Capítulo 35- Mi familia

El outfit de Lau es parecido al de multimedia. 


Capítulo dedicado a @Palo2005p<3

"LO AMEE

Bueno como todos :)Este me gustó más que otros porque me encantó que Lauren se tomará también la confesión de MayaMe parece super tierno que lo acepte así sin más y más que dijera que ya lo sabía, se nota un montón el amor entre las dos y me encanta la confianza de Maya con David y q lo trate como si fuera su padre, hacen una familia perfecta ,porque a pesar de todo por lo que ha tenido que pasar cada uno siguen juntos amandose y apoyándose ante todoEstoy deseando ya que subas el próximo capítulo Saludos desde España! :3PD: Te amo escritora <3"




Lauren


SEMANAS DESPUÉS.


— ¡Gané! —di palmaditas y Viktor rodó los ojos dejando las cartas sobre el sofá. Uno a tres; por fin había ganado.

— ¿Ya puedo irme? —preguntó irritado y yo hice un puchero. No quería que se fuera, estaba muy aburrida y Dave y Maya estaban en el trabajo e instituto.

— ¿Mikael está contigo? —él negó, era obvio que no. Seguramente debía estar cuidando de Maya, por algo era su guardaespaldas —. No sé por qué me tocó el guardaespaldas más amargado del mundo —hice una mueca y Viktor alzó una ceja.

—No sé por qué me tocó cuidar al ser más irritante de todos —sonrió y yo fruncí el ceño. Yo no era irritante.

Bueno, tal vez un poco...

—Todos me quieren así, ¿sabes? —sonreí y él ladeó la cabeza pasando una mano por su cabello corto.

—Tal vez fingen, eres muy dramática.

—De tu envida nace mi fama —le saqué la lengua y él volvió a rodar los ojos. Era obvio que se estaba acostumbrando a mis respuestas infantiles.

¿Y si era cierto?

Meh.

Suspiré levantándome y, por acto reflejo, puse una mano en mi abultado vientre de cinco meses y tres semanas. Pesaba muchísimo.

—Iré a hablar con Dave, adiosito —me despedí y Viktor sonrió sin ganas saliendo del pent-house sin dudarlo mucho, como dando gracias a Joaquín por la libertad que le había otorgado.

Busqué mi teléfono y me senté en mi cama en posición de indio, habían pasado muchísimas cosas en el transcurso de estas semanas.

La primera; David había hablado públicamente respecto a su compromiso y dijo que, si bien no tenía nada en contra de Amelie ni habían acabado en malos términos, estaba oficialmente libre del futuro matrimonio. No dio más detalles por mi seguridad y su privacidad, pero le aseguró a toda la prensa que no había sido culpa de nadie, simplemente un conflicto entre pareja y ya.

La segunda; yo estaba buscando trabajo con autorización de Dave. Sí, necesitaba su autorización para poder trabajar, había firmado un contrato en el que decía que no podía hacer ninguna actividad como viajar, trabajar, etc, sin la autorización de David. Fue antes de quedar embarazada, nada que ver con el otro contrato.

La tercera; no se sabía nada de Amelie. Había seguido desfilando en grandes pasarelas, su cara había salido muchas veces en revistas como Vogue y todo lo demás, pero nada de ella. No quería comunicarse, ni ella ni su abogado. David había enviado un último aviso, pero nada de nada.

Pero no me estaba dando tanta molestia por eso, al fin y al cabo, era el bebé de ella, de Amelie. De David y Amelie... O mejor dicho, de Dalie; el nombre que los fans de ambos tenían para ellos.

No, no se había quedado así la cosa. Los Amelovers, (fans de Amelie), habían comenzado a crear hashtags con el nombre #Dalieforever, #LoversDalie, #DalieCommitmentReturnsNow... Y me había salpicado el desastre. Todo por las fotos que salieron de mí en el baile benéfico, yo, Lauren Thomson, era figura pública por un escándalo de fans. También se había creado un nuevo fandom, según era mío, ellos me querían y me defendían de la mierda que me echaban los fans de Amelie y algunos seguidores de David.

Pero era tan tóxico que no había podido entrar a mis redes sociales sin salir llorando. Las personas eran muy, muy dañinas, sin siquiera conocerme, ya tenían una teoría de todo. Yo había dañado todo, ante sus ojos, era la villana de esa relación.

Y dolía, porque todo lo que me afectaba a mí, afectaba al bebé. Y yo no quería que el bebé sufriera.

Era solo uno, las ecografías lo habían confirmado. No se veía más, solo era un bebé.

Un bebé Dalie.


Lauren, 10:10 am.

Hey

Te extraño...


Me senté mejor en la cama y me apoyé del respaldo suspirando con fuerza. Estaba más aburrida que nunca.


Mi tormento, 10:11 am.

Te extraño más, preciosa

¿Te sientes bien?


Sonreí un poco.


Lauren, 10:11 am.

Estoy aburridaaa :(


Mi tormento, 10:11 am.

También yo :/

¿Tienes pensado hacer algo en la tarde?


Lauren, 10:12 am.

Nou

¿Por? :0


Mi tormento, 10:12 am.

Curiosidad

Quería enseñarte algo...


Lauren, 10:12 am.

Dime, ¿qué es?

Dime

Dime

Dimeeee


Mi tormento, 10:14 am.

¿Estás libre o no?


Lauren, 10:14 am.

Para ti siempre ;)


Mi tormento, 10:15 am.

¿Quieres ser la futura señora Crild?


El corazón me latió con fuerza y tardé un minuto en recuperarme. Ay, joder, ¿este hombre creía que qué? Mi corazón no era de hierro, yo me emocionaba. Era muy egoísta jugar conmigo de esa manera.

Sabía que no era el tipo de chica que los hombres veían como esposa, pero tampoco así. Me dolía y emocionaba a la vez. Estúpido idiota hermoso. No me parecía gracioso.


Lauren, 10:17 am.

No digas eso.

Ehm, ¿qué te parece si nos vemos en tu empresa?


Mi tormento, 10:17 am.

¿Decir qué?

¿Estás segura?


Lauren, 10:18 am.

Olvídalo.

¿Voy o no?


Mi tormento, 10:18 am.

No sé si sea seguro que vengas, Ren


Fruncí el ceño, ¿por qué no?


Lauren, 10:19 am.

Tranquilo, soy lo suficientemente mayor para defenderme y no perderme.


Mi tormento, 10:19 am.

Nunca dije que no lo fueras, pero tampoco quiero correr el riesgo de que la prensa te ataque, hay muchos paparazzis por aquí.


No respondí. Dejé el teléfono sobre la cama y expulsé el aire repitiendo el movimiento un par de veces. No éramos la pareja perfecta, lo sabía, pero hasta en chats se notaba el miedo al público, al "qué dirán", al menos de mi parte. Yo sí tenía miedo de tanta atención, era un precio increíble que tenía que pagar ahora que estaba con David. No sabía que sería tan difícil mantener una relación con un hombre tan famoso como él. ¿Cómo había hecho Dania? ¿O Venus? Ellas me dijeron algún tiempo atrás, (cuando yo aún no tenía nada con David), que lo mejor que podía hacer era mantenerme alejada del foco, que todo lo que pasara en mi vida personal, debía ser algo privado, de lo contrario, viviría un infierno llamado "fama".

Fama... Fans. La otra cara de la moneda. No todo era color de rosa... Y era tan aterrador.

¿Cómo podría vivir el resto de mi vida así? ¿O Maya?

¿Sabríamos manejar esto?

¿Me terminaría convirtiendo en Britney Spears pelona?


Mi tormento, 10:26 am.

No me avergüenzas si es lo que estás pensando. Tampoco me importa el qué dirán o lo que piense la gente. Tú eres la que no quiere que anuncie nuestra relación y te entiendo, pero tampoco me negaré a darle una buena seguridad a tu privacidad. Sé que te está afectando esto, Ren, lo sé y estoy intentando luchar contra todo eso para que no salgas más lastimada, pero entiéndeme. No te dejaré exponerte otra vez a la agresividad de la prensa. Ya no más, si en verdad confías en mí, créeme, pero si tanto quieres estar segura, estoy dispuesto a anunciarte como mi novia, no me importa nadie.

Ah, por cierto. No era juego, tú serás mi esposa ;)

...

Me veo linda.

Terminé de peinarme y agregué el toque final a mi maquillaje; mi labial rojo. Me veía linda. Llevaba un enterizo de jeans muy hermoso. Acompañado de mi camisa amarilla y mis converse amarillas. Casual, como había acordado con Dave.

—Coco —le lancé un beso a mi hija y esta movió la cola al verme tan animada. No sabía a dónde me llevaría Dave, pero estaba feliz, tenía tiempo sin salir con él.

— ¿Lista?

—Sí, ¿y tú? —sonreí antes de abrir a puerta. Estábamos hablando por teléfono a pesar de que estábamos a unos metros de distancia. Habíamos terminado por encontrarnos en el pent-house, David me vendría a buscar y bueno, tampoco es que la idea de ir hasta su empresa le emocionaba mucho a mi flojera. Tenía muchas ganas de conocer la empresa, pero me cansaba mucho ir hasta allá.

—Estoy en tu puerta, abre ya —reí y abrí la puerta encontrándome con su sonrisa. Tenía una mano detrás de su espalda y con la otra sujetaba el teléfono en su oreja. Se veía hermosísimo con su traje, él era bastante imponente y me mojaba, digo, me encantaba.

—Hola, Aarón —mordí mi labio inferior lentamente y él sonrió tendiéndome la mano que estaba detrás de su espalda: me había comprado unos bombones.

—Hola, Nastia —chillé y lo abracé con fuerza. Me encantaban los regalos y él lo sabía, me encantaba el chocolate y él lo sabía. Me encantaba él y él lo sabía.

—Gracias, me encantan —sonreí cuando dejó un beso en mis labios y no dudé mucho en pegarlo más a mí con mis brazos alrededor de su cuello. Se veía muy sexy y estaba pensando que la cita podría ser en la habitación...

—No, no. Vamos a salir, contrólate... Ren... —Dave jadeó cuando toqué con confianza su entrepierna y luego de unos segundos de sufrimiento, apartó mi mano terminando con mi intento fallido. Hice lo que pude —. Vamos.

—Vale —reí cuando comenzó a caminar un poco raro hasta las escaleras, pero, después de pensárselo unos segundos, se dirigió al ascensor tomando mi mano.

—Ven, ya lo hemos hecho dos veces, podemos hacerlo de nuevo —tragué con lentitud y él sonrió entrando conmigo al espacio cerrado.

—Si muero será tu culpa.

—No morirás.

—Si yo muero el bebé muere.

—No morirán...

—Si el bebé y yo morimos, Maya y tú morirán de dolor.

—Ninguno morirá, Ren, no seas...

— ¡Voy a morir, voy a...!

—Ya llegamos, dramática —respiré hondo y sonreí saliendo del ascensor.

— ¿A dónde vamos? —lo miré con curiosidad y él sonrió extraño entrelazando nuestros dedos. ¿Qué estaba haciendo? Nos podían ver... —David, ¿estás seguro de...? —callé. Era una locura, pero por primera vez actuaría como lo que era: la novia de David Crild. Le gustara o no a la prensa.

—Primero te llevaré a un lugar que te gustará bastante —sonrió de nuevo y yo lo miré con extrema curiosidad abriendo la puerta del auto —. Ehm... No, conducirás tú. Yo te guío —sonreí emocionada y corrí hasta la puerta de piloto, ¡me encantaba conducir!

—Abrocha tu cinturón —lo apunté con un dedo y él sonrió haciéndolo. Encendí el auto y mordí nerviosa mi labio inferior. Me habían dado mi licencia de conducir hace algunas semanas, casi no conducía, pero cuando lo hacía, me sentía como una niña con juguete nuevo.

—A la izquierda... —me siguió guiando y yo suspiré viendo por el retrovisor a Viktor en su camioneta. No me sorprendía nada verlo siempre, era como un chicle.

— ¿Seguro que es por aquí? —fruncí el ceño y Dave asintió sonriendo un poco. Era una universidad, por lo que se veía.

—Estaciona, llegamos —hice lo que me pidió y estacioné con cuidado al lado de dos autos muy lindos. Ni tan costosos, ni tan simples.

— ¿Qué hacemos aquí? —lo miré sin entender y él sonrió entrelazando nuestros dedos una vez más. Lo seguí sin decir más y sentí mi corazón acelerarse al leer las grandes letras en la entrada, "Universidad de Artes, Los Ángeles- California".

—Ven —me animó a seguir y yo suspiré siguiéndolo mucho más nerviosa, mis piernas habían comenzado a temblar de una manera rara, estaba extremadamente nerviosa y ni siquiera sabía por qué.

¡Estaba en una universidad de artes!

—Buenos días, ¿les puedo ayudar en algo? —una linda chica nos sonrió con amabilidad a los dos y no tardó mucho en darse cuenta de quiénes éramos —. Oh, mucho gusto, me alegra conocerlo... Conocerlos, es un placer que estén aquí —sonrió aún más forzada y David y yo nos miramos unos segundos sin saber qué decir.

—Gracias, supongo que ya sabes quién soy, ¿sabes si se encuentra Eliezer Burke? —David volvió a hablar y la chica asintió efusivamente tocando un botón para hablar por teléfono —. Está disponible, pasen enseguida, espero que la estancia sea de su agrado —me despedí con la mano y seguí a David cuando este caminó con confianza, como si ya hubiera estado aquí.

—David, me alegra que hayas venido de nuevo —un hombre moreno de cabello blanco se levantó y saludó con mucha confianza a mi tormento, como si fuera amigo de él.

—También me alegra verte —David sonrió y yo admiré con mucho cuidado la luz del sol iluminando sus ojos color ámbar.

La oficina del hombre era bastante grande y con una decoración un poco victoriana. Se sentía la frescura de la limpieza, además, había unos grandes ventanales muy elegantes que dejaban entrar mucha luz.

—Oh, usted es la señorita Lauren, ¿no? Es más hermosa de lo que la describiste, David —alcé las cejas y sonreí. Con esa labia, hasta la más dura cae.

—Lo sé, es difícil describirla —sentí mis mejillas arder y miré unos segundos a David. Aún me ponía roja cuando me decía cosas así; y más con personas cerca.

—Siéntate, tengo mucho que decirte, me presento, soy el rector de la universidad y he oído hablar mucho de ti —lo miré sorprendida y miré a David enseguida.

—Y... ¿Es algo bueno? —lo miré preocupada y él rió un poco asintiendo, tenía mucho sentido del humor, el rector de mi antigua universidad era como un fantasma. Casi no hablaba, casi no se veía.

—Claro, muchas cosas positivas —suspiré aliviada y él se sentó detrás del escritorio mirándome con más atención —. Cuéntame, Lauren, ¿con qué rama del arte te llevas mejor? —relamí mis labios y suspiré. Todas. Todas me gustaban, amaba todo lo que tenía que ver con el arte y, si fuera por mí, me tatuaría la palabra "arte".

—Pues... Realmente, no lo sé. Me encanta todo lo que tiene que ver con expresarse libremente sin herir físicamente. Pero, hablando con más precisión y seriedad, creo que la música. La música es lo más importante para mí si hablamos de una expresión... La música, canto y baile, son lo más importante para mí —terminé de hablar y el rector sonrió asintiendo lentamente.

—Si te tocara elegir entre danza y canto, ¿cuál tomarías? —suspiré. ¿Por qué preguntaba eso?

—Pues... Pues... No sé, me gustan ambos, me encantan ambos, yo...

—Cuando te gustan dos cosas, siempre tienes que dividir tus sentimientos. No te dejará de gustar la manzana porque te decidas por la pera, simplemente tomarás una decisión que duplicará tus sentimientos hacia algo único, algo un poco más importante y que te enseñe más de un tema poco conocido. No está mal, eso es crecer —sonreí y miré al rector con un poco de confianza. Era un hombre bastante interesante.

—Canto, señor... Elijo canto —él sonrió y asintió lentamente. Había dado en el clavo. Lo que me retenía a tomar una decisión era eso. Para mí, canto y danza siempre iban a tener el mismo significado. Había sido mi conflicto en mi antigua universidad y no cometería el mismo error dos veces.

—Bien, llena esto —abrí mucho los ojos cuando el hombre me pasó por encima del escritorio unos documentos. Yo ya había visto eso... Era una matriculación de ingreso... A la universidad.

— ¿Q-que? —tartamudeé sin poder sujetar el bolígrafo. Estaba temblando.

—David me comentó que ingresaste a una universidad de artes hace algunos años. Me ahorro preguntas respecto al por qué decidiste congelar tu carrera, pero confío en la intuición de mi amigo. Todos tus documentos están conmigo, solo falta que llenes la inscripción, eres bienvenida si gustas, Lauren, nos alegraría bastante tener a una artista como tú aquí —mi labio inferior tembló y sentí mis ojos llenarse de lágrimas.

¿David había hecho esto?

¿Era un sueño?

¿Estaba preparada para entrar a una universidad?

Yo...

— ¿Ren? —David habló por primera vez en mucho tiempo y yo lentamente sentí las lágrimas bajar como una cascada silenciosa por mis mejillas. Era lo más hermoso que alguien había hecho por mí en mi vida.

—Si no te sientes preparada... —negué cuando el rector comenzó a hablar un poco dudoso y sonreí tomando el bolígrafo.

Iba a estudiar música.

—Bien, te dejaremos sola media hora para que puedas hacer esto sin presiones, bienvenida, Lauren —asentí y seguí llorando y escribiendo. Llorando y escribiendo. Llorando y escribiendo.

Después de media hora y un rato más en el que solo pude pensar en lo que estaba pasando, terminé de llenar los documentos. Me levanté sonriente y les di la cara a los hombres al salir.

Me despedí cortésmente del rector y no dudé mucho en saltarle encima a Dave cuando quedamos solos en el pasillo color crema lleno de pinturas hechas por estudiantes talentosos.

—Te amo, te amo —dejé besos en sus labios y él sonrió poniendo sus manos en mi cintura —. Eres el mejor novio del mundo mundial, eres el amor de mi vida, te amo muchísimo y te juro que si algún día algo falla entre nosotros... —no pude terminar porque él estampó sus labios con los míos en un beso más intenso.

—Nada fallará. Te amo más —sonreí cuando nos separamos y él habló lentamente.

—Eres perfecto, ¿lo sabías?

—No, tú eres perfecta, me haces una mejor versión de mí cada día.

—Y tú a mí —sonreí lentamente.

— ¿Y si te casas conmigo? —reí y lo golpeé en el hombro. Fastidioso que era.

...

—Coco, ¡búscala! —Di palmaditas cuando Dave arrojó la pelota y nuestra perrita rápidamente fue detrás de ella ladrando a todos a su paso.

— ¡Muy bien, hermosa! Esa es mi bebé —celebré cuando regresó con la pelota en la boca y me acerqué a David para abrazarlo cuando este nos miró a ambas con curiosidad.

— ¿Ren? —David frunció el ceño cuando me detuve a un metro de él quejándome por un dolor agudo en mi vientre — Lauren, ¿qué pasa?

—N-no sé... Me duele... —respiré hondo poniendo una mano en mi vientre y David no tardó mucho en acercarse a mí con preocupación evidente —No es mucho... Solo...

— ¿Contracciones? —preguntó un poco asombrado y yo asentí lentamente algo asustada.

—David, ¿Qué...? —jadeé cuando un movimiento nos puso alerta a los dos, un movimiento proveniente de adentro de mi panza

Ay, frijol, ¿te moviste?

—Creo que se movió —murmuré lentamente y David miró sorprendido a ese lugar poniendo la mano —... No sé si fue mi imaginación, pero... —volví a jadear cuando el movimiento se hizo más evidente, ¡mi bebé se estaba moviendo!

—Dios... —David se agachó frente a mí y yo sonreí cuando comenzó a acariciar con más delicadeza mi abultado vientre que pesaba bastante —. Hola, hijo.

Mi corazón se derritió y toda mi piel se erizó. Mi bebé y el bebé de David. Biológicamente era mío, ¿no? No tenía nada de malo que disfrutara este momento... Era normal, ¿verdad? Porque realmente sentía una conexión especial y... Sabía que tal vez no debía sentir esto.

Pero lo formamos David y yo. Llevaba mi sangre y era mío en estos momentos... No había nada de malo. Tal vez cuando diera a luz, dejaría de sentir esto...

— ¿Te duele mucho? —David frunció el ceño preocupado y yo negué secando mis lágrimas. Estaba muy llorona, me avergonzaba mi debilidad.

—No, es que... No sé, nunca había sentido algo como esto —murmuré y él sonrió dejando un beso en mi vientre con lentitud, luego, se levantó y dejó un beso en mi cuello, luego otro cerca de mi oreja, luego otro en mi mejilla y, terminando, en mis labios, un beso dulce y bastante alargado.

—Son mi familia —dijo lentamente y fruncí el ceño sin entender.

— ¿Qué?

—Ustedes, Lauren. Maya, el bebé, Coco y tú; son mi familia —mis ojos volvieron a picar y sonreí dejando un beso en sus labios.

—No sé qué sería de mi vida sin ti, David Crild. Creo que hubiera muerto esa noche de frío y soledad —mordí mi labio inferior y él dejó un beso en mi frente como símbolo de protección.

—Yo estaría en estos momentos comprometido sin saber realmente el significado de amar —nos miramos fijamente unos segundos y luego ambos sonreímos lentamente por nuestras caras de tontos.

—Me pones nerviosa, mejor vamos a sentarnos —reí y me separé de él tomando su mano para caminar.

— ¿Nerviosa por qué, Ren? —él rió y yo negué un poco sonrojada. Se hacía el loco.

—"Serás mi esposa, Ren", "futura señora Crild". Eso no se hace, David. Jugar con mis sentimientos no está bien —me senté con lentitud en la banca y él me miró fijamente unos segundos antes de ladear la cabeza.

— ¿No te gustaría casarte conmigo? —su pregunta me hizo levantar la mirada de golpe y suspiré lentamente mordiendo mi mejilla. Claro que sí, ¿estaba loco? Casarme con él sería como... Como algo muy perfecto y aterrador para mí. Estaba enamoradísima, ¿qué no me veía? Estos meses a su lado habían sido... Realmente... Los meses más intensos y sanadores que había tenido en mi vida. David y yo teníamos una relación realmente madura y sana, capaz de mantenerse por sí sola. Encajábamos a la perfección, superábamos las cosas juntos, nos ayudábamos a mejorar juntos. Sí, si me quería casar con él, ¿quién no? Sería una estúpida si no quisiera. Lo amaba, lo amaba y nunca había estado más clara de lo que significaba la palabra amor. Amor puro y sano hacia tu pareja.

— ¿A ti te gustaría? —lo miré fijamente unos segundos a la espera de su respuesta pero, cuando abrió la boca para responder, una pequeña chica de dieciséis años llamada Maya interrumpió el momento poniendo una caja de pizza en mis piernas.

— ¡Hola, papis! —nos saludó con voz infantil a David y a mí y yo rodé los ojos. Siempre interrumpían las respuestas de David.

...

— ¡No, no! —Maya rió cuando Dave le pegó un trozo de pizza con extra queso en la frente para que dejara de fastidiar.

—No soy una pelota, ¿saben? Soy un ser humano y no me estoy exhibiendo —me crucé de brazos cuando Maya y Dave se sentaron cada uno a mis lados y pusieron sus manos en mi vientre para sentir al frijón moverse. Parecía estar bailando ahí adentro, en algo se tenía que parecer a mí.

—Ow, ¡qué hermoso! Ya lo quiero tener en mis brazos —Maya abrazó mi panza y yo suspiré viendo con atención su emoción — ¿Viste, Mikael? Ya se mueve —le sonreí al guardaespaldas de mi hermana. Era bastante amigable y se llevaba muy bien con Maya. Juntos habían ido a comprar las pizzas, una para él y Viktor, otra para Dave y yo. Maya había comido papas fritas.

—Será travieso —murmuró Viktor y fruncí el ceño. Era obvio que no conocían a mi bebé.

—Claro que no. Será tranquilo y callado —ataqué y mi guardaespaldas rodó los ojos acostumbrado a mis discusiones diarias.

—Verás que será travieso, un huracán —miré mal a Maya. Me estaban molestando apropósito — ¡Mañana es el primer partido de futbol de la temporada! Tienen que ir —David y yo asentimos y seguimos comiendo pizza escuchando las anécdotas de Maya con su práctica estos últimos días.

—Tenía mucha hambre —seguí tomando mi jugo de naranja y David sonrió de lado viendo hacia el césped del parque. Eran al menos las siete de la noche, estaba oscureciendo y me sentía muy en paz, con mi familia completa.

—Creo que se está quedando dormido —Maya pegó una oreja a mi panza y yo reí resignada, era obvio que lo haría cuantas veces quisiera. No me sorprendía en nada imaginarla dormida con una oreja pegada a mi vientre; era muy intensa.

—Sí, díganle buenas noches al bebé —suspiré y David puso su mano junto a la mía. Ambos nos acercamos disfrutando la compañía y el momento.

—Buenas noches a ti también, Coco —Maya acarició a la perrita dormida en el regazo de Dave y giré la cara viendo con atención el rostro de mi tormento.

—Gracias por la mejor cita de mi vida, —reí nerviosa —futuro esposo.  


...

Buenas, buenas, buenaaas. Siento la demora, son las 11:46 pm de un domingo. 

Hice todo lo que pude.

Les contaré mi tragedia: se borró toda la historia de word. Sí, así mismo. Tuve que borrar el documento porque al parecer tenía un "error" y no pude recuperar nada, estuve toda la mañana copiando de wattpad los capítulos. Para mi desgracia, sí, chicos, sí, pasó lo que están imaginando; ¡se borró todo el capítulo nuevo! Lloré mucho, pero bueno, lo logré reescribir después de casi darle un golpe a la pantalla :)

En fin, ¿cómo están? 

¿CÓMO PASARON SU 14 DE FEBRERO?

¿QUÉ LES PARECIÓ EL CAPÍTULO? 

¿QUÉ OPINAN SOBRE LOS PERSONAJES?

Sí, ESTOY GRITANDO, pero es para que comenten, a ustedes les encanta verme (leerme) estresada. 

Con mucho amor y un beso en la boca

-Nepasavoir.


Créditos a @memes_crild en instagram;) 




























Te amo; por si no te lo dijeron el día de San Valentín.

Ah, y eres un puto. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top