Desastre

Kimetsu no Yaiba no me pertenece.
Prohibido copiar.
Advertencias:
-Temas fuertes-
-Ooc-
-AU-
-Letra cursiva son pensamientos.
....._.....= Salto de escenario.

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Su habitual caminata es interrumpida por dos jóvenes, quienes intentan escapar de un malhumorado hombre de bata blanca, este no duda en hacer una seña para que los guardias los atrapen. Los nuevos practicantes internamente ruegan que la hija de Muzan vaya a decir algo.

Ella no lo hace, incluso sus suplicas son ignoradas con relativa facilidad, mientras son llevados a rastras por los guardias, quienes siguen las ordenes del estricto doctor que trabaja para la familia Kibutsuji.

-Esos bastardos- protesta él que trae lentes con marco negro, estaba a una de convertirlos en sus nuevas ratas de laboratorio.

A ver si asi podían llegar a ser útiles por una vez en su miserables vidas.

-A este paso te quedaras sin ayudantes- declara con burla. 

-Esos idiotas están cavando su propia tumba- se queja él de hebras verdes.

-Olvide que tu paciencia es una gran virtud que te caracteriza- ironiza al notar que él adulto rueda los ojos. -Al igual que padre-

-No me compares con esa escoria- advierte desde su posición.

-¿Escoria?-

-Basura, malnacido, imbécil, cínico, malparido, narcisista, inútil, arrogante de cuarta, mal padre, mal esposo, tengo una extensa lista, niña- 

Si fuera por él podría pasar horas y horas maldiciendo a Muzan. 

Esa era una de las tantas razones por la que la persona que tiene en frente le agrada y es que él peli verde podía ser muchas veces gruñón, molesto, irritante si estaba de muy mal humor, pero era una de las pocas personas que podía decir que era honesta. 

Yushiro no tenia pelos en la lengua.

Te decía tus verdades en cara, sin importar quien seas, ganándose demasiado enemigos en tiempo récord, incluso el mismo Muzan considero en matarlo en mas de una ocasión, empero él condenado era bueno en lo que hacia, odiaba reconocerlo.

Sus conocimientos en medicina y bioquímica eran demasiado útiles, para su desgracia.

-Ojala pudiera quedarme a escuchar el resto, pero no vine aquí por eso-

-Eso es obvio- señala. 

-¿Soy tan trasparente?- 

-Para tu desgracia, te conozco desde que tienes cinco años- se lo recuerda.

-Olvide ese pequeño detalle- concede, mientras él de pupilas purpura la mira serio.  -Ume, le corto dos dedos a Sanemi- 

-¿Y eso a mi en que me afecta?- cuestiona como si nada.

Todos los miembros de la familia Kibutsuji no eran muy cuerdos que se diga, sabra él las veces que fue testigo de algunas atrocidades que cometieron cada quien.

-Quiero que seas tu quien cure sus heridas- se lo hace saber.

-Busca a otra persona niña, estoy ocupado- hace un ademán para que se vaya de una vez. 

-Te lo pido a ti, porque se que eres el mejor en ese campo- lo decía enserio.

-No lo haré- no va a ceder.

-Ni siquiera como un favor especial...

-Ni por Tamayo- la interrumpe de inmediato dandole la espalda, en tanto coloca sus manos en la bata blanca, y se adentra en el laboratorio en el cual pasa la mayor parte de su tiempo. 

Aquel lugar es un santuario para él, le permite pensar con mayor claridad las cosas. 

Lejos de la bulla de afuera. 

Sus pensamientos tienen mayor congruencia y un mejor enfoque con el objetivo que sabe que debe alcanzar.

-Encárgate de tus problemas, niña- habla para sí, levantando la vista hacia cierto lugar, en el que una mujer de cabellos oscuros con puntas azules le da la espalda al menor de los miembros masculinos de la familia Kibutsuji.

Inosuke una vez mas, es rechazado por su propia madre, quien lleva sus manos hacia su cabeza gritando cosas inentendibles para él, pero para él muchacho de ojos esmeraldas las palabras que lanza su progenitora son como dagas al corazón.

Yushiro niega con la cabeza. No es su asunto, repite para sí y sujeta uno de los tubos de ensayo que tiene en el laboratorio, mientras mezcla algunos componentes químicos y los liquidos purpuras cambian a un tono mas oscuro, provocando que su sonrisa crezca de oreja a oreja. 

-Ya casi- susurra.

...._....

Nezuko no considero que algo como eso podía llegar a pasar, avanza sin rumbo alguno hasta que él olor a almendras la atrae, decide que es mejor que Makomo le invite el pastel que hizo la noche anterior, por lo tanto es mejor buscarla, empero una dulce voz le habla.

-Nezuko-chan-

-Kanae- responde con tranquilidad, tenía que tener cuidado a quien tenía en frente, en tanto la aludida hace un ademan para que se siente en su mesa, niega la oferta a la vez que la aludida, no acepta un no como respuesta e insiste lo suficiente para que Nezuko termine haciendo caso.

-Tus problemas no se solucionaran poniendo una mala cara- inicia sin tacto alguno.

-Dime algo que no sepa-

Kanae parece meditarlo un poco.

-Creo que la razón de tu enojo tiene que ver con Yushiro- por unos momentos la ve sorprendía, en tanto Kanae señala el lugar por el cual la vio pasar. -Después de todo, es el único que se la pasa encerrado en su laboratorio- se encoge de hombros, restándole importancia. -Incluso suspendió las clases de farmacología esta mañana Shinobu amenazó con decapitarlo, ni que decir con Inosuke, se quedo con las ganas de diseccionar unos cuantos animales- 

-No lo sabia-

-Fue un cambio de última hora-

-¿Cuánto crees que tarde?-

-En el mejor de los casos, un mes- 

-Tsk- chasquea la lengua.

Tenia que desinfectar los cortes y las heridas cuanto antes.

-¿Por qué de repente tu inusual interés en medicina?- cuestiona Kanae atrayendo su atención.

-No es por mí- responde llevando la taza de té a sus labios.

Kanae la mira en silencio.

-¿No preguntarás el por qué?- pregunta Nezuko con cautela.

-Esa es una respuesta que mas tarde sabre- responde Kanae dejandola asombrada. -Despues de todo, quiero ver el proceso antes de que el caos se desate en nuestra familia- con sutileza se acerca a Nezuko lo suficiente como para susurrar cosas que dejan paralizada a la muchacha de pupilas rosas.

-Ten una linda tarde, hermanita- se despide con falsa cordialidad al oir como la taza se rompe.

Nezuko llega a la conclusión de que todo va de mal a peor.

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Aclaraciones del cap.

Yushiro es doctor y trabaja para Muzan, aunque no se llevan nada bien.

Yushiro se niega a ayudar a Nezuko por diversas razones.

Inosuke es odiado y amado por Kotoha.

Kanae sabe mas de lo que aparenta.

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