V.E.I.N.T.I.C.I.N.C.O
Jimin despierta por los fuertes rayos de sol deslumbrando sus aún cerrados ojos, ni si quiera quiere imaginarse lo fuerte que será la luz cuando lo abra, se mueve para intentar volver a dormir y descansar por lo menos unos minutos más, pero se encuentra con un cuerpo fuerte impidiéndole cambiarse de lado en la cama, abre su ojos, levemente, para comprobar que el cuerpo junto a él es el de JungKook que, aunque está cubierto por las sábanas, sabe que está completamente desnudo, al igual que él.
Sin embargo lo único que le pasa por la mente es el hecho de que el mayor le da la espalda, no tiene eses brazos que tanto desea rodeando su cintura, lo único que puede apreciar son las marcas de sus uñas en la espalda del contrario y su respiración tranquila, le apena y le disgusta no haber despertado entre sus brazos, pero no puede decir nada al respecto, no sabiendo perfectamente que su vida no se trata de una novela romántica en lo que todo es tan sencillo que se hace imposible para ambos, por ello sólo decide acercarse más a su espalda y pegar su rostro a ésta y abrazarse a sí mismo, es lo único que le reconforta mientras vuelve a caer dormido, deseando que, al despertar, sí tenga su brazos rodeándole con posesividad.
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Al despertar JungKook se da cuenta de que es bastante tarde, pero al menos se siente cien por cien descansado y enérgico, se da media vuelta en su cama y se encuentra con el rostro del menor pegado a él mientras se abraza a sí mismo, una escena que se le hace demasiado tierna como para ser real, solo le mira bajo la cegadora luz del medio día, está tentado a acariciarle la mejilla, pero nunca antes lo ha hecho y teme despertarle, tampoco cree que sea correcto abrazarle, tal vez sólo con observarle sea suficiente para su acelerado corazón, pero no es así.
No quiere despertarle, se ve demasiado hermoso en este momento pero tiene claro varias cosas, el menor debe trabajar por la tarde, al igual que él, y además, su hermano menor debe estar preocupado por él, si es que la noche anterior no escuchó los bellos gemidos de su hermano al ser dominado por él; sonríe ante el recuerdo de esa misma noche y no puede evitar morderse el labio, tal vez todo está yendo demasiado rápido, tal vez debería intentar alejarse un poco para intentar mentalizarse de todo e intentar suprimir, aunque sea un poco, los fuerte sentimientos que le lleva a hacer tal vez demasiadas cosas ya sean buenas o malas.
Los ojos miel del castaño se abren con lentitud, sintiéndose observado desde hace un buen rato y, para su sorpresa, el mayor le está mirando fijamente y parece tener demasiadas cosas en la cabeza, al principio se preocupa, pero no tarda más de dos segundos en sentir los finos labios de JungKook sobre los suyos, en un roce tan tierno e íntimo que se deshace en su lugar.
—Te hice un chupetón, lo siento.— Jimin se sorprende por esas palabras, sin embargo sólo acaba mostrando un pequeño sonrojo que hace enternecer al mayor.
—Está bien, yo te hice heridas en la espalda.— los dos se sonríen nuevamente antes de levantarse de la cama, a pesar de que no quieren hacerlo.
—Tu hermano estará preocupado.— JungKook no busca la intención de echarle de su casa, por que no quiere que e vaya, pero es ya un hombre adulto y sabe que hay que ser realista aunque duela, por suerte Jimin no se lo toma como una invitación cortés a que se vaya de su casa, de hecho, sonríe al creer que realmente se preocupa no solo por él, sino por su hermano.
—Sí, ¿hoy trabajas en la cafetería?— ve al mayor asentir mientras ambos se visten con lentitud, no quieren que ese momento se acabe.—¿Podrías llevarme?
—Claro, ¿no lo hago siempre que entro contigo?— JungKook se ríe mientras Jimin se sonroja, lleva ya tantos días sin ir a trabajar que cree haber olvidado gran parte de las cosas que debe hacer.
—Cierto.— Jimin se abotona la camisa de su traje y es en ese momento en el que se da cuenta de que su pistola no está escondida en sus pantalones como la dejó anoche, la ve debajo de la cama, pero a simple vista, y se preocupa porque no quiere que JungKook la vea, eso implicaría muchas preguntas y no está seguro de poder responderlas.
Se agacha con la intención de coger un calcetín y ponérselo y, ya de paso, aprovechar para coger su amada arma, él realmente cree que JungKook no se ha dado cuenta de nada, pero nuevamente está equivocado, JungKook la vio hace un buen rato y, nuevamente, a permanecido en silencio en espera a que el menor decida contarle la verdad.
Jimin entra a su casa, sumergido en su burbuja personal, en la que no solo se encuentra feliz, sino emocionado, aunque ésta explota antes de lo que le hubiese gustado, su hermano está en el sofá sentado, mirando en su dirección con una cara poco amigable, el mayor suspira mientras se deshace de su máscara, se sienta en el sofá y su minino no tarda en aparecer junto a él, para tumbarse sobre sus muslos, Jimin lo acaricia con tranquilidad, esperando las palabras de su hermano menor; está dispuesto a escucharle y responderle a lo que crea necesario, al fin y al cabo no ha estado en casa en toda la noche.
—¿Dónde estuviste anoche?— le pregunta sin demasiado titubeo, no quiere inmiscuirse en la vida de su Hyung, pero ha estado preocupado durante toda la noche al no recibir ningún mensaje o aviso.
—En casa de JungKook.— el menor gruñe disconforme, no le gusta nada ese policía, al igual que ningún otro policía existente.—Llegamos muye tarde y no quería despertarte.
—Vale.— la respuesta es cortante pero, ¿de qué otra forma puede reaccionar cuando parece que su hermano a perdido la cordura? —He hecho algo de arroz y carne, tengo entendido que hoy trabajas.— el mayor asiente y deja caer su cabeza en el respaldo del sofá.—Supongo que tendrás que salir pronto para poder coger el autobús.
—No, JungKook comparte turno conmigo, él me llevará y me traerá.— se levanta del sofá, camina hacia su habitación y comienza a cambiarse de ropa, su uniforme se lo dejó en la taquilla por lo que puede vestirse con unos cómodos pantalones vaqueros y una camiseta unas tallas más grande, para acabar poniéndose un jersey con cuello de tortuga.
Sale de la habitación y entra a la cocina, donde su hermano le espera mientras pone la mesa, se sienta junto a él y pronto comienzan a comer, siendo conscientes de que el mayor debe ir a trabajar en unas pocas horas.
—¿Qué harás?— el menor entiende el rumbo de las palabras de su Hyung, realmente no está demasiado seguro de lo que debe hacer, por una parte le gustaría seguir sus estudios, aunque por otra parte desea ayudar al mayor económicamente mientras convivan juntos.
—Aún no estoy seguro,— admite, ante la mirada preocupada del mayor, al fin y al cabo, aunque Jimin muchas veces se ha mostrado distante con él o, incluso cuando sus llamadas no han durado más de unos minutos, sabe a la perfección lo mucho que se preocupa por él.—me gustaría ayudarte económicamente, no quiero ser una carga, aunque también me gustaría acabar mis estudios, sólo me queda un año... pero no quiero cargarte tampoco con ello.
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