V.E.I.T.I.T.R.E.S (2/2)
TaeHyung dispara a dos de las rudas, acertando de lleno, provocando que el coche se detenga casi de inmediato, el arma no ha hecho ruido gracias al silenciador, pero eso no evita por completo el ruido de un arma al ser disparada, los cuatro policías que se encuentran dentro bajan con rapidez de su coche para revisar lo que ha pasado, JungKook da la señal a Nam Joon y J-Hope de acercarse por la espalda y, cuando están a escasos metros de llegar a los policías el peli-negro habla a Jimin.
—No te muevas de aquí hasta que te de la señal.— mueve la mano, como si ésta fuese un arma y disparase.—Es esta, cuando la haga necesito que les dispares a las piernas o los brazos.— Jimin asiente temeroso, ¿qué está planeando hacer el peli-negro?
JungKook sale de la esquina y camina hasta quedar a varios metros de distancia de los policías, que no tardan en sentirse terriblemente observados, sin embargo cuando miran se encuentran con esa dichosa careta de conejo, que se balancea hacia un lado, como si estuviese jugando con ellos.
Sí, se está burlando de ellos, JungKook lo sabe mejor que nadie, su mano se alza un poco antes de hacer la forma de una pistola con sus dedos. A Jimin se le acelera el corazón, ¿cómo se supone que debe aparentar inexperiencia si JungKook está en peligro?
—¡Mocoso de mierda!— se escucha la voz de uno de los policías, que no ha tardado ni un segundo en reconocer esa asquerosa y brillante máscara animal.—¡Esta noche acabaré contigo de una vez por todas!
—Pium.— JungKook hace casi omiso a las palabras del desagradable de su compañero, apunta sus dedos hacia los policías, observa cómo J-Hope y RM esperan con ganas el movimiento de su mano.—Pium.— parece un crío haciendo esos sonidos y gestos, pero le gusta divertirse y eso... no está mal, ¿cierto?
Las risas de los cuatro policías se escucha bulliciosa, hasta que la primera bala atraviesa la pierna del hombre que le ha gritado, pero, esta vez, grita de dolor al sentir el escozor y la sangre brotar de su muslo interno, un disparo un poco sucio pero igualmente útil, aún así el policía se niega a soltar su arma y apunta nuevamente a JungKook, tratando de disparar en su dirección.
-Ni lo pienses, hijo de puta.— gruñe Jimin hacia sus adentros, saliendo nuevamente y, durante unas milésimas de segundo, disparando la pistola que le ha entregado JungKook y dando de lleno en su hombro, el arma cae al suelo.
Nam Joon y HoSeok inmovilizan a los otros dos policías, solo queda uno y ese es de JungKook, es un compañero nuevo de su central, sus manos tiemblan mientras sujeta el arma entre sus manos, le conoce, es tímido, muy recto y seguidor de todo lo que le indiquen, sin rechistar ni preguntar, se acerca hasta él mientras el otro solo se siente desfallecer del terror.
—Vamos niñito, suelta el arma.— se burla, cada vez más cerca del joven que a penas cumple los veinte años.
—N-no lo h-haré.— su voz tiembla y JungKook deja escapar una gran ristoada.
—Pues será por las malas.— JungKook vuelve a ponerse serio y, de un segundo para otro, ha disparado al hombro del joven, que deja caer el arma al suelo.
(-0-0-0- * -0-0-0-)
Los cuatro hombres se encuentran atados en la azotea del edificio, observando con asco, rencor, odio y, sobre todo, temor a esos siete hombres completamente desconocidos que parecen burlarse de ellos, o al menos seis de ellos pues hay uno, al parecer nuevo, que lleva una máscara de gato y que mira al más joven de los policías con extremo rencor.
—¿¡Qué pasa marica, estás cabreado con Yung solo por que ha estado a punto de matar a tu noviecito!?— JungKook escucha esas palabras y mira a Jimin, quien no aparta la mirada ni parece reaccionar.
—¿Pardon?— pregunta, acercándose al viejo que ha hablado.
—¿Ahora no eres Coreano? No engañas a nadie, seguro que eres un niñato de mierda, y un maricón, al igual que ese gato de allí, estoy seguro de que ya le has dado por culo en varias ocasiones.— esas palabras no suenan bien para ninguno.
Los cinco amigos más cercanos de JungKook observan con preocupación la reacción de JungKook, que se limita a agarrar con fuerza la máscara del hombre y quitársela si limitaciones, dejando al descubierto el rostro de un demacrado hombre al que le faltan varios de sus dientes y, los que le quedan, de un color ennegrecido y amarillento, sus ojos apagados y oscuros. Repulsivos. Una nariz extremadamente grande y unos labios finos, rotos por la sequedad y JungKook no puede reír al ver palidecer el rostro de su compañero, uno de los que peor le caen a decir verdad, aunque tan solo le agrade su mejor amigo.
—Repite lo que has dicho, una sola vez más — su voz es tan seca, dura y áspera que asusta incluso a Suga, que no tarda en acercarse a él para controlarle si se le va de las manos.—y juro que tu muerte será la más dolorosa que nunca nadie a experimentado.— extiende una de sus manos hacia atrás, con la palma hacia arriba.—Omma, las pinzas.— el nombrado se las entrega rápidamente.
En un principio quiere sacar la bala de su hombro con las pinzas, pero eso no es lo suficientemente doloroso, por lo que aventura sus dedos índice y gordo, cubiertos por su guante, hacia la herida, removiendo entre el músculo desgarrado hasta tocar la bala y retirarla del lugar.
Escucha al hombre sollozar del dolor y, aunque no ha gritado, le divierte ver las lágrimas surcar ese demacrado rostro.
—Hoy tengo prisa, así que... si colaboráis, tú, tú y tú.— señala a los tres policías que miran atónitos a su compañero y jefe, que es incapaz de alzar la cabeza debido al dolor.—No sufriréis, si no lo hacéis... bien, os enseñaremos lo que es un verdadero castigo. — los tres policías tragan en seco.
Jimin observa detrás de TaeHyung el actuar del peli-negro, completamente asombrado por lo despiadado y rudo que puede llegar a ser.
—No lo tomes muy en cuenta Gukie-ah, — V sujeta su hombro con delicadeza, acercándole más hacia delante.—JKiller odia que hablen mal de sus amigos.
—¿Siempre es tan rudo?— escucha la ligera risa del peli-rojo a su lado y le ve negar con su cabeza.
—Creo que no quiere asustarte, suele ser mucho peor.— Jimin vuelve a fijar su mirada en la fornida espalda del peli-negro, replanteándose varias cosas.—Por cierto, buena puntería.— el castaño no es capaz de responder, pues una mano cubierta por un guante ensangrentado está extendida en su dirección, esperando a ser tomada.
—Vamos, Gukie-ah, pregúntales lo que desees.— su voz se ha vuelto seria, ya no es aterradora ni hace temblar sus huesos de miedo ni agobio, sabe que sigue cabreado, y sabe que a pesar de eso, su tono de voz es el justo para no ofenderle, se siente agradecido. Agarra su mano y camina junto a él hasta quedar frente a los policías.
—¿Por qué llevamos máscaras?— es lo primero que pregunta el castaño, sin embargo ninguno de los policías abre la boca.
—¡Responded!— el temblor vuelve a causa de la voz, nuevamente aterradora, utilizada por el hombre junto a él.
—No lo sabemos.— responde uno de ellos.
—¿Por qué matáis a gente inocente?¿Por diversión?¿Por aburrimiento?— los segundos pasan y no recibe respuesta, no puede esconderlo más; suelta la mano de JungKook, que no intenta retenerle en ningún momento, quiere ver de que es capaz su pequeño Mochi, Jimin agarra del uniforme a uno de los policías, ahogándole con su propia vestimenta debido a la fuerza que ejerce.—¡¿Por que?!
—Solo matamos si se lo merecen.— otro policía sale en rescate del que está siendo levemente ahogado bajo la mirada de más de siete personas. La risa sarcástica de Jimin se hace presente, antes de hablar de una manera tan fría que sorprende a todos los presentes.
—No vengas con jueguecitos, respóndeme ya mismo.
—Lo hacemos por aburrimiento,— la voz de quien hasta hace unos minutos lloraba del dolor se hace presente.—la gente se ha vuelto muy recta y se toma la ley a rajatabla, es casi imposible acabar con alguien que no tenga una máscara, se vuelve aburrido.— su voz está rota por el llanto, pero se nota que se está divirtiendo.—La última vez que matamos a alguien por incumplir la ley fue hace trece años, con el ahora Capitán Jeon — su voz suena con extremo desdén, sin embargo Jimin no se centra en su tono de voz, sino en la información dada, ¿acaso uno de los familiares de JungKook fue ejecutado?—acab- ¡Hijo de puta!— grita en dirección a quien lleva la máscara de conejo, que le ha disparado una vez más, esta vez cerca de su entrepierna.
—Suficientes preguntas.— su voz vuelve a sonar seca, sorprendiendo por completo a Jimin, que cada vez tiene más dudas con respecto al hombre que le a ayudado ya en varias ocasiones, ¿cuántas cosas le ocultará?¿Se lo contará todo en algún momento?
JungKook aleja a Jimin del policía a punto de desfallecer por el fuerte agarre del menor, después se deshace de su máscara, igual que hace cuando ha llegado el momento de acabar con sus compañeros, no sin antes despojar a los otros tres de sus máscaras, le encanta ver la expresión de los policías al descubrir que, el mismo que va a acabar con ellos, es un compañero poco deseado.
—¿Por qué no saludáis a vuestro Capitán como es debido?— su voz es seria y con sorna al mismo tiempo, asustando a los cuatro presentes, que nunca pensaron que Jeon pudiese hacer tales atrocidades, por muy rebelde que fuese.
—J-Jeon J-jungK-kook.— la voz asombrada del menor de los policías divierte al peli-negro, que sonríe con sorna.
—Encantado de veros a la cara, compañeros.
(-0-0-0- * -0-0-0-)
No queda ningún tipo de prueba que pueda incriminarles con los cuerpos de los policías que se encuentran aún en la azotea del edificio, los casquillos los han tirado por diferentes alcantarillas a lo largo de la calle, han borrado todo tipo de rastro o pruebas, nuevamente ha sido una noche perfecta para todos, que se dirigen a sus casas después de haberse despedido.
JungKook y Jimin van en el mismo coche que antes, aunque esta vez también viene YoonGi, que al ser vecino de JungKook es más sencillo que le acerque él a que lo haga cualquiera de los demás, no hay tensión en el ambiente, solo dos despreocupados mejores amigos comentando alguna que otra cosa destacable o mejorable de la noche y un pensativo castaño que no hace más que cuestionarse las mismas cosas una y otra vez, sin ningún tipo de descanso.
Ambos jóvenes se despiden de YoonGi con un gesto de mano y ponen rumbo al edificio en el que viven ambos chicos, JungKook es incapaz de mantener sus palabras guardadas por más tiempo.
—Lo que ha dicho ese decrépito, — Jimin mira en su dirección, ¿va a contarme lo que pasó?, es lo único que ronda por su mente.—fue a mi padre a quien mataron.— su voz no suena adolorida, tampoco con anhelo, cosa que desconcierta al castaño.—Por eso trabajo como policía, estoy pagando su deuda a cambio de mi vida y la de mi hermana.— Jimin no puede sorprenderse más ante las palabras del peli-negro, que ha dejado su escepticismo de lado para contarle algo sumamente importante para él.—Quería decírtelo yo, aunque... no esperé que fuese a hacerlo tan pronto.— Jimin asiente y posa su pequeña y regordeta mano sobre la grande y fuerte de JungKook justo en el momento en el que aparcan el coche.
—Yo... odio a los policías por una razón parecida.— Jimin no sabe si hace lo correcto diciéndolo en este momento, pero es lo que le dicta tanto el corazón como la conciencia en este momento.—Mataron a mi madre por diversión, rompieron su máscara a propósito y después... la dispararon en mitad de la calle; castigaron al policía responsable pero aun así nos llegó la multa por haber desobedecido la ley.— JungKook gira su mano, atrapando la de Jimin pocos segundos después, no sabe cómo animar a las personas, nunca a sido bueno en ello, sin embargo lo intenta.
—Entiendo,— el castaño no sabe cómo reaccionar a esa única palabra, que acaba en un silencio de un par de minutos. —lo lamento.— Jimin no tarda en comprender que al peli-negro no se le da bien apoyar a las personas, por muy cercanas que sean.
Salen del coche y se adentran en el portal, en el que esperan pacientes a que el ascensor abra sus puertas para llevarles hasta su piso, para cuando entran el ambiente ha dejado de ser tan tenso gracias a las manos aún entrelazadas de ambos jóvenes, los dedos juegan entre ellos y ambos sienten como si sus manos fuesen un puzle que encaja a la perfección.
El ascensor abre sus puertas y es entonces es cuando JungKook vuelve a hablar.
—Si quieres puedes quedarte aquí a dormir, no creo que a tu Doengsaeng le haga demasiada gracia verte lleno de sangre.— es entonces cuando el menor se da cuenta de sus ropas llenas de sangre.
—Buena idea, gracias Kookie.— JungKook abre la puerta invitando a Jimin a entrar delante de él, sus ojos no tardan en fijarse en su abultado y redondeado culo, siendo abrazado por esa cómoda tela.
..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top