Capítulo 32 - Vulnerable
Capítulo dedicado a @DaanyMartinez <3
"Este capítulo fue realmente complejo, al igual que la trama. Trata tantas realidades de nuestra época que da entusiasmo leerla, hablo por mi y creo que por muchas mujeres lectoras mas, al decir que nos sentimos identificadas con alguna de las problematicas sociales que das vida. Con respecto a los protagonistas, es agradable ver como Ren supero su miedo e inseguridad al estar con David y que él se preocupe por cada situación que acontece en la vida de ella y el bebé. Es preocupante que no recuerden que Amelie es la madre legal de su hijo ya que podrían llegar a algún acuerdo si lo hablan a tiempo. El nuevo drama que se da con la aparición de Nick es preocupante porque es una persona peligrosa que no juega limpio. Pero tengo esperanza en que David juegue en papel de ángel en la vida de esas dos mujeres que han sufrido tanto por personas sin escrúpulos. Me encanta cada una de tus novelas, aun recuerdo como empece amando a Venus, hoy estoy enamorada de cada Crild. Éxitos y sigue deleitando con tu talento 💞 Saludos desde Argentina 🇦🇷"
Lauren.
Necesitaba calmarme.
David había llevado a Maya a un hospital para que le hicieran estudios desde los dedos de los pies hasta la última hebra de cabello. Estaba bien internamente, pero tenía un hematoma, un golpe en la boca y en el ojo y una marca de dedos en la mejilla. Todo por mi culpa.
Mi hermana había salido lastimada por mí. Por meterme con un hombre que no debía. Era mi culpa todo lo que había pasado. Si yo hubiera... Simplemente hubiera apartado a Nick de mi vida cuando este se apareció en ella, nada de esto hubiera pasado. Tal vez... Tal vez no estaría ahora con David, pero al menos mi hermanita no estuviera encerrada en su habitación con fiebre por el tremendo susto que le había causado mi ex. Era mi culpa y yo lo sabía mejor que nadie.
Solo debía calmarme.
Solté un gran suspiro y me apoyé en la puerta de mi habitación. Había estado aguantando las ganas de llorar desde que había encontrado a Maya ahí, en ese baño de la heladería cubierta de sangre, su sangre. Debía mantenerme fuerte para que ellos, (Maya y David), no notaran lo afectada que estaba con la aparición de Nick, que ni siquiera podía identificar como Nick.
Maya nunca había visto a mi ex, sí, le hablé mucho de él, sí, lo describí mucho, ella me dio una descripción parecida, pero las cámaras de seguridad de la heladería no mostraban nada, no mostraban la cara del sospechoso que salió por la ventana del fondo.
Todo pasó cuando menos me lo esperé y fue... Fue terrorífico. ¿Realmente Nick, mi ex novio, había agredido a mi hermanita?
¡¿Ese maldito se atrevió a tocar a mi hermana?!
Las lágrimas acumuladas salieron sin poderlas retener un segundo más y cubrí mi boca con una mano para que los quejidos no alertaran a nadie. No quería que ellos vieran lo que me afectaba aún él. Él y mi pasado. Por mi culpa mi hermana estaba en una cama con fiebre por el miedo. Por mi culpa.
Cubrí mi boca con mis dos manos y me dejé caer en el suelo aún llorando sin poder contenerme. No podía dejar de hacerlo, dejar de pensar, dejar de atormentarme. No podía calmarme.
Tenía miedo, pero no era por mí, era por mis seres queridos, por David y por Maya. ¿Y si les hacían daño por mi culpa? ¿Y si algo les pasaba por mi culpa? No podría vivir con eso, dos muertes más sobre mí serían mi fin. Era demasiado para mí.
—Dios... —un quejido salió desde lo más profundo de mi ser y escondí mi cara entre mis piernas llorando sin cesar, sin poder contenerme más —... Si de verdad existes, me debes odiar mucho... —sequé las lágrimas de mi cara pero rápidamente otras más las reemplazaron con simpleza. Ellas tenían vida propia ahora.
"Un feo tatuaje de cruz color negro cubría su bíceps"
¿Cómo alguien que se atrevía a acabar con una familia, tenía el descaro de llevar el símbolo de un hombre que murió por amor? ¿No era eso lo más hipócrita del mundo? Porque a mí sí me parecía así. Si ese sujeto, con dos disparos por parte de mi madre logró escapar, ¿qué podía esperar de ese Dios, que dejaba en libertad a los asesinos y no hacía nada para proteger a los inocentes? Simplemente no podía creer en algo como eso, me parecía ilógico, simplemente no podía creer en él porque cuando de pequeña lo hice, él me dejó sola. Dejó sola a mi madre, dejó solo a mi padre. Él no nos ayudó y, realmente, no tenía ningún motivo para creer en eso.
Ni porque la madre Carla me mandara a rezar veinte veces el padre nuestro, pude volver a tener fe.
— ¿Ren? —me separé de la puerta cuando David tocó suavemente y me levanté enseguida dándole la espalda cuando entró. No quería que él me viera así, vulnerable como siempre —. Lauren, mírame.
Boté un gran suspiro y me terminé de secar las lágrimas pasando un mechón de cabello detrás de mi oreja. Debía tener los ojos más rojos que un drogadicto.
—Ehm, ¿viste a Maya? —mi voz estaba más ronca por el nudo en mi garganta y me puse a la defensiva cuando él me intentó girar con sus manos en mis hombros.
—Mírame —pidió de nuevo y yo respiré hondo intentando no atorarme como un gato con asma. Cuando lloraba, solía trancarme al respirar, era muy raro.
—Estoy bien, solo... —sonreí para aligerar la tensión pero mis ojos se llenaron de lágrimas cuando se encontraron con los suyos. De nuevo él me estaba viendo vulnerable —. Lo siento mucho... —él me abrazó cuando rompí en llanto de nuevo y yo me aferré a él escondiendo mi cara en su pecho, ese idiota (hermoso) había roto todas y cada una de mis defensas, ya no me quedaba nada más, solo podía ser una llorona de primera.
—Está bien, ella está bien —sus dedos se deslizaron por mi cabello y yo lloré aún con mi rostro escondido en su pecho —. Todo estará bien...
—Fue mi culpa... —hablé entre quejidos y él negó separándome un poco de él.
— ¿Qué estás diciendo, Lauren? ¿Tú acaso sabías que él estaría en la heladería? ¿Acaso le dijiste que estaríamos ahí exactamente a esa hora? ¿Le pediste que atacara a Maya? ¿Lo ayudaste a entrar sin que nos diéramos cuenta...?
—...P-pero y-yo m-me junté con él... Y-yo lo c-conocí.... Si no hubiera sido por mí... Maya estaría bien... —rompí en llanto de nuevo y David negó abrazándome con fuerza, intentando mantenerme alejada del dolor en medio de sus brazos.
—Ren, si yo golpeara a Maya ahora mismo, ¿sería mi culpa o la tuya? —me separé confundida y lo miré sin entender —. Dime, si me levantara ahora, y golpeara a Maya o a Coco, ¿sería mi culpa o la tuya?
—Dave, ¿qué...?
—Responde —él me miró serio y yo fruncí el ceño sin saber qué decir.
—Tú no lo harías...
—Solo respóndeme eso, ¿sería mi culpa o la tuya? —él volvió a repetir esa pregunta y yo lo miré unos segundos fijamente antes de soltar un quejido de llanto continuo —. Sería mi culpa, Ren. Mía. Yo soy mayor de edad, yo tomo mis propias decisiones, yo decido o no pegarle a una niña de dieciséis años, yo soy el que decido golpearla o no en el baño de una heladería cualquiera, mientras su hermana está besando a su novio. Soy yo, no tú. Yo lo planeé, no tú. Yo le causé un hematoma en el ojo, no tú. Yo fui el que la agredió físicamente, eso no tiene nada que ver contigo. Yo fui el que salió corriendo al ver que su hermana se estaba acercando preocupada al baño de la heladería, entonces, ¿por qué es tu culpa cuando yo fui el que la golpeó? ¿Acaso tú me controlas psicológicamente? ¿Acaso tú me amenazaste de muerte si no lo hacía? La respuesta es no, Lauren, tú no eres responsable de mis actos. Yo sí. Tú eres una chica mayor de dieciocho que tiene la capacidad de tomar decisiones por sí misma, yo igual. ¿Por qué es tu culpa entonces? —sus dedos secaron mis lágrimas y no dudé en sentarme en sus piernas escondiendo mi cara en su cuello —. No te culpes de todo, Ren, esto no es tu culpa, no todo es tu culpa —suspiré y cerré los ojos cuando él dejó un beso sobre mi mejilla izquierda.
—No es mi culpa... —murmuré y sentí las lágrimas bajar por mis mejillas como cascadas —No es mi culpa...
—No es tu culpa —él repitió por mi y poco a poco cerré mis ojos sintiendo la caricia de sus dedos bajar y subir por mi espalda.
—Tengo miedo de que algo les pase, a ella, a ti, al bebé...
—No nos pasará nada, tú no lo permitirías, ¿o sí? —reí y volví a llorar negando, él también sonrió y dejó un beso en mi oreja provocando un escalofrío.
—Deja que Coco se quede, ¿sí?
— ¿Estás utilizando este momento de vulnerabilidad para manipularme respecto a la perra? —reí y él igual. Me conocía bastante bien.
—Quiero a Coco, en serio, en serio la quiero. Me recuerda... Ella me recuerda a todas esas niñas que conocí en el orfanato. A ella la abandonaron, Dave, ella era como yo, estaba luchando por sobrevivir, era muy pequeña y vulnerable y aún así luchó, déjame conservarla, ¿sí? Prometo limpiar sus regalitos si se hace por ahí. Coco no tiene una Maya en su vida, tampoco tiene a un David, yo sí. Quiero a esa perra, Dave, en serio...
—Ahora te estás comparando con una perra...
—Solo deja que se quede —lo miré con súplica y él suspiró pasando una mano por su desordenado cabello. Sabía que había estado pasando sus manos repetidas veces por él. David se había encerrado en su estudio cuando llegamos del hospital. No sabía a quién había llamado, pero hizo varias llamadas furiosas, se hallaba realmente furioso. Fuera quien fuera, no encontró a David Crild en su aura de paz interior.
—Ehm... —él calló cuando el timbre de la puerta principal sonó, ¿quién había venido a estar hora? —. Voy yo, quédate aquí... —me levanté enseguida y negué saliendo de la habitación. No quería ser tratada como una niña tonta.
—Está lloviendo mucho —fruncí el ceño bajando las escaleras y David me siguió aumentando su paso para llegar primero —. Son como las once de la noche para tener visitas, ¿de qué me perdí?
— ¿Stephany? —David alzó las cejas al ver a la pelirroja mejor amiga de mi hermanita en la puerta. Estaba empapada de pies a cabeza, nada raro con la tormenta que había allá afuera.
¿Qué hacía ella aquí?
— ¿Dónde está Maya? ¿Cómo está? ¿Está dormida? —sus preguntas causaron aún más dudas en mí y fruncí el ceño acercándome a ella.
—Tú... ¿Cómo sabes lo de Maya...?
—David nos dio a todas libre de crédito —abrí y cerré la boca sin entender y ella rodó los ojos dispuesta a dar una explicación más extensa —... La hermana Marina se compró unos tacones muy altos a escondida de la madre Carla, yo la reté a subir y a bajar las escaleras con ellos sin caerse, ella aceptó y esperamos a que todas las monjas se distrajeran con las labores para que ella cumpliera el reto. Ella perdió la apuesta y... Bueno, rodó por las escaleras. La llevaron al hospital, el que David pagó con el seguro y, pues, Marina vio a Maya, se lo comentó a la madre Carla, yo como buena curiosa me colé en la oficina de la madre para asegurarme que Marina no mencionara ni perjudicara mi honorable nombre y, apenas escuché lo de Maya... Vine hasta acá, ella dijo que está golpeada, ¿es cierto? ¿Qué le ocurrió...?
— ¿Viniste escapada? —David la interrumpió y Teffy suspiró asintiendo sin más —. Esto es muy grave, Stephany, allá todas deben estar preocupadas...
—No me importa, en serio, no me importan. Solo quiero ver a Yel, ¿puedo? —David y yo nos miramos unos segundos sin saber qué decir y luego ambos accedimos a que viera a mi hermana. Si había venido hasta aquí realmente debía estar preocupada, además, no la íbamos a dejar irse a esta hora.
—Shh, Coco —mandé a callar a la perrita que comenzó a ladrar detrás de Teffy y me pasé una mano por la cara esperando que Stephany terminara de subir las escaleras.
—Ellas son muy intensas, ¿no? —reí cuando David se acercó a mí y asentí lentamente viendo un punto muerto del suelo. Ellas siempre iban a ser Teffy y Maya.
—Siempre han estado juntas, siempre. Desde que son unas nenas, se conocieron por una muñeca toda fea que la madre Carla les dio para que jugaran, pelearon por ella y luego comenzaron a hablar. Maya era muy desconfiada estando muy pequeña, pero, con Teffy no, fueron la una para la otra. Aunque Maya aún es desconfiada con los demás y, no lo sé, contigo y con los demás Crild se desenvolvió muy rápido, le inspiran confianza, —me acerqué a Dave y dejé un beso en sus labios enrollando mis brazos en su cuello —igual que a mí.
— ¿Me tienes confianza? —él preguntó poniendo sus manos en mi cintura y yo sonreí asintiendo lentamente.
—Mucha, más que a cualquiera —lo volví a besar y me separé enseguida —. Eres afortunado —él sonrió y yo igual.
—Lo soy.
...
—Me encantas —murmuró y yo reí en medio de un gemido cuando comenzó a besar todo mi cuello de forma posesiva.
—Y tú a mí —jadeé deslizando mis uñas por encima de su camisa, no aguantaba más, necesitaba que lo hiciera.
—Eres una impaciente —terminé de quitarle la camisa ignorando su acusación y me senté sobre él quitándome la mía.
—Y a ti te gusta eso —sonreí y él apretó mis senos provocando que el calor subiera hasta mis mejillas.
—Es verdad —él no lo negó y sonreí cuando volvió a dar una vuelta dejándome boca arriba —. Pero me gustan las pausas —estiré mis brazos a los lados de mi cuerpo y dejé que su mirada recorriera libremente mi cuerpo. No había nada que ocultar, él conocía cada espacio de mi piel.
— ¿Ya? —pregunté sin poder aguantar más y él sonrió quitándose la última prenda que le faltaba —. Así me gusta más...
Comencé a gemir en voz baja cuando me penetró repetidas veces y ahogué mis gemidos en su boca intentando no moverme mucho para que la cama y la pared no nos delatasen. Maya y Teffy estaban en el piso de arriba.
— ¡DAVID! —gemí alto y eché mi cabeza hacia atrás cuando sus besos recorrieron el espacio de mi cuello deteniéndose en uno de mis senos.
—Amor, me encantan tu gemidos, son fantásticos, pero... No quiero dejar a dos niñas traumadas —reí y gemí cuando él me habló en voz baja. Clavé mis uñas en su espalda cuando sus embestidas se volvieron más rápidas y sentí mis piernas temblar a los lados de su cuerpo.
—Ellas saben que las personas grandes tienen relaciones sexuales, David... No son unas niñas... —él regresó a mis labios y ambos dimos una vuelta quedando ahora yo sentada sobre él.
—Sí, pero como padres tenemos que dar el ejemplo —reí y él volvió a dar otra vuelta quedando sobre mí.
—Necesitamos una cama más grande...
—A mí me parece perfecta esta —solté gemidos sin cesar esperando con emoción el orgasmo.
— ¡David! —todo mi cuerpo se tensó y relajó en cuestión de segundos y gemí por última vez temblando de una manera impresionante.
—Eres demasiado preciosa —lo escuché murmurar y abrí lentamente los ojos encontrándome con su mirada fija.
—Tú eres precioso también.
— ¿Todo bien? —él deslizó sus dedos por mi mejilla y yo sonreí por las cosquillas.
—Si algo te llegara a pasar, a ti o a ella, no sé qué haría... —lo detuve cuando él abrió la boca para replicar, simplemente quería desahogarme —. Eres el hombre más importante de mi vida, David Crild. Si algo te llegara a pasar, no sé qué haría... Te amo, ¿sabes? Nunca pensé poder amar a alguien así. Te amo tanto como amo a Maya, ustedes son las personas más especiales en mi vida, en serio yo... Me da miedo que algo les suceda a algunos de ustedes, hoy fue Maya, mañana puedes ser tú —deslicé mi mano izquierda por su mejilla y él cerró los ojos disfrutando la caricia —. No soportaría perderte, no quiero perderte.
—No me perderás, Ren, mírame —suspiré y levanté la mirada encontrándome con la suya —. No todo será perfecto, no te prometo felicidad absoluta, tampoco una vida sin preocupaciones, pero, te amo, yo sé que tú me amas igual, podremos contra el miedo —tragué saliva y aparté la mirada —. Quiero que hagas algo por ti.
— ¿Ah?
—Cuando estés lista, ¿puedes hacer algo por ti? —fruncí el ceño confundida. ¿No se suponía que se decía "por mi"?
— ¿Qué cosa?
...
—Les compraste dos pizzas familiares doble queso y les llevaste una coca-cola de dos litros, ¿en serio creíste que se iban a acostar temprano? —me seguí burlando de David y me apoyé en la encimera de la cocina bebiendo mi vaso de agua matutino. No podía faltar.
— ¿Crees que Maya quiera ir al instituto hoy? No sé si sea buena idea llevarla, tal vez le de fiebre estando allá —asentí y seguí disfrutando la tremenda vista. Mi tormento alias Davidcito se encontraba preparando el desayuno sin camisa. Él estaba de espaldas y yo estaba que me moría, ¿cómo es que podía estar tan bueno?
—Pues, creo que eso lo decidirá ella, ¿no? A pesar de que no soporte a sus compañeros, a Maya le gusta ser la mejor de su clase, no creo que falte a su examen de matemáticas, es hoy, estuvo practicando mucho ayer —suspiré triste. Aún me dolía recordar la escena tan horrible que había pasado mi hermana ayer en la heladería.
—Ya le falta poco para las vacaciones de verano, al menos tendrá un poco de descanso —asentí y sonreí cuando él colocó el plato lleno de frutas picadas frente a mí. Era parte de mi dieta de embarazada.
—Gracias —murmuré encantada con mi novio y comencé a comer lentamente disfrutando los diferentes sabores de las frutas. Me encantaba comer al natural y Dave lo sabía.
—De nada —él se sentó a mi lado empezando a comer dos sándwich gigantescos. Si no se llenaba con todo ese relleno, debía tener un pozo en el estómago.
—Ten —llevé una cucharada de mi comida a su boca y él hizo lo mismo compartiéndome de su creación; ¡estaba delicioso!
—Estás a dieta —él rió pero igual cedió a mi petición preparándome un sándwich. No se podía quejar, eran los antojos.
—Está tan bueno... —suspiré y solté un gemido de placer tragando.
—Así decía anoche —escuché unas risitas y me giré con la boca llena observando a mi hermana y a su mejor amiga.
—Hola, peques —David sonrió nervioso por la acusación y yo reí un poco apartando la cara. Bueno, al parecer sí habían escuchado.
—Hola, papás —Maya y Teffy rieron y se sentaron junto a nosotros en los bancos de la encimera.
—Llamé a la madre Carla anoche y le conté lo sucedido, Ren te llevará al orfanato después de llevar a Maya al instituto —Teffy asintió cuando David avisó y los cuatro comenzamos a comer hablando sobre todo menos el incidente del baño de la heladería. Estábamos intentando no pensar en eso.
— ¿Quieres ir al instituto? —le pregunté a Maya y esta asintió sin pensarlo. Se notaba decidida a ir a pesar de los golpes.
—Solo es superficial, además, puedo alardear que soy boxeadora y por eso estoy golpeada, ¿crees que me perderé esta oportunidad de respeto instantáneo? —Maya sonrió y Stephany rió viéndola fijamente. Se extrañaban mucho, se notaba.
—Pero ayer dijiste que te dolía el vientre, ¿no? —David frunció el ceño preocupado y Maya hizo un ademán con la mano dándole un bocado a su sándwich vegetariano. Maya era vegetariana.
—En todos los exámenes que me mandaste a hacer salí perfecta. Estaré bien, David, de algo me tendré que morir algún día —miré mal a Maya y esta apretó sus labios como diciendo, "no fue un buen comentario" —... Solo digo que estaré bien, necesito superar el promedio del hijo de la directora.
— ¿Te sigue molestando? —cambié de tema y ella se encogió de hombros observando a Teffy comer.
—Pues, la última vez que se metió conmigo, Alex le partió la cara —sonreí y asentí. Eso había sido hace dos semanas y, aunque David no había estado muy de acuerdo con la violencia de su hermano, sé que se sintió orgulloso de que defendiera a mi hermana.
—Es dos años menor y le dio una paliza —reí negando y terminé de comer quedando llenísima —. Voy a explotar.
—Bueno, quedó frutas por si quieren, me iré a duchar —sonreí cuando David salió de la habitación y caminé hasta la cesta de frutas buscando algo dulce. ¿Qué? Aún quedaba un espacio en mi barriga.
—Voy contigo —avisé y corrí detrás de él ignorando las miradas pícaras de mis "hermanitas" menores.
...
— ¿Por qué sonríes tanto? —Maya frunció el ceño montándose en el auto y yo borré enseguida mi sonrisa esperando que Teffy terminara de subirse.
—No sé de qué hablas —me hice la loca y puse en marcha el vehículo. El precioso impala era mío por hoy, ¡mío!
—Ajá —murmuró y le lancé una mirada a través del retrovisor.
Encendí el reproductor de música y me comencé a mover al ritmo de "My oh my" de Camila Cabello.
Suspiré y sonreí viendo la carretera. Nada mejor que tres orgasmos al mismo tiempo. David y yo habíamos tenido un encuentro casual, (nada planeado) en la ducha y yo no dudé mucho en utilizar mis inocentes encantos (nada maliciosos) en él. Sí, Maya llegaría tarde al instituto, sí, David llegaría tarde al trabajo, pero todos éramos felices y eso era lo importante.
"Hay tráfico moderado" pensé acelerando un poco más. No era muy experta manejando, pero estaba a punto de conseguir mi licencia de conducir y David me había estado enseñando lo básico. Yo sabía conducir un poco, pero lo había dejado de hacer hace mucho y se me habían olvidado algunas cosas. Mi mamá... Mi mamá era ingeniera mecánica y cuando era pequeña siempre escuchaba atentamente cada explicación que me daba. Por eso sabía algunas cosas sobre autos, me gustaba mucho el tema.
Ignoré la mediocre conversación de las adolescentes en los asientos de atrás y les lancé una mirada por el retrovisor. Ambas estaban actuando raro, no decía mal, solo... No sé, estaban actuando nerviosas entre ellas, se decían puras tonterías para no caer en el silencio incómodo.
—Lau, sales en el primer plano —Maya pasó su mano por los asientos mostrándome su teléfono y casi me atraganto con la saliva al ver mi rostro en el primer plano de, no solo una, sino varias páginas de noticias.
¡¿Qué rayos?!
— ¿Qué dice, Maya? —pregunté nerviosa sin poder conducir y leer a la vez. Lo único que sabía, es que eran las fotos del día de la fiesta benéfica, ¿por qué habían esperado hasta ahora para publicarlas?
—Dice, "la misteriosa chica opacó a la mayoría de los invitados y no precisamente con intención..." "...Fuentes cercanas nos informaron que, si bien no tiene ninguna relación anunciada con alguno los famosos hermanos Crild, es muy cercana a ellos, precisamente, al mayor de los Crild, con quien se le vio muy acompañada al llegar al lugar..." —tragué saliva nerviosa y sentí mi rostro arder. Mierda, estaban hablando de mí. De David y de mí —"...Lauren Thomson, menciona una fuente confiable, ¿podría ser la próxima señora Crild?" "¿Será ella acaso un factor negativo en el futuro matrimonio de Amelie Fave y David Crild? ¿Habrá matrimonio o no?" —apreté mis manos con fuerza en el volante y aceleré al máximo.
— ¡Lauren! Sé que es fuerte pero no quiero morir tan joven —Maya intentó calmarme y yo fruncí el ceño al ver dos autos negros a los lados del mío. ¿No eran los mismos de hace unos minutos? ¿Por qué no se alejaban?
—Ehm... Yelena, marca a David, rápido —hablé entre dientes y aceleré aún más esquivando un auto amarillo.
— ¿Pasa algo? —preguntó mi hermanita preocupada. No me molesté en responder, estaba intentando alejarme de esos autos, ¿eran ideas mías? ¿Me estaba volviendo loca?
— ¿Tienen abrochados su cinturones de seguridad? —Maya se acomodó en su asiento y se lo puso enseguida —. ¿Le marcaste a David?
—No me contesta... — ¡joder! Verdad que hoy tiene una junta importante con los accionistas. Mierda, mierda, mierda.
—Aceleraré un poco, chicas, prepárense porque creo que nos están siguiendo —pisé el acelerador al máximo e ignoré los chillidos de las chicas, era obvio que estaban tan asustadas como yo.
— ¡Lauren, para! ¡Para, Lauren! ¡PARA! —Maya gritó repetidas veces y luego de unos minutos que me parecieron eternos, estacioné escandalosamente y con bastante dificultad frente al instituto, casi chocando contra un poste, pero sanas y salvas.
—Las dos, corran adentro —las miré completamente seria y Maya salió del auto seguida de Teffy.
—No te voy a dejar aquí, Lauren, ¿qué...?
—No te lo estoy preguntando, Maya Yelena, les dije que entraran —le mantuve la mirada y ella simplemente apretó la mandíbula caminando con molestia al interior del edificio.
—No te quedes mucho tiempo aquí, Lolo —Teffy me lanzó una mirada preocupada y yo asentí lentamente esperando que ella entrara. Lo mejor sería que se quedara con Maya adentro mientras yo verificaba que todo estuviera bien aquí afuera.
—Contesta, Dave, por favor, contesta... —no quería interrumpir su junta pero en serio estaba angustiada. Con todo lo que había pasado ayer, no me quería imaginar pasando por lo mismo hoy, otra vez no.
Di tres pasos hacia atrás cuando los dos autos negros se detuvieron detrás del impala, muy bien estacionados.
Ellos nos estaban siguiendo.
...
Voy a dejar mi opinión sobre la historia:
Lauren es el personaje más fuerte que he creado. Opino eso de ella, la amo tanto como amo a David. Ellos son mi pareja favorita, (lo siento, #Niael, lo siento, #Stheven), pero hasta el momento, recontraamo #Daren. ¿Qué puedo decir? Hasta el momento no me quejo para nada de ellos y de sus decisiones. Son muy maduros.
¿Cual es tu opinión?
¿Algún personaje favorito? ¿Por qué?
¿Puto? El que lo lea.
Con mucho amor y un beso en la boca.
-Nepasavoir.
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