Capitulo 01
—¿Eh?—preguntó sin comprender por completo de lo que estaban hablando.
—Una cita, ya sabes—Decía Mina a medida que acercaba su celular a su rostro con la intención de enseñarle lo que había en él.
Sus ojos posaron en la extremadamente iluminada pantalla, logrando que los entrecierre un poco para así poder ver sin encandilarse. Una aplicación llena de colores, en tonos rosados y rojos, en donde los corazones predominaban en su totalidad. Quizás era demasiado...¿femenina? para su gusto.
—Hay muchos corazones
—Obviamente, porque es el símbolo del amor—Mencionó, haciendo que Midoriya se tense.
Amor.
No es como si esa palabra cruzase muy seguido por su cabeza, o al menos no en el modo al que probablemente se refería ella. Si pensaba en amor podría pensar en su madre, en la ayuda que recibía de all might desde que le había heredado el one for all, o en sus amigos siendo su sostén emocional y muchas veces ayudándolo con sus problemas; aunque, claro, ella no estaba refiriéndose a ese tipo de amor, ¿no?
—No estoy seguro de si ese tipo de aplicaciones funciona para personas como yo—Comentó riendo, queriendo decir indirectamente que no estaba interesado, ya que en realidad no era así.
—¡Oye, eso es tenerte muy poca fé!
Las manos ágiles de Mina pasaron del colorido celular que sostenía en dirección a la mochila de Deku antes de que este pudiese notarlo, sacando del bolsillo del mismo su móvil.
—No puedes tener tan poca fe en ti mismo si quieres ser un héroe.
En lo que un sorprendido Izuku intentaba decir algo, ella ya había presionado el botón de descargar y ahora se disponía a devolverle el celular.
—Eh, n-no, en realidad, y-yo-...
—Tranquilo, no pienso decirle a nadie que un chico como tú usa esta app—Prometió, guiñandome con complicidad su ojo izquierdo en lo que Midoriya tomaba el celular entre sus manos y lo observaba con curiosidad.
—No sé para qué podría utilizar esto.
—¡Vamos!, incluso tú debes tener, hm, ya sabes...—soltó haciendo un ademán bastante disimulado con su mano y un gesto con su rostro que llegó a decirlo todo —...necesidades, digamos.
—¡O-Oye, e-eso no e-es....!—Intentó decir algo, pero ahora mismo su cara se había vuelto una estufa de la temperatura que tenía. Escondió su rostro entre sus brazos y fingió no haber oído lo que acababa de oír.
—Y bueno, si tienes suerte incluso podrías conocer al amor de tu vida
Sí, algo dudoso para una app de citas, pensó, pero definitivamente sólo se dispondría a asentir y rezar porque esa conversación terminara.
Para su suerte no tardó mucho en que alguien llamara en su dirección y Mina revoloteara con su excéntrica energía hacia otra mesa, saludandolo antes de retirarse por completo.
Las clases transcurrieron con tranquilidad después de aquello, y para cuando el timbre de salida sonó sus ojos luchaban por mantenerse abiertos. Tomó su bolso y siguió a Ochako e Iida quienes lo esperaban para regresar a los dormitorios pero cuando llegó al pasillo se detuvo de repente.
—Lo siento chicos, olvidé algo, los alcanzo en un rato—Se disculpó, cosa a lo cual sus compañeros asintieron mientras se encaminaba nuevamente en dirección al aula.
Para cuando llegó, buscó bajo el banco y ahí encontró su celular el cual aún permanecía escondido, desde que Mina se lo había devuelto, con la intención de que nada extraño volviera a ser instalado en este. Lo tomó y observó la pantalla en la cual descansaba una notificación.
<aplicación instalada con éxito>
Se acomodó en el asiento de su banco y deslizó la pantalla de bloqueo luego de observarla por un par de segundos. Tomó aire y cedió a su curiosidad, clickeando en la notificación.
Lo primero que le pidió la aplicación fue su nombre y su edad, cosa que no tardó en poner, aún con la curiosidad a flor de piel. Una extraña sensación de nerviosismo lo recorría. Se sentía como si alguien observara ahora mismo lo que estaba haciendo, ¡entrar a una app de citas! Si lo pensaba bien sí era una estupidez
El segundo paso requerido para ingresar era una foto, la cual sacó en ese mismo momento, algo avergonzado. No estaba muy seguro de ella pero de todas formas nadie la vería ya que todo esto que estaba haciendo sólo era con la intención de ver un poco la aplicación, luego de eso la desinstalaria, estaba seguro de ello. Presionó el botón de aceptar al ya tener la foto en su perfil y otro cartel apareció en la pantalla.
<Decide qué quieres conocer>
Eso fue lo que leyó, y luego movió su vista hacia las opciones de abajo.
<Mujer
Hombre
Ambos>
La respuesta en su cerebro era más que clara. Le gustaban las mujeres, obviamente.
Acercó su dedo a la pantalla del móvil pero antes de que pudiese presionar cualquier opción el sonido de la puerta de entrada lo hizo saltar de su asiento.
—jajaja, entonces... oh, Midoriya, ¿aún sigues aquí?—Comentó Kirishima quién acababa de entrar junto a Kaminari y se dirigía en dirección a su asiendo.
—S-Si, olvidé algo, ya me iba—Musitó Izuku con nerviosismo, guardando sin cuidado el celular en su bolsillo delantero.
—Yo igual—Rió Kirishima, recogiendo el cuaderno de la última materia teórica que habían tenido de debajo de su mesa.
—Voy saliendo, nos vemos en los dormitorios—Saludó Deku en dirección a ambos y estos les devolvieron el saludo.
Se sentía como si hubiese estado a nada de ser atrapado por cometer algún tipo de crimen. Aunque sabía que ellos no podrían haber visto lo que estaba haciendo en su celular con sólo pasar por la puerta, de todas formas se sentía muy avergonzado.
Suspiró y salió del salón dando un paso en dirección al pasillo y en éste, apoyado contra una de las paredes, se encontraba Bakugou, esperando.
—Kacchan—Musitó para sí mismo sin detener su paso, pero disminuyendo la velocidad un poco.
Al parecer el rubio lo escuchó ya que elevó su vista hacia la suya.
Izuku esbozó una pequeña sonrisa en su dirección, recibiendo de parte de Bakugou simplemente un ceño aún más fruncido de lo que ya estaba. A pesar de aquello los ojos de Katsuki se mantuvieron fijos en los de Izuku, quien le sostuvo la mirada por unos segundos, hasta que al fin se alejó lo suficiente por el pasillo. Incluso después de que siguiera caminando Midoriya lograba sentir la persistente mirada de Katsuki en su espalda, cosa que lo hizo ponerse nervioso y acelerar su paso sin importar de ya haber salido por la puerta y que resultara completamente imposible para su contrario verlo.
Mientras, en su bolsillo, sin que se haya dado cuenta, una pantalla de una app de citas permanecía abierta, con una pequeña notificación posando en la pantalla.
<¡Gracias por utilizar nuestra aplicación! Estos son los chicos y chicas que se encuentran cerca o en tu zona...>
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