Tercer encuentro (+)

Por favor, lean la nota que dejaré al final. ;;

Párate Pt. I -Bonus extra.-

Las cosas entre ambos estaban tornándose raras desde el punto de vista del más bajo; su novio simplemente parecía rehuir a su mirada y contadas veces había besado sus labios entre esos días. Quizás era la culpa o el remordimiento por todo lo que hizo, el que hacía estuviera más pendiente del pelioscuro porque aunque no lo amaba -y eso lo tenía claro desde hacía mucho.- simplemente no se sentía capaz de dejarlo tampoco.

Para JinHwan, HanBin era la costumbre, lo seguro, la persona que siempre estaba para él y quién más lo conocía... Y tal vez ese era el problema; que se conocían tanto que no había sorpresa entre ellos. HanBin era buen novio, había sido su mejor amigo y la primer persona con quién había estado pero la falta de peleas entre ellos o celos, habían terminado por aburrirlo debido a lo perfecto que parecía resultar todo. En serio, nunca pudo entender a las personas que decían envidiar lo que ellos tenían.

Y JinHwan deseaba tanto escapar de allí.

Cuando conoció a Koo JunHoe pudo ver en esos frívolos ojos una tempestad en la que deseó sumergirse, en la que se ahogó y en la cual no quería salir. JunHoe era uno de esos chicos malos que lograba enamorar a todos y pero a la vez no deseaba quedarse con nadie, y eso era lo que JinHwan necesitaba, que le costase conseguir lo que no podía tener. Porque sabía que aún si JunHoe nunca lo miraba, él se arriesgaría por él.

La primera vez juntos se sintió jodidamente bien. Se sintió como hacía mucho no se sentía; libre. JunHoe follaba a Jinan tan brutamente y sin importarle su bienestar, que parecía era lo que había necesitado siempre; hasta que se enamoró perdidamente de él.

Poco a poco esos encuentros esporádicos entre ambos se convirtieron en encuentros cada mes, y luego dos o tres por semana. JinHwan sentía amor, necesidad del más alto de una forma en que cuando lo pensaba terminaba por costarle respirar. Y JunHoe simplemente sentía deseo por el pequeño cuerpo del mayor y eso dolía.

Para el de rostro aniñado no era sorpresa el que June mantuviera encuentros con otras personas más, al contrario, lejos de ocultarlo incluso solía hablar con esos ligues de una noche por teléfono y en frente de él, y aunque le dolía, prefería eso a sentirse humillado cada que June repetía esas palabras "Lo nuestro es solo un revolcón, nunca pasará a mayores".

Tercer encuentro.

Si en ese momento le hubiesen preguntado qué tal la semana, HanBin habría dicho que ha sido una completa mierda. El hecho de haber pasado cada maldito día pensando y repitiendo mentalmente lo que ha vivido el fin de semana anterior lo ha tenido desconectado de la realidad, y en vilo por ser descubierto. No ha podido sacarse de la cabeza la sensación que las manos del tal Bobby -como rezaba la tarjeta.- han grabado en él y en cada porción de piel que ha tocado. Extrañamente se siente sucio, pero no le desagrada, quiere guardar un poco de aquel momento o hacerlo durar un poco más, aún si solo se trata de pensamientos.

HanBin está tan distraído, que ni siquiera ha notado la infinidad de veces que su aún pareja le ha repetido cuan "raro" se encuentra, y no es para menos, considerando que nunca ha sido bueno mintiendo; y aunque el más bajo sabe que lo hace, parece no reprocharle eso. Tal vez por miedo a escuchar al muchacho echarle en cara esa aventura que según él ha terminado.

Observa su reflejo en aquel espejo, su rostro parece más abatido que de costumbre, y las ojeras que ahora lo acompañan no ayudan a que se vea mejor. Es la primera vez que en la tenuidad de ese reducido espacio en el que se encuentra es que sus ideas se acomodan. O eso cree mientras se pregunta sobre porqué las cosas con Jinan no resultan tan fácil como lo es al coger con un desconocido.

Siente el calor subir por la garganta y finalmente sobre sus mejillas, las cuales se tornan de un hermoso rosado que deja al descubierto sus pecaminosos y más profundos deseos: El aún no se ha dejado follar por ese tal Bobby, pero no puede mentirse; desea fervientemente sentir como el de ojos rasgados le llena el culo.

Una sonrisa aparece, sabe que está siendo un sínico de mierda cuando varias veces se ha masturbado pensando en la puta idea de tener al mayor desnudo y dispuesto a cogerlo; y sabe también que esa noche no será la excepción luego de que el encuentro entre ambos acabe. No entiende qué mierda le pasa, pero antes de buscar una explicación lógica, prefiere pensar que es el hecho de que el tipo es la primer persona con la que está después de contar a JinHwan en su corta lista de experiencia sexual.

Y aunque todo aquello pase y siga pasando por al menos un par de días más, una parte suya se siente extraña. El nunca ha sido infiel, ni nunca ha pensado serlo; lo ama o al menos eso cree, pero entonces hay algo que no entiende, ¿Porqué no siente culpa alguna o remordimiento? No es idiota como para no notar que lo que hace cuenta como engaño, pero es para salvar tu relación, HanBin... Fue para eso, se dice conforme los pequeños números pasan uno a uno por la pequeña pantalla junto a las puertas.

Uno, dos golpes y la puerta se abre dejando que un Bobby en traje con el cabello peinado hacia atrás lo reciba. HanBin no puede evitar recorrerlo de pies a cabeza, algo que el otro nota y por lo cual se siente orgulloso, aun cuando no se ha vestido así justamente para agasajarlo.

Pantalón de vestir negro que remarca sus tonificadas piernas y especialmente se ciñe a la altura de su entrepierna; una camisa a medio abrir desprolijamente arremangada que se amolda a sus hombros y qué, hace lucir más largo ese terso cuello que remata en su masculina quijada. HanBin parece encontrarse sin aire ante tan sublime -y caliente- imagen. Qué puta forma de darle la bienvenida. Ni en sus más jodidos sueños Jinan se ha visto así se caliente. —Yo... Mierda. — Masculla, es como si el aire instantáneamente se hubiese vuelto más caliente de lo que era.

Bobby no se muestra muy preocupado ante la imagen que HanBin está dando en esos momentos. Este ni si quiera entiende como el otro puede mantenerse tan calmo cuando todo su cuerpo exuda nerviosismo. Si ya de por si tiende a mostrar una faceta tímida ante desconocidos, parece ser peor cuando se encuentra ante alguien que no solo lo ha visto completamente desnudo, sino que además lo ha tocado y desea lo haga de nuevo.

Todas sus alarmas se encienden cuando esa desprolija pero masculina sonrisa aparece en los labios del otro y la distancia entre ambos comienza a volverse menor a medida que el de traje avanza hacia él, haciendo que su respiración se torne más violenta y pesada de lo que era segundos atrás. Siente los dedos del mayor deslizarse sutilmente por su mandíbula, hasta tomarlo y así afirmarlo, solo para rozar de forma casta sus labios con los propios. Se descoloca ante tal acción; quizás ha esperado algo más agresivo de su parte y por eso la desilusión que en ese momento siente.

Nuevamente Bobby le sonríe de forma estúpida y hasta altanera. La mirada de HanBin se posa en los ojos frente a sí y reacciona, el mayor ha descubierto que él espera más que solo la mierda en la que quedaron la última vez.

—Yo... —Su orgullo parece herirse un poco cuando intenta tomar la palabra nuevamente y no puede. Está quedando como un idiota y lo único que lo molesta no es ello, si no la forma desinteresada que muestra su mentor ante lo que a él le llevó largas horas frente al espejo sólo para recitar de memoria, ¿Por qué mierda tiene que ser lo suficientemente caliente como para descompensar su equilibrada vida? Aún cuando las prendas lo cubren, HanBin no puede más que imaginarlo desnudo y sentir, como solo con aquella imagen que se hace su miembro punza dentro de sus pantalones. Traga en un intento de recobrar la compostura y es una de las manos ajenas la que lo toman, y lo meten al interior del cuarto, haciendo que HanBin suelte un jadeo una vez su espalda colisiona contra la pared junto a la puerta.

Quizás es como un llamado al pecado, no lo sabe, pero el cuerpo de Jiwon reacciona ante su sonido y de un momento a otro, siente el desesperado cuerpo de este presionándose descaradamente contra el suyo, mientras su boca, desesperada y hambrienta prueba una vez más de la de él, colándose con tanta fuerza y decisión que HanBin siente difícil llevarle el ritmo a tan demandante beso.

Bobby se mueve con cierta brusquedad contra él, logrando que el más joven no solo se agite, si no que su boca vibre contra la suya, debido a los quejidos que este suelta y mueren en ese beso que comparten. Y HanBin a pesar de no estar pensando en ese momento, imagina la forma de su polla, el grosor y las pequeñas venas que seguramente lo rodean, dándole un aspecto más erótico de lo que por si una verga tiene. Y es que de solo recordar la forma en que los conductos sanguíneos se insinúan por el largo de sus brazos y manos, hacen que HanBin quiera saber más de aquello que quiere sentir.

Aunque no entiende bien como es que perder la cordura le ha tomado menos de 30 segundos, es consciente de que eso mismo provoca que piense en cosas que no debería (y aún así quiere) y lo haga quedar a merced y antojo del otro.

Baja la vista en un intento por recuperar la cordura una vez el beso se rompe, aún cuando la habitación se encuentra en silencio, puede notar como el sonido de la agitación y desespero de ambos llena el espacio que parece más reducido de lo que realmente es. —¿Tú qué, HanBin-ah? —Murmura con la voz más rasposa de lo que recuerda, y se presiona con más insistencia que antes, algo que logra robarle ahora sí un sonoro gemido. Bobby está duro y HanBin solo quiere bajarle el pantalón y que lo coja ahí mismo. A esas alturas no le interesa llegar a la cama.

Su piel se eriza, no puede creer estar sudando de la forma en que lo hace ni recuerda haber estado tan desesperado por tener sexo con JinHwan como lo está con este sujeto del que apenas y sabe el nombre.

Carraspea en un intento por no sonar como la perra necesitada de atención que en ese momento realmente es y luego de un soplido se dispone a hablar, notando que sus brazos se hayan enroscados alrededor del cuello ajeno, aún cuando no recuerda en qué momento estos han llegado a ese lugar. —Creo que es mejor dejarlo así. —Murmura con la mirada nublada debido a la calentura que lleve y fijándola en otro lugar que no sea el rostro del hombre. Una porque no quiere que note el puto nerviosismo y la forma en que lo pone, y dos, porque tiene miedo de mirarlo y no poder completar la frase.

Lejos de obtener el resultado esperado, tiene el que inconscientemente desea y ha soñado todos esos malditos días. Bobby nuevamente se presiona contra él; se le restriega como un enfermo animal en celos y HanBin solo puede rodear una de sus piernas con la suya por debajo de la rodilla ajena con el fin de darle más lugar a esa placentera tortura en donde su cadera y la impropia se conocen, haciendo que el deseo por el cuerpo del otro sea cada vez mayor.

—¿Puedes repetir esa mierda de nuevo? —Se burla Jiwon, sabiendo lo sensible que el otro se encuentra ante él pese a aún no haberlo desnudado. Sonríe, muestra sus para nada perfectos dientes y se pierde en su anatomía y en esa camisa a medio abrir que ahora HanBin lleva debido a la forma en que, por la brusquedad del contacto entre ambos se ha abierto.

Jiwon lo huele. Se digna a hacerlo a través de una caricia que propicia con el ápice de su pequeña nariz y que comienza sobre su clavícula para terminar por debajo de su oreja, haciendo que HanBin se sienta la pequeña presa que el animal que Bobby parece ser comerá como festín esa noche.

El calor en el cuarto aumenta y parece sofocarlos. HanBin se siente insatisfecho de saber que aún el mayor se encuentra tal como lo recibió. Le importa un carajo si luego de eso el otro lo rechaza, solo quiere ver que se esconde detrás de toda la molesta ropa que lleva. Sus manos desesperadas tiran de la camisa que lleva; lucha con torpeza con esos putos botones conforme estira el cuello hacia un lado, dando lugar a esas atenciones que los labios del mayor le regalan. Le importa un carajo si luego queda marca o si alguien lo atrapa con ellas. En esos momentos todo lo que quiere está frente a él, duro y por su causa.

Tira de la prenda hacia atrás y nuevamente se queda sin aire ante lo que se encuentra. Su miembro duele, y siente como se siente pegajoso de la calentura que dentro del pantalón lleva. Ahora es él quien con toda la adrenalina del momento se tira a los labios del contrario, haciendo que retroceda, que ambos se muevan mientras qué, las manos de HanBin buscan lugar sobre esas perfectas nalgas que desde que lo vio supo que tenía. No quiere que esa erección que él ha causado se aleje.

Por primera vez en su inexperta experiencia sexual se siente orgulloso de algo.

HanBin muerde el labio inferior de Bobby, lo toma por sorpresa y tironea de este, haciendo que el damnificado suelte un ronco gruñido que solo lo hace desesperar más. Ya no ve calma en esos pequeños ojos. Ve fuego y es eso mismo lo que lo está quemando a él también. Sin embargo, la naturaleza de Bobby es tal, que solo le toma unos míseros 15 segundos despojar a HanBin de la prenda superior y tenerlo con el pantalón a medio desprender. Lo observa y logra intimidarlo pese a mostrarle una expresión de satisfacción ante lo que ve.

El dorso de su índice se contornea por su pecho y abdomen hasta llegar al molesto elástico que cubre esa desnudez que ha conocido con anterioridad. Al carajo, su tacto sigue, haciendo que HanBin olvide una vez más lo que es respirar. La mano de Bobby presiona su bulto por encima del bóxer y la mueca que lleva le dice al menor que parece satisfecho de saber que  ha dejado caer pequeñas gotas de presemen antes de si quiera habérsela metido.

Sus manos parecen inquietas queriendo recorrer el largo de la espalda del moreno. Bobby no solo tiene rasgos masculinos, si no que sus suposiciones respecto a su cuerpo hacen que le resulte más atractivo así, sin nada que estorbe, a ese traje con que lo encontró de espaldas la primera vez.

Un ruido de sorpresa y Jiwon termina en la cama, sentado aunque lejos de detenerse toma al interesado por detrás de las piernas, separándolas mientras lo acerca, obligándolo en silencio a que se siente en su regazo. Y HanBin obediente lo hace, mientras sus mejillas se encienden, mezcla de timidez como de las miles de imagen que a su cabeza siguen llegando sin descanso. 

Apoya su pequeño trasero y lleva ambas manos a los hombros frente a sí sólo para ayudarse con las piernas y deslizarse, hasta que su cadera choca con la otra y un suave quejido sale de ambos, algo qué, a diferencia del otro, Hace que HanBin se intimide.

Jiwon le está mirando, le sonríe y por primera vez HanBin se siente lindo, deseado, algo que en todos sus años junto a su pareja nunca experimentó. Aún cuando no tiene las mismas proporciones o silueta masculina que tiene Bobby, HanBin siente que alguien lo puede desear; mejor dicho que lo desea y ese alguien es justo la persona en la que se encuentra sentada. Quizás es esa confianza que la forma de ser de Jiwon le imparte que hace que sea él mismo quien por primera vez en su jodida vida se desnude, se saque la enorme remera que lleva sólo para que el otro lo observe y se pierda en él, así como con anterioridad lo hizo en el mayor.

Bueno, luego de 6 meses volví. Sinceramente lo que está subido lo tenía escrito hace como mes y medio, quizás un poco más. Pasó que mi computadora se rompió y hasta el día de hoy todavía no me la entregan.
Prácticamente esto es un borrador inconcluso, lo sé. Me avergüenza un poco el estado en que quedó, pero han pasado meses desde que subí algo.  Sin embargo cuando suba el siguiente capítulo (antes de fin de año) les avisaré las modificaciones de este, así como agregarle una parte final ya que acepto quedó inconcluso.

Me disculpo de antemano si está raro o no entienden algo. Prometo compensarlas.
También tuve serios problemas para narrar a Jiwon sin nombrarlo, se supone HanBin no sabe su nombre aún.
Eso. Perdón de nuevo. Prometo compensarlos Y MEJORAR ESTE CAPÍTULO. ;;;;;

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