Capítulo 9- Preguntas incómodas

Maya Thomson en multimedia.


Lauren.


Terminé de botar lo último que me quedaba en el estómago y limpié con una servilleta mis labios. David se encontraba detrás de mí sosteniendo mi cabello y dando palmadas en mi espalda.

— ¿Me puedes decir por qué carajos estás sonriendo? —pregunté un poco molesta mientras enjuagaba mi boca después de haber bajado el retrete; me sentía horrible.

— ¿Qué? —preguntó David y lo miré mal mientras bufaba, había visto una sonrisa mientras me lavaba la cara, estaba segura de que los síntomas eran algo que a él le gustaba presenciar.

—No te hagas el loco —suspiré y me giré viéndolo fijamente, estaba muy avergonzada con él y todos en la fiesta —. Qué vergüenza, creo que este es el momento en el que salimos corriendo —él sonrió y se acercó a mí después de que desenvolviera un chicle de menta y lo metiera a mi boca, me hacía sentir mejor el sabor.

—No creo que sea algo de lo cual avergonzarte, digo, ¿notaste a los bebés? Allá casi todas han estado embarazadas, los síntomas fueron su día a día —sentí sus manos detenerse en mis hombros y luego sus dedos rozaron mi mentón levantando mi cabeza —. No te debes preocupar por eso, te aseguro que ahora lo impactante para ellos es saber que estás embarazada de mí —lo miré fijamente por unos segundos y luego suspiré.

— ¿Crees que si Amelie estuviera aquí fuera más fácil? —pregunté y él calló unos segundos solo pensando.

—La verdad es que no lo sé, pero espero que puedan entender por qué lo hicimos —lo miré fijamente cuando se aguantó algunas palabras y deseé que terminara de decir lo que iba a decir.

— ¿Ella y tú están seguros de hacer esto? Tú mismo me dijiste que ella no quería tener hijos...

—Lo estamos, Ren. Amelie no quería tener hijos porque apenas está empezando su carrera de modelaje, también sería muy egoísta de mi parte pensar solo en mí, así que llegamos a la conclusión de alquilar un vientre y ella me dejó el trabajo de buscar a la chica perfecta para tener a nuestro bebé.

—Y esa chica soy yo —terminé y él me miró unos segundos más asintiendo levemente. La chica perfecta; ojalá.

— ¿Eso te molesta? —preguntó frunciendo el ceño levemente por mi comportamiento y negué rápidamente. No me molestaba, creo que él y su prometida me habían ayudado más de lo que creían, sin duda ahora mismo no me sentía mal por eso, me sentía realmente bien. Yo, Lauren Thomson, una chica irresponsable, loca, tonta... Teniendo el hijo de Amelie Fave y David Crild; quién lo diría.

—No me molesta, en realidad, gracias por darme esa oportunidad, creo que eres el primer hombre que cree en mí, el único que pudo ver más allá de mi cuerpo —tragué grueso y le pasé por un lado, me había dejado una sensación amarga pronunciar esas palabras. Era muy claro que me refería al sexo.

—No eres solo un cuerpo y, créeme, no seré el único ni el último. La oportunidad te la tienes que dar primero tú, tienes mucho futuro y talento, solo te falta creer en ti—lo miré fijamente cuando llegó a mi lado y sonreí un poco sintiendo mis ojos picar. No iba a llorar, pero me habían puesto sensibles sus palabras.

—Gracias, David.

—Gracias a ti, Ren.

Tomé su brazo antes de salir del baño y respiré hondo para ir a enfrentar a la familia del padre del bebé que había en mi vientre. El hijo o hija de Amelie y David.

Tragué y ambos comenzamos a caminar por el pasillo oscuro lleno de luces rosadas y verdes, había música infantil de fondo y a medida que nos acercábamos, podía escuchar las voces distantes de los demás; y sabía que estaban hablando de mí.

— ¿Y si no les agradó la noticia? —pregunté preocupada y él miró al suelo unos segundos sin responder.

—No lo sé, esperemos que sí —levantó la mirada optando por una pose de seguridad y seriedad y yo contuve un suspiro, ¿qué? me encantaba cuando se ponía así —. Además de molestarse momentáneamente, no creo que te destierren, ellos no te dejarían sola nunca, ya eres parte de la familia mientras estés embarazada —sonrió y yo suspiré un poco aliviada, pero un momento, ¿mientras?

Claro, no creo que ellos me dejen quedarme mucho tiempo. Supongo que cuando tengan a su bebé, él y Amelie me alejarán de sus vidas, como si nunca hubiera existido. Él y Amelie... Se quedarán con su bebé, ¿y yo? Tragué con dificultad suspirando.

Yo me quedaré con Maya, fin.

No quería más, no me esperaba algo más. Simplemente me sentía desilusionada por tener que salir de la vida de él, no volverlo a ver más, no molestarlo más... Era extraño, teníamos muy poco tiempo juntos y ya sentía que lo iba a extrañar cuando me fuera.

—Mira —la voz de David me sacó de mis pensamientos y levanté la vista encontrándome con todos los familiares de mi tormento. Todos nos estaban observando en silencio, detallé el rostro de cada unos y tragué grueso cuando vi los ojos de Lena Crild llenos de lágrimas, Venus estaba riendo y llorando un poco, Dania estaba sonriendo a más no poder mientras todos los demás solo nos miraban en un silencio asesino para mí; estaba cagada del susto.

—Y bueno... —comencé un poco incómoda por el silencio, podía jurar que los únicos que estaban hablando eran los mellizos Wells, quienes estaban jugando con su primo Dael en los brazos de Sthepen — ¿Quién tiene hambre?

Gran forma de salir del silencio, Lauren.

— ¡Dios, felicidades! —alguien habló y enseguida todos comenzaron a abrazar a David entre risas y exclamaciones de sorpresa; me sentía verdaderamente confundida.

—Felicidades, gracias por darle esta oportunidad a mi hermano —Venus me sonrió abrazándome y yo tragué grueso un poco incómoda; no estaba acostumbrada a este tipo de afectos, de hecho, mi única amiga (que podía considerar realmente una amiga) era Georgia, y era más seca que un desierto.

—Me alegra que seas tú, David se lo merece y estoy muy feliz de que puedas cumplir su sueño —Dania me sonrió y yo reí un poco abrazándola. Por Joaquín, ¿en qué familia tan rara me había metido?

—Pero otra cosa... Me estoy muriendo de la curiosidad —Daniel le puso una mano en el hombro a David y Taylor al otro lado imitó la acción mirándolo risueño.

— ¿Qué pasa? —preguntó David sospechando del comportamiento de sus hermanos y ellos rieron cómplices.

— ¿Fue inseminación o hubo coito descontrolado?

...

— ¡No! —Levanté la mirada sorprendida y mis ojos se encontraron con unos ojos color verdes muy conocidos — ¡TÚ!

— ¡Yo! —exclamé dramática y todos nos miraron sin entender a Rebecca y a mí, ¡REBECCA!

— ¡LAUREN!

— ¡REBECCA! —chillé y la abracé con fuerza cuando corrí hasta ella sonriendo, joder, no sabía cuánto la extrañaba hasta que la vi.

— ¡Dios! ¡¿Qué haces aquí, pedazo de loca?! —preguntó sin entender y yo sonreí un poco, quién diría que nos encontraríamos en la misma familia.

—Llegaste tarde para enterarte del chisme, pero te lo resumo, estoy esperando un hijo de mi tormento —reí al ver su cara de confusión y tragué lentamente.

—No entiendo, ¿me expli...? ¡NANY! —chilló mirando detrás de mí y acto seguido corrió hasta la prometida del hermano de David, quien nos estaba mirando con curiosidad mientras intentaba quitarle el juguete de las manos a su hijo.

— ¿Se conocen? —preguntó Dania confundida y Riby y yo asentimos sonriendo.

—Trabajábamos juntas en el Burlesque. Lauren es la mejor bailarina y cantante —Rebecca sonrió y Dania me miró impresionada.

— ¿En serio? —se acercó un poco a mí y reí cuando el bebé le sonrió a Rebecca pasando a sus brazos, se notaba que era muy consentido por todos.

—Vente con tía, pequeño sirenito.

—Sí, pero Rebecca dejó de trabajar hace meses, desde entonces tuvimos que maquillarnos nosotras solas —hice un puchero y la nombrada me sonrió, ella sabía que estaba bromeando. Realmente me sentía muy feliz y orgullosa de que ella estuviera cumpliendo sus sueños, que hubiera salido de mi situación, que estuviera creciendo económica y emocionalmente.

Después de que su novio la engañó, se volvió la sombra de la mujer que era. Pero creo que ese tiempo sola la ayudó a recuperar el amor propio y la alegría que siempre la había caracterizado, según lo que estaba enterada, encontró a una persona nueva, un chico muy apuesto según había oído.

—Creo que el bebé está enamorado de Lauren, no la deja de ver —Rebecca rió y yo miré al pequeño, tan tierno y apuesto, era una preciosura y sabía que cuando fuera grande, sería todo un muñeco.

—Tan pequeño y tan enamoradizo —reí y toqué su cabello sintiendo la suavidad de este, el bebé tenía unos muy buenos genes.

—Uf, ni te lo imaginas —Dania rió y yo sonreí sintiendo unas extrañas ganas de tenerlo en brazos, tal vez era curiosidad, pero no podía negar que era una preciosura de pequeño al igual que los mellizos Wells, pero ellos eran más hiperactivos y querían estar siempre en el suelo jugando.

— ¿Lo puedo cargar? —pregunté sorprendiéndome y sorprendiendo a las dos mujeres, quienes se miraron un momento y luego asintieron mirándome a mí.

Ok. Yo, Lauren Thomson, tengo curiosidad por cargar a un niño... Normal.

—Ten —Rebecca me pasó al bebé que me estaba viendo fijamente y yo sonreí un poco nerviosa, mientras no me vomitara, babeara o cagara encima, no había problema.

Solo es un bebé, Lauren, relájate.

—Hola, Dael —saludé al pequeño y este me miró fijamente parpadeando, sus largas pestañas parecían abanicos y tardé un momento en apartar mis ojos de los suyos, ¡yo quería un bebé igualito! Digo, ¡él es tan precioso y perfecto!

—Aba —balbuceó él y yo lo miré sin entender, ¿qué dijo? Creo que aún no he desbloqueado el nivel de idioma –papás –hijos. Aunque era muy claro que yo no era mamá ni tenía hijos; y menos mal.

— ¿Qué dijiste? —pregunté frunciendo el ceño y él miró detrás de mí y suspiré siguiendo su mirada, no sabía si estaba viendo la piscina de pelotas, a sus primos jugando con un hermoso lobo blanco llamado Kukú o a su papá.

—Aba —repitió él y yo suspiré caminando a donde él veía, no le entendía nada.

— ¿Qué es "Aba", Dael? —Alcé una ceja y serví un poco de agua tomando un trago, enseguida el bebé posó los ojos en el vaso y me miró de nuevo a mí —. Oh, vaya, ¿quieres agua?

—Aba —el bebé repitió y yo sonreí dándole un trago de agua, ¡já! Nunca dudé de mi instinto maternal... Digo, mi instinto para ajá... Eso, bebés.

—Agua, bebé, se dice agua —sonreí y después de eso lo llevé a la piscina de pelotas dejando que jugara un poco en ella, se veía tan pequeño en medio de todo que lo único que sentí fue verdadera ternura, no lo podía evitar, los bebés siempre me habían causado mucha ternura; cuando no eran llorones, mocosos, malcriados, fastidiosos y antojosos, claro.

—Harry, cariño, quítate los zapatos antes de entrar —escuché la voz de una mujer a mis espaldas y enseguida un pequeño cuerpo saltó en la piscina de pelotas riendo sin parar.

— ¡Mira, tía Nany! —miré detrás de mí y noté que Dania y Rebecca no estaban solas, habían dos chicos más con ellas, uno estaba abrazando a una chica de cabello color caramelo con un vientre de embarazo y otro estaba tomado de la mano de Rebecca; supongo que era su novio.

—Bien, bebé, cuidado con tu primo —Dania apuntó al bebé que estaba conmigo y enseguida el pequeño niño que parecía tener cinco años o algo así, centró su vista en mí y en el bebé, mirándonos con curiosidad.

— ¿Está dormido? —Preguntó tímidamente acercándose a mí, sonreí y negué viendo a Dael, quien jugaba tranquilamente con una pelota de plástico — ¿Puedo jugar con él?

—Claro, cariño —sonreí y el pequeño Harry, como había escuchado que se llamaba, se acercó a Dael comenzando a jugar con él tranquilamente, luego de eso entraron los mellizos Wells y se unieron, causando risas de mi parte porque ambos eran muy diferentes. Mientras Noah permanecía un poco más quieto y jugaba bastante con Dael, Kendall le lanzaba pelotas a Harry y reía mientras él le devolvía los golpes a un nivel bajo, asegurándose de no causarle daño a sus primos menores.

— ¿Qué tienes, Noah? —fruncí el ceño cuando el pequeño bebé de un año se sentó en una esquina de la piscina.

Alcé las cejas cuando me tendió sus bracitos mirándome con sus ojos azules cristalizados y no dudé en cargarlo sintiendo una punzada de afecto, eran demasiado tiernos estos bebés, ¿cómo no les iba a tener cariño?

Noah apoyó su cabeza en mi hombro bostezando y rodeó mi cuello con sus brazos, con toda la confianza del mundo.

—Dael, hora de ir con mami —tomé al pequeño chiquito con mi otro brazo e intenté equilibrarme con los dos viendo a Kendall y a Harry parar de jugar — ¿Ustedes también tienen sueño, eh?

Harry me sonrió y Kendall lo imitó haciendo que sus facciones se vieran más adorables. Ellos sin duda habían sacado una combinación perfecta de sus padres.

—Venga —les sonreí y me giré buscando con la mirada a sus padres, pero al único que me encontré fue a David, quien me estaba viendo de una manera extraña mientras sonreía un poco.

— ¿Niñera? —bromeó y sonreí sacándole la lengua a Dael.

—Pareciera —reí y suspiré cuando él tomó en brazos a Kendall y a Harry con mucha facilidad, ¿cómo le hacía? Yo estaba sufriendo.

—Tío Dave, ¿ella es tu novia? —preguntó Harry y David y yo nos miramos sorprendidos unos segundos, no me lo esperaba.

—Yo... Ohm, yo... —tartamudeé y David entendió mi cortocircuito mental porque enseguida le respondió al pequeño.

—No, campeón, ella es una chica que tendrá a un bebé —respondió tranquilamente y suspiré asintiendo.

— ¿Un bebé? —preguntó Harry extrañado y luego me miró a mí —. ¿Y tienes novio? —respiré hondo y sonreí forzada.

—No, bebé, solo llevo un... ¡Encargo! Eso, estoy cargando con el bebé de alguien más —Harry frunció el ceño y yo miré a David sin saber qué más decir.

— ¿Eres una cigüeña?

—Algo así... —murmuré y luego tragué grueso.

— ¿Y de quién es el bebé? —preguntó una vez más y yo suspiré intranquilamente.

—Es mi bebé, abogado —David lo atajó y sonreí un poco por el apodo —. Mi bebé y el de mi futura esposa —mi sonrisa poco a poco se borró y una extraña sensación me embargó, pero supongo que era por el hecho de que estaba cansada física y mentalmente.

— ¿Te vas a casar? —le preguntó Harry a David y este sonrió asintiendo, una punzada en la boca del estómago me hizo apartar la mirada.

—Sí, Harry, me voy a casar —respondió y el pequeño me miró a mí.

—Yo no me quiero casar —frunció el ceño y lo miré ahora con curiosidad.

— ¿Por qué no? —David y yo le preguntamos, ambos no miramos y sonreímos un poco.

—Porque no me he enamorado, mi mami dice que sin amor no es bueno casarse —miré a David de nuevo, una indirecta muy directa le había echado el Harry para ser tan pequeño.

¿Qué podía saber un niño sobre estas cosas?

No te engañes, Lauren, los niños son más inteligentes de lo que creen.

—Tío Daniel y tía Nany sí se aman, ellos se van a casar como lo hizo tía Venus, ¿tú amas a tu novia? —Harry miró fijamente a David y yo también.

Soy fan de este niño.

—Yo... —David frunció el ceño mirando al suelo y no despegué ni un segundo mis ojos de él, tenía los brazos dormidos y los pies adoloridos, pero era demasiado chismosa para poder aguantar por mucho tiempo —. Pues... —y no pudo terminar de responder porque entonces llegaron los padres de los bebés a buscar a sus hijos. Justo cuando iba a responder. Como si el destino estuviera esperando ese momento.

¡Y yo que moría por saber la respuesta!

...

—Sí, bueno, el color favorito de Kendall es el rosado, mientras más chillón mejor, y el de Noah es el verde, por eso todo esto —asentí ante la respuesta de Venus, la curiosidad que había sentido durante toda la fiesta había sido respondida.

— ¿Por qué les dicen gemelos si son mellizos? La diferencia no es mucha, pero se nota que estuvieron en bolsas distintas —miré fijamente a Venus y ella sonrió un poco sorprendida.

— ¿Cómo lo sabes? —preguntó asombrada y me encogí de hombros, en el orfanato había convivido con tres pares de gemelos y mellizos, al principio me costó un poco, pero luego les agarré el hilo —. La verdad es que cuando nacieron, Kendall y Noah se parecían mucho, podía decirse que eran realmente gemelos. Pero bueno, poco a poco sus rasgos se diferenciaron un poco, Noah sonríe siempre de lado y Kendall achica sus ojos al reír, Noah es más delgado y Kendall es un poco más bajo, supongo que es porque es el menor —se encogió de hombros y yo asentí lentamente.

— ¿Cuánto te costó tenerlos?

—Muchísimo, demasiado. Estuve horas en la sala de parto, pero valió la pena —seguí su brillante mirada cuando sonrió y ambas suspiramos al ver a Sthepen cargar a sus hijos dormidos, estaba hablando con Daniel mientras este le hablaba sobre algo que hasta acá no se escuchaba.

—Estás enamorada —no pregunté, aclaré. Venus me miró unos segundos sin decir nada y luego sonrió un poco asintiendo, parecía realmente segura de sus sentimientos.

—Lo estoy y, te puedo jurar, que tienes la misma mirada que yo tengo cuando veo a Sthepen —la miré sin entender y ella sonrió un poco.

— ¿De qué...? —no terminé de hablar cuando un sonido me interrumpió, saqué el teléfono de mi bolsillo y miré extrañada el número desconocido.

¿Quién será?

Suspiré y contesté viendo a Venus despreocupadamente, llevé el vaso de jugo de fresa a mis labios y un sudor frío me recorrió la espalda cuando la voz de la última persona que esperaba oír invadió la línea.

—Te conozco, Lauren, sé que volverás a mí.


...

Chachachan.

¿Quién será? Bah, sé que ustedes son detectives, seguro ya saben de quién se trata. 

¿Les gustó el capítulo?

¿Cuál fue su parte favorita? 

¿Qué piensan sobre la historia? 

Hoy no dediqué capítulos por problemas de internet, (está del asco, por suerte tal vez se publique este capítulo)

En fin, espero que les haya gustado. 

RECUERDEN SEGUIRME en instragram @nepasavoir y en wattpad. 

Con mucho amor y un beso en la boca

-Nepasavoir. 





























Puto el que lo lea.

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