3. 𝓜𝓸𝓭𝓲𝓯í𝓬𝓪𝓶𝓮; 𝓣𝓻𝓪𝓷𝓼𝓯ó𝓻𝓶𝓪𝓶𝓮
♥ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـﮩﮩ мαтє (мíяαмє) ﮩﮩـ٨ﮩﮩـ٨ﮩ♥
"Para aceptarse a sí mismo es necesario ver un nuevo cielo después de las lágrimas".
De las muchas cosas que jeon presumía a todo mundo había una que realmente le gustaba enseñar y mantener tan bonita y a la vista de todos como si fuera el mejor trofeo conseguido en la vida; Alania era el nombre de su novia, Alania era una chica estadounidense que estaba de vacaciones y decidido quedarse porque jeon se lo pidió; vivían al tanto de otro en sus redes sociales y de llamadas y mensajes, todas las noches jungkook le llamaba y le decía cosas como "estas bien amor" "te extraño preciosa" "compremos todo lo que quieras", jungkook le regalaba cosas caras, desde un departamento hasta ropa y zapatos, no tenia dudas esa mujer seria su futuro; Yoongi le decía que no la cegara en lujos sino la perdería, pero para él regalarle cosas era la forma en que demostraba su amor y ella realmente nunca puso un pero a su trabajo, si había una cosa que estaba mal jeon corría a morir para solucionar su enojo o su tristeza, la amaba así que, que estaba mal? ¿Qué fue lo que no hizo bien? Apenas anoche se despidió con la promesa de terminar pronto el trabajo que tenía con Tae para ir a verla o tomar una o dos horas de su tiempo para ir a recogerla a su escuela y pasar una tarde agradable; apenas le recordó que le amaba y ahora mismo estaba con otro hombre besándose. ¿¡Por qué!?
—Jungkook, ¿estás llorando? —Taehyung se replanteó el haberle gritado de esa forma cuando vio los ojos rojos llenos de agua en el azabache; tragó con dificultad y apenas estaba por pedir una disculpa cuando Jeon se levantó dejándolo solo. —Lo siento, yo no... "Qué mierda".
Lo dejo hablando solo; después lo único que escucho fueron gritos, llanto y decepción en los ojos del hombre que él pensó que jamás lloraba por nadie.
—¡Alania!
—Jungkook —la chica soltó las manos del hombre frente a ella y se levantó de la mesa.
—¿Quién es él? ¿No estabas en Estados Unidos con tus padres? —Los ojos de Tae, detrás de la pareja, escanearon rápido la situación; no fue demasiado tiempo para entender que era "la novia" y quien sea que fuera el otro hombre. Jungkook no estaba bien y, aunque no había tenido la mejor semana y lo odiaba, no le deseaba a nadie lo que estaba sucediendo ahora mismo.
—Jungkook, amor, puedo explicarlo... —Trato de tomar la mano de Jeon, pero él se soltó. Aun en shock, miraba al hombre y luego a ella y no encontraba la raíz de tal engaño, pero seguro fueron muchas veces antes de esta.
—¿Por qué? ¿Por qué? ¡¡¡Porque!!!! —La tomó de los brazos, moviéndola con desespero; el hombre lo aventó lejos de ella y Tae corrió para ponerse frente a Jeon, que no dejaba de respirar agitado y soltar grandes lágrimas.
—Jeon, contrólate por favor. — Tae trató de detenerlo, pero Jungkook ni siquiera escuchaba; estaba en un trance, tan desesperado por respuestas que no escuchaba a nadie.
—Fue tu culpa, prefieres tu trabajo antes que a mí; ¡no me llamas ni me ves en mucho tiempo!
—Tienes que estar bromeando, Alania no puedes decir esto. Te he dado todo lo que me pides, ¡sabes que si no trabajo no puedo darte lo que pides!
—No es suficiente; ¡yo quiero un novio! —Tae los miró sintiendo culpa, aun así no podía creer que la chica hablara de esa forma. Jungkook liberó su sentimiento en un gran suspiro; su boca se sentía amarga y la decepción lo abrazó hasta los huesos. "Yoongi tenía razón", pensó en ese momento; darle todo hizo que se fuera de su lado, ahora lo entendía. Miró a Tae y no pudo evitar pensar que se lo merecía después de todo, por haberle dado tanto dolor a una persona que no lo merecía, así que si perdía a su novia por este trabajo, no era culpa de nadie más que de su propio karma.
—Entonces, ¿así va a ser?
—Jungkook, tú nunca estás.
—¡Estoy trabajando, maldición! ¿No entiendes? ¡Es trabajo! ¿Cómo planeas que voy a darte todo lo que tienes si no trabajo? Hablamos de esto, te pedí entenderlo y ¿quién eres tú? —se dirigió al hombre que estaba escuchándolos.
—Lo siento, pero esta mujer está casada conmigo desde hace un mes...
Jeon se llevó una mano a los labios, callando cualquier cosa que fuera a salir; si es que podía formular palabras. Tae sintió un dolor fuerte en el pecho; su voz se quebró. Era demasiado dolor para que una sola persona lo experimentara.
Sintió empatía por primera vez con Jeon; por más maldito que hubiera sido en el pasado, él no merecía esto; Jungkook se quitó del dedo anular el anillo que tenía puesto y lo aventó a los pies de la chica; después secó las lágrimas y se dio la vuelta de frente a Taehyung.
Él solo pudo guardar silencio y mirar sus pies; no tenía fuerza ni ganas de mirar sus ojos, no cuando eran la prueba irrefutable de dolor en un alma joven.
—Siento no poder desayunar esta vez contigo; no me siento bien, así que hablemos después en casa.
Dio una reverencia a los tres y salió del restaurante sin decir más. Tae pensó en seguirlo; nadie se merecía pasar dolor de amor solo, no podía dejarlo ir en ese estado, pero cuando salió, lo único que encontró fue a sus hombres esperando; él ya no estaba. Regresó al restaurante y pidió la comida para llevar. Desde lejos podía ver a la pareja discutiendo. "Supongo que así es como termina un engaño", pensó Tae saliendo de ese lugar.
Domingo por la mañana.
—Saldremos el día de hoy; tengo que llevarte a la empresa para la primera sesión psicológica. Debería ser cada 3 días, pero en vista de que estás ocupado con tus negocios, tenemos que hacerlo cada semana.
Tae tomó el té de su taza; sus ojos fueron hasta la persona que le hablaba. Después de esa discusión en la empresa, el resto de los días Jeon no fue con él; se quedó en casa a hacer cualquier otra cosa (conseguir un reemplazo URGENTE), hasta el día en que lo acompañó a la rueda de prensa y después su pequeño incidente con la ahora exnovia. No iba a hablar de eso. Jeon ahora se notaba más serio y realmente no se veía con ánimos de pelear. Suspiró cansado; se replanteaba el haber contratado a MATES; después de todo, lo que quería era darle celos a Bogum y eso era un hecho.
—Iré a vestirme y saldremos. —Así de seco y crudo fue el saludo ese día; parecían un matrimonio en las últimas sesiones de la relación. El psicólogo los recibió con una sonrisa a ambos.
Sesión uno
—Señor Taehyung, mi nombre es Alessa Moran, soy psicóloga en MATES; por favor, tome asiento y cuénteme qué ha sentido esta semana trabajando con nuestro hombre.
—Miedo, odio, ira, repulsión a mi persona; me siento agredido, aunque realmente no hemos hecho nada más que pelear.
—¿Quiere contarme más sobre eso?
—Realmente no, es decir Jeon no es un desconocido, no tenia idea de que podía encontrarlo en este trabajo, el fue compañero en la preparatoria y mitad de la universidad y fue tan imbécil como pudo, me hizo sentir mal, me golpeo muchas veces de las cuales nunca hice nada; soporte mucho porque el era un joven que todo mundo llamaba para follar o ir a fiestas; sus notas eran buenas y a eso le añadimos ser bueno en cada deporte, llamo mi atención mucho antes de que el empezara a agredirme y cuando hacían comentarios sobre nosotros dos él, siempre contesto con una mueca de asco y comentarios sobre mi gordura o mis lentes, mi forma de vestir o hablar, o el como todos mis exámenes eran una copia exacta de libros lo suficientemente aburrido para algo mas que un saco de golpes.
—Hmm. —Moran asintió a las palabras sin decir más, era claro que esta persona necesitaba sacar o extenuar su sentir sin embargo, existía una negación a ese paso.
—Unido a eso... —Pensó decir lo de la novia, pero no le correspondía a él, en definitiva.
++
—Jungkook, ¿cómo está tu persona en esta primera semana con el señor Kim?
—Me desespera, quiero cambiar de comprador, necesito que alguien me reemplace; no me importa irme a otro lugar a trabajar, solo quiero que me saquen de ese lugar.
—¿El señor Kim te agrede? ¿Ha violado alguna norma del contrato?
—Ninguna, pero yo no sabía que él era la persona que tenía que atender; lo conocí en la preparatoria y, si me permites agregar, fui un completo hijo de puta con él.
—¿Alguna razón en particular? —Jeon respiró cansado.
—Él me recordaba la vulnerabilidad que tenía en mi casa, con mis padres.
—¿Lo dañaste porque sentías que así te veías?
—Sí.
—Las agresiones, ahora sabes que fueron porque te mirabas en ese espejo; ¿y las palabras de desprecio y lo demás?
—No lo sé.
—¡No lo sabes, Jeon!, por favor, piensa y dime. —La doctora escribía sobre los papeles mientras Jeon se desesperaba.
—No lo sé, doctora, yo...
¿Era demasiado vergonzoso decirle que Tae le gustó en algún momento? ¿Sería mucho aceptar que un niño lindo llamó la atención de aquel que siempre estaba con las mejores porristas o los hombres más guapos de la escuela? No, no podía simplemente aceptar algo así.
—Jeon, el problema que están teniendo ahora mismo es por causa del silencio; hasta que no aceptes lo que sientes y saques tu pasado, no sanará y no podrán avanzar en esta relación; aunque no sea real y solo estés acompañándolo, no sanará porque tú no quieres.
Semana dos.
Eran cerca de las 8:00 de la noche, la oficina estaba completamente a obscuras y la ciudad era un cumulo de luces amarillas que brillaban en la fría noche; tae cerro la computadora y dando unas indicaciones por teléfono colgó y dejo caer su cabeza al respaldo de la silla; sus ojos se cerraron estaba exhausto, se sentía estresado en el borde de una migraña que estaba por comenzar a taladrar sus oídos y frente; Jeon dejo de lado la libreta donde anotaba las salidas que tendría en esa semana, viendo al pelinegro dejar todo y cerrar los ojos un momento; por un momento pensó que si fuera él ya estaría muerto, para nada le gustaba el trabajo de oficina, se levanto y camino despacio hasta quedar en la parte trasera de la silla; puso sus manos en los hombros de aquel hombre provocando que se alarmara y se levantara de golpe.
—¡¡¡¿Qué haces?!!! —Las manos de Jeon lo regresaron al mismo lugar donde descansaba.
—Te dije que iba a hacer algo; en el momento que considero que lo necesitas; la empresa es muy meticulosa en sus contratos. Si estás pagando para borrar tus malos ratos, ¿por qué no hacer que ocurra? Sus manos seguían masajeando los hombros y la espalda. —Cierra tus ojos; no pienses en nada más; solo disfruta.
-Jeon... —las manos del hombre que contrato eran una maravilla, se dejo envolver por ellas y resulto que realmente le estaba gustando, se relajo tanto que no supo en que momento el hombre giro la silla y quedo delante de él, jeon estaba en medio de sus piernas abiertas; desabrochando la corbata, el chaleco y la camisa; una repentina vergüenza lo abordo cuando el pensamiento que tenia de el asco o la repulsión por su cuerpo lo abordo; inmediatamente detuvo sus manos, abriendo los ojos y levantándose de la silla para caminar a los sillones del otro lado de la oficina; no estaba listo para dar ese paso, de ser otro hombre desde el primer día hubiera montado esas enérgicas caderas pero con Jeon, no podía.
—Es suficiente, vamos a casa... —Escuchó el suspiro que dio detrás de él. Tomando sus cosas, salieron del edificio; adentrándose en la camioneta, Jeon le dio un papel al chofer que, sin pensar, tomó y comenzó a conducir.
—Mañana no se trabaja, es el festival de primavera; ¡deberíamos quedarnos en casa!
—Jeon, tú no trabajas; yo tengo una empresa que manejar; ¿a dónde vamos? ¡Este no es el camino a casa!
—¡A eso! En la empresa seguro leíste cuando viste las categorías, el abordaje y "la estancia".
—Sí. —Sus ojos miraban entre el chofer y Jungkook, que estaba a su lado.
—La estancia es un lugar lejos de la casa del cliente; se supone que más personas interactúan con ustedes, por lo que no podemos estar en casa propia por riesgo a que nos confundan con un novio o prospecto serio.
—¿Algo así como un novio real al que se debe presentar formalmente?
—¡Exacto! Con ese fin vamos a quedarnos en la estancia; necesitas descansar. Mi trabajo es hacerte el mes más fácil, no dejar que te maten 4 paredes.
—Jeon, lo que me está matando eres tú...
Sus labios hicieron una sonrisa que, si no hubieran visto los ojos de muerte que le lanzó Jeon, seguro hubieran terminado en una risa genuina; el auto paró en una pequeña cabaña junto a un lago; no había nada alrededor más que árboles y agua; de la parte de atrás bajaron unas maletas.
—¿En qué momento trajeron eso?
—Las mandé traer por la tarde; ¿puedes abrir la puerta por mí? Llevaré el equipaje. —Le dio las llaves y, aunque estaba un poco sorprendido, giró a ver al chofer y después se adelantó a abrir la puerta entrando a casa.
—Por favor, solo está al pendiente del teléfono; el señor Kim te llamará si necesita que vengas.
—De acuerdo, señor Jeon; buenas noches.
Una vez dentro de casa, vio a Tae entretenido en el stand de CDs; muchos de ellos ni siquiera habían sido abiertos de su empaque. La empresa tenía su propio departamento, pero en vista de que la psicóloga dijo que no era una relación laboral normal porque se conocían desde hace tiempo, Jeon decidió llevarlo a la casa que él mismo diseñó y mandó a construir; el complejo donde estaba era un regalo de Yoongi, y todo lo que había en esa casa era de él; así que compartir esta parte de sí mismo con Tae era el primer paso para una tregua, por el bien de su trabajo y de su comprador.
—Es magnífico; están todas las obras de música clásica de los mejores pianistas...
—Lo son; a la empresa le gusta que sus compradores estén en buenas condiciones.
—¡Tienen buenos gustos tus compradores entonces! —Jeon solo asintió. —Y mira una guitarra y piano; en serio se esmeraron en esto.
Jeon prendió la chimenea; a pesar de que la primavera estaba por empezar, el frío de invierno aún se sentía fuerte.
—¿Qué quieres cenar? —Tae giro a verlo sorprendido.
—¿Cocinarás tú?
—¡Así es!... —Desde la cocina lo miraba con una sonrisa que Tae calificó desde su adolescencia como la jodida que hizo "enamorarse del capitán de Lullaby's Wolfs".
—No importa qué; estaré bien con lo que sea. ¿Puedo poner algún disco?
—¡Por favor!, puedes hacer lo que gustes, pero por favor apaga el teléfono, no dejes que el ruido laboral te inquiete...
Jeon se dispuso a preparar pasta; realmente no quería tardar tanto. El chico que atendía podía desesperarse muy rápido y quería evitar discusiones; aunque realmente estaba bastante entretenido en los discos, cambiando y escuchando con emoción, Jeon de reojo lo miraba, perdido en la fascinación de los discos y la música clásica. Una vez que terminó, acercó una bandeja con los platos y el té; Tae se sentó para recibirla y le indicó a Jeon sentarse a su lado.
—Bueno, ya que desconozco lo que te gusta tomar, te daré un vino rosado especial; un amigo lo exporta y se lo regalaron para una ocasión especial.
—¿Que amigo? ¿Esta es una ocasión especial? —Jeon se sentó a su lado y comenzaron a comer mientras la música seguía en el tocadiscos.
—Se llama Yoongi; se dedica a varias cosas, él siempre está viajando; realmente es una buena persona.
—Yoongi: Se escucha agradable.
—Lo es, es buena persona; si algún día llega a estar en Corea, te llevaré a conocerlo.
—¿Es una promesa? —Jeon no detuvo sus movimientos con la botella y la copa, pero "es una promesa" se sintió como la primera responsabilidad con Tae que realmente quería cumplir.
—Es una promesa, Kim... —Los dos brindaron y bebieron el primer trago. Después de levantar lo de la cena y debatir en cuanto a vinos, sabores y colores, terminaron por reclamar cada uno un cojín de los sillones frente a la chimenea y terminaron viendo cada uno el celular por quién sabe cuántas horas; el fuego crujía en la chimenea y de pronto los celulares se apagaron, dejando a ambos sonriéndose en silencio; sus cuerpos frente al contrario.
—Realmente disfruto de esta tranquilidad; en un lugar alejado de todo.
Las palabras de Tae se vieron irrumpidas por los labios de Jeon; el hombre de cabellos negros y ojos grandes; no supo en qué momento empezó a desear tanto los labios de taehyung, pero el ver cómo mordía su labio inferior y sonreía lo instó a avanzar y besarlo. Fue un beso corto porque Tae lo separó con nerviosismo en sus manos; su cuerpo tembló y en sus ojos se notaba la inseguridad que muchas veces notó en la preparatoria cuando lo acorralaba en los baños del gimnasio, cuando lo golpeaba mientras reía y lo lastimaba.
—Jeon, no; no estoy listo aún... —Sus labios volvieron a besarlo; a pesar de decir que no, correspondía el beso bien.
"Tiene miedo de mostrarte su cuerpo; tiene miedo de que sigas pensando que es desagradable fijarse en él. No le gusta su cuerpo porque tú le hiciste ver que así era en la preparatoria".
Las palabras de la psicóloga le calaban desde que se lo dijo; fue el idiota más grande del mundo al comportarse así con alguien que ni en pijama dejaba de verse adorable y hermoso; Tae era un hombre tan bello que nada de lo que se pusiera o se quitara lo haría verse mal y, a pesar de que en las semanas y media que tenían juntos Jeon nunca lo había visto desnudo, estaba seguro de que era el cuerpo más bello que pudiera ver y desear; sus pensamientos y sueños húmedos estos días giraban en torno a Tae; a pesar de no saber si era activo o pasivo, el verse envuelto en sus brazos y labios le calentaba tanto que no importaba qué rol tuviera; quería descubrirlo por sí mismo.
—Taehyung, quiero conocer lo que mucho tiempo me negué; déjame remediar mis errores, sanaré cada una de las heridas que te dejé...
Sus labios se pegaron a la piel de sus hombros mientras Tae cerraba los ojos y mordía sus labios. Sus manos en el pecho de Jeon lo alejaban, pero sus gestos indicaban que siguiera.
—Jeon...
𓂀 𝑜𝑜 𝑜𝑜 𝑜𝑜 𝓂𝒾𝓈𝓈𝒟𝓀𝓋 𝑜𝑜 𝑜𝑜 𝑜𝑜 𓂀
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