05: El club de juegos

El club de juegos

 —⛏︎— 

Cuando desperté Cara tenía su cuerpo sobre el mío y no quise despertarla, así que me quedé dormido nuevamente. Volví a despertarme cuando sentí movimientos y su mano sobre mi polla que seguía erecta —no sé en qué momento volví a ponerme duro, pero con Cara a mi lado estoy seguro de que estuve así desde que nos quedamos dormidos— sentí como me acariciaba descaradamente y repartía besos por todo mi cuello.

No resistí mucho tiempo hasta que abrí los ojos y, contra toda mi voluntad y mis ganas de inclinarle el culo y follarla tuve que apartarme de ella. Tenía planes para ella y no era follar en el apartamento.

Cuando nos paramos de la cama ya había pasado medio día así que pedimos comida y almorzamos allí, luego nos duchamos juntos y la acompañe a su casa por algo de ropa, ya que se quedara en mi apartamento todo este tiempo.

También estuvimos en la empresa y la reacción de las personas al vernos llegar juntos fue demasiado cómica, para nadie es un secreto que Cara no me soporta, pero si supieran todo lo que ruega por mí mientras la estoy follando o comiendo el coño.

—No sé qué voy a ponerme hoy.

—Tengo un vestido para ti.

Compré ese vestido hace un par de semanas. Es un vestido plateado lleno de brillos.

—Estás loco —menciona.

—Utilizaste menos en la fiesta de disfraz —le recuerdo.

El vestido es jodidamente corto, tiene muy poca tela para lo que costó.

—La fiesta era diferente.

—Esto es casi lo mismo, estaremos la mitad de los que asistimos a la fiesta —aseguro.

Es corto y muy destapado, por suerte a donde vamos hace demasiado calor y no va a necesitar algo más para cubrirse.

—Creo que no tengo las bragas adecuadas para este vestido, el escote de la espalda es demasiado bajo —menciona.

—No es necesario que las utilices, no llevarlas hará mi trabajo más fácil.

Iremos al club swingers donde habrá shows durante toda la noche, además podremos hacer muchas cosas allí, tengo planeado pasar una larga noche y hacer que ella disfrute más de lo que la hice disfrutar las últimas dos noches.

—¿Qué vas a usar?

—Algo fresco, no llevaré traje.

Asiente, la veo entrar al baño y me dan ganas de seguirla, pero me detengo. Falta poco para marcharnos y estoy seguro de que si entro con ella podría cancelar nuestra ida al club y eso es algo que no puedo hacer.

Desde que las fiestas se hacen he ido al club, pero nunca había llevado a una elegida porque no me apetecía pasar el rato con ellas allí, tampoco las traje a mi apartamento o me quede con ellas en casa de mis padres, siempre buscaba algo donde pudiera pasar el rato.

Con Cara ha sido diferente, sé que se convertirá en mi esposa, pero eso no es lo único que me ha hecho traerla a mi espacio seguro o llevarla al club.

—¿En qué piensas?

Dirijo mi mirada hacia donde se encuentra de pie. La observo detalladamente y empiezo a arrepentirme que lleve ese vestido, se ve demasiado sexy mucho más de lo que imagine al momento de pedir el vestido.

—¿Aún quieres que lo lleve?

—No —respondo a su pregunta.

—Que lastima por ti, porque me gusta cómo se me ve.

Camina hacia donde está su pequeña maleta con las cosas que trajimos de su apartamento y se inclina dejándome ver su culo y parte de su hermoso coño.

—No vas a inclinarte hasta que yo te lo pida —digo poniéndome de pie.

La maldita bruja se ríe mientras eleva más su trasero haciendo que el vestido termine recogido en su cintura.

—Ponte bragas, no quiero arriesgarme.

Entrando a mi vestidor me visto con lo que ya había seleccionado para esta noche. Unos pantalones grises, una camisa blanca y unas zapatillas cafés. Cuando regreso a la habitación Cara se está terminando de maquillar.

Me pongo el reloj que había dejado en la mesa de noche y guardo mi billetera.

—Voy a hacer una llamada, te espero en la puerta.

Hago una llamada a Gael para asegurarme de que ya se encuentra en el club junto a las demás parejas. Esta es una de las noches que más esperan quienes participan en la fiesta, ya que allí pueden cumplir muchas de sus fantasías como tener sexo en público o alguna orgía siempre y cuando las parejas estén de acuerdo.

Yo no pretendo hacer ninguna de esas, pero si pienso follarme a Cara mientras ella observa a todas las personas que hay fuera de la habitación que tendremos, además quiero utilizar todos los juguetes que hay en allí.

—Estoy lista.

—No necesitas cartera, puedes dejarla —digo.

—Una mujer no sale sin su cartera, llevo todo lo que necesito.

Cuando salimos del edificio ya está el conductor esperando por nosotros, tengo auto, pero no pienso arriesgarme. Ambos vamos a beber y estar toda la noche allí así que es mejor un conductor designado.

Cuando entré al club se sintió como entrar a otro mundo. Las paredes y el piso del lugar son completamente negros, pero tienen un brillo donde tu reflejo se ve como si fuera un espejo.

En el centro hay varios objetos y reconozco alguno de ellos como la x y el sofá de cuero rojo.

Aiden y yo nos ubicamos en un lugar donde la visión hacia los objetos es clara y diría que la mejor del lugar. Un mesero nos trae las bebidas que ordenamos en cuanto llegamos, alguna de las parejas se acercan a saludar y veo a mi amiga junto a Gael en una esquina del lugar.

—¿Vienes todos los años aquí?

—En los últimos años no había venido.

—Porque no estabas participando, ¿pero antes traías a tus elegidas?

Sé que su respuesta no me va a agradar, pero aún quiero saber si trajo a alguien a este lugar y utilizaron todos esos objetos que hay en el centro. No entiendo los celos que están surgiendo en mí cada vez que pienso que Aiden ya hizo todo esto quien sabe con cuantas mujeres.

—Puedes estar tranquila —susurra haciendo que mi piel se erice—. Eres la única que he traído y traeré.

—El próximo año no participaré en la fiesta —le revelo.

Ya sé quién es mi lobo, no hace falta ir a la fiesta y correr para que él me atrape, ya que el próximo año tendrá otra elegida y así será hasta que se case. Dios, pobre de su esposa.

—Yo tampoco voy a participar, debo casarme en un año —menciona.

—Pobre de la mujer que esté contigo —menciono.

—Se llevará un buen partido —asegura—. Soy guapo, rico y tengo una verga que te hace llorar de placer.

—Imbécil egocéntrico.

—Solo estoy diciendo la verdad.

Pongo los ojos en blanco, me llevo la copa a los labios y antes de poder beber el líquido me quedo paralizada. Veo como dos hombres caminan junto a una mujer hasta donde está la cruz y la amarran a ella haciendo que sus pies y brazos estén extendidos.

Los hombres llevan puesto unos vaqueros, mientras que la mujer únicamente tiene sus bragas y los pechos al aire.

—¡Esas son unas bonitas tetas!

Grita un hombre y los demás se ríen. La mujer que está expuesta se relame los labios y tira de sus manos, pero al parecer la sujetaron muy bien. No puedo apartar mi mirada y menos cuando uno de los hombres pone algo en sus pezones trayéndome recuerdos.

—¿Te gusta el show?

No puedo responder la pregunta de Aiden. Aún no han comenzado y siento cosquilleo en todas partes de mi cuerpo.

—Hace siete años también puse uno de esos en tus pezones. Te veías jodidamente caliente.

Su respiración golpea con mi cuello y un gemido se escapa de mi boca haciéndolo reír.

Veo como uno de los hombres se inclina y rasga la braga de la mujer dejando su coño al descubierto. Miro a Aiden pensando que su atención también está en lo que está pasando frente a nosotros, pero me está mirando con una sonrisa en sus labios.

—¿Quieres estar en su lugar, bruja?

—¿Lo permitirás?

—Jamás dejaría que otro hombre toque a mi mujer.

Oh, Dios. Esto se está descontrolando, yo no soy su mujer, básicamente esto es un juego donde me convertí en su puta y ambos lo disfrutamos.

—Solo disfruta, aún queda mucho.

La mujer se deshace en la boca de uno de los hombres mientras que el otro se deleita con sus tetas chupándoselas y mordiendo haciendo que los jadeos de ella llenen todo el lugar. Después de que creo que ya terminaron porque saltaron a la mujer, no es así.

—Ambos se la van a follar —las palabras salen de mi boca.

—Es lo que ella quiere.

Cuando uno de los hombres la penetra el otro se introduce en su boca haciendo que su saliva se encuentre con sus lágrimas. La imagen que tengo frente a mí es caliente, sucia y excitante. Cruzo mis piernas cuando el cosquilleo en mi coño se hace presente.

Quiero sentarme sobre Aiden y hacer que me folle sin importar lo sensible que aún siga o cuantas personas puedan verme, lo único que quiero es calmar el color de necesidad en mi coño. Al parecer Aiden lee mis pensamientos porque lleva una de sus manos debajo de mi vestido hasta encontrarse con mi coño húmedo y necesitado.

—Al parecer el show te puso caliente. ¿Quieres que nos marchemos?

Asiento frenéticamente.

—Unos minutos más, quiero que vean lo que sigue.

No voy a aguantar. Hace demasiado calor, sus dedos jugando con mi coño y la escena que tengo frente a mí son una jodida tortura.

El hombre que estaba follando la boca de la mujer se corre mientras ella traga cada gota que dejo en su boca. Ponen a la mujer en una posición donde ambos la puedan follar, veo como su coño y culo son follados haciendo que disfrute el doble de lo que ya venía haciendo.

—Vamos.

Aiden me pone de pie y me dirige a una habitación que no vi cuando llegamos, al entrar veo todo el lugar y jodida mierda, se pueden ver todas las personas que hay afuera y seguramente ellos también nos ven a nosotros.

—¿Verán lo que hagamos? —pregunto.

—¿Quieres que nos vean? Porque yo no.

Mis ojos recorren la habitación y veo como los mismos objetos que había allí afuera están aquí, pero en esta habitación también hay una cama.

—Es muy lindo este lugar.

—Es de alguien que conozco, todos los años damos una suma de dinero para que esté libre para nosotros.

—Invierten mucho en sus fiestas.

—Lo necesario para tener las mujeres que queremos.

—Ya lo veo.

Cada movimiento de Aiden me pone alerta queriendo saber que me va a hacer, aunque no me importa si me pone sobre la cama, la x o el sillón, sé que voy a disfrutar todo lo que hagamos.

Mientras sujeto a Cara a la misma x donde estaba sometida la mujer puedo notar como su respiración se vuelve más frenética.

—Todo lo que ellos hicieron lo voy a hacer contigo —aseguro.

Pongo las pinzas en sus pezones y ella jadea. Las apretó hasta que sus pezones están rígidos y rojos.

—Necesitarás a otro hombre para que puedas hacerme lo mismo —murmura.

Aún lleva el vestido puesto y no se lo voy a quitar hasta ahora que la lleve al sillón. Me inclino y paso mi lengua por su coño húmedo.

—Aiden.

—¿Qué quieres, ricito?

—Que me folles, duele.

—¿Qué te duele?

—Todo el cuerpo.

El dolor de sus pezones debe estar esparciéndose por todo su cuerpo hasta su coño donde empieza a gotear empapando mis manos.

—¿Si te follo pasará el dolor?

—Sí —lloriquea.

Miro hacia arriba y veo como sus lágrimas se deslizan por sus mejillas hasta caer sobre mí.

—Si no puedes resistir esto, solo debes decírmelo —digo—. ¿Lo entiendes?

Ella asiente. Lamo nuevamente su coño y esta vez se retuerce intentando soltarse de dónde está sujeta, pero es imposible. Cuando está a punto de correrse me pongo de pie y halo las pinzas de sus pezones viendo como un charco se acumula donde está.

La dejo sobre el sillón mientras busco una de las joyas que introduciré en su culo mientras la follo.

—Solo dime si no resiste —digo nuevamente. Beso su hombro mientras introduzco suavemente la joya hasta que está completamente donde la quiero.

—Oh oh oh.

—Quédate quieta.

En cuanto llene su coño, lo haré con su culo, voy a follar sus tres orificios esta noche tal como me lo propuse. Separo sus piernas e introduzco mi polla completamente.

Aún se siente jodidamente apretada y eso hace que mi orgasmo se dé más rápido de lo que esperaba. La follo mientras masajeo sus pezones calmando el dolor que causé hace un momento.

Sus ojos se conectan con los míos, ninguno apartamos la mirada, el azul de sus ojos está oscuro como una noche, como la profundidad del mar.

—Estoy tan jodido contigo —confieso.

No puedo pensar en alguien más y agradezco de que ella sea la elegida para mí, porque me volvería loco si tuviera que casarme con otra mujer y ver como otro hombre toma lo que me pertenece.

—No quiero ilusionarme —murmura entre jadeos—. Así que no me mires así.

—Ilusiónate todo lo que quieras, porque te pertenezco, ricitos.

Joder, no puedo convertir este momento en algo romántico, se supone que vinimos a follar y probar nuevas cosas para ambos.

Toda la noche nos pertenece, follamos como malditos animales. No sé cuántas veces nos corrimos o cuantas posiciones hicimos.

Nuestros cuerpos se fundieron y se convirtieron en uno, hice más de lo que pude hacer en los últimos años al igual que ella.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top