Todo bien 2/2

Lauren.



—Dania Isabella Jones, ¿aceptas a Daniel Crild como tu futuro esposo prometiendo amarlo, cuidarlo, respetarlo y protegerlo en las adversidades y dificultades, en los errores y las virtudes, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe? —Dania lloró y asintió repetidas veces viendo a Daniel fijamente a los ojos, ambos se encontraban llorando tanto o más que todos los invitados cercanos.

—Acepto —sonrió y el hombre imponente de las preguntas le habló de la misma forma a Daniel, quien no se quedaba atrás de tanto que lloraba y reía al mismo tiempo.

—...Acepto —murmuró Daniel y no pasaron ni dos segundos cuando él y Dania comenzaron a besarse sin esperar el "yo los declaro marido y mujer". Era obvio que ellos estabas unidos desde mucho antes.

—Yo los declaro marido y mujer, puede besar a la novia —todos reímos cuando el hombre habló sin mucha emoción. Parecía estar acostumbrado a eso.

—Te amo mucho, amor —Dania besó a Daniel repetidas veces y él la abrazó con fuerza dejando varios besos en su cara.

—Te amo más, Joli —la alzó en brazos y ella rió acomodando su vestido para que no se lo pisaran —... O debería decir, ¿señora Crild?

—Dania Jones... De Crild —comencé a aplaudir con mucha emoción, con ganas de llorar y de correr a abrazarlos. Los quería mucho en este poco tiempo que llevaba conociéndolos, ellos lo merecían completamente.

—Con cuidado, bebé en camino... —Conall Jones, (el padre de Dania) cargó a su nieto hasta los padres de este, quienes se detuvieron para acomodarse y cargarlo entre lágrimas y sonrisas.

—Hola precioso —Dania dejó varios besos en la carita de su bebé y este rió tendiendo sus manos a sus padres —. ¿Quién es el bebé más hermoso de mami?

— ¡Má! —Dael rió dejando que su madre le hiciera cosquillas y yo chillé a punto de desmayarme por un ataque de ternura masivo.

—Ren, cálmate —David me dio un vaso de agua entre risas y yo reí sentándome, estaba demasiado emocionada y no sabía por qué. Las hormonas me estaban volviendo loca.

— ¿No son hermosos? Dime algo más perfecto —los señalé a ellos y a Venus, Sthepen y los gemelos. David solo sonrió sin decir nada.

—Te dará un ataque —él me dio un poco más de agua y yo sonreí tomando con dificultad. Pero la paz no duró mucho cuando Rebecca se sentó a nuestro lado en medio de un llanto y una mueca de molestia.

— ¿Pasa algo, Rebecca...?

— ¡Sí! ¡Contraté a los músicos para hace una hora y no ha llegado el vocalista! Dios, me va a dar algo, en serio, esta boda es la cosa más agobiante que he organizado en mi vida —le eché aire con la mano para que se calmara y ella gruñó irritada.

— ¿Dónde está Axel? —preguntó David buscando con la mirada al novio de Rebecca. Por ahí andaban Oliver, Sofía y Harry, pero nada de Axel.

— ¡No lo sé! ¿Saben qué es lo que más me molesta? ¡Pagué por adelantado, joder! Pagué todo para que saliera perfecto y mira lo que pasó...—le di un sorbo de agua sin previo aviso haciendo que escupiera y me mirara como si estuviera loca.

—Cálmate, Jones. Todo saldrá bien. ¿Ves a la novia y al novio? Están felices, tú cálmate, ¿sí? Relájate un poco, no te agobies de más; todo saldrá bien —le sonreí y ella me miró unos segundos más antes de abrir la boca con impresión.

— ¡Tú! —abrí mucho los ojos y la miré sin entender.

— ¿Ah?

— ¡Tú! ¡Tú cantas! ¡Por favor, Lauren, tienes que cantar! —negué espantada y Rebecca rodó los ojos jalándome con fuerza — ¡Por favor, Lauren, no me dejes mal!

—Rebecca, ¡no! La última vez que canté en un escenario vomité delante de todos —recordé la bochornosa escena y Rebecca rodó los ojos ignorando aquello.

—Pero no sobre estos, ¡por favor! Te necesito, no me dejes sola, ¡por favor! ¿Sí? —me miró con súplica pero, cuando me iba a negar, ella corrió hasta el escenario llamando la atención de todos al tocar el micrófono —. Ehm... Su atención, probando, probando, un dos... —todos miraron a la ojiverde y esta rió nerviosa al tener la atención de todos —. Buenas, soy Rebecca Jones, para los que no me conocen, la prima de la novia, ¡hola, Nany! —Dania rió y Rebecca prosiguió en lo suyo —. Les quería anunciar la presentación de un grupo musical bastante bueno, acompañados de la vocalista Lauren Thomson, como regalo de boda para los novios —abrí mucho los ojos y me giré dándole la espalda cuando todos comenzaron a preguntar quién era yo —. Lauren, no seas tímida, ¡ven! —la voy a matar, la voy a matar.

—No lo haré, no puedo —intenté huir pero David me detuvo haciendo que chocara con todo su cuerpo —. Déjame ir, déjame huir.

—Ren, tú lo puedes hacer, vamos. Has cantado frente a muchas personas toda tu vida, bueno, al menos la que yo conozco. Puedes cantar frente a quien quieras y donde sea, ¿recuerdas la sorpresa en el estudio de grabación?

—Sí, no, sí... Digo, es muy diferente, David, ¡solo eran cuatro personas! —David sonrió y tomó mis mejillas provocando que me sonrojara toda. Todos nos estaban viendo.

—Y sé que lo puedes hacer mejor frente a muchas más, deja tus inseguridades de lado, preciosa, solo mírate, ¿quién no quisiera escucharte? Tienes demasiado talento —mordí mi mejilla y bajé la mirada al suelo.

—Solo lo dices porque me quieres coger —David rió y asintió lentamente acostumbrado a mis cosas.

—Sí, te quiero coger, pero también sé que tienes mucho talento —mis ojos se llenaron de lágrimas y pero me negué a llorar.

Me emocionaba mucho saber que una persona creía tanto en mí. En esta cosa... En Lauren Thomson.

—Tengo miedo —reí a punto de llorar y David dejó un beso en mi frente provocando que todo mi corazón se derritiera. Qué empalagosa me he vuelto —. Voy a cantar mal, voy a desafinar...

—No lo harás, escúchame. Eres la mejor bailarina y cantante del Burlesque New, eres la mejor para mí, y si no puedes ver eso, te haré demostrártelo —él me miró dispuesto a llevarme cargada hasta allá y yo reí nerviosa comenzando a caminar con rapidez. No quería pasar por ese momento.

Lo vas a hacer mal.

No sirves para eso.

Solo sirves para esto.


Flashback.

Me removí incómoda cuando sus manos comenzaron a desabrochar mi camisa con brusquedad. Yo no quería pero tampoco quería que se molestara conmigo.

—Nick, más despacio, por favor... —intenté detenerlo pero él no cedió, simplemente gruñó rompiendo mi camisa —. Oye...

—Cállate, Lauren, nadie te manda a provocarme —él cubrió mi boca y me lazó al sofá de mi camerino montándose sobre mí, no quería esto.

—Nick, no quiero... —intenté detenerlo pero él me sacó el short con rapidez y agresividad —. Nick, dije que ya... —sus dedos se detuvieron en mi mejilla y jadeé de dolor cuando apretaron con fuerza mi boca haciéndome daño, él no estaba siendo para nada delicado.

— ¿Yo te mandé a bailar así para todos allá? —habló con voz ronca por el alcohol y yo lo miré con terror encogiéndome en el sofá.

—Pero tú me dijiste que me querías ver usando eso... —gemí de dolor cuando sus dedos apretaron con más fuerza.

—Igual no sé para qué te quejas, tú solo sirves para esto —me besó con brusquedad desabrochándose los pantalones —. Solo sirves para esto... —él tomó mi mano y la llevó a su erección, obligándome a tocarlo —. Es lo único que sabes hacer bien, preciosa —mis ojos se llenaron de lágrimas y dejé que me quitara la ropa interior sin quejarme de sus toques nada sensibles. No podía decir nada, él tenía toda la razón —. Ahora cierra la boca y déjame demostrarte qué es lo que puedes provocar... Que es lo único que sabes hacer bien.

Fin del flashback.


Vete a la mierda, Nick.

Me subí al escenario y sonreí nerviosa al ver a tantas personas aplaudiendo. No esperaba ese recibimiento.

—Hola, soy Lauren —murmuré tímidamente y enfoqué mi mirada en el suelo sin atreverme a más —. Dania, Daniel, este es mi regalo de bodas porque soy pobre y no les puedo dar algo más —todos rieron incluyendo a la pareja protagonista. Lo había dicho en broma pero era cierto, en fin —. Espero les guste tanto como a mí, solo déjenme preparar un poco la canción —ellos asintieron y yo miré a los músicos dispuesta a pedirles su total colaboración en una canción que tenía en mente pero no sabía si ellos conocían.

Mirrors de Justin Timberlake.

—Gracias, muchas gracias, chicos, siento la molestia —los músicos negaron para nada descontentos y yo sonreí girándome de nuevo —. Bien, esta canción va dedicada a los novios. Quienes fueron mejores amigos, confidentes, ex, padres y ahora, son marido y mujer —Daniel y Dania sonrieron y se besaron viéndome con atención —Espero les guste, con ustedes, Mirrors.

¿No eres tú algo para admirar?
porque tu brillo es algo así como un espejo
y no puedo dejar de notar
que te reflejas en mi corazón.
Si alguna vez te sientes sola y
tu resplandor me hace difícil encontrarte
solo sé que siempre estoy
paralelo en el otro lado

Porque tu mano en mi mano, y un bolsillo lleno de alma
puedo decirte que no hay lugar donde no podamos ir
solo pon tu mano en el pasado
estoy aquí intentando salir adelante
solo tienes que ser fuerte

Porque no quiero perderte ahora
estoy mirando a mi otra mitad
el vacío que había en mi corazón
es un espacio que ahora te pertenece
enséñame como luchar por ahora
y te diré nena que fue fácil
volver a ti una vez que lo he descubierto
estuviste aquí todo el tiempo

Tomé aire y seguí cantando ahora sin miedo. Ese era el secreto de la pasión, al principio estás aterrado, luego, sigues aterrado, pero emocionado. No se puede vivir sin pasión, porque sin emociones, el alma muere.

Mis ojos comenzaron a buscar entre la multitud y mi corazón se fue acelerando cada vez más. No sabía en qué locura estaba pensando, pero no dudé en conectar mis ojos con David para dedicarle la canción que solo se podía dedicar una vez en la vida.

¿No eres tú algo como original?
porque no parece tan fácil
y no puedo dejar de mirarte porque
veo la verdad en algún lugar de tus ojos
no siempre podré cambiar sin tu ayuda
te reflejas en mí, amo eso de ti
y si pudiera, me gustaría vernos todo el tiempo

Caminé por el escenario y seguí cantando sin importarme las demás personas, a mí solo me importaba una en ese momento. Llegué a un punto en el que puse a aplaudir a todos. Simplemente seguían el ritmo mientras yo cantaba a coro con algunos músicos que parecían bastante inspirados en la canción.

"Eres el amor de mi vida".

Esas palabras resonaban en todo el lugar, todos estaban aplaudiendo, bailando, cantando. Todos estaban emocionados y yo solo podía ver a una persona en particular. No podía despegar mi vista de él.

—Bebé eres mi reflejo, todo lo que veo es a ti —seguí cantando y sonreí al ver a varias personas cantando a juego o llorando, no sabía que se podían emocionar tanto. Daniel y Dania, Venus y Sthepen, Rebecca y Axel, Sofía y Oliver... Todas las parejas se encontraban bailando, parecían estar llorando y cantando al mismo tiempo. Creo que les había gustado.

—Eres el amor de mi vida... —terminé la canción y los aplausos no dejaron de sonar seguidos de silbidos y uno que otro cumplido.

¿Viste, Nick? Sé que sirvo para algo más.

— ¡Estuviste increíble! ¡No sabía que cantaras así! —todos me comenzaron a abrazar y reí cuando me cargaron alzándome, estaban locos.

—Cuidado, chicos, está embarazada —David los apartó a todos y me ayudo a estabilizarme sonriendo con orgullo — ¿Viste? Eres genial —reí y me acerqué a él besándolo... En la mejilla.

—Gracias, Dave, muchas gracias —lo abracé con los ojos llenos de lágrimas y él me correspondió de inmediato dejando que ocultara mi cara en su pecho —. Eres el único que ha creído completamente en mí, te juro que... Que para mí significa mucho que... Que no me hayas dejado sola en esto... —lloré con más fuerza y David me abrazó sonriendo un poco, me estaba tratando como una niña y no sabía por qué pero me gustaba —. Gracias por ayudarme cuando más necesitaba a alguien... Y gracias por no dejarme sola —él secó mis lágrimas y me abrazó con más fuerza haciéndome sonreír un poco por su tacto.

—Tú eres la que me ayudaste a mí, ¿no te ves? Cambiaste mi vida de una manera impresionante —sonreí cuando tomó mi cara entre sus manos —. Te volviste mi tormento.

—Y tú el mío —ambos sonreímos y, cuando nos fuimos a besar, recordamos que no estábamos solos; había un público llamado familia.

—Ehm... ¡¿Quién quiere agua?!

...

— ¿Por qué caminas tan raro? —le pregunté a Venus confundida y ella sonrió nerviosa tomando un poco de vino.

— ¿Qué? ¿Yo? Nada, nada... —alcé una ceja cuando se bajó un poco el vestido y luego cruzó las piernas con un poco de incomodidad.

— ¿Segura? ¿Te duele algo...? —Venus se aclaró la garganta y se apoyó de una de las paredes aún con las piernas cruzadas.

—En serio, Lauren, todo anda bien —respondió entre dientes mirando a una persona y sonreí al ver que estaba entretenida con su esposo, quien se encontraba hablando con Lena Crild.

—Vale, lo siento, cualquiera diría que te dieron un buen polvo —reí cuando su cara roja la delató y me fui de ahí antes de que me diera alguna excusa. Crild, todos son iguales.

Y tan diferentes a la vez...

Suspiré y caminé por el salón buscando a una sola persona. Joder, perdía un segundo de vista a David y se desaparecía.

Ahí estás. Suspiré cuando lo vi de perfil, se encontraba hablando con una chica rubia bastante linda, no era la misma que había estado hablando con Taylor pero se parecía algo, ¿serían hermanas?

—Ehm, Lauren, ¿podemos hablar un segundo? —me sorprendí cuando Amelie se detuvo frente a mí, justo a unos metros antes de llegar a David.

— ¿Qué? ¿Justo ahora? —miré a David y Amelie bajó la mirada centrándola en el suelo.

—Sí, Lauren, justo ahora, ¿podemos? —volvió a pedir y yo me removí un poco nerviosa. Algo me decía que esta conversación no me iba a gustar.

—Vale, vamos —suspiré y la seguí con lentitud. No parecía molesta como lo esperaba, tampoco parecía feliz. Estaba seria, y algo, ¿triste?

—Sé lo que pasó con David —ella fue la primera en hablar cuando llegamos a uno de los baños —. Sé que estuvieron a punto de... De acostarse —dijo lo último con dificultad y agaché la mirada avergonzada —. Y no, no vengo a recriminarte por ello, seguramente él te contó lo que yo le hice —fruncí el ceño y levanté la mirada confundida.

—Sea bueno o malo, se nota que no lo conoces. David nunca me ha dicho algo malo de ti, al contrario —Amelie suspiró y puso una mano en su cabeza para concentrarse.

—Es mi novio, Lauren, es mi prometido —me miró con firmeza y yo tragué con dificultad —. Quiero a David, yo lo quiero. Quiero estar con él, fille... Es mi futuro esposo —mordí mi mejilla esperando a que ella prosiguiera —. He cometido muchos errores pero lo quiero recuperar, yo quiero estar con David, es el hombre que les presenté a mis padres... Anuncié nuestro compromiso en televisión.

— ¿Solo te importa el qué dirán o David? —la miré con molestia y Amelie se pasó las manos por el cabello frustrada.

—Los dos, par Dieu, los dos. Soy famosa, el modelo a seguir de muchas, estoy en la cima de la fama y algo como esto arruinaría mi imagen... Pero también lo hago por él, lo quiero de vuelta, Lauren...

—Pero él ya no quiere seguir con esto, Amelie... —mi boca se secó cuando sus manos tomaron las mías a modo de forma desesperada.

—Eso es porque está confundido, Lauren, necesito que él sepa lo que está dejando atrás —se señaló a sí misma y señaló su anillo —. Solo pasó un mes, putain, ¿no crees que sea una locura?

—Pero es su decisión, Amelie...

—Ayúdame a convencerlo, por favor, ayúdame a enamorarlo de nuevo —me suplicó con la mirada y yo me alejé un poco impresionada, nunca me imaginé verla así, tan desesperada.

—P-pero yo... Amelie... —yo también lo quería. Corrección; lo amaba. Yo también lo amaba y me dolía ver a una mujer sufriendo por el mismo hombre que yo.

—Tendremos un hijo, mírate. Somos novios, vivimos juntos, estamos comprometidos, nos vamos a casar, tenemos todo planeado, Lauren, no permitas que él abandone todo por un desliz... —mi corazón se aceleró y me alejé unos cuantos pasos más, me sentía extremadamente mal —. Je te le demande, déjame convencerlo, él no te quiere tanto como a mí, verás que se le pasará eso, solo ayúdame —mis piernas y manos temblaron y toda la emoción que aún me embargaba, desapareció. En un parpadeo.

— ¿Cómo te ayudo? —pregunté confundida y herida y Amelie suspiró apartando la mirada de mi vientre.

—Aléjate de él, Lauren, todo lo necesario. Quiero que lo apartes de ti... Necesito que lo hagas abrir los ojos, dile que... Que no te gusta. Que estabas confundida... Pero, por favor, no dejes que se una más a ti —el nudo en mi garganta me impidió articular palabra y apreté mis dientes sin saber qué decir.

¿Me tenía que alejar de David?

—Por favor, él no te quiere, solo eres un capricho, un desliz, te desea y ya, a mí me ama, ¿crees que encontrará la felicidad contigo? ¿En serio lo quieres tanto como dices? Entonces permíteme hacerlo feliz y aléjate de él —mi cuerpo comenzó a temblar y me apoyé de una pared para impedir mi caída, creo que se me había bajado la tensión.

—P-pero... Él me dijo que me quería —respiré repetidas veces y Amelie puso una mano en mi hombro intentando ver mi cara.

—A mí me dijo que me amaba, ¿puedes por favor hacerlo por él y por mí? Y por... Eso —tocó mi vientre y rápidamente puse una mano ahí impidiendo su tacto, una cosa era David y otra mi bebé. Digo, su bebé, este bebé... Como sea.

El bebé no tenía nada que ver en esto.

— ¿Y si él no quiere? —pregunté balbuceante y Amelie suspiró pasando sus manos por su cara con delicadeza para no dañar su maquillaje.

—No tendrá opción, Lauren, en cuanto te alejes y lo trates mal, vendrá conmigo —fruncí el ceño y la miré con confusión.

— ¿Tratarlo mal? ¿Por qué le haría algo así? —Amelie rodó los ojos y me miró como si fuera tonta.

—Es obvio, eso hará que se aleje de ti, ¿puedes hacerlo? —la miré a ella y miré el suelo. David me quería, yo lo amaba. Él merecía todo lo bueno de este mundo, merecía estabilidad, ser feliz. Merecía respeto y lealtad, merecía que alguien lo amara incondicionalmente, merecía ser tratado súper lindo, merecía lo que daba; todo... Y si no era yo la que podía darle eso, no me negaría a que otra persona lo hiciera. Quién mejor que su prometida.

—Acepto... —murmuré y Amelie me miró un poco impresionada antes de cubrir su boca con una sonrisa de emoción —. Pero con una condición —ella frunció el ceño y me miró completamente extrañada.

— ¿Cuál? —suspiré y pasé una mano por mi brazo sintiendo mi corazón romperse en mi pedacitos.

—Si veo que no lo estás haciendo feliz... Si veo que no le das la atención y los tratos que él merece, entonces le diré todo... Y volveré a él —la miré con firmeza y Amelie sonrió tendiéndome su mano.

—Trato, mientras mantengas en pie todo lo que te pedí —asentí lentamente y me abracé a mí misma en un intento de consolación —. Gracias, Lauren, sérieusement...

—No quiero que hagas esto, no hace falta —tomé una gran respiración cuando ella salió y esperé unos minutos más para salir yo también.

Sentía como si me hubiera tragado un dinosaurio y luego me hubiera escupido, cagado, metido en un río, sacado, machacado, pisado y luego, me hubiera utilizado como escudo contra el meteorito.

O sea, me sentía destrozada.

— ¡Ren! Hey —escuché la voz de David y comencé a caminar más rápido pidiéndole a Joaquín que lo alejara de mí. No me hagas esto, David, por favor, no me hagas esto... — ¡Lauren! —David llegó a mi lado y me sonrió tendiéndome un vaso de vidrio con coca- cola. Se me había quitado la sed.

—Uhm, hola —murmuré e intenté alejarme pero él me detuvo frunciendo el ceño.

— ¿Hola? ¿No será "gracias"? —sonrió divertido y yo mordí mi mejilla evitando llorar como una idiota.

—Sí, ese, ajá. Gracias, adiós... —intenté alejarme pero él me volvió a detener mirándome esta vez con más atención.

— ¿Qué tienes? ¿Pasa algo? ¿Te sientes mal? Estás pálida, ¿te llevo a un médico o quieres ir ya a la casa...? —dejé caer el vaso de vidrio y todo quedó en absoluto silencio cuando este se hizo añicos en el suelo. Llamando la atención de todo el mundo.

—Y-yo... Lo siento mucho... —intenté marcharme pero David me detuvo tomando mi mano, ¡¿qué rayos quería?! ¡¿No veía que estaba intentando no lastimarlo?!

—No pasa nada, Ren, dime qué tienes, ¿llamo a Ma...?

— ¡¿Puedes cerrar tu maldita boca al menos una vez?! ¡Estoy perfectamente! ¡¿Qué no ves?! ¡Deja de dártelas de niño bueno siempre, molestas! Me fastidias, ¿no lo notas? ¡Solo te quiero lejos de mí, David Crild! Me fastidias, me abrumas, ¡déjame en paz! —comencé a correr lejos de ahí ignorando la mirada de algunos invitados que estaban por ahí.

Ignorando la mirada de Lena Crild, de Venus, de Dania y Daniel, de Maya... De todos. Porque ahora ni siquiera podía hablar sobre lo que de verdad me pasaba. Porque ahora todos mis pasos estarían rodeados de explosivos dispuestos a matar al único hombre que de verdad me importaba.

Puse las manos en mi cara y comencé a llorar sin dejar de correr. Solo llorando y huyendo. Porque así había sido siempre y así sería siempre. Porque era una maldita cobarde que no lograría más nada en su vida. Solo huir.

— ¡Lauren! —Escuché un grito masculino detrás de mí pero no paré, no podía, no quería.

Dejé de correr y puse una mano en mi pecho sentándome en el césped del jardín. Apoyando mi cara de mis brazos, acostándome en el suelo sin atreverme a mirar más; era una estúpida.

—Lauren, hey... —una mano acarició mi cabello y me negué a levantar la cabeza. Sabía que era Bryan y no quería que me viera haciendo el ridículo.

—No me veas así... —pedí entre llanto y él me ayudó a sentarme utilizando algo de fuerza en contra de mi voluntad.

— ¿Por qué? Si te ves bonita cuando lloras —lloré aún más y le negó como pensado, "esta no era la idea" —. Todo estará bien, ¿sí? Sea lo que sea, tiene solución —intentó consolarme pero yo lloré aún negando.

Su brazo pasó sobre mis hombros y yo apoyé mi cabeza en su pecho para llorar aún más. Había herido a David y lo sabía, su cara me lo dijo todo.

—Le hice daño, soy la peor... —lloré aún más y Bryan me abrazó dejando que llorara más —. Es su felicidad... Quiero que sea feliz...

— ¿De qué hablas? —preguntó Bryan y observé por mi rabillo del ojo una figura masculina muy familiar. Aún con todo eso, con todo lo que le dije, David había venido a buscarme... Y eso no debía pasar.

—Nada, ¿puedes besarme? —sequé mis lágrimas y Bryan frunció el ceño confundido.

— ¿Qué? ¿Por qué? —negué y miré por el rabillo del ojo, se notaba que ya Dave me había localizado por como caminaba; más rápido de lo normal.

—Solo hazlo, ¿sí? Solo hazlo... —lo siento, David.

— Lauren, ¿pasa algo...? —lo callé cuando tomé el cuello de su camisa juntando sus labios con los míos en un beso para nada delicado. Era bastante agresivo y demandante.

Y comencé a recordar todo. Desde que lo conocí hasta hoy. El primer, "suéltame" el primer, "ahora eres parte de mí", el primer, "te quiero", el "me importas", el "no te mereces esto", el "eres el amor de mi vida", el primer beso, el primer "te amo", el primer "te elijo a ti" y todo se resumió a un día... Hasta aquí llegaba eso. Y ese era nuestro destino.

—Wow, Lauren —Bryan murmuró tontamente y yo alcé la mirada encontrándome con nada. David ya se había ido. Volví a mirar a Bryan y, con los ojos llenos de lágrimas, me levanté fingiendo una sonrisa.

— ¿Te gustó?

—Claro, claro... ¿Todo bien? —miré el cielo azul, ya estaba atardeciendo. Miré el césped. Miré mi mano entrelazada con Bryan. Miré hacia el salón de bodas. Sí, todo debía estar bien —. Lau, ¿todo bien? —volvió a preguntar Bryan frunciendo el ceño y yo sonreí forzada asintiendo. Todo era por David...

—Todo bien. 


...



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