Pacto. Parte 1.
-Kimetsu no Yaiba no me pertenece-
-Prohibido copiar.
Advertencias:
-Temas fuertes-
-Ooc-
-AU-
-《Son pensamientos》
-Letra cursiva es pasado.
....._.....= Salto de escenario.
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Entonces siente como una suave brisa ingresa por esa habitación, mientras que Nezuko no deja de susurrar.
-Siempre que te acercas a mí, no siento otra cosa que repugnancia- menciona con evidente molestía y asco.
-Primero me llamas idiota- La sujeto con fuerza la mano a la vez que la joven de largos cabellos lo observa con enfado. -Ahora dices que te repugno- no era sorpresa alguna el desprecio que le dirigía la hermana de Tanjiro, aun así; ella debería ser consciente de que el ser humano es malo por naturaleza, por lo que debe dejarle en claro un par de cosas. -Nezuko, deberías saber que incluso yo tengo un limite- sentenció con firmeza desde su posición. -Tú sabes que no te conviene hacerme enojar- advirtió con severidad él mas alto.
-Tus amenazas me importan una verdadera mierda- reta altanera.
-Siempre buscas el modo para provocarme- mencionó con rotunda ironía. -Llegara el día en el que tome la palabra y termine por cumplir ese deseo- ella suelta una risa irónica, ojalá las cosas fueran así de simples, mas esta segura de algo...
-Ambos sabemos que eso nunca sucederá- por mas que buscara alejarse de él vería la forma de arruinar sus planes, era un entrometido, porque... Su obsesión con ella no tiene limites. -Y si hiciera algo que te moleste- como huir recuerda para si. -No te quedaras sin hacer nada- lo conocía lo suficiente para llegar a esa conclusión.
Giyuu se mantuvo en silencio unos cuantos segundos.
-Por lo que buscarás la manera de castigarme y que mejor manera que arrebatándome a mis seres queridos- él no negó ese hecho, era preferible eliminar a los que velaban por su bienestar y que de esa forma entienda que ella no tendría a quien aferrarse; solo a él. -Pero ten en cuenta que si siquiera se te ocurre hacerles algo- le sujeto el brazo y lo coloco encima de si vientre, él oji azul no la comprende. -No me quedare de brazos cruzados como lo hice esa vez- la imagen de su hermano aparece en su memoria. -Te arrebataré lo que mas te importa- entonces lo comprendió cuando ella menciono lo siguiente. -Mataré a cada niñ@ que engendres en mi vientre- no se tocaría el corazón ante eso, prefería evitarles conocer lo cruel que podían llegar cualquier miembro de la familia Kibutsuji. -Te advierto que no me lo pensare dos veces-
-¿Llegarías a esos extremos?- entonces sus miradas se cruzaron. La de ella expresaba firmeza y decisión, tenía la firme convicción de cumplir con su demanda. La suya representaba esa frialdad que lo caracterizaba, a la vez se mantiene sereno, pero esta seguro de algo; Nezuko no bromeaba con su amenaza, buscaba castigarlo de una manera tan diferente a la que estaba acostumbrado por lo que no sabia como reaccionar ante una situación como esa, lo peor es que ella era capaz de llegar a esos extremos con tal de salirse con la suya. -Tu suenas como una...
-Loca- interrumpe de inmediato, es probable que lo sea y que haya perdido la cordura en algún punto; aún así todavía no es suficiente ya que falta algo. -Si posiblemente lo sea- reconoce al poder hablar sin miedo frente a ese mata hermanos y es que después de haberlo pensado demasiado y meditarlo, tenia muchas cosas en su contra, por lo que la idea de huir temporalmente quedaba descartada. Sanemi no confiaba en ella; lo cual era reciproco de su parte, por lo que llegar a una especie de acuerdo entre ambos partes seria algo demasiado irreal, fantasioso.
Recurrir a pedir la ayuda de alguien de su familia seria peligroso.
No quería involucrar a su madre o Inosuke, debido a que ellos, eran demasiado preciados para ella como para sacrificarlos en sus fines egoístas. Akaza solo tenia tiempo para reclamarle a Muzan y discutir con Giyuu. Douma no la ayudaría debido a que sus planes casualmente eran similares a los de Muzan. Ume, la susodicha no quería verla ni en pintura, por lo que la descarto de inmediato. Shinobu a esas alturas ya debió haberse resignado. Ella estaba sola, era su triste realidad.
-Nezuko- la voz de Giyuu detuvo sus divagaciones.
-Tráeme la cabeza Muzan-
Limar asperezas con quien le arrebató a su hermano, no era fácil, pero debía admitir y reconocer -cosa que odiaba con todas sus fuerzas- que él favorito de Muzan era fuerte, demasiado para su mala suerte, por lo que era conveniente tenerlo de su lado que de enemigo.
-¿Por qué?-
Era lógico que la cuestionará, estando en su lugar, haría lo mismo.
-Es cierto que te odio- nunca negaría ese hecho. -Pero odio mas a Muzan de lo que hago contigo-
-¿Qué gano con eso?- no negó su petición por lo que debía continuar.
-Dejaras de ser una marioneta- ya no lo obedecería. -Podrás hacer todo lo que se te plazca- tentó como alguna vez hizo Eva con Adán agregando un pecado mas a su extensa lista. -¿Qué es eso que mas quieres mas no lo tienes?- siseó.
Él la miró con intensidad.
-Seré tuya- prometió. -Sin ninguna atadura de por medio- concedió de buena manera.
-Pruébalo-
-¿Ahora?-
-Ahora-
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