Chapter 10 (Taehyung)
–Recapitulemos –habló Taehyung tratando de entender–. Un señor intentaba sobrepasarse contigo y le propinaste una cachetada...
–Sí, acto que hizo que se le cayera el antifaz –completó el peli-azul.
–Luego intentó abusar de ti, delante de más de veinte jóvenes...
–¡Y no hicieron nada para detenerlo! –exclamó enojado.
–Entonces fue cuando llegó Jungkook a tu rescate.
–¡Exacto! Menos mal.
Jimin puchereó abrazando con más fuerza al azabache. Los tres chicos se encontraban en el departamento del más bajito.
–Minutos después llegaron los de seguridad y...
–Me sacaron porque violé sus estúpidas normas. ¿Yo qué iba a saber que todo estaba permitido menos revelar la identidad de algún individuo dentro del club? –se quejó.
–Tampoco estaba bien que el hombre te forzara, Jiminie, por eso también lo sacaron a él –dijo Jungkook para apaciguar el ánimo del chico que se encontraba entre sus brazos.
–Yo fui la víctima, no es justo.
–¿Y por qué no te sacaron a ti? –preguntó el castaño refiriéndose al azabache.
–Porque...
–Si lo sacaron a él –interrumpió Jimin.
–Sí, pero cuando estuve afuera me escabullí para llamarte ya que no contestabas mis llamadas –aclaró–, luego ya entendí por qué no lo hacías –le dedicó una mirada implícita.
–¿Por qué? –preguntó el de labios esponjosos.
–Los chicos con los que jugamos aquella vez querían que nos reunamos de nuevo –Taehyung cambió la conversación sin tantas complicaciones.
Después del incidente, el peliazul se encerró en su departamento por un día y evitó a sus dos amigos por cinco días más en la Universidad; le chocó demasiado lo sucedido. El viernes por la noche el azabache y el castaño se organizaron para darle una sorpresa a Jimin ese sábado en la tarde.
–Yo ya no iré más a ese lugar –habló serio el de labios esponjosos.
–Vamos, Minie –animó Taehyung–. Yo te protegeré e iré contigo a todos lados. Podemos burlar la seguridad.
Jungkook lo meditó unos segundos y luego habló:
–Creo que si Minie no quiere ir, está bien. Lo que le pasó no es algo fácil de superar.
–Sí, Kookie me entiende.
–Por cierto, ¿saben algo de Yuqi? –nuevamente el castaño cambió de tema.
El peliazul subió sus pies en el sofá y se acurrucó en el cuerpo más grande. Sus dos amigos no contestaron. No tuvieron contacto con la chica después de que se separaron, aparte de un mensaje reenviado súper raro.
–¿De verdad no quieres ir? –preguntó Taehyung por última vez ignorando su propia pregunta.
–No, Tae, quizá para la próxima.
Los tres se quedaron en silencio. El azabache chasqueó la lengua arrepintiendose por no ser más atento y acompañar a su ex.
Taehyung, por su lado, piensa en J-hope, el lindo chico pelirrojo con mirada energética. No aguanta más por volver a verlo. También repasa las veces en las que se han estado mensajeando por Mask desde que lo buscó por la aplicación con el seudónimo que le dio
Jimin, por lo contrario, no piensa en lo sucedido el sábado pasado; no, él piensa en el chico que está sentado justo al frente de él, en uno de los sillones individuales. Considera la forma en la que Taehyung le gusta desde la secundaria. Los dos han pasado por tantos momentos que cree que pueden pasar el resto de sus vidas juntos sin problemas; aunque no lo ve posible de la manera en la que él quiere.
–Yo estoy dispuesto a quedarme con Minie –propuso Jungkook.
Los dos chicos salieron de sus pensamientos y lo miraron extrañados.
–¿Y tú para que quisieras quedarte con mi mejor amigo? –soltó el castaño.
–Digo... –tragó saliva–. Yo también soy su amigo y tampoco tengo ganas de ir hoy y puedo quedarme a hacerle compañía.
–No te preocupes por mí, Kookie. Yo solo dormiré toda la noche, o quizá veré una serie en Netflix, incluso el trabajo que dejó el aburrido profesor Jackson puede ser interesante.
Jimin dejó de abrazarlo y se sentó de rodillas en el sillón para mirar los ojos del chico azabache. No quería quedarse con su ex en su departamento, solos, durante una noche entera. Demasiado incómodo para él. Ni siquiera cuando eran novios hacían eso.
–Podemos ver la serie juntos, incluso te puedo ayudar con el trabajo. No tengo nada que hacer en casa y como no voy a ir me aburriré.
–No –habló rápidamente.
Taehyung se le quedó viendo.
–Quiero decir... puedes salir a divertirte. Yo sé que te quieres quedar porque estás preocupado por mí y no tienes de qué preocuparte –aclaró el peliazul–. Es más –simuló un bostezo reacomodándose en el sillón sin volver a abrazar a su amigo–, tengo sueño justo en este momento. Será mejor que se vayan para que pueda descansar.
–Está bien –comprendió el castaño al instante y se paró, pero no vio al azabache moverse de su sitio–. Jungkook, vámonos. Minie está cansado.
–Pero yo me quedaré con él –habló genuinamente con un puchero.
–No, Kookie, váyanse ustedes. Quiero estar solo.
–Con más razón quiero quedarme –rogó.
–Haz caso, hombre. Minie te lo está pidiendo –se acercó al sillón del frente, cogió las manos de su amigo y comenzó a tirarlo para que se pare.
Jimin, al entender su intención, también trató de ayudar empujandolo por detrás.
–¿Estás seguro que estás bien? –preguntó el azabache una vez se encontró en el pasillo del piso.
El peliazul asintió repetidas veces.
–Sabes que si te sientes mal me puedes timbrar.
Taehyung se hartó y cerró la puerta dejando a Jimin dentro.
–Lo siento, Minie. Mañana vendremos a visitarte también –habló en voz alta para que el otro lo escuche.
El más bajito de los tres volvió a asentir, aunque sus amigos no podían verlo.
–Vamos –palmeó los hombros de Jungkook–. ¿Quieres que vayamos juntos o que nos encontremos allá?
Comenzaron a caminar.
–Como sea –respondió.
[...]
Música electrónica retumbaba por toda la propiedad transmitiendo buenas vibras hasta los más oscuros rincones del masked club.
En la superficie de la mesa habían muchos vasos descartables rojos con licor hasta la mitad.
Taehyung buscaba con la mirada a J-hope, chico que aún no se presentaba. Tenía ansias, muchas ansias.
–¿Estamos todos? –Lix preguntó para luego contar con un tono sereno:
Uno, dos, tres, cuatro... y seis. ¿Quiénes no vinieron? Aparte del chico lindo de cabello rojo que no veo por aquí?
–Yoon levantó la mano y habló–. Suran, la chica de melena ceniza, me escribió ayer por Mask avisando que no podría reunirse hoy porque está enferma.
–Ella estaba muy emocionada con esta idea –comentó el chico de pecas–. Creo que también falta el chico de cabello azul, ¿verdad?
–Lo conozco –dijo Jungkook. Todos voltearon a verlo. Ahí casi nadie conocía a nadie-. Él tampoco pudo venir hoy.
–Seguro la próxima semana si vienen –aseguró Nam.
–Bueno, se pierden de un juego ardiente.
Todos sonrieron.
–¿Qué jugaremos hoy? –preguntó cierto pelirrojo que acababa de introducirse al grupo de improviso.
Los ojos de Taehyung destellaron de emoción. «Si viniste», pensó. El chico portaba una polera negra y un short con estampados de caritas de perritos. «Tan lindo».
–Llegaste –susurró Lix para luego sonreír en dirección del chico que acababa de llegar. Se enfocó en los demás–. Hoy probaremos un juego repleto de confesiones en el que podremos conocer la gran mayoría de secretos mejor guardados de todos nosotros –respondió a la pregunta–. Será una buena forma de conocernos sin dar a conocer nuestra identidad.
Todos asintieron de acuerdo.
–¿"Yo nunca nunca..."? –adivinó Yoon.
El castaño recordó el juego al instante. Le agrada comenzar con esa dinámica. Le gustaría conocer más del chico frente a él.
–Ey , chicos –un tipo con máscara de panda se les acercó– ¿Qué están jugando?
–Hola –habló Nam–. Estamos por comenzar un juego. ¿Le entras?
–Claro.
–¿Cómo te apodas? –preguntó esta vez Taehyung.
–Me encuentran en Mask como Ash Island pero pueden decirme solo Ash –se encogió de hombros.
–¡Ash! ¡Casi igual que mi apodo! –comentó Bibi–. Solo que aquí... me conocen por otro –completó sonriente.
–Bien, Ash. Juguemos –voceó Lix.
El nuevo se hizo espacio entre Jungkook y Taehyung. Era un chico con piel pálida y tatuajes en esta, cabello blanco, lindos labios, buen cuerpo...
–¡Comencemos! –animó Yoon.
El chico de pecas posicionó ambos brazos en la mesa y visualizó a los jóvenes que rodeaban esta. Cada uno de ellos con diferentes expresiones-. ¿Conocen las reglas del juego?
–Yo aún no sé qué jugaremos –habló tranquilo el chico peliblanco.
–Verdad. El juego se llama "Yo nunca nunca". ¿Te la sabes? Dudo que no.
–Por supuesto que sí.
J-hope rio.
–¡Que comience Ash! –sugerió la chica de ojos grises. Traía una coleta, un short rasgado y un top muy escotado.
Ocho pares de ojos miraron sin problemas los vasitos típicos de fiestas. Tenían sed de licor. Y como si el club de los enmascarados se hubiera organizado con el grupito de chicos, un silencio opacó todo el lugar. La música se había detenido.
Se miraron entre sí, excepto Taehyung y el pelirrojo que se miraron solo entre ellos.
De pronto, como si nada, Hula Hoops de DPR LIVE Feat. Beenzino & Hwa Sa, se sintonizó a todo volumen. Los jóvenes que se encontraban alertas y sobrios aún siguieron bailando, cantando, tomando, riendo, apostando y jugando.
–Yo nunca nunca... he salido con más de dos personas al mismo tiempo –inició sin rodeos el chico con tatuajes vistosos.
Nam cogió un vaso y se lo tomó entero.
–¿Con más de dos? –preguntó asombrada Bibi, pero como si sus expresiones no estén acorde con sus actos, en menos de tres segundos cogió un vasito y lo sorbió con una sonrisa en el rostro.
«Llévame a la luna», cantó Taehyung en su mente, le gustaba el ritmo de la música. Miró a su alrededor, nadie más tomó un shot. «Vaya aventuras», pensó enseguida.
–Sigamos.
Todos lo miraron, esperando a que el castaño continúe con el juego.
Titubió.
–Yo... nunca nunca... –ni siquiera sabía qué es lo que iba a decir–, ¿he visto porno?
Todos estallaron en carcajadas. Se sentió un poco patético al instante, aunque se reía de él mismo. Concentrarse solo en los movimientos que hacía el chico pelirrojo por mucho tiempo no fue buena idea.
–¿Es enserio? –habló entre risas Yoon.
–Lo hice a propósito. Deberían comenzar todos iguales.
Acto seguido todos cogieron un vasito.
Taehyung dudó un poco pero también cogió un vaso y se lo tomó entre pequeños tragos. J-hope reía frente a él.
Luego seguía Nam. Todos también miraron al chico que comenzó por decir:
–Yo nunca nunca... –fingió pensar en lo que iba a decir– he estado en una orgía con una secta demoníaca –dijo pendiente de quién cogía un vaso después de lo que dijo.
Todos se volvieron a mirar entre sí. Luego se enfocaron en Yoon, espectantes, para luego cuestionar a cada uno de los presentes.
–Claro que yo no –habló Yoon.
–Yo soy el que mencionó la frase, no me miren –contestó Nam.
–Yo menos –siguió J-hope, sonriente.
–Tampoco me miren a mí –Taehyung alzó sus manos a la altura de sus hombros dando a entender de que es inocente.
Cuando miraron a Ash, él no se opuso a cualquier acusación, pero tampoco cogió un vasito.
–Yo peor –aclaró Jungkook.
Todos pasaron sus miradas al siguiente.
–Ey, ya quisiera haber tenido la oportunidad –habló con sorna el chico de pecas.
Solo quedaba la respuesta de Bibi, ella se encontraba lamiendo y mordiendo su labio inferior, miraba a los chicos con burla. Acercó su mano al centro de la mesa y rodeó un vaso con licor, lo alzó y se lo llevó a la boca.
Yoon se quedó asombrado, sus mejillas se ruborizaron. Ash mostró no importarle. Los demás no sabían cómo reaccionar, no era algo tan complicado de comprender.
Taehyung miró al pelirrojo, era el turno de ese lindo chico.
–Yo nunca nunca... me he enamorado locamente.
Todos prosiguieron a apropiarse de un vasito y a tomar su contenido. «¿Eso quiere decir que aún no ha tenido su primer amor?», procesó Taehyung mientras intentaba descifrar la mirada de Jhope. El azabache juraba que era un mensaje exclusivamente para él.
–Bien, mi turno –interrumpió Yoon–. Yo nunca nunca... no he intentado suicidarme.
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