Capítulo 47
"Por los caidos."
Luke.
Cuatro días, cuatro días desde que perdí a mi abuelo, pareciera que el tiempo pasa demasiado lento.
Tengo esa sensación horrible en el pecho, que por momentos me impide respirar, lo único que quiero es encontrar a Jonathan.
Dios, no puedo creer que él simplemente esté muerto.
Aún recuerdo la quemazón que sentí en el pecho al verlo lleno de sangre y al borde de la muerte.
No quiero estar solo en casa, así que me dedique a pasar unos días en lo de mi madre, también estábamos acompañados de mi tío Jack, quien insistió en quedarse.
Admito que es raro tenerlo en casa, ya que desde pequeño, fueron muy pocas las veces que lo vi aquí. Normalmente, solo venía en mis cumpleaños, y cuando era pequeño a veces iba de vacaciones a su casa, o me llevaba a algunos de sus viajes, pero normalmente casi nunca estaba en Boston.
Siempre me dio curiosidad saber el porqué de su rechazo hacia este lugar, o el porqué de su renuncia al ejército, eran cosas de las que nunca hablaba.
Llevaba tiempo sin verlo a él y a mi abuelo, ya que asumir como Comandante, me exigió más tiempo y trabajo que antes. Llevaba varios meses insistiendo en que quería pasar tiempo todos juntos, sé muy bien que mi madre también insistió y es por eso que al final terminaron aceptando aparecer.
Me había hecho demasiada ilusión el poder compartir con mi abuelo y mi tío, tenía pensado contarles tantas cosas.
Mi abuelo era el hombre más valiente que había conocido, él fue como una figura paterna para mí, a pesar de ser un hombre frío a simple vista, era el abuelo que cualquier niño podría desear. Me llevaba a todos lados, me ayudaba con las cosas que me costaban, estaba cuando lo necesitaba, me cuidaba cuando mi madre no podía, me entrenaba. Siempre estuvo ahí.
Fue triste cuando se retiró de su cargo, ya que yo quería llegar al puesto de Comandante mientras él seguía siendo el Director General, pero su ausencia en el ejército no impidió que nos mantuviéramos en contacto.
Crecí sin un padre, ya que lo perdí cuando era tan solo un niño. Pero tanto mi abuelo como mi tío, e incluso Edric, fueron figuras paternas para mí.
Los tres se encargaron de que yo tuviera esa figura masculina y protectora que cualquier niño desea y necesita tener, y mi madre siempre les agradeció eso.
Dios... esa mujer, es el motivo principal por el cual soy como soy. Es la razón del porqué llegué hasta acá, la amo como a nadie en el mundo, y sé muy bien las cosas que sacrifico, y lo mucho que la muerte de mi padre le afectó, sin embargo, nunca se rindió.
Ella y mi padre tenían un amor tan hermoso, según las historias que he escuchado.
Se amaban con locura, fue un golpe muy duro para ella cuando el hombre de su vida murió. Creo que hasta el día de hoy, esa tragedia la persigue.
Vi el dolor en sus ojos cuando mi abuelo se despidió diciendo que iría a ver a Marcus.
Mi padre murió a manos de Smith, y mi abuelo murió en las manos de Jonathan. Es por eso que ahora ambos morirían por mí.
En cuanto a Jonathan, habían pasado varios días desde lo ocurrido, y aún no podíamos dar con él.
No podría haberse escapado de EE.UU. porque bloqueamos cualquier salida, aunque viniendo de él, cualquier cosa podría ser posible, todo estaba siendo mil veces más controlado que antes. Incluso realizamos un anuncio de búsqueda en otros países, en caso de que alguien pudiera reconocerlo.
Estaba bastante seguro, de que él seguía por aquí, escondido en algún lugar.
- Luke.- escuché que me llamaban.
Había estado tan sumergido en mis pensamientos que no noté su presencia.
Mire hacia la puerta de mi habitación, y ahí estaba mi tío, con el mismo semblante serio que siempre.
- Alguien vino a verte.- se movió ligeramente y dejó a la vista a la pelinegra de ojos azules y pecas.
Inmediatamente, mi cuerpo reaccionó ante su presencia, fue como si el peso que llevaba encima, se hubiera alivianado.
Ella sonríe levemente desde el umbral de la puerta y yo respondí su gesto de la misma manera, mi tío nos miró atentamente.
Creo que él y mi madre comenzaban a sospechar.
- Si necesitan algo, avisen, estaré abajo junto a tu madre.
Asentimos y esperamos a que se marchará antes de cerrar la puerta.
- ¿Estás bien?- pregunto ella finalmente.
- No.- era la primera vez en dos días, en que lograba admitir que no me encontraba bien.
Me acomodé al borde de mi cama, y me senté allí, mirando mis manos, sentí como el colchón se hundía a mi lado, cuando ella se acomodó a mi lado.
Acarició mi espalda y me tomó de la mano, mientras dejaba un pequeño beso sobre mi mejilla.
- Aquí estoy.- susurro.- Para lo que sea que necesites. Llorar, gritar, romper algo... lo que sea.
Suspiré y me recosté sobre sus piernas, cerrando los ojos por un instante, ella me dejó permanecer allí, mientras me acariciaba el cabello.
- ¿Qué quieres hacer?- sentí como acariciaba mi mejilla.
- Quedarme así.- respondí.- Eso servirá.
- De acuerdo.
- También sirven los besos.
Escuche como se le escapaba una pequeña risa, y acto seguido, sentí sus labios contra los míos.
Abrí los ojos y la miré, ese color azul era capaz de hacerme sentir tantas cosas. Adira era capaz de hacerme reír o calmarme en cuestión de segundos, estar con ella era todo lo que podía necesitar en un día como este.
Me había asustado demasiado cuando vi las intenciones de aquel hombre en el funeral, fue por eso que impedí que la tocará, porque joder, mientras yo esté vivo, nadie podrá tocarla jamás.
- ¿Tú cómo estás?- pregunté y vi como luchaba por sonreír.
- Mejor.
- No mientas.- advertí.- No pretendas estar bien, no necesitas hacer eso conmigo.
- Estoy bien, en serio.- no le creía para nada.
- Hace unos días intentaron matarte, claro que no estás bien.
- Es parte del trabajo.- le resto importancia.
- ¿Pudiste dormir algo luego de que me fui?
- Algo, Cloe y Jay me hicieron compañía.- la veo dibujar círculos con sus dedos sobre mi mano.
- ¿Qué sucede?
- Es que... aún no he vuelto a la sede desde lo que paso.
- Es por tu seguridad.
- Lo sé.- se puso de pie y camino hasta llegar al escritorio que tengo frente a mi cama.- También lo son los guardias que me has puesto.
Percibí el tono molesto en su voz. Había decidido que Torres y algunos oficiales se encargaran de escoltarla y cuidarla. No solo por Jonathan, también por lo ocurrido el día del funeral.
Es por ello que en estos días tampoco había ido a la sede, aunque eso había sido más decisión de sus padres que mía.
- ¿Cuánto tiempo más debo estar rodeada de esos tipos?
Ella estaba de espaldas a mí, jugando, desinteresadamente, con las cosas sobre mi escritorio, me puse de pie y llegué hasta donde estaba, abrazándola desde atrás y apoyando mi mentón sobre su hombro.
- Hasta que sepamos donde está Jonathan y su gente, o al menos hasta asegurarnos de que no están en América.
- Quiero regresar a la sede.
- No creo que sea buena idea, la última vez que los soldados te vieron ellos...
- Casi me golpean, lo sé.- finalizo la oración por mí.-¿Cómo haré que dejen de odiarme si estoy custodiada como una princesa mientras ellos buscan a los asesinos?
Se giró sobre su eje hasta quedar de frente a mí, mirándome con esos hermosos ojos que tenía.
- Déjame regresar a la sede.- estaba a punto de refutar cuando acercó demasiado sus labios a los míos.- No te pido que me quites los escoltas.- podía sentir sus labios cerca de mí, y eso me estaba matando.
- Deja de hacer eso.- sujeté con fuerzas sus caderas y ella me miró agitando sus pestañas de manera sensual.
- ¿Hacer qué? Solo intento hacerte entender que soy más útil trabajando ahí, que estando encerrada en mi casa.
- No exageres, tampoco es que estés encerrada en una torre. Tu familia está contigo e incluso has venido a verme hoy.
- Porque te dije que si no me dejabas salir, no volvería a hablarte.- eso me sacó una sonrisa.
- Está bien.- acepté.- Te dejaré que regreses a la sede, dejaré que comiences a investigar.
Envolvió mi cuello con ambos brazos, haciendo que la sujete de la cintura, me lleno la cara de besos y yo simplemente me mantuve ahí, dejándome ser besado y abrazado por ella.
- Los encontraremos.- dijo.
- Claro que sí.
Ambos nos miramos el uno al otro, dispuestos a encontrar al culpable de todo esto. Yo sabía muy bien e
la importancia que sentía ella, atrapar a Jonathan sería suficiente para que los soldados dejaran de odiarla por algo que no ha sido su culpa. Para mí era necesario encontrar a los culpables de la muerte de mi abuelo, porque no podía permitirme respirar el mismo aire que aquella persona que me había arrebatado a alguien importante.
Decidí que los días de luto quedarían atrás, y que ahora me enfocaria en mi trabajo por encontrarlos, la necesidad de querer justicia ardía en mi interior.
La tensión en la Agencia crecia cada que los días pasaban, los agentes iban y venían, revisando reportes y cruzando información que la Capitqna Black conseguía.
Adira entro a mi lado, el día en que regresó a la sede, yo habia dejado muy en claro que cualquier comportamiento inadecuado hacia ella, recibiria un castigo, pero eso no impidio que el recelo de algunos agentes se pose sobre ella, sin embargo, Adira siguió manteniendo la cabeza en alto, determinada a cumplir con el trabajo.
Torres también cumplía con su trabajo, era a quien había dejado a cargo de nuestra seguridad, levantó un perímetro de seguridad en la casa de mi madre, mi departamento, el de Adira, la casa de los Wood Black... Era un gran soldado y estratega, era mis ojos y oídos en todos lados, era lo que necesitaba en ese instante.
Zhang también realizó su trabajo, envió a varios de sus soldados a investigar cualquier pista, al ser del departamento de Espionaje, todos tenían esa capacidad de pasar desapercibidos en cualquier lugar, aprovechando y sacando información valiosa.
Todos estabamos reunidos en mi oficina, analizando el mapa y buscando posibles locaciones. Mientras los demás hablaban y daban posibles opciones, Adira se mantenía demasiado callada, con la vista fija en el mapa.
- ¿Qué sucede?- pregunte.
- Creo que nos estamos equivocando.- eso captó la atención de los demás presentes.
- ¿De qué hablas?- pregunto Zhang.
- En casi una semana no hemos logrado dar con Jonathan, pero tal vez estamos enfocándonos en el objetivo equivocado.- todos la escuchamos atentamente.- Si podemos presionar a sus hombres, es posible que alguno de ellos lo traicione.
La miré pensativo, podía ser una buena idea.
- ¿Crees que alguno de ellos hablaría?- pregunté.
- Adrien nos ayudó en California ¿No? Tal vez otros también lo hagan.
- Ella tiene razón.- secundo Torres.- Adrien ayudó porque estaba protegiendo a su hermana. Debemos buscar a los más débiles, a aquellos que tengan a alguien por quien estarían dispuestos a hacer cualquier cosa.
- Si logramos capturar a uno de sus hombres, podríamos ofrecerle un trato.- dije con un poco de esperanza.
- Pero eso implicaría que primero debemos encontrarlos.- Zhang frunció el ceño.- Si capturamos al hombre equivocado, podríamos alertar a Jonathan y hacerlo escapar.
- No si lo hacemos con cuidado.- replicó Jayson.- Jonathan los controla mediante el miedo, si les ofrecemos protección a cambio de información, uno de ellos podría traicionarlo.
- ¿Otro trato? ¿A otro criminal?- inquirió Zhang.
Los demás dirigieron su mirada hacia Adira.
- No me refiero a ti, Adira.- se apresuró a decir.- Hablo de Adrien y su hermana, el consejo casi que no acepto el trato.
- Ella tiene razón, podrían creer que la Agencia comienza a convertirse en la guardería de estos criminales.- apoyo Torres.
- En California aprendí algo.- hablo Adira.- No todos están en esa situación porque quieren, algunos no tienen opción y ya. Asegurémonos de buscar a esas personas.
Analicé la situación en mi mente, entendía ambos lados. Pero ahora mismo lo importante era encontrar a Jonathan, iba hacer lo que sea necesario para conseguirlo, y ahora mismo todos esperaban que diera una respuesta, y eso hice.
- Tienes razón.- hablé.- Ofrezcamos un trato y encontremos a ese maldito.- Adira sonrío ligeramente.- Zhang, quiero un perfil completo de cada uno de sus hombres, comunícate con la Capitana Black para ello. Torres y Kiervan, encárguense de crear un plan para la captura. Wood necesitó que busques al General, y le comentes sobre esto ahora mismo.
Cada uno ocupo su lugar en esta misión, y con el plan en marcha, el equipo comenzó a recopilar toda la información posible sobre los hombres de Jonathan.
Más tarde, Black y Zhang descubrieron algo que habíamos pasado por alto, los hombres que aparecieron esa noche, no formaban parte de la Sombra Negra, sino que eran un grupo de hombres que aparentemente Sara Jones había contratado.
Eso era aún mejor. Significaba que solo se movían por su cuenta, y sería mucho más fácil conseguir que entreguen a Jonathan.
Pudieron dar con alguien que parecía ser el eslabón más débil, un hombre que tenía una familia a la que no había visto en meses.
La operación para capturarlos se llevaría a cabo de manera más cautelosa. En lugar de asaltarlos, optamos por la sutileza, interceptando comunicaciones y bloqueando cualquier ruta de escape.
No paso mucho hasta que logramos conseguir una manera segura de enviarles un mensaje, citándolos en un lugar en el que pudiéramos llevar a cabo nuestra negociación.
[....]
Observé la cafetería desde el otro lado de la calle. Era un lugar concurrido, con clientes entrando y saliendo constantemente. Las mesas junto a la ventana me permitían una vista clara del interior. Si iba a negociar con uno de los hombres de Jonathan, lo haría en un entorno donde la seguridad fuera primordial.
Mis compañeros estaban cubriéndome desde distintas posiciones, en caso de que algo saliera mal.
Entre en la cafetería y me dirigí a una mesa en la esquina, cerca de la ventana, me quite la chaqueta y la dejé sobre el respaldo de la silla, mostrando intencionadamente que no estaba armado.
Esperé unos minutos, hasta que un hombre de mediana edad con expresión nerviosa entró en la cafetería. Miró a su alrededor antes de localizarme y dirigirse hacia mí.
-¿Por qué aquí?- preguntó en un susurro, mirando a su alrededor antes de sentarse frente a mí.
- Es un lugar público.- respondí de forma calmada.- Tranquilo, solo quiero hablar.-
El hombre tragó saliva, asintiendo.
- Seré breve.- comencé a hablar.- Ambos sabemos que la situación de Jonathan es complicada, está acorralado, y tarde o temprano lo atraparemos.- dije, siendo claro.- Pero tú no tienes por qué caer con él.
- ¿Y qué quieres a cambio?- preguntó finalmente.
- Necesito saber dónde está y cuántos hombres tiene con él. A cambio, te garantizo protección para ti y tu familia.- fui directo al grano.- Pero tienes que actuar rápido, porque esta oferta no estará sobre la mesa por mucho tiempo.
Se mantuvo en silencio por un instante, necesitaba que aceptara, de no ser así, otra vez estaríamos perdiendo ventaja.
Intente actuar normal y tranquilo, pero por dentro me moría de ansiedad.
- Está bien, hablaré.- festejé para mis adentros.- Pero quiero garantías de que mi familia estará bien.
- Lo estarán.- le aseguré.
Luego de eso, me dio la información que necesitaba, confesó que Jonathan estaba escondido en una fábrica abandonada en las afueras, con un grupo reducido de hombres, los cuales estaban a la espera de la paga de su madre.
Tomé nota mentalmente, sabiendo que esta era la oportunidad que estábamos esperando.
Antes de separarnos, le dejé en claro a que debía mantenerse en silencio hasta que todo hubiera terminado.
Estábamos a punto de conseguir nuestra justicia.
Por nuestros soldados caídos.
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Holaa ¿Cómo andan? Nueva actualización para finalizar la semana.
Otro enfrentamiento se viene, estén pendientes.
Gracias por los 10k, cada vez la historia crece más y más y eso solo me motiva a seguir escribiendo.
Les mando muchos muchoss besos, nos vemos pronto.
Lour.
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