Capítulo 42

—Jen, te has confundido de conceptos. Le has puesto el de este a este, vuelve a intentarlo —le recalqué señalando sus errores en la hoja.

—Oh, ya decía yo que no tenía lógica.

Ella borra lo que hizo para reescribir lo demás. Escuché a Theo pedirle ayuda en algo a Aspen y al mirarlos de reojo, me mantuve observando a este último... pues al verse tan concentrado y explicando cosas... se veía más sexy que hace unos segundos. Dejé escapar un leve suspiro imperceptible para los demás antes de tener que regresar a hacer mis propias cosas, algo más avanzado.

Lo hice casi por completo, hasta llegar a una parte que me hizo detener y fruncir el ceño. Noté que Aspen ya había terminado con Theo así que decidí levantarme junto a mis cosas e ir hacia él.

—Aspen, ¿me ayudas en algo? —pedí sentándome a su lado.

—Por supuesto, princesa ¿qué necesitas?

—Estos dos casos... se contradicen, no sé a cuál hacerle caso y tomarlo como verdadero —expliqué mi problema.

Aspen se toma un segundo para revisarlo, por un momento parece igual que yo por un instante, pero entonces su expresión me dijo que ya sabía la solución claramente.

—Ya, está bien. Mira, en realidad sí parecen contradecirse pero la verdad es que este de aquí te será más útil y práctico por esto...

Aspen me explica de una forma tan convincente y fácil de entender que no tardé en descifrar el resto antes de que él lo explicara del todo. Pero lo dejé hablar pues podía seguir observándolo concentrado... Dios, es tan lindo...

¡No es momento, Madeline!

—¿Lo ves?

—Claro, ya lo he entendido. Gracias.

Él me sonríe como respuesta. Volví a agarrar mis cosas para regresar junto a Jen que enseguida me agarró con una nueva duda que respondí de inmediato. Todos nos pusimos a hacer lo nuestro por algunas horas más hasta que la puerta del salón se abre y entra Ritha con un carrito con mucha comida.

—Jóvenes, les traigo unos aperitivos, ¿por qué no hacen una breve pausa para comer y recuperar energías?

—Es una gran idea, Ritha, ¿qué piensan los demás? —pregunté.

—Me encantaría comer —responde Jen.

—Por mí no hay problemas —le sigue Theo.

—Suena bien —concluye Aspen.

Ritha acerca el carrito hasta nosotros que cerramos nuestros libros y cuadernos para no ensuciarlos. Nos dedicamos a comer mientras hablábamos entre nosotros o a veces Theo con Aspen y Jen conmigo. Aunque escuchábamos que los hombres amantes del básquet ya estaban programando una salida entre ellos para jugar y quizás invitar a sus amigos (por supuesto, no el equipo de Carsson y mucho menos a él, pues nadie de allí es amigo de alguien de aquí).

Al acabar de comer ya nadie quería estudiar, preferimos hablar. Theo y Jen se colocaron en el otro sofá cuando esta jaló a Theo para coquetear con él, aproveché ese momento para acercarme al lado de Aspen y recostarme sobre su costado con su brazo rodeando mis hombros.

—Oigan, mañana habrá una fiesta... —avisa Jen—. Sé que no eres fan de ellas, Elli, pero... ¿te gustaría ir? Esta vez estoy segura de que te divertirás por estar bien acompañada.

Jen me guiña un ojo consiguiendo que me hiciera reír con nerviosismo mientras evitaba mirar a Aspen, aunque podía sentir su mirada sonriente sobre mí.

—Hm... No lo sé —lo pensé un momento antes de suspirar por los ojos de cachorro de Jen—. Quizás.

—¡Eso ya es un sí! Nunca te resistes a mis encantos —ella se halaga a sí misma haciendo poses.

—Sí, ajá, ¿quién se resiste? —rodé los ojos.

De repente escuchamos la puerta principal, la cual llamó nuestra atención y segundos después, la puerta del salón se abre, mostrando a mis padres.

—Oh, chicos. Siguen aquí, me da gusto verlos —sonríe mamá con amabilidad.

—Hola, señora Lennor, ¿cómo le va? —pregunta Jen con una amplia sonrisa.

—Muy bien, Jen, gracias por preguntar. A ti se te ve muy bien —Jen asiente dándole la razón y mirando a Theo.

Noté la mirada de papá sobre Aspen y su brazo en mis hombros, estaba visiblemente sorprendido por nuestra cercanía, pues hasta ahora él era el único que no sabía nada sobre mi amistad con Aspen, mucho menos... la parte más íntima entre nosotros. Papá me mira directamente al rostro, intenté soportar su mirada pero era tan incómodo que aparté la mía hacia un lado, sentí el inmediato movimiento de Aspen que soltó mi cabello sobre mi oreja y tatuaje, justo a tiempo.

—¡Hm! —solté al darme cuenta y miré a papá, pero mamá lo había distraído, gracias al cielo—. Gracias... —le susurra que Aspen.

Él asiente levemente, ambos volvimos a mirar a mis padre que se dijeron un par de cosas, antes de que papá volteara a ver a Aspen.

—Aspen, es bueno verte... ¿cómo está tu familia?

—Se encuentran muy bien, señor. De seguro se andan divirtiendo mucho —comentó con cierto tono amargo que disimuló bien.

—Me enteré de que fueron a Disney con tu hermana, ¿tú por qué no has ido con ellos?

—Padre...

—No me apetecía ir ahora. Estoy por empezar los exámenes y me gustaría concentrarme en ellos —sentí como Aspen me apretaba levemente contra él para hacerme saber de que no le importaban las preguntas personales de mi padre.

—Ya veo, eres un buen estudiante e hijo... ojalá influencies igualmente a Madeline para que se parezca un poco más a ti en esas actitudes.

—Magnus... —ahora es el turno de mi madre para regañarlo.

No faltaba... Era obvio que a mi padre no le importa estar en frente de personas extrañas a la familia. Encontraría la forma de recalcarme mis errores de cualquier manera. Compararme con otro solo era una de esas maneras y la conocía tan bien... pero no podía evitar sentirme frustrada cada vez.

Fruncí los labios e iba a levantarme para escapar de esto, pero nuevamente, Aspen no me permitió hacerlo y respondió antes que cualquier otro articulara palabra alguna.

—En realidad... señor, es su hija quien me ha querido desear estudiar, la influencia positiva viene de ella —miré a Aspen con sorpresa porque le ha respondido a mi padre, la única que se atrevió a hacerlo es mi madre... nunca esperé que alguien más lo hiciera.

—Claro... seguro —papá no le creía y eso me molestaba.

Apreté las manos sobre mi regazo y miré a mi padre con disgusto, pero al notar que Aspen iba a defenderme una vez más, apoyé mi mano sobre su regazo y negué con la cabeza.

—Bueno, si nos disculpan... debemos seguir estudiando —comenté alejándome de Aspen para agarrar mis cosas de nuevo.

—Por supuesto. Lamento la interrupción, ustedes continúen —mamá me sonríe como a los demás y obliga a mi padre a irse para dejarnos a los cuatro a solas.

En cuanto la puerta del salón se cerró con ellos fuera de este, dejé escapar un gran suspiro de alivio porque ya haya terminado todo eso.

—Y pensar que en la primera cena con mi familia te presumía tanto... —Aspen ríe con amargura.

—Siempre hace eso, para que sus socios sepan "lo buen padre que es" —hice una mueca enfadada.

—No tengo entendido lo que acaba de pasar... —todos miramos a Theo—. Pero sea lo que sea, un padre no compara a sus hijos o hijas de esa manera. Lo siento, Madeline.

—No te preocupes, Theo, yo lamento que tuvieras que presenciar todo esto —le sonreí amablemente—. Y, Theo, ya eres parte del grupo, puedes llamarme de otra forma que no sea mi nombre completo.

Theo sonríe ampliamente y asiente en respuesta. Jen vuelve a intentar coquetear con él pero yo le puse su libro sobre el rostro.

—Hablaba en serio sobre estudiar, Jenny —reí.

—Yo pensé que lo decís para que tus padres se fueran, ¿no puede ser así? —pidió quejosa.

—Claro, si quieres reprobar el examen sí. Mira, te faltan corregir ciertos errores.

Ella bufa pero agarra su libro y lo hojea bastante. Todos nos posicionamos de nuevo en nuestros lugares a seguir con el estudio. Ya nada importaba y el momento incómodo con mis padres desapareció por completo al cabo de unas horas. Esto era lo que me faltaba en mi vida, un grupo de amigos de verdad.

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