V.E.I.N.T.I.S.E.I.S
Llegan al bar en el que ambos trabajan, se miran a los ojos, que es lo único que pueden ver del contrario debido a las máscaras, cada uno sonríe y ambos lo hacen por la misma razón, por la misma sensación de alegría y euforia,por sentirse llenos y por los recuerdos de la noche anterior.
Rápidamente preparan todo lo necesario para abrir el bar, aún falta bastante para la hora punta, aun así atienden con rapidez a todos los clientes que entran, poco a poco, en el establecimiento, están llenos de energía, incluso el dueño y jefe de ambos se sorprende al verles tan enérgicos. Los clientes se marchan con buen sabor de boca por la buena atención que reciben, cosa que les genera bastantes propinas a ambos, que guardan en un bote bajo la barra.
Jimin prepara los cafés y entrantes mientras JungKook los va sirviendo poco a poco, ambos se sonríen y, aunque no pueden verse, lo saben, saben que ambos tienen las mismas sensaciones y la misma energía.
—¡Chico!— un nuevo policía entra al bar, sentándose bastante cerca de dónde se encuentra el mayor, que rápidamente se acerca a atenderle.—Tráeme un un Sol y Sombra* —el mayor asiente y espera a que pida algo más antes de pasarle el pedido a su compañero.—¿A qué esperas para ir a por lo que he pedido?— el hombre se queja, JungKook prefiere no responder nada y caminar hacia Jimin, para pedirle el café.
—Jimin, un Sol y Sombra, — el menor asiente y con rapidez empieza a hacer el café, en el que después pone algo de Coñac*.
—Toma, ¿no ha pedido nada más?— el mayor niega y, sin cuidado, bufa con desdén.
—He esperado a que pidiese algo de comer y prácticamente me ha echado de ahí.— el menor se sorprende, ¿a caso no habrá un solo día en el que ningún policía les moleste a alguno de ellos?—Voy a servirle, creo que como tarde más vendrá a por él dando gritos.
JungKook vuelve a la mesa del policía, a quien sirve el café para después alejarse, prefiere no tener mayor palabra con esa clase de hombres, prefiere evitarse problemas.
Solo quedan un par de personas a una hora de la hora punta, la televisión está encendida, mostrando el telediario,como todos los días, pasan algunas pequeñas explicaciones sobre la economía del país y algún accidente que no llaman la atención de ninguno de los jóvenes.
—El grupo de animales — a JungKook le hace gracia escuchar el nombre con el que les han apodado, no puede creer que puedan tener tan poca imaginación con la sarta de mentiras que sueltan a todas horas.— atacó anoche nuevamente, dejando a un oficial, un cabo y un guardia alumno muertos en una calle del sector nueve, los cuerpos han sido encontrados esta madrugada,— Jimin mira con atención a la pantalla, temiendo que puedan tener alguna pista de sus actos, es algo que siempre le asusta.—la única prueba que han encontrado son las numerosas heridas del oficial, según testimonio de la policía pudo haber sido torturado por JKiller; entre otras noticias...— el presentador cambia de tema bastante rápido y Jimin mira consternado al mayor,que sólo mira la puerta, en espera de que entre algún nuevo cliente.
—Kook, — el mayor le presta atención en seguida.—¿por qué esa noticia a durado tan poco con lo importante que es?— JungKook se ríe, bajito para evitar que nadie pueda escucharle.
—No pueden decir mucho más, no tienen ningún tipo de prueba ni nada por el estilo, ¿qué más habrías dicho tú, Jimin?— el menor piensa durante unos segundos, apoyándose sobre la barra para mirarle de frente.
—Supongo que podría haber dicho que los otros dos policías no tenían tantas heridas,— susurra para que sólo JungKook le escuche.—o que tal vez esa "tortura" se debió a que no se mostró muy... amable con los "animales". — JungKook asiente curioso, le gusta escuchar la voz aterciopelada de su amante, le resulta tan gratificante, que le asusta.
—Buen punto.— le concede, despeinándole con la mano.
—No hagas eso, el jefe nos regañará.— se queja, aunque realmente desea tener esa mano despeinándole por mucho tiempo.
JungKook está a punto de responderle, sin embargo suena el móvil de Jimin, cortando toda conversación, el mayor mira al castaño sacar su móvil de su bolsillo y contestar a la llamada sin mirar el identificador, un pequeño malestar le confunde y, una vez más, su lengua choca contra su mejilla, si ninguno llevase esas máscaras Jimin podría ver a la perfección los celos que sufre el mayor, sin embargo, no pueden.
La llamada dura a penas un par de minutos, aunque realmente Jimin no llega a colgar , tan solo le pasa el teléfono a JungKook, que parece extrañado, sin embargo su rostro oculto cambia de extrañez a preocupación en cuanto ve el nombre de su hermana en el identificador de llamadas.
Su garganta se cierra de golpe al escuchar las crudas palabras de su menor, que solloza en llanto, siente que su corazón deja de latir y no puede hacer más que escuchar la voz rota de su hermana y los vanos intentos de Jimin de que reaccione. A perdido el control, no es consciente de lo que sucede a su alrededor y, tal y como ha hecho siempre, se encierra en sí mismo, colgando la llamada y caminando hacia el despacho de su jefe.
—Señor,— ni si quiera llama a la puerta, tan solo entra en el deteriorado despacho, seguido por el menor.—necesito irme.— el mayor niega con la cabeza, completando algunos papeles sobre su mesa, al no recibir una respuesta positiva camina en dirección al hombre, apoya sus manos sobre la mesa y vuelve a llamarle.—Señor, se trata de una emergencia familiar, solicito mis días de baja pertinentes.
—¿Tú que coño sabes de esas mierdas?— el mayor se siente reacio, está demasiado ofuscado, quiere renovar su bar y aún no está seguro del estilo que busca.
—Conozco todas y cada una de las leyes de este país, no juegue conmigo, señor. — JungKook habla tan frío, tan seco que ninguno de los dos presentes pueden creer que ese chico es el mismo JungKook de hace unos minutos.—No le estoy amenazando ni pretendo advertirle, quiero mantener este trabajo, pero conozco como nadie mis derechos.
—De acuerdo, llévese a Jimin, cerraré en unos minutos.— ambos jóvenes se sorprenden, pero el único que lo expresa es el castaño, JungKook sigue demasiado ensimismado en sí mismo, sigue demasiado hundido en sus pensamientos.
—Nos veremos en tres días.— se despide JungKook, saliendo del despacho, ni si quiera se fija en si Jimin le sigue, sólo camina con rapidez hacia su coche, con las mismas tres palabras rondándole la mente. "Esta mucho peor."
El teléfono del castaño vuelve a sonar y, realmente no sabe cómo es que JungKook se lo ha devuelto si ni si quiera le ha mirado desde que colgó la llamada, sin embargo responde a la llamada rápidamente.
—Jimin, dime que estás con mi hermano.— la voz de Soo Yeon es de pura angustia y no sabe que responder realmente, no está junto a él, pero si está detrás, siguiéndole hasta el coche.
—Estoy justo a su espalda.— susurra por miedo a que JungKook pueda reaccionar a sus palabras. ¿Qué está pasando?
—Jimin, no le dejes solo, por favor, sube con él al coche, incluso si no te deja, hazlo.— la chica está cada vez más angustiada y Jimin cada vez se pone más nervioso.—Ven con él, no dejes que cometa ninguna locura, por favor Jimin.
—¿Qué está pasando Soo Yeon?— la chica se queda en silencio y aun así puede escuchar sus pequeños sollozos.—Lo haré, haré lo que me pides, pero necesito que me expliques al menos qué debo hacer para no cabrearle, ahora mismo parece ido.
—Mierda, Jimin.— la chica se mueve por el salón, intentando pensar en qué decir, su hermano se encierra sólo cuando algo muy malo va a pasar, cuando se cabrea en exceso o cuando teme de algo, y siempre acaba de mala manera, aleja a todos sus cercanos, los aleja a todos, no quiere que eso pase, no ahora que le necesita como nunca.—Jimin, nuestra madre se está muriendo, necesito que vayas con él, le guíes hasta mi casa y no le dejes desviarse ni hacer nada más que conducir hacia aquí.
Jimin enmudece, ¿ha escuchado mal?, ¡la madre de JungKook se está muriendo!, ¿qué se supone que debe hacer?
—Jimin, no tienes que tratarle de manera especial, el sólo se encerrará más si lo haces, no le digas que sabes lo de nuestra madre, tan solo acompáñale, intenta que te hable, por favor.
—Nos vemos ahora, voy a intentar subirme a su coche.— Jimin cuelga la llamada abriendo la puerta del copiloto.
La máscara negra de JungKook gira en su dirección, no puede ver sus facciones, no puede ver su expresión, sólo un congelador frío en sus orbes oscuros que, hasta ahora, siempre han brillado en calor, teme que le eche, pero no es así, tan solo se queda mirándole. Cierra la puerta y se fija en los nudillos blancos de JungKook, que sujetan con fuerza el volante del coche, con lentitud acerca sus manos a las del más alto para intentar separarlas y que éstas se relajen bajo su tacto.
—No me toques.— su voz es fría y plana, Jimin se maldice por sentirse tan mal por ese tono de voz, sin embargo sus pequeñas manos siguen su camino hacia las más grandes, en un pequeño intento de que suelte el volante.—Te he dicho que-
—Ni se te ocurra decir esa frase una vez más, JungKook, no pienso dejar que conduzcas en este estado, o te relajas o no moverás el coche de aquí.— se asombra de la fuerza en su voz, pero más se asombra cuando ve cómo las manos del contrario sueltan su agarre y acaban sobre sus propios muslos.—¿Qué ha pasado?— pregunta y sabe, casi al instante, que ha hecho la pregunta errónea, el peli-negro se tensa en su asiento.—Está bien no me contestes, pero relájate, por favor.— le preocupa su estado y teme presionarlo si hace alguna pregunta más.
—Debes coger un autobús, no puedo llevarte a casa hoy.— su voz sigue igual que antes, no ha cambiado en lo más mínimo, aunque sus miradas siguen conectadas, Jimin niega con la cabeza, no piensa salir de ese coche hasta llegar al sector dos.—Sal de mi coche Jimin, ahora.— su voz se ha vuelto mucho más dura, sin embargo el menor no se da por vencido y permanece en el coche.—¡Vete o pienso sacarte a patadas!— no va a mentir, escuchar esas palabras le ha dolido.
—¡No pienso salir de este coche!— grita de vuelta el menor, sorprendiendo a JungKook, que se mantiene igual.—¡No saldré hasta que llegues al sector de tu hermana, que te quede claro! — y, de pronto, el coche se pone en marcha a una velocidad vertiginosa que asusta por completo a Jimin.
No cree que su corazón vaya a aguantar demasiado con la velocidad que lleva el coche, hace su mayor esfuerzo para no cerrar los ojos ante los movimientos descoordinados del vehículo al adelantar a varios coches en el camino. "¿A esto se refería su hermana?"
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