Capítulo 46

"Quédate"

Adira.

21 de Agosto.

El día se sentía demasiado pesado, cargado de furia y violencia, lleno de tristeza, un día en el que las personas estaban de luto.

Sesenta y dos muertos. Treinta y tres soldados y veintinueve civiles que fueron víctimas de la violencia ejercida por aquel que quería asesinarme.

No dormí nada, estuve toda la noche siendo atormentada por mi propia mente, repasando una y otra vez en mi cabeza lo que había sucedido, no dejaba de pensar en como había fallado.

Si tan solo me hubiera ido como Luke me lo pidió, o sin ir más lejos, si tan solo hubiera matado a Jonathan en el maldito prostíbulo.

Nada de esto estaría pasando, nadie habría muerto, nadie estaría sufriendo. Hice a un lado lo que sentía y me preparé para el funeral, no sin antes haber estado horas y horas intentando encontrar a Jonathan y sus hombres.

Esta vez las fronteras si se cerraron a tiempo, tengo la esperanza de que el maldito siga en EE.UU.

Ahora mi objetivo es liquidarlo y no descansaré hasta verlo muerto.

- Cariño.- escuché desde mi puerta.- Estuviste toda la noche sin descansar.

Es mi madre.

Jay y yo habíamos decidido quedarnos en casa de nuestros padres, aún me atormentaba pensar en lo que hubiera sido de mi vida si perdía a mi madre.

- Tengo que encontrarlos.- realmente lo necesito.

- Y lo haremos, ya hay equipos buscándolos.

Me paso las manos por el rostro, soy consciente de mís ojeras.

- Prométeme que al regresar, descansarás.

- Lo intentaré.- no le di tiempo a que me regañara de nuevo.- Ya es hora, debemos irnos.

Tomó de mi mano y ambas salimos de la habitación para encontrarnos con mi padre y mi hermano.

Cuando llegamos al funeral, y cuando observé la cantidad de personas allí, fue otro golpe más. Papá tuvo que colocar su mano en mi hombro y darme fuerzas para seguir avanzando.

A lo lejos pude ver a Madisson junto a su familia, ella me miró por un microsegundo y me dio un pequeño asentamiento de cabeza como saludo.

No podría descifrar si estaba o no enojada conmigo.

En cuanto a Luke, él seguía estático mirando un punto fijo, sin decir nada.

Luego de unos minutos, mi padre y Alonso se colocaron al frente de todos, mientras los miembros de la Agencia nos formábamos en líneas, con los familiares también presentes.

Cada ataúd frente a nosotros está cubierto con la bandera de la Agencia, observo cada rostro, de cada familiar, mientras las trompetas suenan, honrando a los caídos.

Alonso tomó la palabra, destacando cada logro y sacrificio de todos los soldados caídos, a la vez que mi padre entregaba la bandera a cada familiar.

- Hoy estamos aquí para despedirnos de aquellos valientes que cayeron en batalla.- la voz de mi padre llena mis oídos.- Soldados honorables que fueron leales y protectores hasta su último respiro.

No podía evitar mirar hacia Luke, estaba con los puños cerrados y la mandíbula tensa, no hacía falta mirarlo tanto para notar lo hinchados que se veían sus ojos.

Durante la noche había intentado comunicarme con él, quería que supiera que yo estaba allí para él, pero no sabía qué decir, cualquier mensaje que escribía, lo terminaba borrando antes de mandarlo.

¿Qué se supone que dijera?

"Lo siento por haber fallado"
"Lamento que haya muerto por mi culpa"

Alonso siguió hablando luego de mi padre.

- Soldados, agentes, tenientes, ex generales.- no podía evitar pensar en James ante la última mención.- Estaremos agradecidos de por vida.

- Valientes fueron, y estamos agradecidos. Jamás serán olvidados, estarán por siempre con nosotros.

Se escuchan los disparos, treinta y tres armas son descargadas, en honor a cada soldado.

- ¡Hasta nunca, soldados!- pronunció mi padre.

Todos repetimos la frase al mismo tiempo, mientras hacemos un saludo militar, despidiéndonos definitivamente.

Observamos como cada ataúd es enterrado, las familias se despiden y dejan rosas o algún objeto sobre el féretro, escucho sollozos y gritos. Treinta y tres familias destruidas... sin contar la de los civiles.

Finalmente tomé el impulso necesario para acercarme a Luke luego de que él se despidiera de su abuelo, me acerqué dispuesta a abrazarlo o a dejar que me gritará por lo ocurrido, ya que, no tenía idea de lo que estaría necesitando de mí ahora, pero yo estaba dispuesta a aceptar cualquier cosa que lo hiciera sentirse mejor.

- Luke...- lo llamé y el volteo su rostro hacia mí.

Quise volver a decir algo, pero vi como arrugaba las cejas y de un momento a otro me tomó de los hombros apartándome bruscamente. No entendí lo que sucedía cuando hizo eso, mucho menos cuando vi como un puñetazo iba directamente al rostro del Comandante.

- ¡Luke!- exclamé.

Quien lo había golpeado llevaba el uniforme de sargento, el Capitán Torres no tardó en acercarse junto a más soldados.

- ¿¡Qué demonios te ocurre!?- le grito al hombre.- ¿¡Cómo golpeas a tu Comandante!?

- ¡El golpe no era para él!- confesó.- ¡Era para ella!- se dirigió a mí, con una mirada cargada de odio.

Luke tenía el labio roto y sangrando, me apartó sutilmente y se limpió los rastros de sangre con la mano, antes de encarar al hombre que lo había golpeado.

- Si diriges tu golpe hacia ella, entonces lo diriges hacia mí.- dijo demandante.

Oh, mierda, había recibido el golpe por mí.

- ¡Por su culpa nuestra gente está muerta!- me apuntó con su dedo.- ¡La querían a ella, y por eso mi hermano fue asesinado!- Torres lo sujetaba mientras el hombre intentaba llegar a mí.- ¡No vales ni la mitad de lo que valían todos ellos! ¡Murieron por proteger a la hija del jefe de una de las peores mafias!

- ¡Cuida tus palabras!- mi padre, no tardó en tomar lugar en la discusión.- Ella no es la hija de ningún mafioso. Ella es mi hija.

- ¡Entonces debería sentir vergüenza de su hija.!- alguien más hablaba desde la multitud que se había formado a nuestro al rededor.- ¡Él tiene razón! Adira es la culpable de todas estas muertes.

La situación empeoró cuando varias personas intentaron tomarme bruscamente, pero Luke nuevamente se colocó frente a mí, impidiendo que alguien siguiera avanzando.

- Hay que sacarla de aquí.- dijo Cloe, quien también se había puesto a la defensiva.

- ¡Una palabra más! ¡Y lo lamentarán de por vida!- tronó mi padre.- Yo soy la mayor autoridad, y nadie me cuestionará. ¡En lugar de culpar a alguien inocente, deberían estar llorando a sus seres perdidos! ¡Les recuerdo que nuestro deber como Agencia, es proteger a todo aquel que corra peligro! ¡La Agente Kiervan corría peligro y sus seres queridos asumieron su deber!- hizo saber.- ¡La protegieron y por eso estaremos eternamente agradecidos siempre!

- Ten. Llévatela.- mi madre se acercó a nosotros y le entregó las llaves de nuestra casa.

Luke no esperó ni un segundo más, y me llevo hasta el auto, detrás de nosotros venían más coches con soldados a los que mi padre ordenó que nos escoltaran.

Mis manos temblaban y me sentía tan jodidamente mal, se supone que yo debía estar allí para ayudarlo... y hasta ahora solo había conseguido empeorar las cosas.

Dios mío, lo observé y vi como la zona del golpe estaba hinchada, las ganas de llorar solo podían aumentar.

No dije nada durante el viaje, no quise hacerlo, no podía creer como todo se había arruinado tan fácilmente.

No quería llorar, no tenía derecho a llorar... no frente a él. Luke acababa de perder a alguien, así que mire por la ventana y cerré los ojos conteniendo las lágrimas.

No esperé más de un segundo, cuando él estacionó frente a la casa de mis padres, me baje casi corriendo y me apresure a llegar a la entrada.

- ¡Adira!- gritó a mis espaldas, pero yo seguí corriendo.

Mi intentó por entrar quedó a medias cuando sentí sus cálidas manos sobre mis hombros.

- Ey, tranquila.- susurro contra mi cuello mientras yo seguía de espaldas.

Me giré quedando frente a él, ya no podía aguantar las lágrimas.

- Lo siento.- dije antes de romperme.

Dios, soy una idiota egoísta. ¿En serio estoy llorando frente a él? ¿Justo ahora?

- ¿Por qué te disculpas?- ni siquiera podía mirarlo a los ojos, pero aun así él me tomó del rostro.- Mírame.- pidió.

- No puedo.- mis sollozos se convirtieron en un llanto que no pude seguir reprimiendo.

- Adira mejor entremos y esperemos a tu familia, allí podremos hablar tranquilamente.

Maldita sea, el pecho me dolía.

Luke me llevo dentro, pero antes les ordenó a los soldados que venían en los vehículos de atrás, que esperaran a que mi familia llegara.

Intenté calmarme mientras esperaba a Luke, por un momento creí que quizás se iría y me dejaría sola, no lo culparía para nada... Pero claro, era Luke de quien estaba hablando.

Él volvió y se sentó junto a mí.

Yo tenía una de mis manos en mi rostro, cubriéndolo, pero sentí sus pasos y lo sentí a él arrodillandose frente a mí.

- Adira...- me quito la mano del rostro.- No necesitas cubrirte para llorar, puedes hacerlo frente a mí.- yo negué con la cabeza.

- No, no tengo derecho a llorar frente a ti.- me sequé las lágrimas.- Ellos tienen razón ¿Sabes? Por mi culpa toda esa gente murió, por mi culpa tu abuelo mur...- no me dejo terminar de hablar.

- No vuelvas a decir eso.- unió su frente con la mía y tomó mi rostro entre sus manos.- No lo digas.

- ¿Cómo puedes no culparme?

- Jamás podría culparte Adira.

- Yo quería estar para ti, ayudarte a superar el duelo, quería secar tus lágrimas, no que tú seques las mías.

- Podemos secarnos las lágrimas mutuamente.- beso mi cabeza sutilmente.

- Yo sé lo mucho que querías a tu abuelo, y si pudiera intercambiar lugares, yo...

- No lo digas.- Luke coloca su dedo sobre mis labios, callándome.

Suspiro antes de quitarlo y terminar la frase.

- Yo hubiera recibido esa bala por él.

- No sigas...

- Yo habría recibido cualquier bala con tal de impedir tu infelicidad.

- La única forma de ser infeliz, es si no estás a mi lado ¿Ok? Lo que paso no es tu culpa, no dejes que lo que digan los otros te afecte.

Lo miré a los ojos, y pude ver como se cristalizaban.

- Yo no estoy enojado, jamás podría, y sé que mi abuelo tampoco lo está, murió luchando como un soldado, es lo que siempre ha querido.- sonríe levemente.

Se levantó y tomó lugar a mi lado, sujetándome de ambas manos y sin dejar de mirarme a los ojos.

- Vamos a encontrar a Jonathan, y se la vamos a hacer pagar.- asentí, claro que lo vamos a encontrar.

Lo estreché contra mí, sintiendo su calor y olor, acaricié su cabello y él hundió su rostro en mi cuello.

- Te adoro ¿Lo sabes, no?- pregunta contra mi piel.

- Sí.- me separé para volver a mirarlo a los ojos, y ésta vez yo sequé las lagrimas que caían por su rostro.- Yo te adoro aún más, y te prometo que siempre voy a estar para ti.

Me sonrío antes de guiarme hasta sus labios, y me beso dulcemente, aún podía sentir mi piel húmeda producto de mis lágrimas, pero él se encargó de secarlas a todas ellas.

No podía evitar que mi corazón se acelerará cada que lo tenía junto a mí, no había día en el que no pensara en lo perfecto que era Luke, mierda, yo era la persona más afortunada del mundo.

Cure su herida, me asegure de que estuviera bien, y al final ambos nos quedamos abrazados en el sofá de la sala.

Aún era de día, pero toda la situación de hoy me había dejado derrotada, así que me terminé quedando dormida, apoyada sobre el hombro de Luke, mientras él me abrazaba contra su cuerpo.

Lo último que recuerdo es sentir sus brazos al rededor de mi cuerpo, alzándome y llevándome hasta mi habitación.

- No te vayas, quédate.- le pedí, y por supuesto que se quedó.

[....]

Ada.

Llegamos a casa, cruce el umbral de la puerta cuando Luke nos la abrió, ya estaba esperándonos.

- ¿Dónde está Adira?- pregunté.

- Está arriba, la llevé a dormir.

Suspire más aliviada, mi pobre niña no durmió nada desde lo sucedido.

- ¿Cómo estás tú?- acaricié su brazo.- Tu tío estaba llevando a tu madre a casa.

- Estoy... bien.- suspiró.

- Sentimos mucho lo que sucedió.- le hablo mi esposo.- Sabes que cualquier cosa que tú o tu familia necesite, aquí estamos.

- Sí, sabes que todos somos una familia.- agregué.

Pese a todo, Luke sonrío, con menos ganas que siempre, pero lo hizo.

- Muchas gracias, quisiera quedarme, pero, mi madre debe estar preocupada también.

- Está bien, ve con ella, Mads quería estar contigo.

- Ve con cuidado, pediré a los soldados que te lleven hasta donde tu madre.- se ofreció Edric.

Por última vez me despedí del hijo de Mads, y antes de marcharse, habló con mi hijo y mi nuera.

- Cuiden de Adira.- pidió antes de irse.

No pude evitar sonreír... sé muy bien que algo sucede entre ellos, algo más que una amistad.

Y me alegraba que sea así, porque desde pequeños Luke siempre ha cuidado de ella, sin duda mi hija estaba en buenas manos.

Aurora estaría contenta de saberlo.

Su hija y la de su mejor amiga, juntos.

- Mamá.- me llamó mi hijo.- Iremos a asegurarnos de que Adira no necesite nada.

- Claro, vayan.- le besé la coronilla antes de verlo subir las escaleras junto con Cloe.

Solté todo el aire que llevaba reprimido y me dirigí hacia la cocina en busca de un vaso de agua.

- Tranquila, ella estará bien, es fuerte.- mi esposo me miraba desde el otro lado de la cocina.- Es igual a sus madres.

- Debí tener más cuidado con su identidad, Edric.- me lamento.- ¿Cómo demonios supo donde estábamos? ¿Cómo demonios supo que fue Adira la que se infiltró? Creí que la estaba protegiendo mejor...- Edric se apresuró a llegar hasta mí.

- Cariño, lo has hecho estupendo, por años no han sabido nada sobre ella.

- Y ahora lo saben todo.- coloque el vaso de agua sobre la mesa, enojada conmigo misma.

- En algún momento iba a pasar, sabes muy bien que no hemos criado a una niña cualquiera. Adira se destaca demasiado como para ser pasada por alto, por más que siguieras borrando sus pasos y cuidando su identidad, eventualmente sabrían de su vida y de lo extraordinaria que es.

Deje caer mi cabeza sobre su hombro, mientras el acaricio mi cabello.

- Eres una excelente madre, nunca olvides eso.

- ¿Crees que Aurora está feliz con como la hemos criado?

A Edric se le formó una pequeña sonrisa en el rostro

- Es talentosa, valiente, fuerte e inteligente. Por supuesto que está feliz.

- Ella me recuerda mucho a Aurora.

- Lo sé, a mi igual.

Jamás podría entender como la gente seguía creyendo y diciendo que Adira era igual a Smith, lo único que tenía igual a él, era el color de sus ojos.

Porque llevaba las pecas, el cabello ondulado, el porte elegante, la sonrisa y el brillo en los ojos que solía llevar Aurora.

Era la copia de mi amiga.

Esa niña era extraordinaria, igual que su madre, estaba llena de virtudes y de amor.

Ella era mi familia, por supuesto que lo era. Y yo me había encargado de proteger su identidad todos estos años, creí que podría hacerlo por más tiempo, pero... no fue así.

Sin embargo, seguiré dando todo de mí para mantenerla a salvo.

───── »◦✿◦« ─────

Holaaa ¡Primer actualización de la semana!

Creó que era bastante necesario la narración de Ada, así fuera corta, sirve para saber más sobre otros personajes, y sobretodo para notar el amor que le tiene a Adira.

Amo a Luke con todas mis fuerzas, incluso en un mal momento, estuvo ahí para cuidar de Adira.

Se vienen capítulos donde se revelarán más cositas sobre el pasado, también pasarán varios momentos de acción y momentos entre Adira y Luke, así que estén atentos a cada actualización.

No olviden votar y comentar.

Besos, Lour.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top