—¿Hola? —Pregunté.
—Creí que no vendrías, tardaste mucho en llegar —Dio la vuelta.
—¿Qué estas haciendo aquí? —Pregunté algo sorprendido.
—Seguro creíste que no me volverías a ver —Mencionó riendo.
—Eso deseaba, pero ya veo que no se hizo realidad —Respondí.
—¿Me has extrañado? —Preguntó acercándose.
—Estuve ansioso por verte y acabar contigo —Respondí acercándome a él.

Quedamos cerca el uno al otro.

—Pues ya me tienes aquí —Paso la palma de su mano encima de mi hombro, bajándola rápido.
—Me asegurare de no tenerte más cerca de mi.

Di la vuelta para volver a casa.

—¿Y Eddy? —Preguntó.
—¿Cuál Eddy? —Rio.

Sabía de quien me hablaba, pero pretendía olvidarme de él.

—Idiota —Rio una vez más.

Iba camino a casa, recorriendo el mismo camino de siempre. Me pareció raro ver a alguien parado en la puerta de mi casa, pero conocía perfectamente a esa persona, pase alado de él sin mirarlo, él se hizo a un lado dejando que yo siga, intente abrir la puerta lo más rápido que podía, pero ¡NO PODÍA!

—Déjame ayudarte —Intento quitarme las llaves.
—Puedo solo —Dije molesto —No necesito de ti —Eddy dio un suspiro.
—¿Fuiste a verlos? —Preguntó.
—Si —Respondí mirándolo.
—Imagino lo duro que debe ser para ti.
—No, no tienes idea —Respondí quitando mi mirada que estaba en el.
—Sabes Asher... —Interrumpí.
—Dirás que lo sientes —Conteste —Pero no importa.
—Yo debí haberte dicho... —Interrumpí.
—Te he dicho que no importa —Al fin se abrió la puerta.
—Asher... —Cerré la puerta en su cara.

Me arrincone encima de ella, de espaldas, di un gran suspiro y me pregunté el porque me habías dejado, intentaba hallar respuesta a esa pregunta, pero... nunca pude, mis lagrimas empezaban a salir, pero sabía que debía parar, las sequé con las mangas de mi abrigo y subí hasta mi habitación. Me tiré a la cama, y sin querer estaba pensando en Eddy, recordé tanto de él, que me hacía falta en ese instante, de hecho todos los días.

Cerré mis ojos e intenté dormir, desearía haberlo hecho por siempre.