XV

No recordaba la vez que pasaron tanto tiempo juntos, el horario laboral dificultaba que colindarán en descansos.

Actualmente, apenas y tenían pequeñas misiones en conjunto, en algunos fines de semana que ambos tenían libres, se organizaban para ir a beber junto al demás equipo de la mafia. Pero, no era lo mismo.

Creía que su cara se caería por los calambres qué transmitía su piel por su sonrisa, aquella a la que no estaba tan acostumbrado y que pocas personas tenían el gusto de presenciar.

El pelirrojo lo acompañaba en las risas, lanzando algún comentario que contribuía a la platica.

¿Cómo comenzaron las risas?

¿Importaba? Hace mucho que no sentía alguna otra emoción fuera de la ira.

Su mente viajó a un antiguo recuerdo de Chūya haciéndolo reír al hacer malabares con peras y naranjas, eso por según él, verlo triste al fallar en uno de los tantos entrenamientos de Dazai.

Él siempre fue una fuente de apoyo camuflajeada, parecía ser sólo para él, un faro entre tantas tinieblas.

Su estómago comenzaba a doler, sus mejillas tomaron un tono rojizo, y sentía que en cualquier momento la saliva se le escaparía de la mandíbula por tenerla entreabierta.

El mayor tenía la confianza de adentrarse a la alacena del azabache para seleccionar un vino.

Ryūnosuke no era muy fan de beber frecuentemente, normalmente, conservaba vinos de gran variedad para regalos o bebidas qué llevar a alguna reunión de etiqueta.

Dejaría que el ojiazul se tomará ese privilegio.

No estaba acostumbrado a negarsele.

Masaki se había levantado desde hace rato, quiso bajarse de los brazos de su progenitor para ponerse a gatear y jugar con su conejo y gusano de peluche.

Cuando las carcajadas eran más ruidosas, se quedaba pasando sus ojos cafés de Chūya a Akutagawa una y otra vez, queriendo descifrar porque tanta risa de ambas partes.

Quince minutos de siesta y él ya estaba fresco y con los ánimos para seguir jugando.

Chūya tenía las mejillas sonrojadas y sus movimientos no eran tan firmes como antes, provocado por el alcohol en su sistema, no estaba ebrio, eso lo sabía por su habla fluida y el uso de razón al pensar algunos momentos pasados.

——Y eso es todo. —Terminó de platicar el mayor recostandose en el sillón despreocupado.

Ciertamente, no había puesto completa atención en el relato, sólo entendió quejas a la actitud infantil de Dazai y algunos de sus malos hábitos.

Algo no le quedaba claro. Él tenía un recuerdo muy amargo y peculiar del castaño, no tenía muy gratas memorias sobre esa persona.

—No lo entiendo. —Murmuró borrando su sonrisa para reemplazarlo por una mueca relajada.

—¿Qué? —Dio un pequeño sorbo de la copa de cristal donde reposaba el vino tinto qué bebía.

—¿Por qué estas con él? —Inició a exponer su duda —; digo, son tan distintos, su personalidad no encaja muy bien con la tuya, hasta cierto punto parecen incomodarse mutuamente, ¿qué le viste a Dazai-san?

El pelirrojo pareció mirar el techo en busca de la respuesta de la interrogante. Sonrió confiado y con un poco sutil rubor en sus pómulos.

—Me hace reír. —Respondió simple, sonriendo como si sus labios pudieran igualar a la media luna que acaparaba el cielo nocturno.

El de irir metálicos parpadeo confundido, su cuerpo tumbado en el sillón se restrego contra la tela, arrugó el entrecejo por la rara contestación.

No tenía lógica.

—¿Simplemente por eso?, es ridículo —Hizo una mueca de desagrado —. No puedes decidir unir tu vida a alguien solo porque te hace reír, no es una razón suficiente.

—Sí, lo es. —Contesto terminando el líquido carmesí.

—No es cierto.

—¡Habló el experto en amor! —Vociferó entre risas, Masaki también rió al notar la melodiosa voz de su progenitor.

El menor chasqueó la lengua, no era su culpa tener nula experiencia en ese ámbito. No estaba muy interesado en descubrir que significaba ese sentimiento, no tenía necesidad, se sentía bien estando así.

Nada que cambiar.

—Sin embargo —Balbuceó el ojiazul jugando con el borde de la copa en mano —. No es sólo eso, enamorarte conyeva distintos factores, es difícil pasar de que alguien te guste a enamorarte de esa persona... Es aprender de ella, conocer cada una de sus facetas y aceptarla con sus mil demonios encerrados. Tener el valor de abrir la caja de Pandora y adaptarse a lo que es en sí.

Sus iris se fijaron en Masaki, el niño se hallaba en su propio mundo, nada a su alrededor tenía relevancia.

Hizo un mohín de ternura al ver como el oji-café balbuceaba cosas no entendibles, mientras, balanceaba los muñecos de un lado a otro.

—Amar es comprender, ¿cómo amar sino conoces las bases básicas de él?, las personas tienen esencia propia, y cuando aquella te gusta tanto y sientes las famosas mariposas en tu interior qué te dicen: él es así, y está bien, así lo quiero —Sirvió más alcohol en la copa propia y ajena —. Mi relación con Dazai se basa en la confianza, tenemos un vínculo tan especial que costó años de aceptación y autoconocimiento para lograr construir. Porque, sé que a él le gusta fastidiarme con cosas que sabe me molestan para llamar mi atención; igual o peor que un niño.

Soltó un bufido, parecía que estaba liberando las razones guardadas de porque llego tan lejos con el ahora detective. Aquellas razones no contadas a otros por miedo a ser tomado como un sumiso rogón que espero siempre por su "verdadero amor".

—Y de alguna manera, me hace sentir bien que se tome el tiempo de pensar en maneras poco originales de demostrarme qué me quiere. Buscando que sus declaraciones no sean repetitivas y aburridas. Hacemos nuestra lucha porque el otro este bien y buscamos apoyarnos en momentos complicados de manera sutil; ambos somos orgullosos, yo más que él, pero; no es una dificultad para luchar contra la marea —Dijo calmadamente, observó su reflejo en el vino, algo distorsionado por el movimiento osilatorio, sin embargo, podía distinguirse —. Por eso me hace reír, actúa como un romántico empedernido cuando se trata de mí —Soltó un suspiro de alivio —; de esas novelas juveniles que yo leía de vez en cuando a escondidas. La tarde que descubrió que a mi me gustaban esos estúpidos clichés, amanecí con un llavero de cangrejo colgando de mi dedo anular.

Akutagawa se sonrojo involuntariamente al imaginar la escena, su imaginación actuó por su sola y ahora estaba avergonzado.

—Es eso Ryū —Continuó ahora observando al azabache —. No compliques tanto tus sentimientos por el hombre tigre —El tono rojizo en sus niveas aumentó —; o si Higuchi te gusta da lo mismo, es tu corazón el que decidirá quien cree que es mejor para ti. No es física nuclear o algo parecido —Rió por la comparación —, de ser así pídele ayuda a Kaiji. Sólo, ten presente que los humanos se equivocan, está en su naturaleza. —Guiño un ojo con melancolía, la herida seguía latente en su mente.

—Tú también eres humano. No busques la perfección de una maquina cuando no perteneces a ese grupo. —Argumento decidido.

Chūya negó con una sonrisa. —Ese niño es la prueba de que no lo soy. —Añadió sin fuerzas.

—Supongo que quieres olvidar la parte de tu habilidad poco entendida.

Nakahara iba a replicar de no ser por el llamado de su hijo para que lo ayudara a quitarse el gorro de su cabeza, estaba comenzando a sudar.

Lo cargo sin mucho esfuerzo y sentó en su regazo, hizo el pedido del niño y sonrió después de revolver sus hebras cobre.

—Heredó mi belleza. —Vociferó con orgullo.

Akutagawa sonrió imperceptiblemente y asintió despacio. —Eso mismo le dije a una señora.

El pelirrojo volvió a soltar una carcajada. —Viviste toda la experiencia de nana por lo que veo, ¿te divertiste?

Ryūnosuke observó la mesa de centro con copas de vino, bombones de diferentes sabores con envoltorios rodeandolas, y tazas de té terminadas por completo. —Lo único interesante fue la platica con la señora en el parque, los ancianos parecen albergar anécdotas como cuenta-cuentos, y dan buenos consejos basados en sus errores anteriores. Luego tenemos al tipo de la jugueteria, no me tuvo miedo, su única preocupación era atenderme bien para que le comprara algo. También, está la niña de las galletas, me dió... ¿Ternura? Por así decirlo, que cuando compre todas sus galletas, se me olvido que no tolero lo dulce... Se sintió...

—¿Cómo ser una persona normal? —Completó Chūya sentando al bebé correctamente en sus piernas, ambos pelirrojos atentos a las acciones de quien estaba enfrente.

—Sí —Terminó por admitir acompañado de un suspiro —. No me sentí como un mafioso del que todos tienen que huir, sólo, un hombre más que cuidaba a un niño mientras su padre trabajan. Nunca había sentido la necesidad de no causar pánico en la sociedad. Me gusta pasar desapercibido en la comodidad.

Chūya sonrió en entendimiento, era natural no querer ser el centro de atención. —Eso es lo que te da una familia; un lugar al que pertenecer y personas en que confiar. En la familia se da el amor, no necesariamente de manera romántica, un amor fraternal que te conecta con esos seres.

Akutagawa, aún con su porte frío, asintió despacio.

—¡D-yu! I-o a-mo ¡D-yu! —Balbuceó el niño entre risas y aplausos, abrió y cerró sus puños en dirección al azabache, quería que lo cargará.

No pudo negarse, Chūya ya le había acomodado a Masaki en sus piernas sin preguntar.

Instintivamente, el oji-café se acurrucó en el pecho de Ryūnosuke, cerrando uno de sus puños en los botones de la camisa del mayor.

Le era reconfortante estar en compañía de Akutagawa.

—Eso es amor —Mencionó el ojiazul recargado su codo en el reposabrazos del sillón, luego, dejo caer su mejilla en la palma de su mano —. Amar a alguien a pesar de todos sus defectos.

Bebió contento de su copa, el vino era un manjar de dioses.

Cuando iba por la siguiente copa, alguien hizo sonar el timbre de la casa.

Ambos hombres se paralizaron, pasaban de las diez de la noche; no era horario pata visitas repentinas.

—¿Esperas a alguien? —Cuestionó poniéndose de pie.

Tal vez era por el alcohol que no recordaba que Dazai iba a pasar por él apenas se desocupara del trabajo.

Sin embargo, Akutagawa seguía con las ansias de ver a su antiguo mentor, por lo que, no iba a ser tan sencillo que lo olvidase.

—¡Es Dazai-san! —Exclamó con emoción mal camuflajeada, intento ponerse pie, mas, el mayor le negó riendo.

—¡Cierto~! Lo olvidé, quedate con Masaki, yo le abro.

—N-no es necesario, yo puedo abrirle. —Se opuso nervioso, quería que Dazai viera lo hospitalario que podía ser.

—¡Yo voy dije!

Cuando menos supo, Chūya ya estaba abriendo la puerta. Se dejó caer decepcionado, pronto se sentó correctamente en el sillón y aguardo ansioso la llegada del detective.

—¡'Samu~! —Escucho el extraño apodo junto al tenue rechinido de la puerta siendo abierta.

—¡Mi chibi hermoso! —Su sangre se helo al reconocer la profunda voz de Dazai, seguido, de lo que pareció ser, un abrazo del pelirrojo —. ¿A qué debo el saludo tan acaramelado, ChuChu?

—Te extrañe. —El detective pudo reconocer como su pareja parecía estar a nada de estar completamente ebrio.

—¿Cuánto bebiste, petit?

Ninguno parecía tener la intención de entrar a la morada.

—No lo suficiente como para no saber caminar.

—Oh~, entonces estamos en la faceta de chibi cariñoso —Acarició con cuidado las hebras jengibre de su compañero, eran sedosas y brillantes, y le gustaba poder sentirlas, de alguna manera, lo relajaban —. ¿Dónde está Masaki-kun?

—Adentro, Ryūnosuke lo cuido muy bien. —Inquirió seguro.

Dazai soltó una risa nasal. —Sé a donde quieres llegar con eso, pero no lo vamos a discutir aquí; menos estando tú como si fueras un dulce, no sería divertido.

—Quiero un café. —Murmuró cansado, parecía que el alcohol dejaba de ser un relajante.

—Yo quiero ver a mi hijo.

Pasos resonaron por el pasillo, los nervios estaban a flor de piel para Ryūnosuke, movio su pierna ante la ansiedad, mojo sus labios en saliva y espero ansioso a la nueva visita.

Del pasillo emergio un hombre castaño de altura considerablemente alto, ojos café intensos como cacao recién cortado, las vendas aferradas a los músculos apenas desarrollados, su gabardina arena y chaleco negro tenían rastros de humedad y algo de tierra.

—¡Pa! ¡Pa! ¡Pa! ¡Pa! —Grito Masaki emocionado, saltaba una y otra vez pidiendo la atención de Dazai.

—¡Mi Masaki-kun! —Correspondió al saludo, sin saludar al azabache, cargó al bebé con cuidado, el pelirrojo apretó las mejillas de su padre y rió, el castaño sonrió enternecido —. Mi pequeña caja de sorpresas me extraño~. —Cantanurreó infantil.

Restregó su mejilla con la del pequeño en cariño. Este mismo correspondió entre mohines divertidos.

El azabache estaba aborto, nunca había visto a su ex superior comportarse de tal manera.

—Saluda a Akutagawa, Dazai. —Escupió con desagrado ante la falta de modales de su pareja, seguido, se fue a la cocina para elaborar su taza de café fuertemente cargado.

El castaño pareció por fin notar la presencia del menor, sonrió cordialmente y saludo agitando la mano.

—Hola, Akutagawa. —Vocifero amable.

—Dazai-san —Se levantó a prisa para hacer una marcada reverencia —, bienvenido a mi casa. ¿Le ofrezco algo de beber o de aperitivo?

El de hebras chocolate negó y agradeció.

—Tengo bombones, té, café y vino. —Volvió a decir, buscaba demostrar el bien anfitrión que podía ser.

—Nee~, nee~, está bien así, Akutagawa, gracias. Solo esperaré a que chibikko termine su café y nos iremos; Masaki debe de estar agotado.

—Me encargue de que durmiera sus siestas puntuales.

—Bueno, gracias —Supo que la charla iba para largo al ver como Chūya bebía su café, recargado en el marco de la puerta que separaba la cocina de la sala, mientras, sonreía energético —. ¿Qué tal estuvo? ¿Se sintió bien ser niñero?

—No es la gran cosa, todo estuvo bien y mantuve los horarios de Masaki, cumplí con las tareas solicitadas, me tome el atrevimiento de llevarlo a tomar un paseo al parque y comprarle un par de juguetes. —Informó serio, lucía como si relatará un reporte de la mafia.

—No te esta pidiendo el informe de una misión. —Farfarrulló Chūya acercándose, se posicionó a la derecha de Dazai.

—Supe que tuviste problemas con Atsushi-kun —Comenzó a tantear la conversación que estaba guardando, el pelirrojo chasqueo la lengua —. ¿Por qué fue eso?

—No fue en realidad, simplemente no colindamos en el mismo pensamiento —Decidió que lo mejor era explicar los sucesos lo más claro posible, no quería problemas a futuro —. Nos encontramos en un callejón, él me pidió a Masaki objetando qué fue bajo ordenes suyas, estaba dispuesto a pelear, sin embargo, no me pareció conveniente pelear frente a un bebé.

—No debiste pedirle al hombre tigre que hiciera eso, te dije que Akutagawa se haría cargo, y, pusiste a Masaki en peligro. Tu subordinado es muy impulsivo. —Intervino el ojiazul molesto, se contuvo en gritar reclamos a su compañero.

—Creí que Masaki estaría mejor conmigo, Atsushi-kun solo era el encargado de llevarlo a la agencia, quien estaría a cargo de Masaki sería yo; no un extraño —Dijo neutral —. Continúa, quiero saber por qué mi hijo no llego a la agencia como solicite.

—Decidí obedecer a sus ordenes dichas por jinko, y, entregue a Masaki; aunque, apenas me aleje un poco de ellos, el bebé se soltó en llanto y no paraba, el hombre tigre no lograba consolarlo —Lanzó un bufido —. Sonara raro, pero él me llamó; actúe impulsivamente y le quite al niño de los brazos... Terminamos en qué él le contaría lo que paso y yo cuidaría a Masaki.

Al terminar el relato podía admirar el semblante orgulloso se Chūya y el rostro sin emociones de Dazai, tal parece que no hay nada que reclamar.

—Bueno, nos alegra saber que pusiste la integridad de Masaki primero antes que corresponder a tu ira —Terminó por decir el oji-café sonriendo, pasó su brazo alrededor de los hombros de Chūya, acercandolo a él —. ¡No te enojes ChuChu! —Besó su pómulo con cariño, el bebé rió por el espectáculo de sus padres.

—Yo siempre estoy enojado, imbécil. —Escupió con odio.

—Por eso mismo~. No quiero que mi perro tenga agurras a los treinta —Lloriqueo —. Tendré que casarme con la camarera del café de la agencia si chibi muere.

Una patada lo hizo jadear adolorido, Masaki aprovecho el momento en que su agarre se aflojó para ir a los brazos del pelirrojo.

El azabache también se enojo por el comentario, recordó el momento que paso con la mesera en aquel restaurante y chasqueo la lengua.

—Quien morirá primero serás tú, con eso de tus intentos de suicidio, te puedo ayudar para que finalmente se cumpla tu sueño. —Vocifero con odio latente.

Dazai fingió derramar lágrimas. —Ni siquiera en nuestra boda me dijiste algo tan lindo.

Nakahara hizo un ruido de horror, mientras que, Ryūnosuke ladeo la cabeza extrañado.

—¡¿Me estas jodiendo?!

—¿Boda?

—¡Hace dos años, Akutagawa! —Exclamó con felicidad —. Nos casamos porque esta cosita —Tiró de la mejilla de Masaki suavemente, este mismo rió —, venía en camino. Fue privado y discreto, pero nos divertimos mucho esa noche; la ceremonia se llevó a cabo durante el festival Tanabata. Mi chibikko lucía un lindo kimono blanco que escondía la pancita de melocoton que tenía; parecía un muñequito de porcelana hecho solo para mí —Tomó un bombón de fresa de la mesa y saboreo el dulce —; aprovechamos para escribir papelitos con peticiones para Masaki.

—Casado hace dos años, y viudo dentro de poco. —Añadió aburrido. Formó una mueca de asco por el beso en su nuca.

—Serías un viudo muy hermoso —Rió por su propia oración —. El negro te queda bien.

El azabache comenzaba a sentir repulsión de aquel momento, no quería perder el estigma en el que había colocado a Osamu.

—Me conseguiría a otro... O otra, lo que me guste más. —Concluyó fastiado de la situación.

—¡¿EH?! —El más sorprendido fue Dazai, quien se apartó alarmado.

—¿Cómo?

—¿Tú quien crees qué sería mejor, Akutagawa? —Sin delicadeza apartó a su pareja —. ¿El instructor de gimnasio, o, el director de orquesta qué toca en el teatro del centro?

Ryūnosuke se sonrojo ante tal cuestionamiento.

—¡¿Me vas a cambiar por uno de esos dos idiotas?! —Grito —. ¡Apuesto a que el del gimnasio es un adicto sin cerebro, y el de la orquesta es un vago sin dinero bueno para nada!

—Vaya, los dos me recordarían a ti, será algo complicado sobre llevar la relación, pero creo que tengo práctica.

—¡No me compares con esos estúpidos!

—O antes de eso nos divorciamos, tú te vas con tu camarera de quinta, y yo, me eligió a otro —Sonrió con malicia, ¿Qué nuevo padre te gustaría más, Masaki? —Hizo cosquillas en su pancita.

—¡No involucres al bebé en esto!, ¡Dí algo Akutagawa!

—Por favor, no me metan. —Esquivo el problema como un experto.

—¡¿Por eso te gusta tanto ir a la orquesta?!, ¡¿Para ver a un idiota mover un palo al aire como si fuera varita?!

—Hmp, normalmente lo que me llama la atención son sus brazos.

—¡¿Y qué hay del tipo del gimnasio?!, ¡seguramente es como un ogro!

—¡Ay vamos! Con el otro tipo de atractivo se compensa.

—¡Chūya, malo!

—¡Pa!, ¡No!

—Entonces, bastardo, deja de decir tales idioteces. Tienes un hijo, caballa mal nacida.

Osamu dejó caer su cabeza en la cabeza del más bajo.

—Chibi es mi esposo, me tiene que respetar.

—Al igual que tú me debes un respeto.

El reloj que adornaba la habitación timbro, marcando las once de la noche, Masaki bostezo y se acurrucó en el pecho del pelirrojo.

—Ma... Ma... Ma.

Ante tal susurro, Dazai abrió los ojos alegre brillante, parecía que a su alrededor iban a salir volando fuegos artificiales. Chūya, al contrario, frunció el ceño y sus labios se apretaron.

Ambos miraron a Akutagawa con diferentes emociones, uno más espeluznante que el otro.

—¿Tú hiciste esto, Akutagawa? —Pregunto entre dientes, luchaba con el enojo en su interior.

—¡Lograste lo que llevo intentando desde hace meses! —Enorgulleció extasiado.

—Y-yo no... Fue por accidente... No creí que... —Tartamudeo asustado.

—¡Siéntete feliz, mami Chūya, Masaki al fin ha decidido darte un título apropiado!

—Ma... Shu-eno. —Al bebé le costaba mantener consciencia, el ojiazul acarició sus mechones.

—Deberíamos irnos. —Con cuidado se puso de pie, acunó correctamente a Masaki.

El castaño se estiró una vez levantado. —Y yo que estaba tan cómodo.

Akutagawa fue por las cosas de Masaki, batallo bajar las escaleras con el oso gigante de peluche, además de la pañalera.

Los padres parpadearon confundidos al divisar el gran juguete.

—¿Y eso? —El oji-café fue el primero en preguntar.

—Un regalo, para el mocoso —Se lo dio junto con las demás cosas —; también el gusano y conejo de peluche.

Dazai malabareo para poder cargar con todas las cosas, apenas y podía caminar, sentía que su espalda se rompería.

Nakahara se carcajeó por las muecas de su esposo.

Ayudo a Chūya a cubrir el cuerpo de Masaki con una manta, abrió la puerta para que el pelirrojo saliera primero; decidió dejar que el castaño batallara con las cosas.

Afuera los aguardaba un auto negro, lo ayudo a subir al asiento del copiloto y cerró la puerta. Para cuando termino, Osamu ya había terminado de guardar las cosas en la cajuela.

—Bueno, nos vemos, gracias por todo Akutagawa. —Sus mejillas se encendieron por la sonrisa contraria.

Asintió despacio con el corazón corriendo un maratón.

El castaño se despidió y subió al asiento del piloto. El auto no tardó en avanzar.

Sintió paz después de todo el día, con el sentimiento de melancolía acaparando un espacio de su mente.

Extrañaría al mocoso después de todo.

Sin embargo, ahora solo se preocuparía por dormir, el insomnio no parecía querer hacer acto de presencia, y aprovecharía la oportunidad de soñar. Mañana se encargaría de limpiar su casa.













































































—Esta dormido. —Murmuraron ambos cohibidos, la vista de su pequeño dormir más de tres horas seguidas no era muy común.

La pareja tenían sus pillamas puestas, se hallaban en el cuarto de su bebé, la luz de la luna que se filtraba por las cortinas ayudaba a iluminar, además de las estrellas que proyectaba el corazón del oso de peluche.

Masaki estaba acostado boca-arriba, con su pillama blanca con cerezas agregadas, a su lado estaba el conejo que compró Akutagawa, su pecho subía y bajaba gracias a su apaciguada respiración.

—¿Estará enfermo? —Indago el ojiazul preocupado, recargo aún más su peso en los barandales blancos de la cuna.

Osamu toco la frente y cachetes del menor para verificar su temperatura.

—No lo creo, él está bien.

El de iris cafés fijo su vista en las estrellas brillantes en el techo.

—Deberíamos aprovechar. —Propuso pasando su mano por la cintura contraria. Aprovechando que la pillama de Chūya era una de sus playeras, específicamente una blanca con el dibujo de un jardín de camelias rojas, además de solo un short deportivo.

—¿Qué tienes en mente? —Lo miró, por el calor del verano, Dazai dormía con un pantalón de algodón y solo vendas en el pecho.

—Podríamos ver una película, haríamos palomitas y creo que alguien tiene un centenar de vinos guardados. —Insinuó entrelazado sus dedos.

—¿Te das cuenta cómo cambiaron nuestras conversaciones? —Encontró graciosa la situación —. Antes ya nos habríamos lanzado a la cama e iríamos por la segunda ronda.

Dazai también soltó una leve carcajada, no querían despertar al niño de la casa.

—Bueno, yo quería ver a donde nos llevaba la película, y si se daba la oportunidad terminaríamos entre las sábanas.

—Que caballero. —Alagó acercando su rostro al del mejor.

—Lo que sea por ti~ —Finalmente junto sus labios en un tierno beso, acariciaron sus belfos con gentileza y disfrutaron del sabor del otro —. Pero como quieras, si quieres podemos intentar darle un hermano a Masaki-kun.

Negó entre risas. —Mejor practicamos.


































































✨Bonjour, ladies and gentlemen.

✨Es de mi más grande orgullo y felicidad que esta historia ha llegado a su fin. 💙💎✨

✨Agradezco a todas aquellas personita que comentaron, votaron, pero que sobretodo, leyeron. 🌷💕

✨Fue lindo ver todo el apoyo que tuvo esta historia, resivir sus lindos comentarios fue como mil avalanchas de brillantina callendo sobre mí. Doy gracias a todos aquellos que le dieron la oportunidad a esta historia. 🌻✨

✨Realizare un especial en este mismo lugar, entonces, esperenlo, me haría feliz que los leyeran 💚🍄✨

✨También estaré manejando lo de las curiosidades e información extra de esta obra. 🌌✨

✨Para más contenido soukoku, tengo dos historias más en actualización en mi perfil, acompañadas de one shots de bungo stray dogs. 💖🫧✨

✨Dicho esto, muchísimas gracias por llegar hasta aquí y espero que les haya gustado "Masaki y el tío Ryu" 🌈🌻✨
















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