Capítulo 5


Esa noche no durmió. Los pensamientos se arremolinan en su cabeza y las imágenes de JinHwan y Bobby se atraviesan. Jinhwan es su pareja, lo ama y Bobby... No era nada, pero ¿A caso lo que había hecho no contaba como engaño? ¿En qué se diferenciaba él de lo que Jinan le había hecho? 

Gira en la cama, las sábanas ya se encuentran fuera de lugar y enredadas a la altura de sus tobillos; la luz del móvil es lo único que ahora ilumina la habitación y llama su atención. El nombre en pantalla hace que su estómago tenga un vuelco una vez lo toma: Jinan. 

"¿Podemos vernos? Realmente te extraño, amor"

Y aunque en un principio intenta responder, su mente queda en blanco y sus dedos cambian de objetivo, esta vez buscando en uno de los bolsillos aquella enigmática tarjeta que ahora le hacía cuestionarse todo. La observa unos segundos, repasa con el pulgar las letras impresas y sin un motivo llama.

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A diferencia de la vez anterior -y para no caer en tentaciones.- elige un look casual, despreocupado. Supone que las zapatillas y esa sudadera enorme que lleva es suficiente como para darle a entender al otro que no puede seguir y que es un monstruo si sigue haciendo aquello que a él tanto lo ha lastimado. 

Siente las miradas en el lobby de los allí presentes, también algunos cuchicheos*, pero eso no importa tanto, ni tiene peso en la decisión que ha tomado. Una vez fue suficiente para él, eso debe parar porque si no, ¿En qué se diferenciaría él de Jinhwan? Respira nervioso; se dedica a sí mismo una pequeña mirada a través de la distorsionada imagen que el acero de las puertas del ascensor le devuelven. No es que vea exactamente algo, pero necesita no pensar en todo lo que está pasando mientras espera por arribar al piso al cual se dirige. 

Es lo correcto.

El pasillo se le vuelve más largo de lo normal y no sabe si está dando los pasos sobre la alfombra o el techo de lo mareado que se encuentra debido a los nervios que siente. 

A metros de él una perilla se abre, y entre besos dos figuras asoman. Los conoce, y también conoce bien esa sensación que invade su pecho y se ramifica por el resto de su cuerpo: desilusión e ira. Y a pesar de todo ello se siente incapaz de avanzar, es mucho lo que está procesando y se siente un juguete para el mayor.

—Han..HanBin. —Pronuncia el más bajo de los tres mientras quita las manos de su compañero y se acerca hacia él, intentando poner sus manos encima.

—Ni se te ocurra tocarme, JinHwan. —Retrocede un paso; ni siquiera le interesa mirar al pelinegro. A fin de cuentas el problema es de a dos, y Jinan juega con ambos. — ¿Para esto querías verme, "amor"? — Eleva un poco la voz, no le importan mucho las consecuencias porque en ese punto, entre ambos, no es justo él quién tiene algo que perder cuando el mayor hace rato se lo ha quitado. —No quiero volver a verte. Sigue con tu vida. —Avanza de él, todo es muy reciente como para dejar un pasado, pero sabe que no gana nada quedándose allí. 

—Mañana dejaré tus cosas con el conserje, cuando puedas pasa a buscarlas. —Aclara y finalmente golpea la puerta que lo espera, deseando perderse allí adentro y refugiarse fuera de aquella mirada manipuladora que tantos años lo ha controlado. 

¿En qué te convertiste, Kim HanBin?


La luz a través de la puerta ilumina su sombrío rostro y es él quién vuelve a la oscuridad sus párpados una vez se abalanza sobre el otro, estampando sus labios a los adversos sin timidez o suavidad alguna. Sus brazos envuelven su cuello y con fuerza lo obliga a entrar al interior del cuarto, hasta que chocan con vaya a saber qué.

Sus labios se hacen lugar entre los otros y los roces hacen que los límites entre su boca y la otra se pierdan. Es cálido y sabe a menta y quizás un poco de ron. Lo invade y siente como el mayor se sorprende cuando se muestra dominante en su cavidad; también como sus manos se aferran a su delgada silueta. No sabe si está bien o mal lo que hace, pero en ese momento solo quiere dejar su mente en blanco y olvidar lo recién vivido: el dolor. 

Jadea contra sus labios, resopla contra estos. Sus narices chocando y su lengua haciendo estragos en la boca ajena. Libera su cuello aún si necesita algo momentáneo a lo que aferrarse y busca sus prendas, brusco y necesitado. 

Esta vez no hay aprendizaje o timidez y dulzura; simplemente hay soledad y heridas. 

—Estás.. ¿Estás bien? —Pregunta un alterado Bobby que por primera vez en lo que HanBin lleva "conociéndolo", muestra algo más que solo ganas de coger. 

Sus ojos se cruzan. Extrañamente tiene miedo de que un desconocido lea su mirada, pero intenta mantenerla mientras asiente. —No preguntas. —Murmura e intenta avanzar hacia él; pero nuevamente Bobby lo retiene.

—No quiero esto sea una mala experiencia para ti tampoco. —Responde dudoso; pero la forma en que avanza hacia él, le hacen saber que HanBin está jodidamente decidido.

—Solo por hoy... ¿Podemos tener sexo sin nada a cambio? —Pregunta, sus ojos pican, pero no podría con otro rechazo más aún si no lo conoce. Quizás a fin de cuentas, todo lo que necesita es sentirse un poco deseado. 




*Cuchicheos: murmullos a sus espaldas.


Holi, ya como esta semana tengo medio libre es que me puse a escribir lo que me faltaba de este capítulo y ya ando avanzando en el que se sigue. Se viene lo hat. :$

Gracias a quienes siguen aquí. <3



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