Extra: Entrenamiento
—Agárrate fuerte, pon la fuerza en tu abdomen —la instructora alza la voz para que Momo la pueda escuchar.
Está en el tubo, apenas haciendo una pose sencilla sosteniendo todo su peso en los brazos mientras su cuerpo está posicionado de forma transversal, el empeine de sus pies dándole un soporte extra.
—¡No puedo! —dice con el sudor corriendo por su frente, sus brazos rogando por un descanso.
—Sí puedes, ahora inclina un poco tu torso y deja que tu cuerpo gire. Ya casi estás ahí—. Momo cierra los ojos y hace lo que le dicen, siente las manos de la mujer en sus muslos ayudando a soportar un poco más arriba.
¿En qué estaba pensando cuando se inscribió a está clase?
Una vez que Momo afianza su peso y comienza a girar, respira profundo sabiendo que por hoy lo ha logrado.
—¿Nos vemos el miércoles? —Momo pregunta, aunque ella sabe los días que hay clases de todas maneras necesita preguntar.
—Claro, nos vemos.
Momo se coloca el gorro de la sudadera gris que tiene, protegiéndola del aire que hay en la calle. Aún está sudando y hace mucho calor, sin embargo sabe que si sale con solo el top y sus shorts a la calle, podría enfermarse.
Camina unas cuadras, algo de su departamento es que es muy céntrico por lo que el estudio de baile le queda a tan solo diez minutos a pie. La música suena en sus audífonos y dobla en una cuadra.
Hace una pequeña parada en la tienda de conveniencia para comprar algunos snacks: papas fritas y mini reese 's. Una vez fuera va directo a casa.
Apenas abre la puerta cuando sus mascotas la reciben con brincos entusiasmados. —Ohhhh, bebés ¿quién los quiere? quién los ama? —dice con la voz chillona dejando su mochila y la bolsa de snacks en el suelo para después rascar la cabeza de Boo y Dobby.
—Ohhh mis chicos, ¿Cómo se portaron hoy? —les pregunta y a cambio solo recibe más quejidos para recibir un poco más de amor, aunque no les dura mucho pues Sana llega para recibir a una de sus novias.
—La verdad es que Boo tiró otra de mis plantas —Sana dice con una mano en la cintura. Momo se pone de pie y la jala de la cintura.
—¿Ah sí? ¿Lo vas a castigar? —pregunta la mayor mientras frota su cara en el cuello de Sana, quien la abraza por la cintura y suspira ante el cariño que recibe.
Se acerca al oído de Momo y susurra: —Tal vez debería hacerlo con su dueña, ella lo ha educado muy mal.
Momo ríe bajito y antes de que pueda contestar, Sana toma una mejilla y la besa con lentitud, demostrando en ese beso cuánto la ha extrañado, aunque hayan sido solo horas.
—¿Para mí no hay beso? —Mina dice desde la cocina, recargada en la pared viendo la escena con el corazón latiendo a la velocidad de Checo Pérez en la fórmula uno.
Momo sonríe entre el beso con Sana y se separa lentamente para después saludar a Mina con un beso en la mejilla, un abrazo y después uno en los labios. —Hice la cena. —suspira mientras se separa de Momo con la boca hormigueando.
—¿Qué es? Yo traje papas fritas y reese's para ti.
Mina sonríe y abraza a Momo una vez más —¿Son minis?
—Claro que sí, mi vida.
—Vamos a cenar y después comemos lo que trajiste. —Sana camina a un lado de ellas y toma una nalga de cada una y da un apretón.
—¡Sana! —ambas dicen al mismo tiempo y solo pueden reírse.
Comen el arroz que hizo Mina con tranquilidad, acompañado de pollo frito del día anterior. —En fin, así es Chaeyoung.
Sana dice para después morder la pieza de pollo, cuenta como la maestra expulsó a un alumno después de hacer un comentario inapropiado en clase sobre Mina.
—Que bueno que yo no estaba ahí, le hubiera metido el óleo por el cu-.
—¡Momoring! —Mina levanta la mano en señal de que pare, no quiere escuchar cosas sobre culos ajenos mientras come.
—¿Qué? Cómo si no fueras una celosa tu también ¿te recuerdo como casi te comes viva a Nayeon? —Lo que dice Momo no es con malas intenciones, al contrario se ha convertido en una manera de molestar a Mina.
Hasta Sana se ríe de eso y comenta que es "una fiera, Mitang".
Sana niega con la cabeza —Créeme, yo quería hacerlo, escucharlo decir que Mina está buena no fue algo agradable, pero Chaeyoung lo expulsó del salón y escuché que levantaría una solicitud de suspensión.
—Pues que bueno, me dio asco. —Mina sacude la cabeza, intentando quitar el rostro del chico de su mente— En fin cómo fue tu segunda clase, cariño?
Momo baja los hombros y suspira, ante eso Sana pone una mano en su muslo— ¿Estás bien? ¿Te lastimaste?
La mirada preocupada de Sana y sus caricias en el dorso de la mano le dicen que todo estará bien. —No, nada de eso... solo que no soy buena. No puedo estar más de treinta segundos en el tubo y eso me frustra.
Desde que empezó las clases, Momo se esforzó mucho en poder hacer un progreso. Creyó que tener un hobby sería sano para ella, Sana y Mina.
Después de ocho meses de relación, las cosas empezaron a ponerse un poco tensas pasando tanto tiempo juntas. Como siempre pudieron hablarlo antes de que fuera muy tarde, llegando a la conclusión de que tal vez retomar salidas con amigos (Tzuyu para Momo, Nayeon para Mina y Miyeon para Sana, quien es su vecina) e intentar nuevos hobbies sería bueno.
Lo cual funcionó, Sana y Miyeon plantan algunas flores en la terraza, Nayeon y Mina tienen días específicos para salir y tomar un café y Momo sale más con Tzuyu, que le recomendó clases de pole dance.
Al principio, Momo estaba indecisa. Trabajar por la tarde le dejaba tiempo reducido pero aún así consiguió horario de ocho a nueve de la noche.
—Cariño, llevas dos clases. Serás muy buena —Mina se acerca a ella y acaricia el cabello negro.
—Lo que dice Mitang es verdad, necesitas tener paciencia y constancia. ¿Qué es lo que se te dificulta? Tienes un cuerpo muy en forma.
Sana acaricia el muslo de Momo y da un apretón y la mayor pega un brinco. —Mmmm, la fuerza en los brazos. Creo que tendré que hacer ejercicios para ganar masa muscular.
Mina se ahoga con el pollo que estaba comiendo cuando escucha la sugerencia de Sana: —Puedes hacer ejercicio con nosotras, en la cama.
El cuello de Momo, las mejillas de Momo y todo de Momo se pone colorado en un rojo intenso. Suelta una risa tímida. Su relación pudo haber tambaleado un poquito en la rutina pero su actividad sexual jamás cambió.
Siempre intentando cosas nuevas, y al parecer está no era la excepción. Sana el día de hoy estuvo muy sugerente, desde que ella y Mina llegaron de la universidad poniéndola contra la puerta y besándola como si su vida fuera a terminar si se separa de ella.
El beso y el comentario que le hizo a Momo cuando llegó de pole dance. Como mueve las manos en los muslos ajenos y como mira directamente a Mina.
—¿Qué sugieres, cariño? —pregunta la menor, uniéndose a las caricias en la piel descubierta de Momo.
La comida ha sido olvidada y pronto arrastran a Momo al cuarto, la gran cama esperando por ellas. El cuarto donde están las cosas de Momo fue abandonado y ahora solo sirve para guardar su ropa.
La cama donde se recuestan ha sido testigo de muchas experiencias, gemidos, noches de amor, pláticas profundas y corazones rotos por familias que no están completas.
—Podemos hacer que se sostenga lo más que pueda en cuatro, Mitang. Así sus antebrazos se vuelven más fuertes.
La pelinegra no puede negarse, no quiere negarse. Sabe que cuando alguna de sus novias toma la iniciativa, es casi imposible sacarlas de eso. Así que lo único que puede responder es:
—¿Me van a entrenar bien?
Mina aprieta su mandíbula, viendo desde arriba el cuerpo de Momo. Toma el botón del short y con un movimiento rápido deja al descubierto la ropa interior de Momo.
Es una prenda sencilla en color negro, cubre todo lo necesario y es de algodón, el color hace que los muslos se vean aún apetecibles. Sana se inclina y toma el top de su novia para dejarla solo con las bragas encima.
—¿Cómo hacemos esto, corazón? —Mina pregunta, mientras quita la sudadera que ha usado todo el día.
Sana toma a Mina de la cintura y la pega a ella, inhalando el aroma que desprende su cuerpo. Por el rabillo del ojo puede ver a Momo que está desde la cama. —Tal vez deberíamos hacer que nos vea y no dejar que se toque hasta que nosotras terminemos.
Aunque la voz de la castaña es baja, todas las presentes pueden escuchar con claridad la sugerencia, Mina siente escalofríos desde la espalda baja hasta su cuello y asiente con fervor. —Momo, recárgate en la cabecera.
—Está bien ¿me las quito? —pregunta con las manos en sus caderas, refiriéndose a la última pieza de ropa.
—No, quiero ver que tan mojada quedas después de vernos. —Sana dice mientras empieza a desnudarse y Mina hace lo propio.
Momo aprieta la mandíbula cuando las ve compartir un beso ardiente, sus bocas poco a poco se abren y sus lenguas se acarician con maestría. Aprieta sus piernas cuando ve la mano de Mina apretar el pecho derecho de Sana con su mano.
Pronto se encuentran sentadas sobre la cama, acariciando cada parte a la que tienen acceso mientras Momo observa cada detalle. Siente que su clítoris palpita cada vez más rápido.
—Desde siempre le ha gustado vernos. —Mina dice con la voz temblorosa a la vez que Sana reparte besos en su cuello, creando un camino hasta su torso desnudo. Está mirando directamente a los ojos de Momo cuando Sana mete un pezón a la boca.
—Dios.
—¿Te gusta, Momoring? —Mina toma el cabello de Sana y aprieta contra la carne sensible de su pecho, haciendo que su novia trague todo de ella.
—Más de lo que te imaginas. Sana se vuelve tan callada cuando tiene la boca llena...
—Mmhmg. —Sana gime al escuchar su nombre en la conversación, adora manipular el pezón de Mina con su boca. Lo toma entre sus labios y succiona para después apretar sus dientes haciendo que tiemble en su agarre.
Se separan después de que Sana tratará el pecho desatendido de Mina quien busca la boca ajena para llenarse de ella una vez más. Acaricia los muslos con sus manos y cierra los ojos cuando Sana succiona su lengua de manera sensual, creando un vaivén y un espectáculo completamente erotico para su novia abandonada al final de la cama.
Cuando es suficiente de juegos, sus cuerpos se recuestan de manera horizontal en la cama de manera que Momo puede ver un costado de ellas.
—No quites la mirada, Momoring —. La orden de Sana llega directamente al centro de la mencionada, siente el ardor de no poder tocarse cuando ambas chicas entrelazan sus piernas y unen sus sexos.
—Mierda... —Es lo único que se escucha antes de comenzar a moverse, a frotarse y cuando encuentran el ángulo correcto las caderas aumentan el ritmo.
Se mueven de un lado a otro, Sana toma un pecho ajeno con su mano y retuerce el pezón duro como roca con sus dedos. Mina clava las uñas en el muslo de Sana y el agarre funciona como impulso para empujar hacía adelante.
—Diganme como se siente, quiero saber por favor. —Momo ruega, con la esperanza de que eso alivie un poco su frustración, sus manos aprietan la sabana y siente que su espalda suda de la anticipación.
—Ojalá pudieras sentirlo, amor —entre gemidos explica Sana—, ojalá pudieras estar así con nosotras, bebé.
Mina no puede soportar el peso de la mirada de Momo sobre ellas y siente un subidón desde la punta de sus pies hasta el cuello, toma el culo de Sana y se frota con euforia. Su compañera hace lo debido, empuja violentamente y saben que si estuvieran usando algo para penetrarse, probablemente ya se hubieran atravesado con la fuerza de sus empujes.
El orgasmo de Sana llega sin avisar, antes del de Mina. Se tensa con brutalidad y comienza a temblar cuando su novia no para, buscando su propia liberación y cuando eso sucede lo único que queda es el sonido húmedo de sus vulvas frotándose.
Momo está temblando contra la cabecera, ansiosa de que la toque. Mina terminó encima de Sana respirando pesado y la castaña hace un esfuerzo sobrehumano para llevar aire a sus pulmones.
—Por favor. —la mayor frota sus piernas y muerde sus labios.
—¿La escuchas como ruega? —Sana pregunta y Mina sonríe con una mirada soñadora.
—Amo escucharla tan sumisa, se reduce a nada.
Mina se levanta del cuerpo de Sana y le indica a Momo que se acerque a ella con el dedo índice. Momo se mueve con velocidad y ahora está tumbada frente a sus chicas.
—Desde aquí puedo ver lo mojada que estás ¿te prende ver como nos frotamos sin ti? —Sana dice acariciando la rodilla ajena y Mina toma los bordes de la ropa negra para después jalar hasta que por fin se encuentra desnuda.
Mina se posiciona entre sus piernas y abre los pliegues morenos para ver todo lo que tiene que ofrecer. —Estás empapada, cariño. Ponte en cuatro.
Momo se da la vuelta y se coloca sobre sus rodillas y las plantas de sus manos. —Ah, ah. Si vamos a hacer esto lo vamos a hacer bien —Sana dice y hace que Momo flexione sus brazos por lo que su culo se alza —, tus brazos van a detener tu peso, cariño. Prohibido dejarte caer o tendré que golpear una de estas.
Explica mientras aterriza un golpe con la palma de su mano abierta sobre la carne de su culo. Momo asiente y respira profundo sintiendo cansancio desde el principio pues las clases de pole dance fueron ejercicio suficiente para ella.
—Te voy a lubricar un poco.
—Que curioso que lo menciones, Mina. Literalmente está goteando. —Sana ríe pero aún así toma la cabellera negra y larga y la guía al sexo expuesto de Momo.
Ante el primer contacto, Momo tiembla violentamente, después vienen una serie de succiones fuertes y contundentes proporcionadas por la menor de ella.
Sana no quiere perderse nada de eso, así que se inclina también pero Mina está ocupada en todo su sexo, por lo que va a un lugar diferente; pero no desconocido.
—Jesús... —Momo gime agacha su cabeza cuando siente que Sana lame su anillo apretado con el mismo fervor que Mina quien trabaja en su clitoris, apretando sus mejillas y moviendo su lengua sobre el botón sensible —Por favor, las necesito.
—¿Qué es lo que quieres, amor? —Sana pregunta, limpiando la saliva que ha escurrido por la comisura de sus labios —¿Nos quieres a las dos en tu vagina?
—N-no.
—Eres una chica sucia, nos quieres en donde puedas recibirnos ¿verdad? —los dedos de Mina acarician mientras hace la pregunta, y sabe la respuesta cuando Momo empina más su culo, ofreciéndose completamente.
Sana se levanta con prisa, yendo por el lubricante a base de agua que tienen guardado en la mesita de noche a la vez que Mina comienza a introducir dos de sus dedos en el canal vaginal de su novia. —Ahhh sí, Mina. Así.
Le tiemblan los brazos y no puede ver bien por el sudor llegando a sus cejas, cubriendo su vista momentáneamente. Sana llega a ella con los dedos lubricados.
Mina la penetra con lentitud al ver que Sana se coloca a su lado y acariciando el ano de Momo. —Relájate para nosotras, bebé. —La chica en la cama toma respiraciones cuando siente caricias suaves en su entrada y después se siente estirada por un dedo solitario de Sana.
—Lo haces bien, Momo. —Mina acaricia la espalda cuando Sana introduce un segundo dedo, acariciando con cuidado. Ambas observan con cuidado la piel de Momo, asegurándose de que no la lastiman y de que ningún accidente pasará.
Los dedos dentro de su vagina se mueven con lentitud y cuando Sana retrae los propios y ve que todo está bien, entra de nuevo. Puede sentir los dedos de Mina a través de la barrera que divide ambas cavidades y cuando Momo ruega por más:
Ambas le dan lo que piden.
Se establece un ritmo constante y Momo siente que va a caer, pero ella tiene que mantenerse porque aunque le encantaría recibir un azote, sería mucha estimulación para ella así que respira, aprieta los dientes y se dedica a gemir con fuerza.
—Ya casi, ya casi.
Canta con la voz ahogada, con el sudor corriendo por su frente y con la sensación de cuatro dedos en su interior. Deja caer su cabeza en el colchón y la experiencia es tan desgarradoramente buena que siente un pitido en sus oídos.
Momo no es consciente de cómo se aprieta en los dedos ajenos, de cómo su vagina palpita con rapidez y como su culo se contrae. Momo no es consciente de la humedad que cae de su centro.
Momo no es consciente de cuando pide con la voz desesperada que alguna de ellas escupa en su boca, porque la siente seca y no puede pensar con claridad.
Momo no es consciente de la cantidad de sudor que desprende y tampoco es cien por ciento consciente de la intensidad de su orgasmo. No puede escucharse a sí misma gimiendo como nunca lo ha hecho.
No escucha como los nombres: Sana, Mina salen sin parar. No escucha como pide más a pesar de que ellas no se pueden mover de lo apretada que está.
—Cariño, tendremos que tomar un descanso. No podemos movernos, te vamos a lastimar.
Momo asiente a lo que Mina le dice y cuando salen de ella con sumo cuidado después de minutos—esperaron para que las paredes de Momo se relajaran— solo puede gemir y caer rendida en la cama.
Mina se queda abrazando a Momo con cariño mientras Sana corre al baño a asearse, porqué aunque ningún accidente sucedió, saben el cuidado que deben de tener cuando practican sexo anal.
Cuando Sana llega al cuarto, Mina hace lo propio uniéndose a los dos cuerpos cansados en la cama. —¿Cómo te sientes? —Mina abraza a Momo por enfrente mientras Sana está por detrás de ella.
—Mmmmm.
Ambas chicas sueltan una risa ante la ternura de su novia, no puede ni hablar. Depositan besos en su piel antes de dormir, olvidando los chocolates y las papas fritas que Momo trajo con tanto amor.
En la siguiente clase, Momo es acompañada por sus novias. Sentadas en el suelo del estudio y recargadas en los espejos que van desde el techo hasta el piso.
—Bien, Momo. Ahora intenta echar tu cabeza hacía atrás...ajá, ahora toma tu pie atravesado...¡Sí!
Mina y Sana sostienen sus manos con fuerza al ver a Momo en poca ropa con su cuerpo suspendido en el aire y en botas altas de color negro. —¡Momo! ¿Cómo hiciste para mejorar tu fuerza?
La mayor no responde, prefiere dejar que su cuerpo gire y cuando su mirada pasa por las mujeres mirándola desde el suelo, sonríe de lado a pesar de sentir que sus brazos arden de dolor desde hace dos días.
Pero el dolor vale la pena cuando cierra los ojos y se recuerda así misma entrenando para este momento.
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BUENISIMAS NOCHES GENTE!!!!!
Ay como extrañaba está historia de verdad y honestamente es puro relleno pero me encanto escribirlo.
Cuentenme sus opiniones y diganme que se siente tener una notificación de Masterpiece después de cuatro meses.
La verdad solo mi novia sabe de este capitulo jeje pero desde que vi el vídeo de Momo haciendo pole, supe que tenía que hacerle extra a está historia con ese concepto. Yo admiro mucho a esa mujer porque se necesita una fuerza INCREÍBLE para sostener su cuerpo en diferentes posiciones, aplausos para ella.
En fin! las extrañaba y NO prometo más extras de está historia pero pueden leerme en las que tengo en emisión:
Unfair life- Michaeng
Tdoong School- Twice
Lighthouse of hope- Minayeon
Besos y nos estaremos viendo de vez en cuando.
Pd. que extraña escribir smut así, no recuerdo cuando fue la última vez que lo hice tan explicito pero creo que me quedo con madres y necesitaba sacarlo de mi sistema.
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