Cumpliendo el deseo.
Nara.
La verdad me sentía muy nerviosa, Seokjin estaba muy calmado por fuera, pero en sus ojos se podía notar una ira demasiado alta cada vez que miraba el cabello corto de Reiko. Ya estábamos en la puerta de la escuela, pero Reiko no le soltaba la mano a Seokjin.
—¿Qué pasa? —Jin se agacho hasta la altura de mi hermanita.
—¿En verdad me veo bonita?
—No hay niña más bonita en ningún otro lado, todos no van a creer como es que con el cabello corto puedes verte incluso más hermosa que antes —acaricio las mejillas de Reiko limpiando sus lágrimas.
—¿No mientes?
—Jamás te mentiría a ti o a tu hermana.
Suspiro y se intentó calmar.
—Bien, entrare primero.
Se adelanto, mientras Seokjin, Jimin y yo caminábamos hacia la oficina del director, al contrario de Jin yo no estaba calmada, estaba con el corazón acelerado, quería culpables, no saque a mi hermana de garras de nuestro padre para que unos mocosos vengan a querer humillarla sin más.
—Venimos a ver al director.
—Esta ocupado en este momento, si gustan esperar o dejar algún recado.
Iba hablar de nuevo cuando Jimin se adelantó para abrir la puerta de la oficina del director, mientras Seokjin se inclinaba hacia la asistente.
—Creo que es muy temprano, por eso no entendió bien a mi mujer —tomo el mentón de la asistente, ella empezó a temblar —ella dijo que vinimos a ver al director, no lo está preguntando.
La mujer asintió, Seokjin me tomo de la mano y entramos, Jimin había sentado al director en su silla nuevamente y permaneció atrás de este.
—¿Qué es esto?
—Buenos días —hice una reverencia — mi nombre es Lee Sora, soy la tutora y hermana mayor de Lee Tsubaki, ayer hubo una situación con tres alumnos de un grado mayor y mi hermana.
Se me hizo un nudo en la garganta al decirlo, la rabia quería vencerme, saqué un folder y le mostré las fotos de como llego mi hermana a casa. El director las observo un momento y las dejo en el escritorio con una cara inmutable.
—¿Y que tiene? Son niños, pueden llegar a jugar muy rudo.
—¿Jugar rudo? —exclamo Jin —¿Acaso está viendo como esta su uniforme, su cabello? Esas bestias no estaban jugando.
—El cabello crece y la ropa se puede lavar.
Me levanté y di un golpe en el escritorio.
—TOTALMENTE CIERTO, PERO EL MIEDO QUE ELLA SINTIO NADIE LO VA A BORRAR.
Mi respiración se agito, Seokjin me rodeo por la cintura besando mi coronilla.
—Tranquila mi niña, creo que es mejor que me lo dejes a mí.
—Toda esta situación...
—Shh —Seokjin levanto el dedo y Jimin se sentó en el escritorio con un aura amenazadora —no quiero escuchar su vocecita en verdad me está enfadando, me di cuenta de algo —acomodo las fotos de Reiko en el escritorio —usted es estúpido, ¿o está protegiendo a estos niños? — señalo una televisión al fondo de su oficina —eso de ahí le muestra a usted las actividades de los niños, por eso sé muy bien de que está al tanto de estos tres animales —dio un aplauso —pero descuide nosotros somos muy competentes e hicimos el trabajo por usted.
—Señor director, tengo a los señores, Bae, Im y Cha esperando afuera también —mire hacia la asistente que seguía aun nerviosa por la amenaza de Jin.
—Perfecto, dígales que pase y hágame un favor señorita...
—Kim —contesto.
—Señorita Kim, vaya al salón donde están los hijos de esas parejas y tráigalos por favor.
El director no decía nada, pero en su frente una línea delgada de sudor se le empezaba a dibujar, los padres entraron furiosos, pero dos de ellos al ver a Seokjin se quedaron en silencio total.
—Señor Kim —le hicieron una reverencia.
—Se señor director Kang Dohyun, que estas dos personas de aquí, son de los que más donan a su escuela, conozco las influencias que tienen en algunos lados, tal vez la familia Im no tenga tanto poder, pero se junta con estos dos así que se aprovecha como sanguijuela de relacionarse con estos —miro al director — lo curioso de que proteja a los hijos de ellos que son gente importante, es que ellos dos son mis empleados.
Nuevamente tocaron la puerta y tres niños entraron, miraron a sus padres y se sintieron tranquilos.
—¿Nos mandó a llamar? — el más alto de ellos fue quien hablo.
—Aquí la señorita, viene a quejarse de que ustedes atacaron a su hermana.
Les mostró las fotos y solo se encogieron de hombros, me acerque pero Jin me volvió a sostener.
—Solo jugábamos.
—Seokjin suéltame — aflojo su agarre —¿Les pareció que mi hermana se divertía mientras le cortaban el cabello? ¿Mientras dos de ustedes la sostenían y el otro la aplastaba con su peso?
—Se lo hubiera evitado.
Yo no tuve que hacer nada más, Seokjin le dio una bofetada al niño que lo empujo hacia su padre.
—También te lo pudiste evitar.
El niño busco ayuda en su padre, pero este no lo miro, prefería ver hacia la ventana mientras tragaba saliva.
—Sora —me tomo de los hombros —amor, sal un momento por favor, deja que yo me encargue de los demás.
—¿Puedo ir por Tsubaki?
—Si, ella no estudiaría más en esta escuela.
Me dio un beso corto en los labios y salí de la oficina.
Seokjin.
Cuando Nara salió, me gire hacia todos los involucrados en esto, Jimin se me había acercado y saco una máquina de afeitar.
—Puede ser que ustedes sean niños aun, pero es momento de que entiendan que aprovecharse así de alguien más pequeño, no está bien, Tsubaki claramente no quiso irse contigo porque no mereces si quiera que ella te voltee a mirar —mire a Jimin, el sabía que hacer sin que digiera nada —mi mujer estaba furiosa por lo sucedido, mi pequeña Tsubaki estuvo llorando mucho en su cumpleaños, esas dos emociones no pueden tenerlas, pues hacen que una parte de mi quiera asesinar a todo el mundo.
—Papi —gimoteo uno de los animales.
—Silencio —su padre apretaba la mandíbula, es lógico que desee proteger a su hijo, pero sabe que no puedo protegerlo de mí.
—Hasta tu padre está de acuerdo con tu castigo.
—¿Ya puedo hacerlo? —asentí con la cabeza mientras me sentaba en el escritorio ignorando al director.
Jimin soltó una risa escalofriante y encendió la máquina, sé que el deseaba hacer algo más que cortarles el cabello, pero nunca ha asesinado niños es su límite en esto, pero se encariño tanto con Nara y Reiko que pienso que haría la excepción.
Los más chicos empezaron a sujetarse de su madre.
—Sosténgalos bien, es que mi pulso no es muy bueno y la maquina si podría dañarlos.
Al dar la primera pasada a su cabello, el piso se llenó de esas hebras negras, empezaron a llorar a un más, mientras la madre del primero sujetaba bien la cabeza de su animal.
—Deja de llorar, es solo cabello —Jimin empezó a reír tomando la personalidad de ese loco que trabaja para mi —existen otras partes de tu cuerpo que no vuelven a crecer, como tus manos, imagina si las corto —suspiro sin dejar de rapar al infante —así no podrás molestar de nuevo a niñas más pequeñas que tú.
—Jimin —me miro y negué con la cabeza —es lógico que no podemos cortarles las manos, nuestras niñas pensaran que es muy drástico el castigo, aunque a mi parecer es lo menos que se merecen por tocar a alguien de mi familia.
—Señor Kim —el padre empezó a rogar —por favor tenga piedad de nuestros hijos, ellos no sabían que eran de su familia.
—Tienes un punto, pero aun así, no dejen de ser unos —pensé el termino —¿Bullys? ¿Así es como se dice? —me levante mientras Jimin seguía con la cabeza del segundo niño, no los dejaba totalmente rapados hacia cortes notorios e imperfectos —lo siguiente que harán es lo siguiente, no pido que los expulsen, pues no me llena ese castigo, ustedes tres seguirán viniendo a clases, con ese corte de cabello, hasta que a mi linda Tsubaki le crezca el suyo, si por alguna razón llego a enterarme que rompen esta regla, sus padres lo pagaran.
—Listo.
El mayor de ellos tenía la mejilla hinchada donde lo había abofeteado, su mirada era entre la ira y el miedo, pero el miedo era quien sobre salía más.
—¿Sientes como tu corazón late tan deprisa? —me agache hasta su altura —es lo mismo que sintió Tsubaki, ese miedo que te hiela la sangre, es lo que te hace pensar que te desmayaras —le toque la mejilla herida —nunca creas ser el depredador mocoso, siempre puede existir alguien que nos vuelve presas.
Le di un golpecito en la nariz, tomando a Jimin por la chaqueta para sacarlo de ahí, antes de que en verdad me pida que lo deje rebanar a alguien.
En el auto nos esperaban Nara y Reiko.
—Rei-chan —Jimin se paró en el asiento del copiloto —mira, te cumplí tu deseo de cumpleaños.
Le mostro una fotografía del mocoso rapado, ella tomo el aparato y sonrió.
—¿Los tres quedaron igual?
—Si.
Una preciosa sonrisa se le dibujo en el rostro y le regreso el teléfono a Jimin.
—¿Podemos ir a comer un helado?
—A donde quieras.
Nara me jalo de la camisa, y me acerco a sus labios.
—Mil gracias — me beso y casi quiero cambiar de planes pero prometí un helado — pero no la malcríes.
—Creo que será en algo que no coincidamos, tanto a Reiko como a nuestros hijos los voy a malcriar hasta el cansancio.
El rojo de su rostro casi alumbraba todo el auto, Reiko y Jimin hicieron un sonido infantil haciendo que el ambiente fuera tranquilo.
¿Quieren ver un Seokjin posesivo?
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