21.

🌷YULISSA🌷

A la mañana siguiente todos estábamos en silencio, nadie ha dicho una sola palabra, excepto para referirse a nuestro vuelo que sale a las 10:15 am. Eso fue gracias a Carlos que se encargó de comprar los boletos desde ayer, ahora solo nos falta empacar lo poco que trajimos.

Eva está algo ocupada recogiendo unas cosas que eran de su madre y quiere llevar con ella como recuerdo, algunas fotos donde aparecen juntas y objetos de valor sentimental para ella. Dice que rentará la casa, no desea venderla por cuestiones sentimentales y la entendía, yo tampoco quería vender la mía, pero por obvias razones tuve que hacerlo.

Tal vez un día pueda recuperarla.

Ya tenemos todo listo, solo estamos a la espera de Carlos, que fue a saludar y llevar una cosas que Óscar le envió a su hermano Juan y a sus sobrinas.  Mientras esperamos por él, preparo algo de comer sencillo para que no nos caiga pesado. Unos minutos más tarde, él se aparece.

—¿Están listas? El taxi está afuera. —pregunta.

—Si Carlos, ¿Cómo te fue con tu familia? —pregunta Eva, se nota que tiene curiosidad porque juega con su cabello.

Creo que ella quería ir con él.

—Bien, hace rato que no los veía. Tania y Kira han crecido mucho, casi no las reconozco. Están bellísimas.

—¿Ah si? Qué bueno que son familia, me gustaría conocerlas, un día de estos.

Carlos cambia la expresión de su rostro, no dice nada pero se ve que no le gustó la idea.

—Hay que subir las maletas al taxi ¿Por cual empiezo? —cambia de tema al instante.

—Eh, con estas. —Señalo mis maletas qué son más pequeñas.

—Yo, voy por las llaves. Ya los alcanzo. —comenta Eva, en su voz hay algo de tristeza.

Carlos toma las maletas para llevarlas afuera, aprovecho que Elly lo ayuda con las otras y voy a la habitación de Eva.

La veo sentada en la cama abrazando una almohada.

—Eva, se que no soy tu persona favorita ahora por... Bueno, ser tan estúpida en la vida y tal vez no te ha derecho a decir esto pero, debo hacerlo.

—¿Qué? ¿Me vas a dar concejos tu a mí?

—Carlos no...

—No lo digas, y si. Tienes razón, no eres la indicada para hablar de esto. A mi Carlos no me ha hecho nada.

—Aun no, pero si sigues con ese jueguito que tienen, lo hará. Te romperá el corazón y lo sabes.

—Eso no va a pasar porque un día va a darse cuenta lo mucho que valgo, me va dar mi lugar y estaremos en una relación.

—¿En verdad lo crees?

—Por supuesto.

—¿Entonces por que te pusiste así por lo de su tío y sus primas? Es obvio que te dolió que no invitara.

—Es muy pronto para...

—¡Ay Eva! No quiso llevarte y no va presentártelos. Perdón, pero debo hacerte entrar en razón.

—Huy si, así como tú lo haces con respecto a Marcos. Ves al hijo de puta y hasta la vergüenza pierdes. —Se levanta de la cama, toma las llaves y sale de la habitación.

—¡Entonces no te comportes igual que yo! —grito molesta para que me escuche.

🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷

Estamos ya en la sala de espera media hora después por fin anuncian nuestro vuelo.

—Yuli ¿No vienes? —pregunta Eva al notar que no camino.

—Si. Es solo que, buscaba mi teléfono, creí que lo había dejado en la silla.

—Si claro, ¿No será más bien que buscabas a alguien? No sé, alto, tés blanca y ojos azul...

—¡Qué cansona eres! ¡Dios!. Ya es suficiente.

—Exacto Yulissa, ya es suficiente, el imbécil de Marcos no vendrá y sabes bien por qué, porque está en su casa, con su esposa y su hijo ¿De acuerdo? Ya grábate eso en tú cabecita hueca. Tonta.

—¡Evita! compórtate. ¿Cómo le dices eso? —Reclama Elly.

—Es la verdad.

Estoy molesta, pero no con ella sino conmigo. En el fondo sé que ella tiene razón en todo lo que dice, siempre tiene razón, no puedo comprender por qué me cuesta a mí. No entiendo por qué espero a que venga a buscarme o por qué todavía tengo la esperanza que aparezca y me diga que se irá conmigo y con nuestro hijo, aunque aún no sepa de él.

!Qué tonta soy!

🌷🌷🌷🌷🌷🌷

Por fin llegamos a  casa de Elly después del viaje en bus, estoy algo cansada y ellos también, debo  recoger a mi pequeño y agradecerle a Óscar por haberlo cuidado estos días.

Al abrir la puerta él y mi hermoso bebé en sus brazos nos reciben sonrientes. Mi pequeño hijo abre sus bracitos para que lo tome y yo lo hago gustosa, le doy un tierno beso y lo aprieto contra mi pecho con mucho, mucho amor.

—Amor mío, te extrañé muchísimo. Perdón por dejarte. —digo mientras mi hijo me ve a los ojos y sonríe.

Elly se acerca a su hombre para darle un beso en los labios y un abrazo que demuestra lo mucho que se lo  extrañó. Cuando se separan aprovecho para saludarlo con un gran beso en la mejilla.

—Gracias Óscar. Te debo un almuerzo.

—No es nada Yulissa, tuve una gran. Compañía, no dudes en llamarme si necesitas que cuide de Mateo de nuevo, con mucho gusto lo haré. —responde con dulzura—. Y por supuesto que acepto el almuerzo, tu solo dime donde y cuando qué ahí estaré. —Me rio.

—Claro, te estoy avisando.

—Bueno, pasen.

Luego de un rato Óscar nos prepara unos deliciosos sándwiches de pollo con jugo de mora. Estaba hambrienta, así que comí dos.

Luego de cenar, decidimos que era hora de marcharnos a descansar.

Eva y yo no quisimos quedarnos porque aunque ellos no los pidieron, estaba segura que Elly y Óscar deseaban privacidad. Por supuesto Carlos vendría con nosotras esta noche por petición de Eva.

Nos despedimos de ellos y subimos a la camioneta de Elly, quién muy amablemente nos la prestó para que fuéramos más cómodos, en especial mi pequeño a quién Eva se empeñó  en llevar en brazos, insistió tanto que no pude negarme.  Así que esta noche, él dormiría conmigo para consentirlo mucho por haberlo dejado estos días.

💥MARCOS 💥

La noche llega y aún no tengo noticias de Cristofer, han pasado muchas horas desde la última vez que hablamos y ya estoy empezándome a preocupar por él.

No sé cuántas vueltas he dado en mi habitación marcando su número y nada.

Me siento en la cama muy preocupado y entonces mi teléfono comienza a sonar, es de un número desconocido, dudo un poco en responder pero igual lo hago.

—Hola.

—Señor Grimaldi, soy yo.

—Cristofer, con un demonio estaba preocupado. ¿Por qué no respondes mis llamadas?

—Lo siento señor, perdí mi teléfono y no había podido comunicarme con usted hasta ahora que encontré un lugar de dónde hacerlo.

—Pudiste llamar antes —reprocho.

—Digamos que me fue un poco imposible señor.

—¿Y? ¿funcionó?

—Si señor, le tengo buenas noticias.

—Habla, dímelas —digo muy nervioso.

—Sé dónde están, no se dieron cuenta que los seguí. Llegaron a una casa dónde se quedaron un buen rato y luego salieron la señorita Yulissa, el joven que las acompañó en el funeral, la señorita Eva y... Un bebé de al menos unos nueve o diez meses, señor.

—¿Un bebé dices? ¿De quién?

—No lo sé señor, pero la señorita Eva lo llevaba en brazos y el joven cargaba su pañalera.

¿Eva tiene un hijo?

Por la edad del bebé, así debe ser.

—¿A dónde fueron?

—Tengo la dirección, mañana temprano compraré un teléfono nuevo y le enviaré los datos señor. Ahora debo buscar un lugar dónde quedarme, estoy cansado, fue un viaje muy largo y agotador.

—Bien, espero tu mensaje. Buenas noches.

Las palabras de Cristofer me hicieron sentir esplendoroso, mi idea de enviarlo a que los siguiera funcionó de maravilla, tengo que reconocer que Cristofer muy bueno en su trabajo. Sabía que se las arreglaría para encontrarla.

Por fin se dónde estás, Yulissa.

Estoy dispuesto a rehacer mi vida, y para eso debo hacer y demostrar muchas cosas. Yulissa no va a aceptarme tan fácil, pero no me importa, esta vez pelearé contra todo y todos, incluso me rehabilitaré rápido para no decaer, ella no puede verme así convertido en este hombre tan deprimente, una vez que lo haya logrado; iré por ella.

Iré a buscarte Yulissa.

Mañana mismo regreso a la puta clínica de rehabilitación, dejaré de ser un grano en culo para los doctores y enfermeras.

Seré un puto Santo.

Voy a recuperarte Yulissa.

Gracias por todo su apoyo.

Muchas bendiciones.

Gracias.😘😘😘

(16-08-23)

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