Tengo 17 años, una vida por delante llena de triunfos... eso es lo que dicen mis profesores.

Otro año escolar daba inicio, para mi era el comienzo del infierno... Desde la primaria he sido víctima de acoso escolar...

Odiaba caminar por esos pasillos, siempre era lo mismo los murmullos y las miradas de desprecio no faltaban.
Llegue a mi casillero, no me sorprendía ver esas notas con insultos escritos que suelen dejarme ahí pegadas... ¿que les he hecho?, desconocía totalmente los  motivos de sus ataques.

~ ring Ring ring

El sonar de la campana anunciaba el comienzo del primer período de  clases.

Llegue al salón de clases, para evitar los ataques de mis agresores me senté al frente. A pesar de todo soy el mejor alumno del establecimiento... otra  cosa en mi contra, después de unos minutos el profesor llegó para dar inicio.

— Jóvenes sean ustedes bienvenidos de nuevo; ya saben cual es mi método de evaluación. Ya todos nos conocemos por lo tanto, no hay necesidad de presentaciones. — Siempre era lo mismo con aquel lobo café quien era el profesor de literatura, una de las personas que más me han ayudado.

Mientras daba su clase algunos alumnos usaban su teléfono para chatear...todos ellos debían de poner atención para no escribir como “Britanis y Brayans” lo que era muy usual en ellos.

En lo personal me encantaba esa clase, la expresión de sentimientos por medio de palabras me fascinaba. Yo siempre escuchaba atento al profesor apuntaba cada palabra que desconocía para luego investigar su significado. Era un escritor aficionado, escribía poemas en mis tiempos libres al enterarse de esto me empezaron a decir Maricón.

— Bueno jóvenes eso es todo por hoy... Se quedarán solos por un rato ya que todos los profesores hemos sido convocados a una reunión. — se retira del salón para dirigirse a la sala de profesores.

Eso era lo peor que me podía pasar, era como si soltaran a un conejo en una jaula junto con varios lobos.

— vaya, vaya, vaya otra vez nos vemos la cara emo maricón. — decía un erizo verde que caminaba junto a su grupo hacia Shadow.

—Scourge creí que no te volvería a ver. — le contestó serio como siempre.

— ¡Claro que no!, necesitas de mi ayuda para sobrevivir en esta escuela. Dime ¿quien querría ayudar a alguien tan asqueroso como tú?.  No serias lo que eres sino hubieras aprendido a golpes que la vida es tan despiadada y bella – decía mientras tocaba las púas del bicolor

— Deja me en paz Scourge – el azabache empuja al verde provocando que este callera de espaldas.

— ¡Estupido Emo!... Te enseñare a respetarme, Mephiles y Espio traiganlo. – sus dos secuaces agarran a Shadow para llevarlo al jardín en donde junto con Scourge le darían una gran paliza.

— a ver si así entiendes que no vales nada, solamente eres un estúpido emo maricón... Y para que todos lo sepan te daré un regalito. – saca un lápiz labial de su bolsillo y comienza a pintarle los labios a Shadow.

— ¿Que tal quedo chicos? — Cuestionó el verde

— La dejaste preciosa, sin duda alguna es una hermosa mujercita jaja — Mephiles comenzó a burlarse de él.

— Mira esto Scourge ahora se volvió poeta. — Espio le da a Scourge el cuaderno en donde Shadow plasmaba cada uno de sus sentimientos.

— Por favor, devuelvanme mi cuaderno. — trató de pararse pero Scourge lo tiró al suelo de un puñetazo  en la cara.

—Que ridículo, te haré un  favor. — saca un encendedor de su otro bolsillo y quema el cuaderno del azabache — ya no tendrás que tirar eso a la basura, vámonos chicos dejemos al emo y vallamos a buscar al cabeza de marihuana.

(...)

Me levante como pude, y fui lentamente al baño para limpiarme la cara. Todos se me quedaron viendo y se reían de mi. No les importaba mi ojo morado o mi nariz que escurría sangre, solo podían ver los restos de lápiz labial en mi rostro.

El odio que sentía por todos era muy grande, a veces fantaseaba con devolverles las golpizas que me han dado y deleitarme con sus caras de sufrimiento. Sin duda alguna los haré pagar...