Pacto. Parte 2.

Kimetsu no Yaiba no me pertenece-

-Prohibido copiar.

Advertencias:

-Temas fuertes-

-Ooc-

-AU-

-《Son pensamientos》

-Letra cursiva es pasado.

....._.....= Salto de escenario.

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El silencio en el que se enfrascaron se rompe cuando ella decide hablar.

-Es cierto- inicia captando su atención de la persona que tiene de frente. -Tú mataste a Tanjiro- era una verdad absoluta. -Pero, no fue porque tú desearás hacerlo-

Giyuu la escucha en silencio.

-Padre fue quien te dio esa orden- sin importar cuales fueran las ordenes de su progenitor, ellos debían acatar; tal cual se los ordeno. No tenían tiempo para dudar o si quiera cuestionar, porque pesara a quien le pesara esa era la realidad, así funcionaban dentro de la familia Kibutsuji. -Él fue quien dicto que las cosas fueran así y tu solo cumpliste con lo que ordenaron- precisamente Muzan era como un titiritero y ellos marionetas que se limitaban a seguir al pie de la letra cada orden.

Su progenitor se encargo de inculcarles esa mentalidad desde muy corta edad y dejar en claro que cada uno de sus hijos era una herramienta que le permitía alcanzar sus propias metas. Todos los que vivían bajo esas reglas sabían que las cosas eran así. Sabito, uno de los guardias como entrenadores se lo dejo muy claro cuando finalizaron su entrenamiento. Si cualquiera habría estado en la misma posición de Giyuu; es decir eliminar a Tanjiro por traicionar a la familia, que no le quede duda alguna en que Kanae, Douma, Shinobu, Akaza, Inosuke, Ume o ella misma, lo habrían exterminado sin titubear esa decisión, porque al igual que el resto y algo que tenia en común con los otros era que... -Tú solo buscas sobrevivir-

-Terminaste-

-No. ¿Tú quieres que sea tuya?.- se cerco mas a él, al punto que ella delineo con suavidad sus labios. -Si, realmente quieres que lo sea y en todo el sentido de la palabra, la cabeza de Muzan es el precio que debes pagar-

-Como se que no mientes o que esta no es otra de tus trampas-

Cabe la posibilidad de que ella buscará tentarlo con falsas promesas.

-Podría decir que ese es el riesgo que corres tú al confiar en mí- se detuvo unos segundos -Míralo de esta manera, ante los ojos de Muzan, solo somos herramientas que puede desechar a su antojo, todo bajo el pretexto de que si fallamos es porque no somos dignos sucesores de su legado.

Él oji azul le dio razón en eso.

-¿Por qué crees que tiene tantas mujeres en toda la mansión?-

Un harem, para satisfacer cada una de sus necesidades.

-Porque en el momento que fallemos, puede engendrar otro-

Cada persona que vivía dentro de la mansión Kibutsuji, desempeñaba un rol dictado por la cabeza de esa peculiar familia.

-Ten por seguro de que ese día llegara, buscara la mínima falla y eso seria nuestro fin-

Porque si de algo estaba segura era que su progenitor no se tocaría el corazón cuando ordene que corte su cabeza y lo exhiba mas adelante, para que sirva como un claro ejemplo para el resto.

-Debes estar desesperada para recurrir a mi- se burló un poco.

-De nada sirve de negarlo- suspiró con algo de cansancio, era bastante intuitivo. -Por esa razón es que eres su hijo favorito-

-Tú eres su hija más preciada-  declaro.

Nezuko negó eso.

-Kanae es realmente su favorita- entre todas sus medias hermana. La hermana de Shinobu siempre destacó por encima del resto. Por mas que se esforzarán, nunca la alcanzarían y es que Kanae nació con talento, el resto con algo de suerte.

-Ni siquiera eso es suficiente para complacer las demandas de padre-

De lo contrario su progenitor no habría decidido casar a sus medios hermanos.

Era bien sabido la obsesión que tenia Douma con Shinobu.

Él peli rubio quería a Shinobu para si mismo. En cuanto a la mas baja; estaba a punto de lanzarse del acantilado mas cercano y de verdad lo haría de tener la oportunidad. En lo personal Muzan prefería muerta a Shinobu que Kanae, porque la mayor todavía tenia mucho potencial por explotar; en cuanto a Douma, era él mas estratégico, inestable e impredecible en ocasiones.

Tanto Kanae como Douma poseían virtudes que se verían opacadas por una debilidad que tenían en común.

Shinobu Kibutsuji.

-Muzan siempre se jacta de que somos una familia muy unida-

La realidad era no muchos lo veían así, en algún punto eran conscientes de la crueldad que Muzan era capaz de desatar si las cosas no salían como él quería, incluso recuerda los latigazos que recibieron dos guardias cuando Tanjiro los noqueo y ayudo a Ruka Rengoku a escapar de la mansión.

-Suficiente-

La detuvo y él comenzó a hablar.

-Si quieres que me encargue de Muzan- impuso su condición. -Elimina a tu mascota-

Nezuko era consiente de que le estaba pidiendo a cambio no era algo tan sencillo como sonaba y es que con él oji azul las cosas tenían un significado mas oscuro como profundo. Eliminar a Sanemi significaba renunciar para siempre a la idea de escapar de la mansión Kibutsuji. Abandonar sus esperanzas de una vida diferente lejos de él, nunca llegaría a suceder. Dejar de lado al resto por una egoísta meta.

-Giyuu...- no sabia si algún día lo perdonaría, por acabar con la vida de su único hermano, podría hacer el intento de llevar las cosas con calma. No lo sabia, era algo muy incierto de saber; aún así... -Se porque lo hiciste, mas eso no lo justifica-

-Lo sé-

No había día en el que lo olvidara, sus manos cubiertas de sangre; por cientos de inocentes como culpables. Esa era la carga que llevaba desde el primer momento en el que acabo con una vida.

Akaza le dijo que dejo de contar los cadáveres cuantos estos pasaron de diez. Esa era una de las razones por las que aún seguía cuerdo.

-Encárgate del resto-

-...-

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