CAPÍTULO 8 - Juntos

- Emma, tenemos compañía -susurra Norman.

Mierda.

Los caminantes se acercaban, Carl se encontraba herido, posiblemente algo más que eso, y obviamente Norman no estaba en condiciones de defendernos.

- ¡VEN AYÚDAME CON CARL! -grito captando la atención de Norman.

Este viene corriendo, cubriéndose el rostro por el fuerte golpe que le di hace un momento.

Coloco los brazos de Carl sobre mis hombros y Norman hace lo mismo.

Empezamos a correr todo lo que nos permitían nuestras exhaustas piernas.

- ¿Hacia dónde vamos? -preguntó Norman.

- No... lo sé -dije con la voz entrecortada.

Seguimos corriendo, ibamos lento ya que nos encontrabamos exhaustos, los caminantes se encontraban a pocos pasos de nosotros. Ingresamos a una habitación, pero debido a que Carl estaba reposado por nosotros, y a la cercanía que se encontraban los caminantes, no tuvimos el tiempo de cerrar la puerta, y los caminantes ya habían entrado a la habitación.

- Mierda ¿Qué hacemos? -gritó Norman.

Mire por todas partes en busca de una salida pero no encontré nada.

- Estamos rodeados -dije con la voz rasposa.

- Mierda -oí susurrar a Norman.

Los caminantes iban acercándose cada vez más hacia nosotros... creo, que este es nuestro fin...

- Hey, ¡por allí! -oigo el grito de Norman, sacándome de mis pensamientos.

Entre la penumbra, logró visualizar una puerta que señalaba ansiosamente Norman. Nos acercamos con dificultad a esta dispuestos a entrar, pero, no sin antes toparnos con un escritorio, que nos obstruía la entrada.

- ¡Debes moverlo ahora! -ordené a Norman.

Este rápidamente soltó a Carl, haciéndome cargar todo su peso, y fue directo hacia el escritorio, empujandolo con todas las fuerzas que le quedaban.

Los caminantes estaban muy cerca, pero Norman no lograba apartar el escritorio de la entrada.

- ¡Mierda, darte prisa! -grité muy desesperada.

- No puedo, es muy grande y pesado, no tengo tantas fuerzas -dijo con la respiración agitada.

Maldecí por lo bajo.
No tenia opción, si aguardaba a que Norman moviese el escritorio, posiblemente los caminantes ya nos hubiesen mordido, así que dejé a Carl cuidadosamente en el suelo, y fui a ayudar a Norman.

Debíamos apresurarnos y entrar allí, no por los caminantes, más bien por Carl, esta muy herido y necesito revisarlo pronto, no soy buena con los primeros auxilios, pero algo se me ocurrirá.

Lleve mi mirada hacia los caminantes, estos se acercaban cada vez más a Carl, al ver esto, de la nada, unas fuerzas inmensas salieron de mi, empujando el escritorio y dando paso a la entrada.

Rápidamente Norman se dirigió hacia Carl e intento levantarlo.

Un caminante se encontraba cerca de ellos así que corrí hacia allí, para matarlo.

- Ve, ¡Corre! -grité a Norman, ayudándolo a levantar a Carl.

Él fue corriendo con Carl en brazos, y entraron a la habitación.

Volteo, y me encuentro cara a cara con aquel caminante que se encontraba cerca. Rápidamente llevo mi mano hasta mi cinturón para tomar mi cuchillo.

No lo encuentro.

Retrocedo algunos pasos, para alejarme de aquel caminante.

Aprovecho la poca lejanía que me queda con este y busco mi cuchillo rápidamente. No lo encuentro. ¿Dónde esta?

<< Lo olvidaste en medio de tu pelea con Norman>>

Mierda.

El cercano gruñido del caminante me sobresalta, y vuelvo a retroceder, no tengo con que defenderme.
Mis pies se topan con un objeto haciendo caer de espaldas. Derrepente un fuerte agarre se apodera de mi tobillo. Es del caminante.
Trato de zafarme de su agarre pero no lo logro, ya no me quedaban fuerzas.

- ¡Norman! -grito- Ayúdame.

Él corre junto a mi y luego al notar la presencia del caminante retrocede lentamente. Instantáneamente su piel se torna pálida, y empieza a temblar. Niega con la cabeza.

Sabía que no iba a ayudarme.

Visualizo el arma que había utilizado antes, en su mano.

- Pasame el arma -grito.

Norman no responde, se queda congelado mirando al caminante.

- ¡NORMAN! ¡EL ARMA! -grité más fuerte.

Este seguía sin reaccionar.

Ya casi no me quedaban fuerzas, mis piernas se cansaban de tanto luchar contra aquel caminante. Sin mencionar, que aún tres de ellos se estaban acercando.

Carl te necesito.

El caminante seguía luchando, intentando morderme. Derrepente un pensamiento pasa volando por mi mente.

<< ¿Y si mejor me rindo? >>

Creo que no tengo más opción.

Un objeto puntiagudo hinca mi espalda, quitándome de mis pensamientos y haciéndome sobresaltar, llevo mi mano hasta allí y me encuentro con un pedazo de vidrio filoso.
Lo tomo y lo penetro en el cráneo del caminante.
Rápidamente me libero de su agarre, tomo a Norman, que aún seguía en estado de shock, y entramos a la habitación cerrando fuertemente la puerta por detrás nuestro.

Rabia, furia, decepción, todas y más emociones se cruzaban por mi mente al ver a Norman. Quería golpearlo hasta ya no más poder, pero no, eso lo dejaré para más tarde. Ahora Carl me necesita.

Lo fulmino con la mirada y voy hacia donde se encontraba Carl. Estaba recostado en el suelo, su espalda estaba apoyada por una pared. Me inclino hacia él, y busco su pulso.

No lo encuentro.

Mi corazón comienza a latir rápidamente. No quiero pederlo, no a él.

Norman se acerca a nosotros.

- ¿No debería haber sangre...?

Iba a callarlo, pero lo que dijo me inquieto. Tenia razón, no había manchas de sangre. Debido a la desesperación y a la angustia, no me detuve a ver la gravedad de su herida.
Miro confundida a Carl, y luego a la zona en donde le impacto la bala. Desprendo su camisa, buscando su herida, pero algo no me permite verla.

- Chaleco anti-balas -oigo susurrar débilmente a Carl- ¿Creíste? -tose- ¿Creíste que mi padre me hubiese dejado salir sin esto? -dijo débilmente y soltó una leve risa.

Un nudo se forma en mi garganta, intento decir algunas palabras, pero lo único que logro son soltar lágrimas.

- ¿Es - estas loco? -suelto con la voz entrecortada- Todo este tiempo pensé que la bala te había atravesado, y que estabas muy herido, casi muerto -digo desesperada- Casi me matas del susto -le doy un leve golpe en el hombro.

-Tranquila -dijo calmandome- La bala me impacto muy fuerte haciéndome caer inconsciente, y nada más. Estoy bien -sonrió.

- ¡Te odio! -digo entre lágrimas y lo abrazo lo más fuerte que puedo, como si fuese el último abrazo de mi vida.

El sonríe levemente y me devuelve el abrazo.

- Nunca me perderás -me susurra.

Una sonrisa invade mi rostro.

- Que bueno que estés bien -dice Norman.

Su voz, me regresa a la realidad, me separo de Carl y rápidamente me levanto acercándome a Norman otorgándole una bofetada.

Este gime de dolor.

- ¿Que te sucede? -dice sorbandose el rostro.

- ¿Qué, qué me sucede? Mejor dicho ¿Qué te sucede a ti? Mierda -grito- todo esto fue por tu culpa, aquellos -dije señalando la puerta- están aquí por tu culpa, él -señale a Carl- esta herido por tu culpa.

- ¡Oye! No todo esto es culpa mia, yo no fui el que jalo del gatillo -dijo defendiendose.

- ¡Pero si fuiste el cobarde que no me ayudó a matarlos! ¡CASI MUERO POR TU CULPA! ¿Por qué no me pasaste el arma? -trague saliva- ¡Casi muero! -grité.

Me percate de como este comentario hizo tensar a Carl, sintiendo su penetrante mirada.

Norman se quedo en silencio observándome.

- Lo lamento -soltó.

- ¿Lo lamentas? ¿En serio? -dije sarcástica- ¿Eso es lo único que dirás?

- ¿Y que quieres que te diga? Entre en pánico ¿si? Nunca antes había matado a un caminante, no sabia como reaccionar o que hacer -dijo rápidamente.

Juro que en ese momento mi respiración se detuvo.

- ¿Qué nunca, qué? -replique, esperando haber oído mal.

- Nunca los había matado antes -dijo cabizbajo.

Ahora si que iba a golpearlo.

En eso unos brazos me toman por los hombros, haciéndome retroceder.

- Tranquila -me susurra Carl, dandome una mirada pacificadora.

¿Cómo podría mantenerse así de tranquilo, en medio de todo esto?

- Si nunca habías matado a un caminante, ¿por qué decidiste acompañarnos a esta misión? -preguntó Carl a Norman.

- Necesitaba buscar algunas cosas -dijo levantando su mirada.

- Pero si todo lo que necesitas está en la prisión. Además pudiste habernoslo pedido, y te lo traíamos -dijo Carl.

- Pero estas son otros tipos de cosas -respondió con una voz débil.

- ¿Qué tipo de cosas? -dice Carl mirándolo directamente a los ojos.

Norman lleva rápidamente su mirada de su mochila a Carl. Instantáneamente voy y reviso la mochila de Norman, este intenta detenerme pero ya era tarde.

Veneno.

Su mochila estaba repleta de estos, veneno de ratas, insectos y de todo lo que te puedas imaginar. Además de algunos cuchillos y otras cosas letales.

Mis ojos se abrieron como platos.

Carl me miró confundido y le muestro el contenido de la mochila. Este saca rápidamente un cuchillo de su pantalón y lo apunta hacia Norman.

- ¿Qué pensabas hacer con todo esto? -pregunta Carl molesto, señalando la mochila.

- Nada, lo juro -se defiende Norman levantando los brazos.

- ¿Y entonces para que los guardas? -pregunté cruzandome de brazos.

Un silencio invadió la habitación, solo se escuchaban la pesada respiración de Carl y los gruñidos de los caminantes provenientes del otro lado de la puerta.

- ¡RESPONDE! -grita Carl, acercando el cuchillo hacia el cuello de Norman.

Este sólo niega con la cabeza y traga fuertemente saliva.

Derrepente los gruñidos de los caminantes cesaron y la puerta se abre, aparecen Daryl y Maggie apuntandonos.

- ¡DARYL! -grito de la alegría.

- Pequeña -dice este con una sonrisa.

- Escuchamos un disparo y vinimos lo más rápido. ¿Están todos bien? -pregunta Maggie desesperada.

Daryl observa a Carl apuntando a Norman y cambia su expresión a una confusa.

- ¿Qué demonios sucede aquí? -pregunta mirando a Carl y luego a Norman.

[...]

Salimos de la habitación y Maggie se ofreció a ver si Carl se encontraba bien. Mientras, Norman hacia guardia.

- ¿Qué fue lo que sucedió? -me pregunta Daryl, tomándome del brazo, alejándonos de los demás.

Tiro la mochila de Norman a sus pies. Este se inclina y la revisa, toma un envase de veneno y lo lee. Bufa y lo tira fuertemente al suelo.

- ¿Para qué lo necesita? -pregunta entre dientes.

- No tengo idea, pero se que no es para algo bueno -digo observando a Norman.

- Será mejor irnos ahora -dice Daryl volteandose, dispuesto a salir.

- ¿Qué haremos con Norman? -pregunto a sus espaldas.

- Será mejor que lo llevemos, y que lo hablemos con Rick y los demás -dijo marchándose.

Asentí y me dirigí hacia donde se encontraba Carl y Maggie.

- ¿Cómo estás? -pregunto a Carl.

- Estoy bien -dice reincorporandose- ¡AUCH! -gime

- Tiene el tobillo lastimado -dice Maggie ayudándolo a levantarse.

- No es cierto, casi ni lo siento -dice Carl zafandose de la ayuda de Maggie- Yo puedo sólo -dice apoyándose sobre un mueble, como apoyo para levantarse.

Maggie echa un suspiro.

- Está bien, ¡ya es hora de irse! -grita Daryl.

Maggie toma su arma y se ubica detrás de Daryl y Norman.

- Déjame ayudarte -digo.

- No, yo puedo -responde Carl incorporándose y dando un leve paso hacia delante. Este tambalea y gime- Está bien, ayúdame -rodeo los ojos y colocó sus brazos por encima de mis hombros.

Salimos de allí, y nos dirigimos a la habitación de primeros auxilios en la que nos encontrábamos antes y tomamos la mochila con todos los elementos necesarios dentro de ella. También tome mi cuchillo que se encontraba cerca de allí.

Nos dirigimos a la entrada pero algo nos alarmó.

Esta estaba repleta de caminantes provenientes de afuera. Sus gruñidos y rasguños contra la delgada puerta de vidrio me hacían erizar la piel. Noté como Carl se tensó ante esto.

- Silencio -susurra Daryl- No queremos llamar su atención.

- ¿Que haremos? -preguntó Maggie, despacio para no captar su atención.

Daryl observó por todas partes en busca de alguna salida.

Un disparo ensordece mis oidos. Este provenía detrás nuestro. Todos nos volteamos, y visualizamos a un caminante yacido en el suelo, y a Norman, con el arma entre sus manos apuntandolo.

- Mierda -susurra Daryl.

Y otro fuerte ruido sucede.

Aquella delgada puerta que nos separaba de los caminantes ya no estaba, y aquellos caminantes que se encontraban lejos, estaban aproximándose rápidamente hacia nosotros.

- ¡Corran! -oigo gritar a Daryl.

Mis piernas velozmente toman el control y se mueven como nunca antes. Carl, hacia todo lo posible, pero, aún así iba lento debido a su tobillo lastimado. Daryl, que se encontraba por delante nuestro, se regresa y me ayuda a cargar a Carl.
Maggie se encontraba encabezando el grupo matando a los caminantes que se interponían en nuestro camino.

Norman, pues, el corría por detrás de ella.

Unos caminantes se acercan hacia nosotros y Daryl suelta a Carl para así matarlos y darnos más tiempo de escapar.

- ¡Vamos Carl! -grito tratando de darle aliento.

- No puedo -suspira- sigan sin mí. Solo los estoy retrasando -dijo quitando su brazo de mis hombros.

- No digas eso -digo colocándolos de nuevo.

- Por mi culpa los caminantes nos alcanzarán, debes dejarme aquí.

- Mira Carl, no lo haré. Así no funcionan las cosas, los dos estamos juntos en esto ¿si? Si tu caes, yo caeré contigo -sonrio- Saldremos juntos de aquí, lo prometo.

Él regresa su mirada hacia adelante y siento que camina más rapido.

En eso llega Daryl y nos ayuda, haciendo movernos aún con más facilidad.

Maggie abre una puerta y nos grita:

- ¡Entren todos aquí!

Llegamos hasta allí y entramos, cerrando la puerta por detrás nuestro. Maggie nos observó y dijo:

- ¿Y Norman?

- ¿Acaso no iba contigo? -preguntó Daryl.

Ambos abrieron la puerta, buscando a Norman. Deje a Carl sentado en una silla y me dirigí junto con los otros.

- Por allí -dice Maggie, señalando a Norman.

Estaba rodeado por dos caminantes.

- ¡NORMAN! -grita Daryl llamando su atención.

Él nos observa e intenta acercarse hacia nosotros pero un caminante se interpone.

- ¡Matalo! -grita Daryl

Norman niega con la cabeza y huye por el pasillo detrás de él.

- ¡NORMAN! -grita Maggie desesperada.

Su grito llamo la atención de varios de los caminantes se iban acercando así que Daryl tuvo que cerrar la puerta. Colocamos una mesa, como traba, para mayor seguridad.

Después de eso escuchamos tres disparos y el fuerte grito desgarrador de Norman.

Maggie me observó, y pude notar la tristeza y decepción en su mirada.
Me lo había advertido, no quería que nadie muera.

Se levantó y se marchó por algún lugar de la habitación.

[...]

Ya teníamos que irnos, los demás deben estar muy preocupados.

En la habitación se encontraba una ventana, por ella escaparíamos.

Cuando repusimos fuerzas y tomamos todo lo que nos pudiera servir, nos dispusimos a escapar. Primero saltó por la ventana Daryl, luego Maggie, yo, y por último Carl.

Nos dirigimos silenciosamente hasta el auto y nos fuimos a la prisión, con todos los elementos que necesitaba Beth.

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#FRASEDELDIA
"Una persona que realmente te conoce ve el dolor en tus ojos, mientras los demás creen que sonries"

>Está semana trataré de publicar dos capítulos más<

Las quiero💟
XOXO

PD: Daryl en multimedia

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