—Necesitamos hablar —Dije con seguridad al teléfono, escuchándolo preguntarme, de forma indiferente, de qué se trataba—. Estoy embarazada —Él se quedó en silencio unos segundos y pidió una confirmación de lo que había dicho, creyendo que había escuchado mal—. Necesitamos hablar —Repetí, y su tono indiferente cambió a uno bastante alterado—. No estoy de broma. Te veo en el café "Aurora" frente al parque "Laureles" mañana en la tarde. —Él gritó una confirmación y algunas maldiciones antes de colgar.

Miré la pantalla en negro de mi teléfono y di un largo suspiro sobre el mueble. Sabía que esas noticias no se daban por teléfono, y menos a personas con un carácter como el suyo, pero si no le daba una razón válida y de peso para vernos, él definitivamente no vendría y seguiría ignorando mis mensajes.

Máximo era un chico así. No importa cuan apasionada haya sido la noche que tuviste con él, no esperes una segunda llamada. No lo juzgaba, todos éramos responsables de nuestras propias decisiones y si ese era el camino que él quería tomar, yo, una extraña, ¿qué tendría para decir? Desde el principio sabía cómo era y, a pesar de que éramos como el norte y el sur, polos completamente opuestos, decidí decir que sí en esa fiesta. No lo podía culpar.

No me di cuenta de mi embarazo recientemente, todo lo contrario. Había pasado un mes entero desde que lo supe. Desde la primera vez que no me bajó la regla, sabía que había algo mal. Recé para que fuera un retraso o paranoias mías, pero las dos líneas rosas me confirmaron que no estaba exagerando.

Ya había pasado por todas las etapas que una chica de veintiún años con un embarazo inesperado podía pasar. Desde el shock hasta la frustración, el dolor, el miedo, la decepción y la aceptación. Ya había enfriado mi cabeza y había ido al médico para saber todo lo que necesitaba saberse. Sobre la mesa descansaban folletos de todas la opciones disponibles para escoger. Desde una interrupción hasta una oportunidad de dar al bebé en adopción luego del parto. Por esa razón, pude mantener la calma al teléfono.

Llamé a Máximo porque mi decisión lo involucraba a él, por lo que debíamos hablar. Podría jurar que sabía de memoria todo lo que diría al vernos, pero aún así, era necesario. Haber decidido seguir con el embarazo definitivamente era algo que debía decirle. A él probablemente le daría igual, pero yo no quería quedarme con asuntos pendientes. Le diría, y él podía tomar la decisión que estimara conveniente. Lo que menos quería era asuntos más complicados en el futuro. La vida no era una novela, tener un niño a espaldas del padre era querer enfrentar problemas legales cuando la otra parte se enterara, y yo no me haría eso a mí misma, menos sabiendo el poder que tenía Máximo.

Era tan consciente del alcance de esa familia, que había usado mis ahorros para contratar un abogado que me ayudara con los papeles que llevaría a mi encuentro con Máximo. Quería darle el beneficio de la duda, pero tampoco era tan ingenua. Las posibilidades de que me insultara, exigiera el aborto y/o se deslindara de toda responsabilidad eran más altas que la posibilidad de que quisiera formar un lazo con su hijo y aceptarlo.

Tampoco lo culpaba por eso. Así como yo, él tenía el derecho de querer o no ese hijo. Pero si no lo quería desde el principio, no le iba a dar la oportunidad de quererlo luego.

♡📖♡📖♡📖♡

¡Arrancamos con historia nueva!😃 Aunque ni siquiera termino con las otras dos🥲 . Pero bueno, hay más tiempo que vida. Así que, sin dudas, en algún momento las termino😋. Solo disfruten "Más que un Vínculo" y denle mucho amor a estos personajes 🤗. También aprovechar y dar las gracias a FenixxEditorial y a babybleemoon por la hermosa portada😍. Muchas gracias🥰.

🔺️Recuerda dejar un triángulo invertido si te gustó el capítulo.🔻