Capitulo 22
"Mi lugar seguro"
Adira.
Luego de mi desmayo, mamá me mandó a descansar, aunque al principio me negué a seguir sus órdenes, tuve que aceptar porque no solo es mi madre, también es mi Capitana, así que no tuve más remedio que hacerle caso.
Mis demás compañeros se quedaron analizando algunas de las cintas que grabó el micrófono que instale en el reloj de uno de los hombres de Jones.
Luego de unas horas Jonathan Jones volvió a comunicarse conmigo, dijo que no requeriría de mi presencia en estos días, la propiedad en California se estará amoldando y ellos estarán buscando a sus víctimas para el prostíbulo, me informó que cuando todo estuviera listo, me citaría en el lugar.
La ASPA sabe donde quedaba el antiguo prostíbulo, luego de rescatarme a mí y a las demás mujeres que se encontraban allí, la propiedad quedó en manos de la ASPA; sin embargo, Jones planea abrir otro prostíbulo en California.
Smith dejó de abrir negocios en América, y se centró más en Francia, pero Jones empezó a ensuciar América de nuevo hace unos cuantos años.
La cámara y el micrófono que pusimos en el Club, siguen funcionando, lo cual es bueno, ya que con eso sabremos exactamente a quienes secuestraran, mandaremos a nuestros sargentos a los lugares en los que atacarán, y así nos aseguramos de que entren en el prostíbulo.
- Ve a descansar.- me habla mamá.- Te dije que nos encargaríamos de vigilar las grabaciones.
Solo salí de la habitación un segundo, quería revisar que todo estuviera bien.
- También puedo ayudar.- digo.
- Sé que sí, pero no comiste casi nada desde que te desmayaste. Te llevaré la comida a la habitación, solo ve y descansa.
- Pero estoy bien, no tengo hambre.- intento refutar pero mi madre me da una mirada de advertencia.
- Dije que te vayas a tu habitación.- mejor no me niego.
A regañadientes, le hago caso, y vuelvo a ir a mi habitación. El lugar en el que estamos no es pequeño, tiene suficientes habitaciones para todos. Así que cuento con la comodidad de generar una sola para mi.
No he podido comer casi nada, mi cabeza sigue algo atontada luego de tanta información, y mi cuerpo se niega a ingerir algo.
Y para ser sincera, hace un rato, quise ir a husmear en las grabaciones de la cámara del Club porque quería ver a Rousseau, quiero analizar y vigilarlo.
Saber en qué anda... saber si debo tener cuidado de que me reconozca o... si me protegerá como en años atrás.
Mientras estuve en mi habitación intenté contactar con Luke un par de veces, pero no me contestó la llamada, supusw que tal vez estaba ocupado.
Intente dormir, pero tampoco hubo caso, solo di vueltas en la cama, esta cama no es cómoda. No puedo dormir en ninguna cama que no sea la mía.
O la de Luke.
Repito la acción de intentar contactar con él unas cuantas veces más, pero no hay respuesta. Intento dormir, pero otra vez solo doy vueltas en la cama.
Decido ir por un vaso de agua a la cocina, abro la nevera buscando una botella de agua fresca, cuando de repente noto que la luz refleja una sombra detrás de mí.
- Solo vine por algo de agua.- digo antes de voltearme.
Me volteo esperando ver a mi hermano o tal vez mi madre, pero al hacerlo no veo a nadie. Arrugó las cejas confundida ¿me estoy imaginabdo cosas? me muevo por la cocina intentando ver si hay alguien en algún otro lado, pero de nuevo, no veo nada.
- Creo que la falta de sueño empieza a afectarme.- murmuro, mientras termino de servirme agua en mi vaso y beberlo.
Me regreso a mi habitación dispuesta a descansar al menos algo.
Cuando cierro la puerta al entrar, siento como alguien se me viene encima tomándome desde atrás, colocando su brazo al rededor de mi clavícula y hombros. Reacciono inmediatamente, llevo mis manos a su brazo, intentando quitármelo de encima y empujándolo con mi propio cuerpo hasta chocar contra la pared.
No me lo puedo quitar y pega mi espalda a su cuerpo con su otro brazo. Es un hombre.
Justo cuando estoy a punto de darle un codazo en el estómago, se inclina hacia mí, acercando su boca a mi oreja.
- ¿Intentando escapar de mí de nuevo?- susurra una voz que me resulta tan familiar como el latido de mi corazón.
Me giro de inmediato, y aunque la luz esté apagada, no tengo dudas.
- Sorpresa.- dice mientras golpea suavemente el interruptor junto a la puerta, iluminando la habitación.
«Luke»
- ¿Qué haces aquí?- pregunto, intentando procesar su presencia.
- Un pajarito me contó que te desmayaste y que no estás comiendo bien.- me responde con tono acusador, pero sus ojos brillan con una mezcla de preocupación y ternura que me desarma.- ¿Qué haces despierta? Deberías estar descansando.
- ¿Viniste desde Boston solo para regañarme?- pregunto con diversión.
Sin decir nada más, Luke da un paso adelante y me toma de la cintura con ambas manos. Sus ojos verdes se encuentran con los míos, y, de repente, toda la oscuridad que sentía dentro se desvanece.
- No, también vine para esto.- dice antes de besarme con fuerza, un beso tan intenso que me deja sin aliento.
Luke está aquí. Conmigo. En un instante, entiendo por qué no respondió mis llamadas.
- ¿Era necesario que me sorprendieras así?- le digo cuando logra separarse.- Creí que eras un loco que buscaba secuestrarme.
- ¿Y quién dice que no voy a hacerlo?- bromea, levantándome del suelo con facilidad.- Quizá debería secuestrarte, así te tendría siempre cerca de mí.
- No necesitas secuestrarme para eso.- le contesto antes de besarlo de nuevo, entregándome a ese momento en el que todo parece encajar.
Me sienta con cuidado en un pequeño mueble, y se coloca entre mis piernas, acaria mi rostro con los dedos de una manera tan delicada.
- ¿Cómo entraste?- pregunto, con una sonrisa.
- Soy un soldado, ¿recuerdas? Tengo mis trucos.- dice con un aire de orgullo.- Y... digamos que cierta personita también me ayudó.
No necesito ser adivina para saber que se refiere a Jay.
De repente, su expresión cambia. Se inclina hacia mí, sujetándome suavemente de las mejillas.
- Ahora dime, ¿estás bien?- pregunta en voz baja, como si temiera mi respuesta.
- ¿Qué pasó? ¿Por qué te desmayaste?
Sus dedos acarician mi cabello mientras me mira con tanto cuidado que me derrite. Mi pecho se aprieta, y suelto un largo suspiro.
- Está bien si no quieres hablar de eso ahora.- dice al ver mi silencio. Su tono es dulce, lleno de una paciencia que no sabía cuánto necesitaba.- Pero quiero que comas y descanses. No voy a permitir que sigas descuidándote, bonita.
- ¿Qué dijiste?- mi voz es apenas un murmullo.
- Dije que quiero que comas y...
- No. Lo otro.- lo miro.- ¿Cómo me llamaste?-
Él sonríe ligeramente cuando se da cuenta que lo ha dicho de una manera tan natural.
- Te llamé por lo que eres.- susurra a centímetros de mi boca.- Bonita.
La palabra se queda flotando en el aire. «Bonita». Dicha por él, suena diferente, como si estuviera cargada de algo más. Una calidez se apodera de mí, despertando sensaciones que había olvidado.
Sin pensarlo, lo tomo por el cuello de su playera y lo atraigo hacia mí, buscando desesperadamente su boca. Sus besos son todo lo que necesito, mi refugio en medio del caos.
Me baja del mueble con cuidado, y al sentir sus manos en mi cintura, me aferro más a él, como si temiera que desapareciera.
- Primero lo primero.- murmura separándose un poco. Saca unas bolsas que había dejado junto a la puerta.- Traje comida. Come esto y, después, podrás comerme a mí.
- Idiota.- respondo, poniendo los ojos en blanco, pero no puedo evitar sonreír.
Nos sentamos juntos, compartiendo la comida. Con cada bocado, siento que algo dentro de mí se calma. Y mientras comemos, le cuento lo que sucedió. Él escucha en silencio, asintiendo de vez en cuando, su mano nunca dejando de acariciar la mía.
- Todo estará bien.- dice finalmente, su voz es segura, capaz de sostener todo mi mundo con sus palabras.- Si algo te atormenta, recuerda que yo estoy a tu lado para evitar que te desmorones.
Cuando terminamos, volvemos a los besos, a las caricias que me hacen olvidar mis miedos, al amor que solo él puede darme. Todo con Luke es así: completo, perfecto, como si el resto del mundo no existiera.
De repente, saca su teléfono y apunta la cámara hacia nosotros.
- ¿Qué haces?- pregunto, levantando una ceja.
- Registrando momentos felices.- contesta, sonriendo mientras me besa la mejilla.
Toma varias fotos, y no puedo evitar reír al ver lo tonto y encantador que se ve. Pasamos un rato largo abrazados, sus manos jugando con mi cabello, mientras mi cabeza descansa sobre su pecho.
Los ojos comienzan a cerrarse, el calor de su cuerpo me envuelve, y el sueño finalmente me gana, segura de que con Luke aquí, todo estará bien.
[....]
Luke.
Miro a la mujer pelinegra que duerme sobre mi torso, acaricio su suave melena, la cual tanto me gusta, y admiro las pecas que adornan su bello rostro. Luce como un maldito ángel y soy tan agradecido de poder tenerla así. Dormida y tranquila contra mi pecho. Adoro cómo lucen las pequeñas manchas en su rostro, resaltan todas sus facciones.
Soy probablemente el hombre más afortunado del planeta tierra.
Jay me informó lo que había sucedido y no lo pensé dos veces antes de venir hasta aquí a ver cómo estaba.
Adira suele reprimir sus emociones cuando está mal, suele dejar de dormir y comer, así que me encargué de que se alimente y descanse.
Me alegra saber que finalmente se quedó dormida bajo mis brazos.
Le beso la mejilla antes de cerrar los ojos yo también, mientras la pelinegra se mueve y se acomoda mejor, me abraza con más fuerza y yo hago lo mismo con ella.
Me despierto cuando noto los besos que me está dando Adira. Por un momento creí que solo estaba soñando. El sabor de sus labios es un jodido elixir del cual nunca me voy a cansar.
Me besa las mejillas, la frente, los labios hasta que finalmente logro abrir mis ojos.
- Despierta.- me dice.- Jay me escribió, está de guardia. Aprovecha y finge que recién has llegado.
Examino su rostro, luce tan malditamente bien que me enoja saber que estuve tantos años lejos de ella.
- Vamos, o sabrán que dormiste aquí.- la tomo de la muñeca trayéndola hacia mí cuando intenta levantarse de la cama.
- Que lo sepan.- digo contra su cuello.
- Luke.- me advierte.- Arriba, vamos.- me da un pequeño beso el cual alargo.
Finalmente, se levanta y yo hago lo mismo. Quedamos en esto, en que nadie sepa nada, no aún.
Si fuera por mí, lo estaría gritando a los cuatro vientos, pero Adira prefiere mantenerlo en secreto un tiempo más, y yo prefiero hacer lo que ella desee.
Me visto, me lavo la cara y los dientes, Adira me da un último beso antes de que me dirija hacia la puerta.
Ya casi amanece, así que es buen horario para volver a Boston sin que nadie sepa que estuve aquí, nadie excepto Jay.
- Gracias por venir.- dice, con su voz apenas en un susurro.
- No tienes que agradecerme. Iré a donde estés, sin importar lo lejos que sea.- respondo, uniendo mi frente a la suya.
Permanezco ahí un instante, dejando que las palabras sean más que una promesa, antes de inclinarme para depositar un beso suave justo en ese lugar. Un recordatorio silencioso de que nunca la abandonaré.
Salgo de su habitación y alcanzo a cruzarme con Jay, a quien le doy las gracias silenciosamente y me marcho sin que nadie lo note.
Vine solo a verla, porque me preocupé. Ahora que sé que está bien, vuelvo a casa.
En unas horas me comunicaré con mis soldados y les informaré cómo seguirá el plan.
El plan debe continuar, así que la mitad del equipo volverá a Boston y la otra mitad se quedará en Colombia.
Jones no se comunicará con Adira hasta en unos días, así que tenemos tiempo para preparar todo hasta ese entonces.
Black, Nathaniel, Jay y Cloe regresarán con Adira.
Mientras que Martínez, Gales, Jennifer Russo y los demás sargentos se quedarán junto a Torres y Zhang en Colombia.
Gales, Martínez y Russo se infiltrarán en el prostíbulo con la ayuda de Zhang. Russo tendrá que cambiar más su apariencia, ya que ha estado anteriormente en el restaurante, dudo que Jones la haya notado, pero para evitar cualquier problema, nos encargamos de cambiar más su apariencia.
En cuanto a la identidad de Adira, Zhang y Black ya se encargaron poniendo en Internet información falsa, Black hackeó distintas páginas para que figure actividad que ha hecho la supuesta Eva durante tantos años, corremos con la ventaja de que en realidad la verdadera Eva ha sido un fantasma durante todos estos años.
Mientras abordo el helicóptero que me llevará a la sede central, veo un mensaje que me ha enviado la pelinegra.
Es una foto. Soy yo durmiendo.
La tomé mientras
dormías.
Deberías ponerla de fondo
de pantalla.
Lo pensaré.
Pero tú también deberías tener
una foto mía durmiendo.
¿Quién dice que no
la tengo?
El siguiente mensaje que le mando es una foto de ella durmiendo sobre mi hombro, la tomé anoche.
Me causa risa saber que ambos tuvimos la misma idea de tomarnos una foto durmiendo.
Tal para cual.
Me limito a mirar las fotos que tomé anoche y luego enviárselas, y es inevitable no sonreír al ver el color de los ojos que tanto me gustan.
Azul, definitivamente se convirtió en mi color favorito.
Hay muchas fotos y en ninguna se logra retratar lo feliz que me encontraba anoche al tenerla conmigo, nunca nada me ha hecho ser tan feliz como eso.
───── »◦✿◦« ─────
Que felicidad es escribir a estos dos juntos. Por cierto ¿Qué nombre le pondrían a este ship?
Me encanta escribir como Luke es el lugar seguro de Adira en todos los aspectos, tienen una relación realmente compleja y muy bonita.
Por cierto ¡¡Hoy se cumplen dos meses desde que la historia se empezó a subir!!
En fin, muchos besos a todos.
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