Capítulo 43- Tiempo

Capítulo dedicado a @Misuki_66 <3 

"Estoy llorando 😭De felicidad.... Miedo... Y... EnojoUno de los capítulos que más esperé, aunque Ren retrocedió mucho (como dice la psicóloga) saldrá de ahí muy rápido, pues sus dos angelitos son esa ancla que le darán la fuerza y estabilidad que necesita, y ni se diga con la ayuda de David.....Ahora bien, con Amelie, no sé si estoy loca, pero siento que ella también termino siendo víctima de la manipulación, no se equivoquen, Yo también la ODIO, pero, sin David, a Amelie no le interesan los bebés, y ella sabe perfectamente que perdió a David ya, pues quien siempre quiso hijos fue David, no ella. Ella ya había desaparecido sin dejar rastro, quiere decir que ella pensaba seguir con su vida tal cual, hasta que apareció el miserable de Bel, estoy segura que el verdadero enemigo son los padres de Amelie, pues a mi punto de vista, ella es solo un títere controlada por ellos... Para Ren será muy díficil la batalla que se viene, pero ella es muy fuerte y ahora tiene 2 cositas bellas por las cuales luchar con uñas y dientes...Sigo llorando 😭😭😭😭❤❤❤Me encanta, soy tu Fan y cuídate mucho. Besos 💖"
PUTO EL QUE DIGA QUE EL CAPÍTULO ESTÁ CORTO [3435] PALABRAS.


David.


—Te ves hermosa —balbuceé sin poder contenerme y Ren me observó unos segundos fijamente antes de sonreír sonrojándose.

—Gracias —murmuró y me levanté ayudándola a ponerse el pantalón. Tenía el collarín puesto y eso le dificultaba vestirse.

— ¿Te lo quitarás o te irás con él? —señalé el collarín y mi esposa hizo una mueca.

—Me lo quitaré en un rato, me duele un poco cuando muevo la cabeza —asentí y deslicé mis dedos por su mejilla izquierda provocando nerviosismo de su parte —Quiero verlos —pidió y la miré a los ojos entendiendo de inmediato.

—Voy por ellos, los darán de alta en unas horas —Ren sonrió un poco y yo me contuve para evitar besarla. Susan me dijo que le diera tiempo, pero se me hacía cada vez más difícil.

—Iré a empacar algunas cosas —ella se alejó y yo fui en busca de los bebés.

Desde que ella los había alimentado y visto ayer, fue imposible que dejara de preguntar o hablar de ellos. Se había quedado hechizada con nuestros hijos, quienes se durmieron muy contentos y sin nada de hambre. Según Lauren, fue la experiencia más traumatizante y encantadora de su vida, y le tenía un nuevo apodo a los mellizos; los desagües.

—Hola, pequeños —cargué a los bebés acostándolos sobre las camillas pediátricas e ignoré las miradas que las mujeres (enfermeras, visitantes o pacientes) me echaban sin tapujos. Todavía no entendía por qué me miraban tanto, ¿les impresionaba ver a un hombre con sus hijos o qué?

—... Ella me dijo eso el otro día, casi entro —escuché unas risas y me detuve en el umbral de la puerta. Bryan y Lauren se encontraban hablando y riendo, estaban de espaldas mientras Lauren doblaba y metía ropa en su maleta.

¿Estaba celoso? Sí.

¿Mucho? Probablemente.

—Me alegra mucho que te encuentres mejor... —Bryan deslizó sus dedos por la mejilla de Ren y esta sonrió forzada apartando la cara.

—Te extrañé bastante, doctor —él rió y ella dejó un beso en su mejilla.

— ¿Qué fue de ti? Te desapareciste por una semana a finales de junio...

—Pues... Pues... Planes, estaba con la familia y... —di un paso al frente cuando él se acercó un poco más a ella viéndola con intensidad —Me casé con David.

— ¿Qué?

Suspiré y aclaré mi garganta cargando a los bebés. Ren se me quedó viendo fijamente y sonrió emocionada al ver a los bebés en mis brazos. Menos mal no se habían puesto a llorar.

—Que se casó conmigo —sonreí y Bryan parpadeó sorprendido.

Tengo que ser muy cruel para disfrutar esto.

—Y-yo... ¿Los puedo cargar? —Lauren me preguntó insegura y yo fruncí el ceño. ¿Por qué me lo preguntaba? Ella era la mamá de ellos, los podía cargar cada vez que quisiera sin mi autorización.

Pero claro... Yo la tenía que ayudar en eso, algo así me había dicho Susan. Tenía que incluirla en todo lo que tuviera que ver con nuestra familia, que se sintiera tan parte de esto como yo. Lauren no se sentía capaz o "digna" de tener a los bebés, ella se sentía muy poca cosa para poseer algo tan bueno. La misma depresión y ansiedad la hacían sentirse así.

—Claro, amor —sonreí y le pasé a Adrien con lentitud. Ella lo sujetó en sus brazos y lo observó con seriedad antes de echarse a llorar.

—L-lo siento... —lloró sin control y escondió su cara en mi pecho cuando yo la acerqué a mí con mi brazo libre.

—Lo estás haciendo bien, amor, eres una buena madre, serás la mejor madre, lo prometo —deslicé mi mano por su cabello y dejé un beso en su cabeza intentando calmarla.

—Es hermoso... —Ren se separó de mí y miró fijamente a Adrien tocando su pequeña carita con su dedo índice —Mi bebé es hermoso.

—Nuestro bebé —corregí y ella sonrió con ojos llorosos tocando la carita de Alisa.

—Y nuestra bebé también es hermosa —observé fijamente a mi hija. No mentía cuando decía que cada día estaba más hermosa. Cada vez se parecía más a Ren y me impresionaba, al igual que Adrien, quien era un mini- Lauren versión niño.

—Igual que tú —mi esposa conectó sus ojos con los míos y lentamente bajó su mirada a mis labios observando estos por unos segundos.

—Vuelvo en un momento, me están solicitando —Bryan pasó por nuestro lado y salió de la habitación sin mirar atrás. Se me había olvidado que estaba aquí.

—Creo que fui muy brusca... —Lauren frunció el ceño y yo me senté en un sofá cuando ella se sentó en la camilla meciendo a Adrien con calma.

— ¿Con?

—Con Bryan, amor... Ehm... —me aguanté una sonrisa, por fin me había dicho amor —Af, no lo sé... ¿Tú crees que eso lo haya lastimado? —su ceño se frunció más por la preocupación y yo negué lentamente sin perder la compostura.

—No, fuiste sincera. Él te quería besar, ¿no? —Ren ladeó la cabeza pero terminó asintiendo con timidez — ¿Si lo mato te molestas conmigo?

Ambos reímos y yo la detallé. Tenía tiempo sin hablar así con ella y realmente la extrañaba.

—Es Bryan, Dave, es como mi "mejor amigo". Sé que siente algo por mí, pero lo quiero mucho, siempre ha estado ahí para mí y me salvó la vida —asentí y solté un suspiro. Mi mente entendía la situación, pero mis celos no.

—Pero te intentó besar, —fruncí el ceño disgustado por tener que hacer una escena de celos — ¿y si lo hubiera hecho? ¿Lo dejas porque es "tu mejor amigo"?

—Pues no, —Lauren aplanó sus labios y me observó con seriedad —no me hubiera dejado. Le dejé las cosas claras antes de que intentara algo, David. No iba a dejar que me besara, él es mi amigo, pero tú eres mi esposo y estás por sobre todos.

—Bien —aparté la cara y ella rodó los ojos centrándose en el bebé.

—Bien.

Ambos nos quedamos en silencio concentrados en los bebés y luego de unos minutos ella se acomodó la camisa comenzando a amamantar a Adrien.

—Deja de llorar, cariño, mami está aquí —Ren dejó caer su cabello en la cara del bebé y este suspiró contra su cuerpo apretando un mechón de cabello con su manito —Come, Adrien, aprovecha que Alisa está dormida —el bebé encontró su objetivo y comenzó a succionar sin pensarlo dos segundos.

—Lo siento —alcé la mirada cuando ella apretó sus labios soltando un suspiro.

—También lo siento.

—Estaba celoso, se te acercó mucho y...

—Yo dejé que se me acercara, debí pararlo —Ren hizo una mueca por la pequeña sanguijuela que estaba comiendo como si no hubiera más para mañana.

—Y estabas riendo con él y conmigo...

—David... —Ren me miró fijamente y yo aparté la cara avergonzado —Quiero mucho a Bryan, pero es eso, un amigo. No lo pondré por encima de ti porque para mí siempre has estado tú... Solo tú. Lo quiero mucho, pero si me casé contigo fue porque te amo a ti y te tengo más confianza a ti. Te elegí a ti y siempre lo haré... Solo quiero salir de aquí, ¿sí? —mojé mis labios y asentí viendo con atención al bebé comer.

—Ven, campeón —cargué a Adrien con un brazo y le pasé a la bebé ya despierta con cuidado.

—Hola, preciosa —Lauren sonrió rozando su nariz con la pequeña nariz de nuestra hija y yo tragué saliva apartando la mirada. En serio la extrañaba mucho —Come, llorona, eres una dramática —su risa opacó el silencio de la habitación y yo terminé de sacarle los gases a Adrien meciéndolo en mis brazos.

—Hoy pasó algo raro —comencé a hablar para aligerar tensión y cerré la maleta luego de meter las últimas cosas en ellas —... ¿Sabes Miley Russell? Me llegó un sobre con su currículum, al parecer quiere trabajar en la empresa —alcé la cara esperando que ella contestara algo, pero simplemente me lanzó una mirada confundida y volvió a centrar su mirada en nuestra hija.

— ¿Y qué tal?

—Pues... Es muy buena, su currículum es sorprendente, tiene un gran potencial como relacionista pública y...

— ¿Miley? ¿Estás seguro? —una sonrisa iluminó su cara y yo sonreí asintiendo igual.

—Lo sé, también quedé sorprendido por como es ella pero... Wow, si vieras el gran trabajo que hizo con la empresa de su padre. No sé por qué está buscando trabajo en nuestra empresa, pero tendré una cita de trabajo con ella mañana.

—Es genial, ¿sería la relacionista pública de la empresa Crild? No sabía que estaban buscando una —hice una mueca y ladeé la cabeza. Luego de un momento me di cuenta de algo: Ren y yo estábamos hablando como una pareja normal. Estábamos hablando.

—En realidad no, llevamos un año sin relacionista público porque Taylor se encarga de eso, es la imagen y mente de cada movimiento publicitario que tiene la empresa, ha llevado esto muy bien, pero comienzo a creer que es hora de que comience una nueva rutina. Se está acostumbrando a una vida de negocios y no quiero eso, yo quiero que él también trabaje en su vida personal...

—Un momento... —Ren me observó con los ojos entrecerrados y luego rió acomodando a la bebé en su pecho — ¡Tú solo quieres contratar a Miley para que se junte con Taylor! Es tu plan, ¿no? —reí y aparté la mirada negando.

—No, amor, no me gustan esas tonterías. Si llegara a contratar a Miley, que aún no es seguro, lo haría por su capacidad, no por juntarla con mi hermano. Apoyo el movimiento "enamorar a Taylor", pero no lo junto con el trabajo. Son dos cosas muy distintas —mi esposa asintió lentamente e hizo una mueca separando a la bebé, Alisa ya se encontraba dormida y lista para ser llevada a casa. Solo faltaba que firmaran las actas para poder salir de este lugar.

—Pero tienes que apoyarnos más a fondo con el movimiento. Amo a Geor, pero tampoco la veo con tu hermano. Taylor es muy perro para ella, Georgia merece a un chico más centrado, mi amiga merece algo mejor, sin ofender —acosté a los bebés en las camillas pediátricas y me acerqué a Lauren tomando su cara entre mis manos.

—Ellos son grandes, saben lo que hacen y es su historia. Esta es la nuestra, así que, ¿por qué no vamos a buscar las actas para poder salir? Porque dos adolescentes hormonales nos están esperando en el departamento y no quiero encontrarme con una escena indeseada —ambos reímos y yo suspiré bajando mi vista a sus labios. Carnosos, rojos, suaves, sexys. Dios, en serio la extrañaba —Vamos.

Ladeé la cabeza y me separé de ella tomando su maleta en mi hombro. No pesaba mucho, por lo que cargué con ella todo el camino en búsqueda de las actas, tanto la de Lauren como la de nuestros bebés. Quería salir de aquí cuanto antes.

Este mes había sido una pesadilla, lo fue desde que encontré a Ren desmayada en ese baño. Parte del procedimiento para la recuperación mental de ella, fue vender el pent-house. Ese lugar dejó de ser un "hogar" para volverse un infierno. En realidad, creo que nunca lo fue, nunca me gustó del todo. Lo mío es una casa con terraza, piscina y todo lo demás incluido, no me gustan los edificios, pero mi trabajo y luego Amelie me impidieron buscar otra cosa. Siempre fue la "comodidad", lo más lujoso, lo más cercano (al trabajo) o lo más caro. No por mí, sino por mi ex prometida. Lo aceptaba, tal vez Amelie había sido un factor de mi vida bastante manipulador.

Pero ella no era mala; no lo era.

—Ay... —me acerqué a Ren cuando hizo una mueca y fruncí el ceño preocupado. ¿Problema con la cicatriz de la cesárea? ¿Algo con su dolor cervical? ¿Algo peor?

— ¿Qué pasa?

—No lo sé, tengo ganas de vomitar —hizo otra mueca y yo busqué la botella de agua entregándosela. Estaba seguro de que eran los nervios de salir por primera vez en mucho tiempo a la calle.

—Toma agua, todo saldrá bien —tomé su mano y entrelacé nuestros dedos sin decir nada. Menos mal los mellizos tenían su coche twins listo.

—Se ven tan chiquitos —Ren rió observando a los bebés y yo asentí acomodando sus mantas. Alisa tenía un body color blanco y Adrien uno color negro. Ambos estaban durmiendo plácidamente acurrucados entre las cobijas del coche — ¿Les pongo los gorritos? —preguntó dudosa y asentí esperando a que ella se inclinara para colocarle el conjunto completo. No estaba haciendo mucho frío, pero Lauren se estaba volviendo tan sobre protectora como yo.

—Ponte la chaqueta —ella suspiró pero se la puso con mi ayuda sin protestar.

— ¿Listo? —asentí bajando la mirada. No me atrevía a mirarla a la cara porque no podría aguantarme más y la besaría, y no quería arruinar esto.

—Vamos.

—Dave... —Ren me llamó y yo me giré de nuevo quedando frente a ella —Yo... —dudó unos segundos y relamió sus labios respirando hondo —Nada, vamos —asentí lentamente y la seguí subiendo a los bebés con cuidado —Ven, pásame a Adrien —mecí al bebé cuando comenzó a restregar sus ojos con sus puñitos, cada vez que hacía ese gesto se despertaba y lloraba —Ahora a Alisa —le pasé a nuestra hija y ella la acomodó con delicadeza en su portabebés. Uno para cada uno.

— ¿Te quedarás ahí? —Ren asintió.

—Es mejor, si se despiertan no quiero cargar con las sirenas de policía —asentí y cerré la puerta de la camioneta después de guardar el coche en el maletero.

—Abrocha tu cinturón —le lancé una mirada por el retrovisor y ella bufó haciéndolo.

—Tranquila, mi amor, ya vamos a llegar —escuché su murmuro y mordí mi labio inferior notando que solo faltaba una cuadra para llegar.

— ¿Cómo sabes que estamos a punto de llegar? —fruncí el ceño confundido.

—Maya me indicó el punto exacto del departamento, ¿es lindo? Solo lo creeré si tú me lo dices.

—Es lindo, lo escogimos entre ella y yo. No será permanente, es mientras encontramos un mejor lugar —Lauren asintió lentamente (por lo que pude notar a través del retrovisor) y luego se recogió el cabello en una coleta alta.

Estacioné la camioneta frente al departamento y saludé al portero bajando al primer bebé con cuidado.

—Me gusta cuando te sujetas el cabello.

—Lo sé —sus ojos se conectaron con los míos y por un segundo sentí su deseo casi palpable. Ella me quería besar tanto como yo a ella.

—Lauren, yo...

— ¡Llegaron! —Escuché un chillido y me giré cuando la figura de Maya corrió hasta nosotros a una velocidad sorprendente, venía seguida de Teffy, al parecer nos habían estado esperando en recepción — ¡Holaaaa!

—Shhhh —cubrí mi cara con una mano cuando el grito hizo que los bebés profundamente dormidos despertaran creando un escándalo en medio de la calle.

—Lo siento, lo siento —Maya hizo una mueca y tomó a Adrien con cuidado meciéndolo —Te extrañé mucho, frijol.

—Lo viste ayer, Maya...

—Igual —reí.

—Te extrañé mucho, Lolo —Teffy abrazó a Lauren y vio con curiosidad a la pequeña bebé recién dormida en sus brazos — ¿La puedo cargar?

—Claro, hermosa —Lauren le pasó a la pequeña y Stephany sonrió meciéndola con cuidado.

—Está lindísima, se parece a ti —Ren sonrió y dejó que las chicas pasaran de primeras con los bebés.

— ¿Te gusta? —pregunté y ella detalló el lugar con cierta curiosidad. El piso de recepción estaba cubierto por una gran alfombra blanca. Las paredes eran del mismo color con partes de madera pulida, al igual que la encimera de recepción. El ascensor por dentro era de paredes con espejos y partes de madera. Habían unas escaleras de mármol y, por suerte, nuestro piso no era el último, era un edificio decente de treinta pisos, nosotros estábamos en el quince.

—Está bonito pero... Si no les importa, quiero ir por las escaleras —sentí un puñetazo mental en el estómago al escuchar esas palabras. ¿Tanto había retrocedido?

— ¿Segura? —Maya frunció el ceño y Ren asintió apretando sus labios. Tragué saliva y salí del ascensor antes de que cerrara. Ni loco la dejaría ir sola.

—Voy con ella, cuidado con los bebés —apunté a las niñas y estas asintieron —Lauren.

— ¿Para qué me seguiste? ¿Para mirarme con lástima como últimamente lo haces? —fruncí el ceño cuando se giró después de subir casi dos pisos ignorándome.

— ¿De qué hablas?

— ¡No te hagas el que no sabe! Me miras así desde que salí de esa habitación ayer. ¡No soy tonta! Déjame en paz —jadeé y la seguí con más rapidez dispuesto a aclararle todo. ¿Qué rayos le pasaba? ¿Lástima de donde?

— ¡Para, maldición! —Ren retrocedió cuando medio grité al final del tercer piso — ¡No sé qué tienes en la cabeza, pero lo que menos siento por ti es lástima! ¡Tenía un puto mes sin verte! ¡Un puto mes! ¡¿Crees que es poco?! ¡No! ¡Y sé que no es nada fácil por lo que estás pasando, pero, ¿acaso pensaste en mí?! ¡No te miro con lástima, te miro como alguien mira a su persona favorita después de estar tanto tiempo lejos de ella!

— ¡No me grites!

— ¡Deja de ignorarme entonces! —di un paso al frente y ella unos atrás — ¡Estás triste, lo sé! ¡Necesitas tiempo, lo sé! ¡Necesitas ayuda, paciencia y todo eso lo sé, pero también tengo miedo!

— ¡Deja de gritarme! —sus ojos se llenaron de lágrimas.

— ¡Deja de esconderte!

— ¡No me grites, David Crild! —su voz se cortó y ella no tardó mucho en romper en llanto cubriendo su cara con sus manos.

—Ren, Ren... —la culpa me invadió de inmediato y la acerqué a mí envolviéndola en un abrazo —Lo siento, preciosa, lo siento, amor, lo siento, en serio lo siento —sus sollozos fueron disminuyendo y me separé lentamente cuando una pequeña risa en mi pecho llamó mi atención — ¿Qué...? —miré sin entender a Lauren cuando se separó riendo y llorando al mismo tiempo.

—Te lo mereces por hacerme llorar —puse mis brazos a los lados de mi cuerpo. ¿Ella estaba utilizando su depresión post- parto para burlarse de mí? Porque no me parecía para nada gracioso.

— ¿Es en serio? —jadeé siguiéndola con más rapidez cuando ella huyó de mi reclamo.

—Es la forma más efectiva de salir de esto y... Lo siento, no me gusta verte molesto y... Uf —la tomé del brazo al notar que estaba subiendo muy rápido. Ya estaba a punto de cumplir la cuarentena y todo eso, pero su cesárea necesitaba más reposo.

— ¿Qué es lo que quieres, Thomson? Dime lo que tengo que hacer para que te sientas mejor, porque te juro que no aguanto ver cómo te hundes, no es lo mío, no me quedaré de brazos cruzados, yo... —las manos de mi prometida se detuvieron en mis hombros acercándome a su cuerpo con seguridad —Yo, yo... —dale tiempo, David, necesitas paciencia...

—Al diablo el tiempo, David, bésame —sonreí cuando su voz ronca invadió el silencio haciéndome saber que había pensado en voz alta. No tardé mucho estampar mis labios con los suyos ignorando el resto de los problemas. El resto de los conflictos. Las amenazas de Amelie. Los traumas emocionales. La depresión post-parto.

Solo tenía algo que decir...

Ésta era mi Ren


...

Buenas madrugadas. 

Dejaré preguntas y espero que las respondan :(

¿Cómo la están pasando en esta cuarentena? Cuenten sus aventuras. 

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Qué opinan sobre cada personaje? 

Con mucho amor y un beso en la boca

-Nepasavoir. 


















Puto el que lo lea. 

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