Capítulo 9: [M]ismo sentimiento
Tras un día particularmente agitado, en la cafetería de Kotoha había bastante movimiento. De hecho, fue necesario que Kaina tuviera que ayudar, lo cual sorprendería a Ochako y a Izuku, quienes en algún momento serían rodeados por los comensales. Y les harían preguntas sobre lo que pasó, solo para hacer más completo el chismecito.
— Pues, la verdad fue que Takada-kun había visto que estaba cerca cuando Uravity y Tsutsumi-san estaban corriendo. Él me comentó que habían tenido de rehén a Nishimura-san y fue entonces cuando solo entré a la posada donde nos hospedamos y saqué mi maletín con mi traje de héroe y los seguí hasta llegar a un punto ciego para entrar en acción. -relataba Izuku un poco nervioso por ser el centro de atención-.
— ¿Y cómo es que mantuvo escondido que usted es un héroe? Algunos de nosotros no recordábamos que usted fue el héroe Deku que nos salvó de Shigaraki Tomura. -relató un hombre algo mayor mientras tomaba un té junto a su esposa-.
— Yo ya no tengo un don para seguir siendo un héroe. Soy un civil que se gana la vida haciendo algo que también me hace feliz. Algo que le dije antes a mi amiga Uravity es que ayudar a otros de formas más seguras también es una forma de ser un héroe. Siempre dije que los que sonríen son más fuertes, y quiero que los más pequeños sean capaces de hacer lo mismo y puedan ayudar a otros como ellos puedan. -Midoriya se puso de pie y hizo una pequeña reverencia-. Muchas gracias por permitirme estar aquí, estoy para ayudar de cualquier manera.
La gente empezaría a aplaudirle muy fuerte, Uraraka veía que Deku sonreía pero no era la misma que tenía cuando apareció en aquella pelea. Nagant también veía a Ochako quien no se veía cómoda. Y a eso agregar que Tachibana estaba también viendo que su empleada estaba un poco en las nubes. Luego empezaría a formar la cadena de miradas y se daría cuenta que algo pasaba.
El tiempo pasaría hasta que llegara la hora de cerrar. Entonces, Kaina se había quedado a limpiar el local, mientras que Izuku había ido al baño para ponerse su ropa de civil al igual que la mochi. Entonces, cuando eran casi las 11:00 pm Kotoha tomó la palabra.
— Oe, alguien de ustedes dijo que se hospedaban en la posada que está por acá cerca. Ese lugar cobra diario, así que si no les molesta les ofrezco vivir aquí... -Tachibana hizo sorprender a los tres presentes-.
— Pues... yo sí aceptaría pero no hay aguas termales y... -Kaina parecía haberse acomodado demasiado y luego voltearía a ver a Midoriya-.
— ¿No será mucha molestia? Es que tampoco tenemos demasiado dinero, la secretaría de educación me manda un poco de dinero al mes por los viáticos y tengo que tomar en cuenta los gastos de Uraraka-san y como Tsutsumi-san también...
Algo que siempre fue un hábito no moriría tan fácilmente, entonces Ochako solo veía con los ojos semicerrados y una pequeña sonrisa que su amigo de ojos verdes era el mismo que conoció. Tanto la chica del rifle como la dueña de la cafetería veían algo extrañadas ese hábito tan peculiar.
— Midoriya-sensei. -Kotoha lo llamó-. Daijobou, es una manera de agradecerle a Tsutsumi-san por salvarme hoy y también por lo que hicieron los tres en conjunto. En esta pequeña ciudad no tenemos agencias de héroes y los pandilleros juveniles son el triste pan de cada día aquí. Su presencia aquí es más que bienvenida, así que por favor acepten quedarse aquí mientras decidan estar en este lugar.
— Wakatta, arigatou gosaimashita. -Izuku hizo una reverencia y las demás chicas también-.
— Si quieren pueden pasar por su equipaje en su posada, los esperaré aquí. Mi hermano y yo vivimos en el piso de arriba. -dijo mientras sonreía y terminaba de limpiar el local-.
Tras unos minutos, los tres protagonistas de esta historia llegarían con sus cosas y seguirían a Kotoha. Ella pediría permiso a las chicas si podían hacer una pijamada las tres. Aunque sonara algo infantil, realmente quería pasar el tiempo y platicar con otras chicas.
— ¿Sabes? Para ser alguien que dirige una cafetería, tienes un aura madura pero eres bastante infantil. ¿Tienes 16 años o qué? -preguntaba Kaina al ver que el cuarto de Kotoha estaba lleno de posters de bandas de j-rock y de algunos héroes como Dynamight, Red Riot y heroínas como Earphone Jack o Battle Fist-.
— En realidad tengo 14 años. -esto sorprendió a ambas señoritas-.
— Sugoi, pareces una chica bastante responsable por lo que vi hoy en la cafetería. ¿Estás en la secundaria entonces? -preguntó la mochi-.
— No he pensado en la escuela, prefiero que Hajime estudie. Yo solo quiero ser su apoyo ya que él lo ha pasado mal. -ella decía eso mientras veía en un estante una foto vieja de ambos, las dos invitadas hicieron lo mismo-. Háblenme de ustedes. Conozco algo de Tsutsumi-san, pero quiero saber de la señorita Uravity. ¿Alguna de ustedes quiere a Midoriya-sensei?
— ¿EH? ¿QUERERLO? -preguntaron ambas con una sonrisa maquillada con un abundante sonrojo-.
— No pude notar nada más que Uravity viendo al sensei, luego Tsutsumi-san viéndote a ti Uravity y al final yo veía a Tsutsumi-san. Esa mirada en cadena se veía sospechosa y pensé que ustedes dos tienen algún sentimiento hacia Midoriya-sensei o Tsutsumi-san quiere con Uravity... -Tachibana se detuvo cuando notó que ambas señoritas estaba sonrojadas y con la mirada distante-.
— Y y-yo solo quería a-asegurarme cómo reaccionaba ella a-al ver a M-Midoriya siendo el c-centro de atención... -Kaina por su parte seguía pensando en el pasado donde lo conoció y también esa conversación que hubo con Uraraka en las termas de la posada-.
— Pues... yo sí me enamoré de Deku-kun... Pero no podría estar con él ahora que está tan metido en ser un profesor, no quiero distraerlo. -confesó Ochako, quien estaba sonrojada y con una pequeña sonrisa en su rostro que fue borrándose a medida que hablaba-.
— ¿Por qué eso sería una distracción? -preguntó Kotoha sin pensar-.
— Uraraka-san, tú me dijiste que llegaste a sentir algo más fuerte por él. Tú mereces ser feliz también. Quiero confesarte algo... -esas palabras se ganaron la atención de ambas chicas-. En la guerra, yo ayudé a Midoriya a la distancia con su pelea contra Shigaraki. No sé si estabas ahí, pero desde el hospital donde yo estaba y al ver que la fortaleza de la UA iba cayendo, estando herida y débil, disparé para darle algo de tiempo a Deku para que siguiera peleando. ¿Sabes por qué aún estando en esas condiciones lo hice? Porque cuando él me rescató de aquella oscuridad, Midoriya me dijo que contaba conmigo y eso me hizo ver una luz que creí que había perdido. Me hizo volver a esos recuerdos donde ser una heroína era una de mis razones para vivir. Y quise hacerle llegar a él esas razones para vivir.
Mientras Uraraka y Tachibana escuchaban a Kaina hablar, verían a su rostro el cual sonreía pero al mismo tiempo lloraba. Eso asustó a Ochako y sorprendió a Kotoha porque al notar esa expresión tan melancólica, parecía como estuviera...
— KAINA-SAN... -Ochako sin pensarlo fue a abrazarla fuerte, la chica estaba sin cambiar el gesto de su cara, pero enterraría su cabeza en el hombro de la castaña-. Yo vi a Deku-kun sufrir en primera persona, cuando había abandonado la academia yo no resistía verlo tan desvalido y mis piernas empezaron a correr antes de notarlo. Él es alguien algo introvertido, bastante egoísta porque se enfoca en otros antes que en sí mismo, muy arriesgado a hacer lo que sea cuando está enfocado pero... es mi héroe...
Tachibana quería llorar al escuchar esas palabras, sentía que ambas necesitaban ese espacio para poder hablar de ese pecoso que las hizo tener sensaciones que nunca experimentaron antes.
— Me enamoré de Midoriya Izuku, Kaina-san. Pero quiero saber algo también... -Uravity se separaría ligeramente del abrazo para limpiarle las lágrimas a la pelimorada-. ¿Tú también amas de Deku-kun?
— ¿Qué harías con la respuesta si te lo dijera...? -preguntó cabizbaja la pelimorada, el ambiente se hizo silencio y tenso-.
Mientras tanto con Izuku y Hajime
El pecoso había entrado al cuarto del hermano de Kotoha, era un chico con gustos bastante simples, un cuarto con tapicería básica, pocos muebles, una librera, un escritorio y una pequeña computadora. Le recordaba a alguien.
— Ojama shimasu... -entraba Midoriya con cuidado al cuarto del joven-.
— Irashai, Midoriya-sensei... ¿o sería Deku-sensei? -preguntaría alegre Hajime-.
— Como tú gustes... ¿y vas a la secundaria? Es que como yo estoy enseñando en la primaria de aquí, creo que por eso no te vi antes de hoy. -explicaba el pecoso mientras sacaba algunos papeles-.
— No voy a la escuela... me cuesta mucho relacionarme con la gente de mi edad... Hace poco mi hermana y yo empezamos a vivir juntos aquí y... siento que soy una molestia para ella. -comentó el peliblanco algo triste-.
— Dudo que sea eso, ella no parece ser la clase de persona que se enoje con facilidad y tampoco tú me pareces alguien que pueda darle problemas. Incluso, cuando me preguntaste si estaríamos aquí siempre me diste la sensación de ser alguien alegre. -explicó el de ojos verdes mientras comenzaba a calificar informes-.
— No soy así... de hecho muchas veces he pensado en que quiero morirme... -las palabras de Hajime hicieron detenerse a Izuku en lo que estaba haciendo-. Nací sin un don, mis padres murieron en un accidente cuando veníamos del doctor, pensé que era un castigo por no ser alguien especial al nacer...
//Flashback//
El pequeño Izuku, a la edad de 4 años, ya era consciente que el mundo de los héroes era una realidad. Así que crecería ilusionado por tener un don que le permitiera ser un héroe. Pero cuando llegó la evaluación médica que pasa cada niño, el doctor le dijo que no podría tener un don por una articulación en el meñique del pie.
La noche de ese día, el jovencito estaba viendo su video favorito donde All Might debutaba al rescatar a más de 100 personas en 10 minutos. Él solo veía sin decir nada mientras su madre, Inko, estaba triste consigo misma por no poder hacer nada al respecto.
— Oka-san... a él no le importa ir al peligro y siempre salva a todos con una sonrisa... All Might es un héroe increíble... -el pequeño voltearía la silla y vería a su madre con lágrimas a punto de caer-. ¿Crees que yo podría... ser como él?
A medida que ella comenzaba a acercarse, las lágrimas también amenazan por llegar. Así que corrió para abrazar al pequeño Izuku.
— Gomen-ne... Izuku, gomen-ne...
Los años pasarían, el joven Midoriya estaría viviendo durante más de 10 años el acoso y bullying de quien antes era su mejor amigo, Bakugou Katsuki o también apodado Kacchan. Él desarrolló un don de generar explosiones y eso le dio rienda suelta para sentirse superior gracias a la admiración que generó entre sus compañeros. Al llegar a los 14 años, el acoso pasó a ser otra cosa.
— Los grandes héroes de ahí afuera brillaron desde sus años mozos. Y por eso pienso ser el único de esta secundaria en entrar a la academia UA. Así que, Deku, ni se te ocurra ir a la UA, ¿entendiste, temme? -Bakugou Katsuki estaba feliz de intimidar al pecoso en sus tiernos 14 años tras haber visto cómo le explotaban sus apuntes de héroe para el futuro y se lo tiraban por la ventana-. Si aún quieres ser un héroe, tengo una idea para ahorrarte tiempo. Pídele al de arriba nacer con un don en tu próxima vida y salta desde esta ventana.
— ... -la mirada que Izuku le hizo a Katsuki trataba de ser enojada pero unas explosiones en las manos del rubio le hicieron perder la ira y la reemplazó por miedo-.
//Fin del flashback//
— Sabes, yo también aprendí desde niño que no todos nacemos igual. Incluso por no tener un don, hubo gente que prefería que yo muriera por eso. -eso sorprendería a Hajime-. Por un momento pensé en hacerle caso, pero creo que mis ganas de ser un héroe eran más grandes. Tú naciste porque tus padres te amaban y porque querían hacer algo por ti. Si sigues con vida, fue porque ellos querían darte ese regalo de vida.
Midoriya empezaría a derramar pequeñas lágrimas al pensar en cómo sufrió su madre cuando fue el día del diagnóstico. Hajime también había pensado en ello cuando tuvo su último intento de suicidio y sentía que el sensei lo entendía.
— Me preguntaste si me quedaría aquí para siempre. Y tristemente en algún momento tendré que irme de aquí. No sé si será más temprano o más tarde, pero mientras sea un profesor, quiero enseñarle a todos los jóvenes que ser un héroe es algo más que solo saber pelear y tener un don. Es cuestión de principios, es verdad que las habilidades son necesarias a veces pero basta con saber extenderle la mano a alguien. -Izuku se limpió las lágrimas-.
— Deku-sensei... -el chico se acercó-. Usted parece un hermano mayor...
— Me halagas, Hajime-kun. Pero creo que tú podrías ser un verdadero hermano mayor... Creo que estaré aquí un tiempo, por ahora estoy dando clases en la primaria y tal vez intente enseñar en la secundaria en el siguiente semestre. Aunque yo les daría una clase de orientación para la vida. Les enseñaré que ser una buena persona también es una forma de ser un héroe. ¿Quieres que sea tu maestro también cuando entres a la secundaria? -el sensei pecoso notó en el joven platinado una mirada llena de ilusión-.
— Hai... quiero ser un héroe y salvar a la gente de este pueblo como lo hizo usted y sus amigas. -esa palabra hizo sonrojar un poco al peliverde-.
— Pues... a veces dudo si la palabra amistad aplica para ambas... -Izuku rascaba su mejilla con vergüenza-.
— ¿A qué se refiere? -preguntó el chico curioso, primera vez que escuchaba de un hombre que pudiera hablar de temas románticos-.
— Escucha, esto es algo que puede ser confuso para ti si nunca has experimentado el amor... Aunque tampoco yo soy muy bueno que digamos en ese tema. Pero sí te digo que Uravity y Tsutsumi-san han tenido cierta importancia en mi vida. Aunque Uravity ha sido mi heroína y pues, no puedo evitar pensar en querer pasar el tiempo que me queda con ellas dos... -esa última frase hizo dudar a Hajime-.
— ¿A qué se refiere con eso del tiempo, sensei? -preguntó el chico-.
— Pues, es un secreto que ellas no pueden saber aún y no debería dar detalles pero por circunstancias especiales, me quedan pocos años de vida. Así que quiero ser un héroe a mi manera con lo que tengo. Si quisiera estar con alguien y compartir mi vida con esa persona, me da miedo dejarla y que se ponga triste... Aunque también tengo miedo de quedarme solo otra vez. -esas palabras harían pensar a Hajime y le daría una palmadita en la espalda-.
— ¿Otra vez? -el platinado preguntó curioso por esa última frase-.
— Mira, ¿quieres que te cuente una anécdota de cuando fui un héroe? -preguntó Izuku mientras Hajime se sentaba frente a él-.
— Bueno, pues cuando estalló la guerra hace cuatro años yo tenía que cargar con la responsabilidad de acabar con el mal de All For One. Varios antiguos héroes del top me escoltaban pero me sentía tan obligado a cumplir esa misión que no fui capaz de ver que no estaba solo. Hubo muchas personas que trataron de ayudarme. Mis compañeros de la academia pelearon contra mí en un despliegue de ataque de contención casi perfecto. Y cuando me atraparon, me llevaron de regreso a la UA pero los civiles tenían miedo de que mi presencia atrajera a All For One y la Liga de Villanos. Al final hubo alguien que me ayudó para poder volver y descansar...
— ¿Era Uravity...? -Hajime ya se hacía una idea-.
— Hai... ella voló hasta ponerse frente a todos los civiles en las alturas del edificio de la UA y sus palabras conmovieron mi corazón y también el de todo el mundo. -Midoriya recordaba con cariño ese momento con Ochako-. Desde antes ella ya había sido importante en mi vida. Fuimos compañeros desde el principio en la academia, fue mi primera amiga, la primera chica con la que hablé por teléfono, me salvó en más de una ocasión y me entendía mucho con ella... creo que yo...
El sonrojo del sensei era considerable, pero ¿realmente estaba bien sentir esas emociones por ella? Esa pregunta se le cuestionaba con preocupación.
— ¿Y qué hay de la otra señorita que peleó con usted y Uravity hoy? -Hajime puso a pensar al pecoso-.
— Pues, ella es otra mujer que está en un nivel distinto. Además dudo que me viera con esos ojos, pero no negaré que tenerla como compañía ha sido agradable. A pesar de todo, me siento conforme con tenerlas a mi lado así como estamos ahora... mientras estemos juntos, no me sentiré solo otra vez... -la mirada de Izuku brillaba ligeramente, en su corazón se dibujaban dos siluetas femeninas pero no quería entregarse a esa emoción por miedo a su destino-.
Tras un rato de seguir platicando anécdotas de héroe, Izuku decidiría abandonar el cuarto del chico e iría a su dormitorio. Sin embargo, cuando abrió la puerta vería a Kaina y a Ochako sonrojadas.
Ambas se acercarían lentamente, pero Tsutsumi sería la primera en acercarse y abrazaría al pecoso con algo de recelo. Ella estaba seria, posesiva e Izuku sonreía porque sentía pequeñas cosquillas por el abrazo.
(Cr: okami001 en Twitter)
— Deku-kun... ¿por qué...? -el sonrojo de Ochako era fuerte, unas pequeñas lágrimas se asomaban-.
(Cr: MU_1_2 en Twitter)
— Ven Ochako-san... vamos a compartirlo... -la voz de Tsutsumi era bastante grave, casi seductora-.
La pelimorada soltó al pecoso lentamente, su estado de lucidez no era el mejor y entonces el abrazo que la mochi le daría a Izuku era más íntimo. Casi a punto de darse un beso, pero fue la misma Tsutsumi la que lo evitó.
La chica táctica se había caído al suelo, estaba totalmente dormida y roncando. Izuku no pudo continuar con lo que iba a pasar porque tuvo que ayudar a cargar a Nagant. Cuando Uraraka medio aterrizó con lo que pasaba, solo decidió ayudar al pecoso a llevar a la gigantona al dormitorio más cercano que estaba libre. En ese corto periodo de tiempo pasaron varias cosas que el pecoso empezaba a cuestionarse qué pasaría más adelante entre los dos.
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