Juego de poder
Nara.
Jimin esta acomodando su cabello hacia atrás lucia tranquilo y nada amenazante, los guardias de mi padre casi le doblaban el tamaño, pero yo sabia que Jimin era aun más peligroso.
—Jimin—suplique.
—Tranquila nena, todo esta bajo control —se coloco un par de guantes negros —yo me encargare.
—Sera mejor que te alejes mocoso, esto no es de tu incumbencia, no sabes en donde te estas metiendo —el que me tenia del brazo hablo con voz fuerte luciendo aún más amenazante.
—Casi quiero pensar que me darán alguna clase de problemas.
Jimin corrió en dirección opuesta a nosotros yendo hacia donde estaba mi padre, los guardias me soltaron para ir en defensa de mi padre, Jimin rio como si estuviera jugando algo infantil, pues se barrio y dio un giro lanzando un par de cuchillos los cuales se incrustaron en las manos donde tenían las armas los sujetos, fue tan solo un segundo y ellos estaban hincados sosteniéndose la herida.
Mi padre me observo sin sentir alguna clase de amenaza por parte de Jimin, encendió un habano de manera tranquila, yo sentí un escalofrió en todo el cuerpo y sola fue caminando hacia él, mis ojos se llenaron de lágrimas, tenía demasiado miedo aun como para llevarle la contraria. Jimin seguía ocupado con los guardias, así que no se había dado cuenta que yo estaba caminando hacia el monstruo que aun me tenia controlada.
—Eres muy buena niña Nara, siempre lo has sido, vámonos a casa, solo seremos tú y yo.
—Nara —esa voz —¿A dónde crees que vas?
—Jin —cuando lo vi corrí hacia él —Jin yo...yo...
—Shh, Shh tranquila, estoy aquí —me abrazo contra su pecho —esta es mi carta comodina Usami, huye por última vez, no expondré a mi mujer a esto, aquí, pero es seguro que te atrapare.
—Es mejor vuelvas a casa Nara, tu y tu hermana deben de volver, este sujeto no podrá protegerlas siempre.
Escuche el murmullo de la gente de alrededor, yo seguía sin querer mirar nada, solo sentí cuando me levanto en brazos, no podía dejar de temblar, escuche las puertas del auto abrirse y me sentó de manera delicada.
—Hermanita —Reiko se lanzo a mis brazos y yo la recibí apretándola con fuerza —hermana estaba tan asustada, cuando Minnie dijo que había problemas, luego vi a papá.
Empezó a llorar mientras se aferraba a mi ropa, no me quedaba mas que soportar las ganas de llorar también, tenia que ser fuerte por ella, así que la fui consolando todo el camino. Jin iba muy serio. Jimin no se regreso con nosotros, por lo que también me puse algo nerviosa.
Reiko se durmió en mis brazos, Seokjin la bajo para llevarla hasta su cuarto aquí en su casa, en cuanto se aseguro que estaba cómoda salió y me alzo en brazos, mis piernas se enredaron en su cintura, nos fuimos a su habitación, se sentó en la cama conmigo encima aun.
—Ya no tienes que ser fuerte tu sola, llorar esta bien.
Me derrumbe el dolor que sentía en el pecho salió y estaba llorando como nunca, mis sollozos cubrían toda la habitación, su hombro estaba empapado de mis lágrimas, él no me soltó ni un solo momento mientras continuaba llorando.
—Pensé que ya estaba bien, pensé que podría enfrentarlo si llegaba a toparlo, me sentía mas fuerte, pero no fue así, lo único en que pensaba era en ir antes de que se molestara más.
—Eso no te hace débil, eres la mujer mas fuerte que conozco, tu instinto lo hacia por proteger a Reiko —me separo de su cuerpo, me frote los ojos mientras trataba de controlar mi hipido —te voy hacer una promesa, esta es la ultima vez que tienes que enfrentarlo así, jamás tendrás que ocultarte de tu padre de nuevo, no tienes que cambiar tu nombre, ni tampoco dejar de salir, ya no más.
—No quiero que te dañe, es un hombre peligroso Jin.
—Yo también mi amor.
Seokjin.
Soy bueno en demasiadas cosas, además de que nunca he tenido la necesidad de pedir favores, sin mencionar que una de las cosas que mas disfruto de hacer mi trabajo es acabar con aquellos que se entrometen en mi camino, claro que yo no termino excitado ni lleno de sangre como Jimin, pero el placer es tan similar a un orgasmo, que a veces deseaba que me provocaran mas seguido para poder asesinarlos.
Usami Kento se acaba de convertir en mi objetivo primordial. Si ya deseaba descuartizarlo, ver llorar a Nara de esa manera me hizo imaginarme todo lo que le hare y el como lo voy a disfrutar, durmió muy poco anoche, apenas tenia un par de horas dormida, verla en mi cama con esa paz, me llenaba por completo.
Escuche que tocaron la puerta.
—Jinnie.
—Pasa Reiko.
La niña entro caminando lento, miro a su hermana dormida y después subió despacio a la cama, se coloco en medio de los dos acomodándose a su lado, ella también confiaba bastante en mí.
—¿Puedo dormir un poco más antes del desayuno?
—Todo lo que desees querida, sirve y cuidas a tu hermana mientras hago algunas cosas.
—¿Te iras?
—No, estaré en mi oficina, si me necesitas solo llámame.
Asintió y se acomodó, volviendo a quedarse dormida, me levante y camine hasta la habitación de Jimin, toque un par de veces, pero no abrió, me metí sin más, Taehyung estaba dormido con Jimin sobre su pecho, ambos estaban desnudos.
—Jimin, arriba tenemos trabajo.
—Déjame dormir un par de minutos más, de todos modos ya se que quieres, esta en tu oficina, folle como loco anoche y quiero descansar.
—Tienes diez minutos.
Sali caminando hasta mi oficina, en el escritorio había una carpeta con manchas de sangre, ese idiota nunca se molesta en lavarse rápido después de asesinar, pero al menos es eficiente en lo demás también.
La carpeta contenía itinerarios de Usami, sus agendas electrónicas, así como en donde tenia invertido su dinero, los negocios que poseía, y las propiedades a su nombre. Se que él también correrá a investigarme, no le conviene que su hija salga y diga que prefiere vivir con un matón que con su propio padre. Lo que paso en el centro comercial no salió en los medios, yo no lo encubrí. Es un juego de poderes en este momento.
Mi única ventaja es que a mi no me importa mi imagen ante la sociedad...
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