Crisis 2/2
Maya en multimedia.
Capítulo dedicado a @dcpcda
"David es tan ciego, se pasa de "lindo" digo se nota que esta ciego, yo me pregunto que le vio a Amelie osea lo decidida lo trabajadora que le da buen **** quizá quien sabe, pero que más ahí mismo se aprecia que es alguien que solo habla de si misma, nunca vi que le preguntase que david que siente, en todo este tiempo solo david pregunta como esta amelie, ahora lauren lo siento pero ps lamentablemente el ya escogió al "amor de su vida", me da pena que Lauren y David no se hayan conocido antes, pero espero que Lauren pueda ser feliz algún día junto a su hermana"
Lauren.
Extendí mis brazos y dejé que la canción dominara mi cuerpo mientras seguía el ritmo y comenzaba a bailar lentamente, perdiéndome en los movimientos que generaba cada melodía.
Todo estaba en blanco mientras mantenía mis ojos cerrados y solo disfrutaba del baile, tenía tanto tiempo sin hacerlo que me costaba no tambalearme por la falta de práctica.
Ayer había hablado con Maya, hoy tendría que ver qué pasaría finalmente, hoy hablaría con la madre Carla.
Según David, tendría un departamento nuevo, pero ese departamento terminaría siendo mi habitación si él no se apresuraba a encontrar un lugar para mí.
Y necesitaba tanto ese lugar...
Y no porque aquí me trataran mal, simplemente me sentía incómoda, no soportaba estar bajo el mismo techo que él y Amelie porque me ponía mal, no sabía por qué pero me ponía mal, no podía soportarlo, no podía soportar ver cada beso, escuchar cada risa, notar cada mirada... Era realmente dañino para mí.
Ya no quería verlos... No podía.
Nunca pensé que una relación me fuera a afectar tanto, pero sí, vino Amelie y dijo, "querida, te falta presenciar esto".
Comencé a dar vueltas y me incliné al ritmo de la música lenta, era una melodía ligera y algo triste pero me sentía realmente bien porque era realmente lo que estaba buscando; sentir nostalgia.
"Confías mucho en él, ¿no? En David..."
Sentir cada nota, cada letra, porque así era realmente como me imaginaba, (yo era el tipo de chicas que se imaginaban dentro de un vídeo cuando escuchaba una canción).
Y, aprovechando que me había quedado sola, era hora de disfrutar un poco el penthouse de mi tormento, ¿qué tenía de malo? Nadie me estaba viendo bailar en boyleg y camiseta, podía disfrutar el espacio.
Todo el tema de Maya me tenía paranoica y cada momento que tenía solo me podía imaginar escenas horribles en las que presenciaba como alejaban a mi hermana de mí... Y era terrible.
No podría soportarlo, había soportado muchas cosas pero sin duda eso no, eso sería el fin para mí.
"Eres fuerte, princesa..."
"Sé que serás una mujer feliz..."
"Sé que cuidarás de Maya, sé que lucharán juntas y saldrán de esto..."
Ojalá tuviera la misma fuerza que tú, mamá...
Ojalá.
Dejé de bailar y enterré mis dedos en mi cabello mientras respiraba agitadamente viendo la pared de vidrio del penthouse.
Habían tantas cosas rondando por mi mente que llorar ahora mismo no estaba en mis planes, llorar no era lo mío, me daba flojera secarme las lágrimas después. A veces sí se me salía una que otra lagrimita, pero digo, ¿a quién no? Y es más, estoy embarazada, estoy segura de que me pondré más llorona de lo normal en muy poco tiempo.
Me senté en el piso agotada y luego me acosté viendo al techo y escuchando la música seguir, mi pecho subía y bajaba por la coreografía improvisada pero era una sensación agradable, tenía mucho tiempo que no bailaba para despejar mi mente.
"Eres preciosa... Pero no es solo por eso. También eres inteligente, creativa y tienes mucho talento, puedes lograr lo que sea si te lo propones, además, me encanta tu manera de ser, puedes ser dos veces extraordinaria, una sobre el escenario y otra en tu día a día. ¿Sabes por qué te elegí? Porque creo que el hombre que llegue a tener hijos contigo, será el maldito suertudo del mundo, pero eso sí, que salgan más parecidos a ti..."
"Siempre quise formar una familia y gracias a ti podré hacerlo..."
¿Qué me estaba pasando?
¿Por qué no podía dejar de pensar en él?
¿Por qué se me hacía tan difícil concentrarme más en el doctor que en David?
Este sentimiento me estaba volviendo loca y tenía que pararlo ya.
Suspiré y llevé una mano a mi vientre mientras acariciaba este con cuidado. A veces se me olvidaba que tenía una vida creciendo en mi vientre. Un bebé de alguien más.
Y era extraño y algo complicado de aceptar.
Tal vez...
Dejé de hablar conmigo misma cuando un movimiento me hizo poner alerta.
Me senté de inmediato y abrí mucho los ojos al ver a David apoyado de la pared con una actitud relajada, como si llevara rato observándome ahí, sin decir nada.
—Hola —balbuceé sin saber qué decir y aparté la mano de mi vientre mientras me inclinaba para verlo mejor — ¿Cuándo llegaste?
Esperé a que mi tormento caminara hasta mí y sonreí un poco cuando me tendió una mano para ayudar a levantarme.
—No fue hace mucho —él sonrió y yo alcé una ceja mientras aclaraba mi garganta. Tomé una distancia prudente de él recordando las palabras de su prometida y luego respiré hondo estirándome completamente.
—Bien, si hubieras llegado antes, hubieras visto mi desastroso baile —me giré para comenzar a caminar pero me detuve en seco al escuchar sus palabras.
—No fue para nada desastroso —fue lo único que respondió y sonreí un poco antes de ponerme seria y girar para encararlo.
—Entonces me viste —él se encogió de hombros sin negarlo y yo sonreí de nuevo mientras me giraba sin decir nada.
...
—Te extrañé mucho —la abracé con fuerza y Maya bufó mientras intentaba liberarse de mi apretado abrazo.
—Lauren, nos vimos anteayer —sonreí y la solté poco a poco mientras acariciaba su rostro.
—Lo sé, pero me hiciste mucha falta —deslicé mi mano por su cabello y ella sonrió un poco meneando la cabeza.
—Si eres cursi —rió y yo rodé los ojos, a veces era muy empalagosa, pero que no se quejara, ella era igual.
—Igual que tú —me burlé y ella sonrió mientras terminaba de ver a los alrededores y saltaba la reja detrás de mí.
—Pudiste simplemente atravesar la puerta —murmuré y ella rió mientras se ponía la capucha para que las monjas no la vieran.
—Le quitas el drama a la vida, Nastia —reí y tomé su mano mientras caminaba con ella hacia el parquecito en el que siempre nos veíamos, era un lugar muy cercano al orfanato en donde siempre compraba helados de vainilla con relleno de chocolate, uno para ella y otro para mí, aunque el helado favorito de Maya ron con pasas.
Nos sentamos en uno de los bancos y comenzamos a platicar mientras esperábamos que a heladero se le acabaran los clientes, no quería hacer fila y a Maya no le gustaba para nada esperar en una.
— ¿Qué te dijo la madre Carla? —preguntó por fin y tragué lentamente, sabía que se había pasado toda la charla buscando la oportunidad para preguntar eso.
Suspiré y miré al suelo mientras pensaba en mi conversación con la mujer regordeta de mayor edad encargada de todas las niñas huérfanas.
—Lauren... Habla ya —Maya me miró con temor y yo restregué mis ojos mientras aclaraba el nudo en mi garganta.
—Te vienes conmigo, Yelen —dije en un murmuro y enseguida el cuerpo de mi hermana se abalanzó sobre el mío escondiendo su cara en mi cuello, como si eso le diera a entender que no estaba soñando.
— ¿En serio...? —Preguntó con los ojos llorosos y asentí mientras lloraba junto a ella —. Gracias, Nas, gracias —comenzó a llorar aún peor y ambas nos abrazamos en un intento de consuelo, siempre había sido así, desde que éramos pequeñas...
—Te lo dije... —dejé besos en su cabeza y la apreté contra mí —. Siempre estaría contigo —la achuché a más no poder y ella rió mientras se secaba las lágrimas traicioneras en su rostro.
—Tenía tanto miedo... —ella lloró y yo fruncí el ceño cuando su rostro se transformó en una expresión de dolor —. Lauren... Se llevarán a Stephany —sequé sus lágrimas y la abracé mientras intentaba consolarla, la entendía, Stephany era su mejor amiga, prácticamente hermana. Ellas habían crecido juntas y eran inseparables, aunque Maya no lo quería aceptar, ella era igual de importante en su vida que yo.
—Todo estará bien —la acuné y dejé que se desahogara en mi hombro mientras miraba mi regazo.
Después de una hora de llanto, compré un helado para cada una y me senté en el banco a su lado, habían muchas cosas que aún no le había contado y que sabía que la pondrían furiosa.
—Pero hay algo más —aclaré mi garganta y Maya apartó la mirada de su helado, sus ojos azules estaban rojos de tanto llorar al igual que los míos.
— ¿Qué?
—La madre Carla quiere ver un departamento estable antes de darme el certificado, quiere saber si te daré una vida saludable —Maya frunció el ceño extrañada.
— ¿Y qué tiene?
—Maya, yo no tengo departamento —mi hermana me miró como si estuviera loca y luego frunció el ceño detallando mi ropa.
— ¿Pero cómo...? ¿Dónde estás viviendo? —su desconcierto me hizo suspirar, sabía que preguntaría eso.
—Ehm... Eso es lo que te tengo que decir —suspiré y levanté la mirada por acto reflejo, sintiendo todo mi cuerpo paralizarse al ver una chaqueta negra muy conocida.
—Maya, vámonos —tomé la mano de mi hermana pero ella no me hizo caso así que la halé para que se viniera conmigo.
— ¿Qué...? Nastia, dime ya lo que está pasando —Maya se detuvo y yo la tomé con fuerza de la mano mientras veía detrás de nosotras una figura masculina, la distancia no dejaba que viera su rostro muy bien, pero yo conocía esa chaqueta...
—Yelena, dije vámonos —hablé seria mientras la sujetaba con mucha más fuerza y comenzaba a correr con ella hacia el orfanato, no estaba pensando muy bien en este momento, pero sin duda tener a mi hermana y a ese maldito psicópata en un solo lugar no era algo que iba a presenciar; eso jamás.
— ¡Lauren, cálmate! —Maya me jaloneó mientras yo bajaba las escaleras del parque con rapidez, pero no la escuché, en mi mente solo estaba el terrorífico recuerdo de la noche que él me golpeó e intentó abusar de mí.
De todas las amenazas, de mi departamento destrozado.
— ¡LAUREN! —Maya se logró soltar antes de venirse conmigo y caí de nalgas rodando por todas las escaleras del parque.
No sentí dolor, para ser sincera, la adrenalina más los nervios no me dejaron sentir dolor, pero sí miedo. Mucho miedo.
— ¡Lauren! ¡¿Estás bien?! ¿Qué tienes? ¡Lauren! —Maya me movió desesperada y yo sentí las lágrimas brotar de mis ojos mientras jadeaba por la crisis nerviosa en la que estaba entrando — ¡NASTIA!
Maya me dio una bofetada y tardé unos segundos en volver a la realidad, el dolor ahora sí lo sentí y no fue para nada pequeño.
— ¡LAUREN NASTIA THOMSON IVANOV! ¡¿Qué carajos está pasando?! —mi hermanita parecía realmente desesperada mientras intentaba ayudarme a levantar, pero era imposible, me dolía muchísimo.
—Maya, Maya.... Llama a David —intenté sacar el celular de mi bolsillo con rapidez pero no pude, se me dificultó estirar una pierna para sacarlo del bolsillo de mi pantalón.
— ¡¿Quién diablos es David?!
— ¡TÚ SOLO LLAMA, JODER, CREO QUE ESTOY PERDIENDO AL BEBÉ! —grité en medio de un fuerte dolor y los ojos de mi hermana se abrieron de impresión.
— ¡LAUREN! —escuché su grito pero con mucha dificultad, se me estaba dificultando ver, oír, hablar...
Creo que me estaba desmayando.
—Solo... Llama a David.
...
Holaaa.
Realmente esto iba a ser un maratón de tres partes pero teniendo en cuenta que TAL VEZ suba capítulo mañana o pasado, lo hice de dos.
Espero les haya gustado, sé que me van a matar si mato al bebé, así que mejor los dejo en la misma incógnita de Dania y Venus:)
Preguntas:
¿Qué les pareció este maratón?
¿Qué les parece la idea de Lauren y el doctor guapo?
¿Ya no quieren a David y son #teamdoctor?
Con mucho amor y un beso en la boca.
- Nepasavoir.
Puto el que lo lea.
¿Por qué no puse puto el que lo lea en el anterior capítulo?
Bueno... Me han estado llegando algunos comentarios ofensivos sobre eso y... Aunque realmente me importa un camarón las ofensas, me siento un poco rara porque tal vez ese "puto el que lo lea" muchos no lo vean como humor y hasta se ofendan, porque sí, amigos, por algo estamos catalogados como la "generación cristal", pero en fin.
No sé si seguir poniendo el peqll, me da flojera tener que estar aguantando malos comentarios por una broma tonta.
Ahora sí, bye<3
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