Capítulo 11 - ¿Por qué lo hiciste?

-NARRA CARL-

Tal vez Glenn no esté del todo equivocado, tal vez si me este enamorando de Emma.

O tal vez no.

Mierda, ¿Por qué todo debe ser tan complicado? ¿Por qué simplemente las cosas no son como lo eran antes, cuando eramos niños? Cuando de niños amabamos, ese si era un amor puro y verdadero. Y estabamos seguro de ello, demostrandolo con toda la valentia y seguridad posible. Era simple.
Ahora ni siquiera logro entender mis propios sentimientos.

- Carl, ¿me oyes? -dice mi padre quitándome de mis pensamientos.

- Oh, si. Si. -titubeo.

- ¿En que tanto piensas? -dijo colocándose de cuclillas, revolviendo la tierra del cultivo.

- Nada importante -me acomodo el sombrero que llevo puesto- Mejor continuemos plantando las semillas -digo tratando de cambiar de tema.

Mi padre me mira confundido, niega con la cabeza, y continúa su trabajo.

- Papá -digo- ¿Cómo supiste que mamá era la correcta?

Tal vez él pueda ayudarme a aclararme una idea sobre mis sentimientos.

Una sonrisa se forma en su rostro, se levanta y limpia sus manos llenas de tierra por su chaqueta.

- ¿A qué se debe esa pregunta, muchachito? -pregunta con una sonrisa picarona.

- Sólo por curiosidad -respondo, tratando de evitar hacer contacto visual- ¿Y? ¿Cómo fue que lo supiste? -insistí a mi anterior pregunta.

- Desde que la vi, -dijo mirando hacia otra dirección- supe que era la correcta -sonrió- Ella me hacía sentir único, y fuerte, hasta en mis peores momentos. Me hacía sentir miles de emociones que no podrían ser explicadas -regresó su vista junto con la mía- Ni siquiera la palabra "amor" expresaba todo lo que sentía por tu madre. -miro un momento a sus pies, negando con la cabeza, y volvió a levantar su cabeza, acompañada con una sonrisa- Tal vez "loco" sea la palabra que describa mi amor hacía ella, -soltó una leve risa- ya que era capaz de realizar cualquier locura, con tal de verla sana y feliz -suspiró- ¿Tienes a alguien especial?

- Creo... creo que sí... -digo mirando la tierra de los cultivos- Pero, no sé si ella sea la correcta -opino dudoso.

Mi padre lleva la vista hacia otro lado, como pensando que decir.

- ¿Qué sientes cuando la vez? -me preguntó derrepente, con su sonrisa ladeada.

- Siento de todo y a la vez nada -suspiro- Con sólo escuchar su risa, se me alegra el día. Me encanta oírla hablar, y mucho más cantar -sonrio, al recordar la primera vez que la oí cantar- Y siento un vacío cuando no estoy con ella -remojo mis labios con mi saliva- Sólo quiero verla feliz -concluyo, alzando la vista directo a los ojos de mi padre.

- Eso es amor, hijo -dice él, con una sonrisa mostrando todos sus dientes.

- Pero no creo que ella me ame. -suspiro fuerte- Tuvimos una pelea en estos días, y las cosas están muy tensas entre nosotros -bajo de nuevo la vista hacia el suelo.

- Oye -se inclina a mi altura, colocando una mano en mi hombro- ¿Un consejo? -lo miro a los ojos- Ve, y díselo ahora cuanto la amas, antes de que sea tarde.

Lo miro dudoso, y luego asiento.

Debía hacerlo. Además, ¿Qué pierdo al intentarlo?

Ambos sonreímos.

- Gracias pa -lo abrazo.

- No hay de que -palmea mi espalda, y se separa del abrazo- Ahora ve, y díselo. Y no te detengas hijo.

Le dedico una última sonrisa y corro en dirección a la prisión.

Voy a decírselo. Le diré cuanto la amo.

Iba corriendo, abriéndome paso entre toda la gente que se encontraba allí afuera. Oía muchos quejidos por detrás mío, pero eso no iba a detenerme.

Todo iba bien hasta que se oyó un disparo. Provenía de la prisión.

Me detuve en seco.

Gritos, gritos de personas se escuchaban, varios de ellos salían de adentro de la prisión como si su vida dependiese de ello, algunos llenos de sangre.

Mi corazón empezó a acelerarse, corrí hacia el lugar donde se encontraban. Preguntaba que estaba ocurriendo, pero nadie respondía, solo gritaban, y algunos incluso lloraban. Tenían el rostro pálido, y a las vez horrorizado, como si hubiesen visto el mismísimo infierno arder frente a sus ojos.

Seguía insistiendo con mis preguntas, pero no obtengo respuestas, lo único que consigo saber es un simple "No lo sé".


Alguien choca bruscamente contra mí, haciéndome caer. Levanto la vista, y me encuentro con Daryl.

- ¿Estas bien? -me pregunta ofreciéndome la mano para levantarme.

Me levanto sin su ayuda, sacudiendome el polvo de mi pantalón, y lo miro confundido. Su rostro revelaba mucha preocupación, su pecho palpitaba fuertemente, y su respiración era acelerada.

- ¿Que está ocurriendo? -pregunto casi gritando, debido a los fuertes gritos de los demás.

Sea lo que sea, se que no es nada bueno.

- Problemas -hace una pausa- Problemas en el bloque D -y se va corriendo hacia aquel lugar.

Mierda.

Emma.

-NARRA EMMA-

- ¡AHH! -oigo un fuerte grito desgarrador, que me despierta de golpe.

Proviene del nivel de abajo.

Rápidamente me levanto de mi cama y tomó mi arma que se encontraba en una pequeña mesa, junto a mi cama.

Observo hacia donde se encuentra Beth. Su respiración esta acelerada, y su rostro más pálido que la nieve.

- ¿Qué ocurre? -pregunta, con la voz entrecortada.

Ahora se oían más gritos.

Niego con la cabeza, y me dispongo a salir de la celda.

Los horribles gritos me hacen estremecer. Un nudo en el pecho se me forma.

¿Qué está ocurriendo?

Doy pequeños, y lentos, pasos hacia la salida de mi celda. Siento la presencia de Beth a mis espaldas.

Trago fuertemente saliva, y salgo de la celda.

OH POR DIOS.

Esto no puede estar sucediendo.
Díganme que estoy soñando.


Caminantes.


Caminantes por todos lados, mordiendo a personas inocentes, abriendo sus entrañas, comiendolos.

Es una escena horrible.

Mi respiración se acelera, y siento la respiración de Beth hacer lo mismo.

Observo la catástrofe que sucede abajo, y analizó la situación. Estos mutantes no se han dado cuenta aún de la presencia de personas en el segundo nivel. Espero que la cosa se mantenga así...

Varias personas del segundo nivel se encontraban fuera de sus celdas, impactados por lo que ocurría allí abajo. Llamo su atención, silenciosamente, y les hago una seña para que preparen sus armas. Hay que estar listos para atacar.

- Beth -susurro, volteando hacia la chica que se encontraba atrás mio- Debes entrar a la celda, y quedarte allí -miro una vez más la escena horrible de abajo, y vuelvo la vista hacia Beth- y no salgas de allí ni por nada del mundo.

Prefiero que ella se quede allí dentro, segura. Beth era una chica fuerte, pero no era muy ágil con las armas, y no quiero que le suceda algo...

- ¿Y tú? ¿Qué haras? No te dejaré sola -dice algo fuerte. Se nota la desesperación en su voz.

- Shh -siseo- Tranquila, estaré bien. Lo tengo bajo control -la tomo por los hombros- Ahora ve, y encierrate allí, y no salgas hasta que todo este bien -trago saliva- ¿Si?

Ella asiente rápidamente, y me da un fuerte abrazo.

- Cuídate -me susurra, antes de ir corriendo hacia la celda.

Trato de parecer lo más calmada posible para Beth, para que no se preocupe por mí, hasta que desaparece de mi panorama.

Mierda, ¿Y ahora qué? ¿Qué se supone que deba hacer?

Busco con la mirada la celda de Jake. Tal vez él sepa que hacer. Su celda se encuentra en el mismo nivel que la mía. La encuentro, y también a Jake, observando horrorizado aquel panorama mounstroso. Trato de llamar su atención, soltando pequeños y débiles siseos de mis labios, él los escucha.

Creí que al encontrarlo, me daría una respuesta para resolver todo esto. Pero lo único que veo, es confusión y horror en su rostro. Él estaba igual de perdido que yo.

Llevo mi vista obligadamente hacia el nivel de abajo, evitando mirar a aquellas personas siendo mordidas; lo cual me resultó imposible, tratando de idear un plan para matar a todos los caminantes, o simplemente un escape.
Pero no se me ocurre nada.

El pánico y la desesperación hacen cegarme por completo, dejándome la mente en blanco.

Una pequeña silueta capta mi atención en el nivel de abajo. Su melena rubia y sus gritos me resultaban conocidos. Era Mika. Estaba corriendo, pero no veo de quien. Busco con la mirada y veo a un caminante persiguiendola. Mika llega hasta un lugar sin salida, y el caminante la acorrala. Se iba acercando cada vez más a ella, y nadie iba a poder ayudarla. La pequeña no podía hacer nada, más que esperar su dolorosa muerte. Pero no iba a tolerar eso. Entre en desesperación y lo único que hice fue gritar:

- Mika, ¡ABAJO!

Y disparé a aquel caminante que estaba por morderla.
Supe que fue una mala idea, desde el momento en que aquellas palabras salieron de mi boca. Llamé la atención de todos los caminantes, haciendo que varios de ellos suban al segundo nivel.

He puesto la vida de todos nosotros en riesgo.

Ya no me quedaba tiempo de idear un plan, los caminantes se aproximaban cada vez más hacia nosotros.

Lo único que me quedaba era matar.

- TODOS, ENTREN A SUS CELDAS ¡YA! -grité, mientras disparaba a varios caminantes.

Jake y otras personas mataban a todos los caminantes que podían, mientras que yo me aseguraba que todos los niños y ancianos, se encuentren en un lugar seguro.

Ya había terminado en el segundo nivel, así que me acerqué a las escaleras para bajar, cuando un cercano gruñido se oye por mis espaldas.

- ¡EMMA CUIDADO! -oigo gritar a mi amiga.

Luego todo sucede muy rápido...

Volteo y logro visualizar una melena rubia interponiendose entre el caminante y yo. Esta me empuja haciéndome caer en las escaleras, evitando que aquel caminante me muerda, no sin antes presenciar como esa cosa le mordía el cuello, y su sangre caliente salpicaba mi rostro.

Siento golpes en todas partes, el barrote de la escalera chocando contra mi cabeza, un escalón hincando mi espalda... todo. Mientras oigo los desgarradores gritos de la muchacha que salvó mi vida.

¿Por qué lo hiciste Beth? Te pedí que te quedaras en la celda..., pero tuviste que salvarme.

Al estrellarme contra el suelo, me siento muy mareada, todo el cuerpo me duele... Pero lo único que hago es gritar, gritar hasta ya no más poder.

- ¡BETH! ¡NOO! -grito, mientras lágrimas caían sin parar de mis ojos.

Los gritos dolorosos de aquella chica se volvían cada vez más tenues

La garganta me dolía de tan fuerte gritar, el cuerpo me dolía por la inesperada caída, pero nada me importaba.

Trato de levantarme, con ayuda de los barrotes, en un intento en vano de salvar a mi amiga. Pero vuelvo a caer.

- ¡BEEETH! -sollozo fuertemente atrayendo a muchos caminantes.

Pero sus gritos ya habían cesado. Ya era muy tarde.

- ¡BETH! ¡NOO! -vuelvo a gritar, mientras mis lágrimas no dejaban de caer- ¿POR QUÉ? ¡BETH! -insistía.

- ¡EMMA! -oigo gritar a alguien, más fuerte que aquellos horribles gruñidos que se apoderaban de la habitación.

Dirigí mi vista nublosa hacia donde provenía el grito, pero no podía ver nada por el muro de caminantes que me estaban rodeando.

Ya no tenía fuerzas.
Ya no.

Se oyen disparos, y los caminantes que en algún momento me estuvieron rodeando, cayeron sin vida al suelo.

Mis párpados pesaban, y la habitacion me daba lentas y retorcidas vueltas. Me pregunto si en algún momento me desmayaré. Aún así intento buscar a la persona, dueña de aquella voz. Logró visualizar una silueta acercarse junto a mí, recogiéndome del suelo.

- Emma, ¿Estás bien? -dijo mientras aquellos ojos azules se posaban preocupados en mi rostro.

Siento un fuerte dolor en la zona baja de mi abdomen. Llevo mi mano hasta allí, soltando un gemido.

Aquel chico, seguía disparando a los caminantes que se acercaban hacia nosotros, mientras trataba de llevarme, a pasos lentos y dificultosos, hasta la salida.

Casi todo mi peso estaba apoyado sobre él, mis debiles piernas seguían funcionando un poco, casi nada. Intentaba ayudarlo, a matar a los caminantes, pero sería inútil. Ni siquiera puedo mantenerme de pie por mi misma.

Siento una fuerte puntada en mi abdomen, que por cierto, ardía como los mil infiernos, bajo mi mirada hasta esa zona y quitó mi mano de allí, la siento húmeda, la observo, y veo que la palma de esta, está inundada de aquel líquido rojo espeso. Estaba perdiendo sangre, y demasiada.

Ya no podía resistir, y puse todo mi peso sobre el chico.

- Emma, quédate conmigo -gritó él, al notar lo débil que me encontraba.

Cada vez me sentía más mareada, mis lágrimas no paraban de correr, y mi panorama se iba tornando negro.

- Carl -digo, haciendo que el chico se volteé preocupado hacia mi- Ayúdame... -susurro.

Y luego todo se vuelve oscuro.

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😄¡Hola babys! 😄
¿Cómo están? *-*
Les traje este capítulo como recompensa por mi larga ausencia.
Esta algo corto, lo sé, lo sé, pero algo es algo ¿no?

:( No me odien :(
(T-T)
😢😭

¿Les gustó el capitulo?
😉😊
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☆ Y sus sensuales votos ☆

Gracias por leerme

XOXO

PD: Carl en multimedia e.e

PD2: Lo siento Beth

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