Oh, Yuli. —Me abraza para consolarme y los niños también, ahora me siento mal por preocuparlos.

🌷🌷🌷🌷🌷🌷

Un poco más de una hora y ya estamos en casa, Eva no quiso dejarme sola a pesar que le pedí que se fuera con Andrés y no cambiara sus planes por mí, pero aún así se quedó. Luego de comer algo fuimos a mi habitación para hablar, necesitaba desahogarme y qué mejor que con ella. Le conté todo lo que había sucedido en esos dos días y lo de hoy con Marcos.

—Yo creo que ambos tienen razón, tú has hecho aquí tu vida, dejarlo todo de nuevo no es fácil y menos con la suegrita que te tocó.  Marcos por su parte es el hombre de la familia y debe velar por ellos, no sería justo que los dejara votados ahora que más lo necesitan.

—Si, entiendo eso, pero no quiero a esa mujer metiéndole cosas en la cabeza a mi hijo. Entonces dime Eva ¿Qué debo hacer?

—Bueno, creo que Marcos debe entender también que Mateo y tú son su familia ahora, son prioridad, y tú Yuli debiste decirle a Marcos todo esto antes de pedirle que se viniera contigo, estoy segura que hubiera tomado otra decisión o que se yo, tu lo conoces mejor, tal vez hubiera tomado cartas sobre el asunto y encontrado una solución.

—Ok. Ahora me siento terrible.

—Ya, descansa, meditalo con la almohada y toma una decisión.

—Gracias.

Eva tiene razón.

Lo llamaré y le explicaré los motivos que tuve para tomar esta decisión.

Muchas gracias por leer y por acompañarme hasta aquí.

Gracias.

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