Capitulo 5

"Una tormenta en medio"

Adira.

Quisiera decir que lo miro a los ojos y sigo viendo aquel chico que conocí cuando tenía 11 años. Luke fue de las primeras personas que me trató realmente bien y que fue amable conmigo. Jamás oí un comentario suyo juzgándome por la sangre que llevo en mis venas.

Me ayudo en mi crecimiento como soldado y como persona. Pero nunca me dio un trato distinto a los demás soldados, al contrario, él siempre me exigió más porque supongo que sabía que podía llegar lejos.

Muchos me subestimaron, otros me miraron con temor, asco, y pena. Pero él, siempre me vio de otra forma.

Luke no era una persona cualquiera, él era de esas personas a las que le agarras cariño fácilmente, siempre fue así, era como una luz brillante que te atraía, incluso si no querías ser atraído. Tenía la capacidad de ser genuinamente amable, lo cual generaba interés en todos.

Siempre le tuve cariño, y fuimos muy amigos. Quisiera al menos recuperar ese vínculo amistoso que había entre nosotros antes de irme.

No llegamos a formalizar como pareja, pero estuvimos juntos por casi 4 meses. Cuatro meses donde fui feliz a su lado y cuatro meses donde también sufrí estando en Boston.

- ¿A dónde vas?- siento como su agarre en mi brazo me impide seguir mi camino.

- Me estoy congelando aquí afuera.

- ¿No es por eso que quieres huir?- sus ojos se clavan en los míos.

- No. Ya no voy a hacerlo.

- Es fácil decirlo.- me observa con desconfianza, como si no me creyera.- Hacerlo es otra cosa.

- ¿Puedes dejar de mirarme así?- pregunto, soltándome de su agarre.

- No te estoy mirando de ninguna manera.- responde, mientras se acomoda el cabello como si nada estuviera pasando.

- Me miras como si me odiaras.- no dice nada. Solo sigue mirándome en silencio, lo que me hace pensar que, en verdad, eso es lo que siente.

Asiento, sin esperar más respuestas. Su silencio me lo dice todo. "Te miro así porque te odio".

Así que me doy la vuelta y regreso al bar. Me meto entre la multitud buscando a la pareja que me trajo aquí apropósito.

Están en la barra, encuentro a Cloe mirando hacia la entrada, claramente me vio cuando salí detrás de Luke y ahora están expectantes. Jay se encuentra a su lado, con la cabeza apoyada en la barra. Me ve y rápidamente intenta tomar del brazo a su novio para escabullirse.

- ¡Ey! ¿A dónde creen que van?- logro detenerlos.

- Ehhh... a casa.- dice Cloe mostrándome las llaves del coche. Jay se sujeta de su brazo y finge estar ebrio.

- ¿No pensaban decirme que Luke era el dueño del bar?- me cruzo de brazos.

- ¿No lo dije?- se hace la que piensa.- Supongo que lo olvidé.

- Ha sido muy incómodo verlo tan de repente.

- Bueno, en algún momento iba a pasar.

- No era el momento.

- ¿Y entonces cuándo? Eres capaz de evitarlo con tal de no verlo.

- No iba a evitarlo.- miento.- Es mi superior, en algún momento lo iba a ver.

- Pues lo que pasó ya pasó. Realmente creí que te había contado.- es tan mentirosa.

- Ajá y yo nací ayer.- miro a Jay.- Deja de hacerte el ebrio.

- ¡Hermanita!- grita provocando que varias personas volteen a ver en nuestra dirección.

- No se está haciendo.- me dice su novia.- Realmente está ebrio. Voy a llevarlo a casa.- Jay se me tira encima y me abraza.

- ¿Cuándo llegaste?- balbucea y apenas le entiendo lo que dice.

- Oye vas a tumbarme.- parece que realmente está ebrio, Cloe me lo quita de encima y ambas pasamos sus brazos sobre nuestros hombros.

Lo llevamos a la salida y la ayudo a subirlo al coche.

- Me lo llevaré, no te preocupes.- me da un beso en la mejilla.

- Espera, yo también voy con ustedes.- digo.

- ¿Qué? No, claro que no. Quédate y disfruta.

- ¿Disfrutar qué? No hay nadie con quien disfrutar.- intento subirme al coche pero ella me cierra la puerta.

- Quédate y disfruta lo que queda de la noche.- sonríe y no me nota convencida.- Vendré luego de dejarlo en casa y seguiremos el festejo nosotras.- no me da tiempo de decirle nada porque ya se ha subido al auto.

- ¡Espera!- intento abrir de nuevo la puerta, pero la ha trancado.

- ¡Disfruta tu noche!- Jay saca la cabeza por la ventanilla y me saca la lengua.- Oh, hola Luke.- veo una mirada de malicia en sus ojos.

Cloe arranca y yo me quedo allí, con ganas de matarlos. ¡Lo han hecho a propósito! ¡De nuevo! 

- ¿Y a esos dos qué les pasa?- pregunta alguien detrás de mí. 

Lo ignoro mientras revuelvo mi bolso buscando el móvil. 

- Los voy a matar.- murmuro, marcando a Jay. No contesta. 

Intento con Cloe. Tampoco contesta. 

- No volveré a hablarles en años.- digo, dejando un dramático mensaje de voz. 

Cuando me giro, me encuentro con Luke recostado contra una pared, fumando como si la vida no le pesara. 

- ¿Qué haces?- le suelto. 

- Fumo.- responde, y sin ningún tipo de respeto, me tira el humo en la cara. 

Toso y agito la mano para disiparlo. 

- ¿Desde cuándo? 

- Desde que descubrí que me gusta fumar.- y como si fuera la gran revelación del siglo, me lanza otra bocanada en la cara. 

- ¡Fumar es malo para el cuerpo!- cruzo los brazos, indignada. 

Él me mira con diversión, se lleva el cigarrillo a los labios y... sí, lo vuelve a hacer. 

- ¡Deja de hacer eso!- toso, apartándome.- Vete a fumar a otro lado donde no me tires el humo en la cara.

- Yo estaba aquí primero.- se encoge de hombros.- Si te molesta, puedes irte a tu casa. 

Resoplo. 

- Ojalá pudiera. 

Miro hacia la calle, buscando un taxi. 

- ¿Qué haces?- pregunta. 

- Intentando volver a casa. ¿No es obvio? 

- ¿No tienes coche? 

- Si lo tuviera, ¿crees que estaría buscando un taxi, genio?- resoplo.- Se suponía que volvería con Cloe y Jay, pero me dejaron aquí porque, según ellos, Jay estaba ebrio. 

- ¿Y por qué no te fuiste con ellos? 

- ¡Porque lo hicieron a propósito!- levanto las manos, exasperada.- ¡Joder! ¿Por qué hace tanto frío? 

- Te trajeron a la fuerza, ¿verdad? 

- Sí.- me abrazo a mí misma, pero ni siquiera la chaqueta de Luke es suficiente para el frío. 

Luke tira el cigarrillo y empieza a caminar. Cuando ve que no me muevo, voltea. 

- ¿No vienes o qué? 

- ¿Eh? 

- Te estoy ofreciendo llevarte a casa, tonta.- su manera de llamarme me recuerda a cuando lo hacía de pequeños.

- Creí que no me querías cerca.- se encoge de hombros y me indica que lo siga con un movimiento de cabeza.

- No quiero ser responsable de que mueras congelada. Además, te trajeron aquí por mí. 

- ¿Por ti?- camino a su lado hasta llegar a su coche.

- Sí. No soy idiota. Lo hicieron para que nos encontremos. Tu hermano lleva años intentando que solucionemos las cosas. 

«Tu hermano.» Pocas personas llaman a Jay mi hermano.

- ¿Qué?- pregunta al verme callada cuando me abre la puerta del coche.

- Nada, es solo que... a mí nunca me ha insistido con el tema. 

- Es porque te tiene miedo. 

Parpadeo. Luke rodea el coche y finalmente se sube, colocándose detrás del volante. Dos coches más nos siguen el paso desde atrás, escoltandonos.

- ¿Miedo? 

- Sí. Te pones como cabra loca cuando te enojas o cuando te dicen qué hacer. 

- ¡No es cierto!- me indigno. 

- Sí lo es. ¿Por qué crees que te trajeron sin avisarte y luego te dejaron aquí? 

-.Porque les encanta molestarme. 

- No. Porque saben que eres una loca testaruda. 

Lo fulmino con la mirada. 

- Oye, deja de agregarme malos calificativos. 

- Siempre fuiste una loca testaruda. Dudo que cuatro años lejos hayan cambiado eso de ti.

- No soy testaruda.- murmuro mientras me encojo en el asiento.

Aún tengo frío y no dejo de temblar. 

- ¿Cómo puedes salir de casa sin abrigo?- pregunta Luke mientras enciende la calefacción. 

- No hacía frío cuando salimos. 

- ¿No miras el pronóstico? Decía que iba a refrescar. 

- Solo un anciano como tú mira el pronóstico. 

- Pues este anciano debería quitarte su chaqueta y hacerte volver a pie. 

Cierro la boca. No vaya a ser que lo tome en serio y me eche del coche. 

El silencio se instala entre nosotros. La incomodidad empieza a pesar en el ambiente. De vez en cuando lo observo manejar sin que se dé cuenta. Se nota seguro, con la mirada fija en la carretera, sosteniendo el volante con firmeza. Hay algo en su expresión que me estremece. 

Tiene el rostro más definido, la mandíbula marcada con una sombra de barba que antes no tenía. Pero lo que más me impacta es lo serio que se ve. Nuestros viajes en coche siempre estuvieron llenos de charlas sin sentido o música. Ahora, no hay ni rastro de su mirada amable ni de su sonrisa encantadora. Solo esos ojos verdes que ahora parecen fríos. 

De repente, se tensa. Me ha pillado mirándolo. Para disimular, me apresuro a encender la radio. 

- Mucho silencio.- digo.- No me gusta.

La música empieza a sonar. 

"Somebody That I Used to Know"

No puedo arrepentirme más de haber encendido la radio. 

Cambio de estación, esperando algo mejor. Pero el universo decide jugar en mi contra: todas las canciones son románticas o deprimentes. 

- Deja de cambiar las canciones.- gruñe. 

- Perdón si no quiero pasar el resto del trayecto escuchando canciones que me hagan querer lanzarme del coche.- respondo con ironía. 

- Si te lanzaras, me ahorraría un viaje incómodo.- murmura. 

- Eres tú el que lo hace incómodo. Yo estoy perfectamente.- miento descaradamente. 

- Sí, claro. Soy yo el que cambia la radio cuando suenan canciones románticas. 

- No sé de qué hablas.- me cruzo de brazos. 

Luke resopla y cambia la estación él mismo. "Crazy In Love" empieza a sonar. 

- Si la cambias, te arrojo por la ventanilla. 

- Pronto no será necesario, me arrojaré yo sola.- murmuro. 

- ¿Qué dijiste? 

- Nada.- fingo inocencia mientras subo el volumen. 

Él no se queja cuando empiezo a mover ligeramente la cabeza al ritmo de la música ni cuando tarareo. 

Ya casi llegamos a mi departamento cuando la lluvia empieza a caer de repente. Primero es una llovizna ligera, pero en segundos se convierte en un diluvio. 

Los relámpagos iluminan el cielo y el sonido de la lluvia contra el parabrisas se vuelve ensordecedor. 

- ¿En qué momento empezó a llover tan fuerte?- pregunta Luke. 

Sonrío con malicia. 

- Bueno, parece que alguien no ha visto el pronóstico hoy. 

Le devuelvo sus palabras con el mismo tono que usó antes ganándome una mirada defastifio por parte de él

- No molestes. 

Pero sé que se está conteniendo para no sonreír.

La lluvia golpea con más fuerza cuando llegamos a mi edificio. Las calles están oscuras, apenas iluminadas por los destellos de los relámpagos. Dudo que esto pare pronto. 

No creo que sea seguro que Luke intente volver a su casa con este clima. 

- Oye… no creo que puedas manejar ahora.- digo antes de bajar. 

- ¿Y qué sugieres? ¿Quedarme en el auto hasta que un rayo me parta en dos? Debo volver. 

- Puedes… pasar.- me apresuro a decir.- Puedo abrir el garaje para que guardes tu coche. 

Luke no responde. Sigue en dentro, con las manos en el volante, sin siquiera mirarme. Pienso que va a rechazar la idea, así que insisto. 

- Dijiste que no me dejarías morir congelada, y yo no te dejaré morir en la tormenta. Deja de ser testarudo y entra antes de que la lluvia me empape más. 

Me mira, pero antes de que diga algo, un relámpago ilumina el cielo y el trueno que lo sigue me hace saltar. 

- Bueno, si quieres morir, hazlo solo.- digo, cerrando la puerta del auto y caminando hacia la entrada de mi edificio. 

Escucho el rugido del motor detrás de mí. Luke ha movido el coche hasta la entrada del garaje. 

- ¿Me abres o tengo que quedarme aquí hasta que la tormenta pase? 

Sonrío de lado y busco las llaves. Me quito los zapatos en la entrada y enciendo el panel. El portón eléctrico empieza a subir con un sonido mecánico y pesado. 

Después de estacionar su coche en el garaje, Luke entra a mi departamento. 

- Está un poco… desordenado.- murmuro, recogiendo algunas cosas del suelo.- Volví de Alaska y lo dejé todo así. 

- Solo admite que eres una desordenada.- dice, cruzado de brazos. 

- En mi defensa, Cloe y Jay me arrastraron al bar y no tuve tiempo de organizar nada. 

Luke se acerca a la ventana y observa la lluvia. 

- ¿Cuánto crees que dure la tormenta? 

- No lo sé, pero espero que no mucho. Mañana debemos ir a la sede temprano. 

- Ni bien la lluvia se detenga, me marcharé. Le diré a los escoltas que se vayan antes de que esto empeore. 

Que se preocupe por ellos me causa cierta ternura, en el fondo, sigue siendo el mismo Luke de siempre.

- De acuerdo. Iré a ducharme, toda mi ropa está hecha un desastre. 

- Y tu pelo también.- dice sin apartar la mirada de su móvil. 

Frunzo el ceño. 

- ¿Disculpa? 

- Que tienes el pelo como si hubieras peleado con una gaviota.- señala mi cabeza sin siquiera levantar la vista. 

Saco mi teléfono y me miro en la pantalla. Tiene razón. 

- Es la humedad.- murmuro, tratando de acomodarlo. 

- Ajá, claro. 

Ruedo los ojos y me dirijo a mi habitación. 

- Espera aquí, buscaré algo para que te pongas. 

Vuelvo con una bata y se la entrego. 

- Puedes ducharte en el cuarto de huéspedes. No tengo ropa cómoda, pero esto al menos te servirá. 

Luke la toma sin decir nada. 

- No sé si te quede, pero estarás más cómodo. 

- Gracias.- responde secamente. 

- Yo debería agradecerte a ti.- me mira con expresión confusa.- Podrías haberme dejado en el bar. 

- El fantasma de tu alma en pena me habría seguido hasta la tumba.

- Entiendo. No podrías con la culpa.

Noto como agacha la cabeza cuando una pequeña risa se le escapa. Escuchar ese sonido es como un sueño.

Es solo un pequeño sonido, un pequeño instante. Pero es suficiente para transportarme al pasado.

El momento se rompe demasiado rápido. En cuanto levanta la mirada y nota la sonrisa en mi rostro su expresión se endurece otra vez. 

- Buenas noches.- me dice.

- Buenas noches.

Sin decir más, cada uno se dirige a su habitación. 

Me meto en la ducha y dejo que el agua caliente me relaje. Trato de asimilar lo que acaba de pasar. 

Luke. En mi departamento. 

Una parte de mí quiere ir a su habitación, hablar con él, decirle por qué me fui. Pero otra parte me obliga a detenerme. 

Mi cabeza me dice que lo olvide, que vuelva a enfocarme en mi trabajo, como hice en Alaska. 

Pero mi corazón… 

Mi corazón me grita que deje de huir. Que estar con Luke siempre fue lo una de las cosas que me hizo más feliz.

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Se vienennnnn capítulos muy buenos. Estoy muy emocionada y con muchas expectativas en esta historia.

Espero que se sumen a leerla. No olviden votar y agregar la historia a su biblioteca.

Acá una referencia al vestido de Adira.

Besoss.

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