Preparar un pastel


Nara.

—Este lugar es muy pequeño.

Seokjin se quejaba mientras estaba recargado en la pared, yo estaba batiendo un poco de masa, sin prestarle mucha atención.

—No es pequeño, solo que estás acostumbrado a lo ostentoso —termino de batir y dejo el cuenco junto a la estufa —tenemos una cocina, una pequeña estancia, el baño y la habitación, es perfecto para Reiko y para mí.

—Estaría mucho mejor que vivieran conmigo.

—Trabajo aquí, Reiko está asistiendo a la escuela también, tu casa está muy lejos —me acercó al frigorífico —mejor ayúdame a cortar las fresas.

—Nara —no me dejo abrir la puerta — ¿Puedo ser un poco mas exigente?

—No estas siendo nada exigente.

—Así es.

Me giro y me puso con el frigorífico, se arrodillo metiendo las manos debajo de la falda de mi vestido, aun me asustaba un poco su tacto pero no de una manera negativa. Me sostuve de sus anchos hombros.

—Jin...

—¿Si?

Dijo mientras encontraba el elástico de mi ropa interior tirando con delicadeza hacia abajo.

—El pastel, el pastel —su boca se acerco a mi sexo —esta en el horno.

—Según tu temporizador le faltan veinte minutos para que este listo —dio la primera lamida —se que puedo hacer que te corras en menos tiempo que eso.

Alzo mi pierna para subirla en uno de sus hombros, su lengua se hundió al primer contacto después salió dando otra lamida mas hasta llegar a mi clítoris, empezó a hacer círculos pequeños, y a presionarlo.

—Por dios Jin.

Mis uñas se encajaron en su piel, mi espalda estaba totalmente contra el refri y mis ojos hacia el techo, pero no veía con claridad, solo podía escuchar sus gruñidos de placer, el vestido rozaba mis pezones y me molestaba tenerlos tan sensibles.

Sentí dos dedos y apenas entro la punta, el calor en mi vientre subió llegando al clímax, succiono un poco más ocasionando que otro orgasmo mas llegara sin aviso. Me alcanzo a sostener.

—Si que estas sensible.

—Me tiemblan las piernas.

—Y eso que solo te devore, hará falta tiempo para nosotros, sería una ventaja más si te mudas conmigo.

Saque las fresas como pude y las deje en la barra para tomar la tabla y comenzar a picarlas, tome una y mire a Seokjin mientras la comía.

—Igual, si puedes mandar a alguien a recoger a Reiko tendríamos un poco mas de tiempo en ahora y podríamos seguir en la habitación.

No dijo nada, se lavo las manos, me quito las fresas y las corto de manera rápida y precisa, el temporizador sonó, el saco su teléfono marcando un numero sin ver.

—Jimin, Reiko sale de la escuela a las dos de la tarde, pasa por ella. Si tráela a la casa de Nara, si aquí le celebraremos el cumpleaños.

Cerro su teléfono y me observo sin decir nada por un segundo se empezó a quitar la camisa.

—¿A dónde planeas llevarme?

Sentía la fresa que me había comido atorada en la garganta, estoy muy segura de que Seokjin debió salir de algún libro de fantasías eróticas, su cuerpo es una especie de delito, con todo y las cicatrices que algunas se perdían entre su abdomen, mi entre pierna palpitaba por volver a tener dentro de mí, todos los más bajos instintos se me despertaban con este hombre. Camine tratando de mantener la calma, lo tome de la mano para irnos a la habitación, me quite el vestido mientras el me observaba.

—Como dije mi preciosa Nara —quito en cinturón de su pantalón —seré más exigente — sus pantalones y ropa interior desapareció, dejando ver lo grueso y grande de su erección —lo primero de esto será atarte un poco, si te incomoda me lo tienes que decir y me detendré haremos lo que más se te acomode.

Me tomo de las muñecas atándolas al frente, su erección se me pegaba al estomago y la ansiedad se me acumulaba en el vientre.

—Pasa tus manos por mi cabeza ahora.

Se inclino para que hiciera lo que me pidió en cuanto mis manos estaban detrás de su nuca me levanto clavándose como si su miembro conociera el lugar exacto donde debía entrar, mis manos se tensaron por el ataque repentino, pero la facilidad con la que entro demostraba lo húmeda que estaba por él.

—¿Por qué te sientes tan bien? —gruño antes de empezar a moverme sobre de él, sus manos sujetaban mi cadera la cual movía sin ninguna dificultad —¿Tienes idea de todos los actos impuros que deseo hacer contigo?

Iba hablar deseando saber mas, pero me beso antes de poder contestar, siguió moviéndome.

—Pero, aunque pienses que ya puedes hacerlo, no es así, no es momento mi pequeña Nara, aun no es momento.

Me llevo hasta la cama para acostarme soltando mis manos, mis caderas quedaron en la orilla mientras me tomaba de los tobillos para alzar mis piernas y seguir con los embistes, la manera en que cada vena de su brazo se marcaba al ejercer la presión en mi piel me descolocaba por completo, mis pechos rebotaban con salvajismo, mis gemidos aumentaban y el deseo en sus ojos salía de manera intensa.

—Seokjin voy a...

Se dejo de mover, yo le di una mirada asesina, mi orgasmo estaba a nada de llegar.

—Pídelo —sonrió —pídeme que te deje correrte.

—Jin —me relamí los labios moviendo mi cadera —por favor, déjame correrme.

—Lo haremos juntos, y te llenare tanto de mí que tu coño solo deseara tener mi semen.

Volvió a moverse cada vez más rápido, mientras besaba mis pantorrillas, arquee mi espalda cuando toco un punto clave dentro de mí, que causo que los espasmos fueran tan fuertes que lo apretaron en mi interior exprimiéndolo por completo.

—Un poco más Jin, por favor...

—Solo un poco más, aun debemos decorar el pastel.

Volvimos a estar en la cama, hasta saciarnos nuevamente, nos bañamos juntos y dejo algunas marcas en mis hombros donde sus labios gruesos succionaron la piel hasta sacar unos gemidos agudos de mí.

—No sabia que eras bueno decorando los pasteles.

Su mirada se mantenía fija en la decoración, la manga pastelera la tomaba sin ningún problema.

—Ya deberías de haberte dado cuenta que se hacer maravillas con las manos —el tono rojo de mis mejillas solo le podía hacer competencia a las fresas que cubrían al pastel — solo espero que le guste a Reiko.

Terminamos de arreglar el pastel, en la mesa estaban los lugares listos, comeríamos pollo frito pues fue lo que pidió Reiko para este día.

Cuando tocaron el timbre Seokjin fue abrir la puerta, yo salí poco después, chorizándome por la escena, Jimin venia furioso con Reiko en brazos, ella lloraba en su hombro.

—Solo déjame hacerlo Jin, yo hare el trabajo.

—¿Qué sucedió?

—Onee-san.

Me extendió los brazos, inmediatamente la fui a cargar, su cabello estaba mal cortado.

—Explícate Jimin.

—Cuando llegue por ella, salió de entre unos arbustos llorando ya, no alcance a ver nada por que mi prioridad era ella, pero al parecer algunos de sus compañeros le decidieron cortar el cabello.

—Ellos dijeron que mi cabello era horrible, entonces lo cortaron...

Volvió a llorar en mis brazos, Seokjin se acerco a nosotras, acaricio su espalda.

—¿Tienes los nombres querida?

—Seokjin no creo —me miro y me negó con la cabeza.

—No hare nada en contra de los niños, no de manera directa, aunque si le dices a Jimin, el los asesinaría sin temor alguno, yo me iré hacia sus padres, esto no se va a quedar así.

Fui por las tijeras y acomodé el cabello de Reiko, le había quedado muy corto, pero seguía viéndose hermosa.

—Pide un deseo Reiko.

—Que Sanha quede calvo.

—Se puede cumplir.

Al día siguiente fuimos los dos a la escuela de Reiko...








¿Listos para ver que hara Seokjin en la escuela de Reiko?

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