Capítulo 30 - Una bebé en la familia

Capítulo dedicado a @FuckBitchLife <3

"No, te entiendo es demasiado difícil y uno también tienes una vida, además eres una escritora increíble y la espera vale la pena por qué se nota que lo haces con amor y dejas el alma en cada párrafo. Algún día quisiera ser como tú (◍•ᴗ•◍)❤"

No necesitas ser como yo o alguien más, te aseguro que eres perfecta solo siento tú <3


Lauren.



—No me gusta que me dominen, soy completamente activa...

—Veremos eso —reí cuando él comenzó a besarme y poco a poco abrí las piernas sintiendo su cuerpo colarse en medio de ellas.

—Lauren, eres demasiado preciosa —David me recorrió lentamente con la mirada y yo sonreí, era como la cuarta vez que me lo decía —. Y me encanta que seas tan flexible —él tomó mi pierna izquierda y la puso sobre su hombro lentamente, haciéndome sentir los nervios de la primera vez con él.

—Vale, vale —jadeé cuando él se bajo por fin el bóxer y volvió a tocarme con su punta.

Siento que dolerá porque cuando le hice un oral a su paquetote aquel día en el closet, casi muero atragantada sin que él se diera cuenta. Ese día no lo...  hicimos, pero sí nos tocamos mucho.

—Si te duele paro, ¿vale? —él habló y yo asentí desesperada porque me embistiera de una vez; me encontraba demasiado mojada —. Ahora —pegué un gritito cuando entró completamente en mí y todo mi cuerpo se relajó al segundo que él terminó — ¿Te lastimé? ¿Paro? Lo siento mucho, yo...

—No, no... Sigue así —las lágrimas corrieron por los bordes de mis ojos y le supliqué con la mirada que siguiera con eso; se sintió demasiado... Delicioso.

—No te quiero hacer daño, yo... Vale, vale —murmuró cuando clavé mis uñas en sus hombros.

—Más rápido —jadeé cuando sus movimientos comenzaron a balancear mi cuerpo y alcé la cara cuando sus besos viajaron de mi cuello hasta mis senos una y otra vez, sin perder el ritmo —Más... —él jadeó aumentando sus movimientos y ambos nos echamos a reír cuando la cabecera de la cama comenzó a golpear la pared con fuerza.

—Bien, quédate quieta —David tomó mi otra pierna y la puso en su cadera aumentando los movimientos —. Me estás volviendo loco, Ren... —me perdí en los movimientos y solté gemidos sin cesar sintiendo el aire volverse más caliente de lo normal, todo el dolor, la excitación y las ansias se multiplicaron en placer, un placer que me hizo gritar hasta que los golpes de la cabecera y pared se unieron con mis gemidos.

Se sentía demasiado... Delicioso.

— ¡David! —apreté mis dientes y él tomó mis manos poniéndolas sobre mi cabeza sin dejarme moverlas. Solo reteniéndolas ahí; era obvio que él me dominaba en todos los sentidos.

Mis gritos aumentaron cuando él comenzó a embestirme con más fuerza, causando un sonido al unir nuestros cuerpos. No podía más, esto era demasiado...

Sí, me volví la pasiva.

—Bien... Ahora —entreabrí la boca cuando él tomó mis piernas y las abrió a su merced dejando mis manos en libertad.

—No puedo... Por todos los cielos... —él aumentó sus embestidas y yo puse mis manos en mi cara a punto de llegar al orgasmo por tercera vez en la noche; digamos que él antes había hecho otras cosas con su lengua.

—Dios, eres... Deliciosa... —él jadeó y yo estiré mis brazos sujetando las sabanas y todo lo que estuviera al paso de mis manos. Me iba a partir en dos.

—David... —jadeé y él soltó mis piernas dejándome enrollarlas en su cadera con la poca energía que me quedaba.

—Mírame —pidió el hombre de mis sueños y entreabrí mis ojos con mucha dificultad encontrándome con su rostro igual de sudado que el mío, la diferencia es que él se veía precioso hasta con la cara completamente roja —. Te ves preciosa —sonreí un poco y él me volvió a besar tocando mi cara sin detener sus movimientos ahora más precisos —. Estoy enamorado de ti —murmuró y sentí mis ojos llenarse de lágrimas porque por fin tenía la certeza de eso. David Crild estaba enamorado de mí tanto como yo de él.

Estaba más segura que nunca.

—Te amo—balbuceé y ambos llegamos al orgasmo sintiendo una tremenda sensación de placer recorrer nuestros cuerpos. Nunca en mi puta vida me habían hecho llegar dos veces de esa manera.

David cayó sobre mí sin aplastarme por completo y segundos después se echó a un lado respirando con dificultad al igual que yo; eso había sido increíble.

— ¿Estás bien? —murmuró con lentitud y yo alcé la cara encontrándome con su mirada preocupada; ¿por qué tenía que ser tan hermoso en todos los sentidos?

—Lo estoy, ¿y tú? —me acerqué lentamente y él sonrió pegándome a su cuerpo desnudo. Ambos estábamos sudados y acalorados pero el aire acondicionado estaba al máximo aliviando el calor.

—Estuviste genial —sonreí y lo besé de nuevo deslizando mi dedo índice por su pecho y abdomen.

—Tú más... —tragué con dificultad —Me acabas de volver la pasiva.

Ambos reímos y después de unos minutos me senté sobre él hablando y toqueteando su cuerpo. Era extraña la confianza tan grande que había surgido en una sola noche, pero con él no había ninguna vergüenza, él me hacía sentir linda en todo momento y eso me motivaba a no esconder nada sobre mí; nada que yo quisiera.

—Fue a los quince —él me miró con atención y yos suspiré poniendo mis manos en su pecho —. Yo... No sé si estaba enamorada, ya no recuerdo mucho lo que sentía, pero ese chico me gustaba mucho. Eso fue dos años después que mis padres ya sabes... Dos años después de quedar huérfana —David frunció el ceño pensativo y asintió lentamente deslizando sus manos por mis piernas desnudas —. Él desapareció, después de ese día desapareció. Al parecer tenía planeado quitarme la virginidad e irse de su orfanato...

—Fue un idiota —David murmuró y yo asentí haciendo una mueca —. ¿Cómo es que...? Joder, solo mírate, eres perfecta... —reí y aparté la mirada completamente roja —. En serio, Ren, eres demasiado... —él me recorrió con la mirada y las manos y yo cubrí mi cara sin aguantar esos cumplidos; que él los dijera hacía que mi corazón se derritiera —Eres preciosa, de aquí, de aquí y de aquí —señaló mi cabeza, mi pecho y mi cuerpo.

—Tú igual —murmuré y lo miré con atención esperando que él contara su historia.

—A los diecisiete —alcé una ceja y él rió — ¿Qué? No es juego, siempre fui muy tímido con las chicas y cada vez que alguna me hablaba simplemente me comportaba de la manera más idiota posible —reí y oculté mi cara entre mis manos sin poder imaginar eso.

— ¡Pero vi una foto tuya de cuando eras un adolescente! Eras demasiado guapo, ¿no tenías admiradoras o algo así? Dudo que no —lo acusé y él sonrió apartando la mirada.

—Sí, muchas chicas lindas gustaban de mí, pero a mí solo me gustaba una en especial que ni siquiera sabía de mi existencia —alcé mis cejas y lo miré con atención —. Se llamaba Cristal y fue con ella con quien perdí mi virginidad. Fue en una fiesta y ambos estábamos un poco tomados... Ella era dos años mayor que yo y tenía más experiencia. Me ayudó con el condón y te juro que apenas llevaba seis minutos cuando me vine, así, de la nada —ambos reímos y él se cubrió la cara avergonzado —... Me dio mucha vergüenza pero ella solo rió y me dijo que volviera a empezar después de unos minutos, me sentí orgulloso porque la hice llegar, después ella y yo nos acostamos otras veces más pero me dejó por un universitario cuando llevábamos casi un año saliendo —fruncí el ceño y toqué lentamente su cara.

—Fue una estúpida —murmuré y él sonrió dejando un beso en mis dedos —. Ella se debe haber arrepentido de hacer eso... Estoy muy segura —David me acercó lentamente a él y yo sonreí cuando me dejó a pocos centímetros de su rostro, todo mi cabello alborotado nos cubría como una cortina a los lados de nuestra cara.

—El universitario la embarazó y la dejó, ella ahora tiene dos hijos y espera otro. Es una buena mujer... Salió adelante sola y estoy orgulloso de lo que ha logrado, ¿sabes? Cambió mucho, solo espero lo mejor para ella —sonreí y dejé un beso en sus labios. Me impresionaba su cero rencor a las personas que lo lastimaron, yo era bastante rencorosa —. Cuando estaba con ella, me decía a mí mismo que no iba a querer a alguien tanto, pero ahora... —su mano se deslizó por mi cabello y tragué lentamente —. No eres solo una noche, Lau, no eres solo mi despecho o mi venganza... Tal vez no lo veas así ahora, pero quiero demostrarte que puedo ser lo que quieras. No me importa el qué dirán, no me importan los demás, yo en serio, en serio, te amo... Creo que me enamoré de ti desde la primera vez que te vi —reí con ojos llorosos y él sonrió tocando con suavidad mi cabello —... No estoy diciendo que... Que todo será perfecto, pero quiero que confíes en mí, ¿sí? No será fácil pero lo haremos, de mi parte lo haré, pero necesito que me digas si aceptas dejar la inseguridad de lado, por favor, solo dime —tragué con dificultad y aparté la mirada con los ojos llorosos.

"—Encontrarás el amor, mi vida, lucha por él, recuerda cómo luchó tu padre por nosotras..."

Tragué el nudo en mi garganta y suspiré secando mis lágrimas. Todo lo que mi madre me dijo aquella noche estaba sucediendo. Estaba pasando. Eso me tenía aterrada... Completamente aterrada.

—Tengo miedo... —las lágrimas volvieron a bajar y David me miró con los ojos llorosos —Tengo miedo de que un día te levantes y digas, "vaya, dejé a una mujer como Amelie por esto"... O algo como, "Lauren simplemente es la chica sexy del Burlesque New, al final simplemente era eso"... Tengo miedo de que algún día te des cuenta de que nunca me amaste, que no me amas. Que para ti solo haya sido un capricho o un deseo. Tengo miedo de amarte porque cuando amo algo, siempre sale todo mal, siempre pasa algo malo, siempre lo destruyo o me destruye... Y ya no quiero eso —negué cuando él intentó abrazarme, no quería que me abrazara porque terminaría llorando sin acabar de hablar—. P-pero tampoco quiero levantarme un día y pensar, "dejé ir a un hombre maravilloso por mi miedo a amar" o "perdí mi única oportunidad de amar a un hombre que en serio valía la pena por miedo a sufrir", porque tú lo vales, tú vales todo lo que he llorado... Y ya no quiero seguir negándome a algo verdaderamente bueno por miedo. Yo quiero estar contigo, yo en serio, en serio te amo. Y sí, quiero estar contigo —lo volví a besar y sentí sus manos recorrer mi espalda desnuda con lentitud, disfrutando el momento, el beso, los roces, la sensación. Porque por fin éramos libres de cualquier persona y teníamos derecho a ser felices juntos, esta vez juntos.

—Oficialmente, te daré la baticogida de tu vida —reí cuando David me volvió a girar y quedó sobre mí ahora besándome con confianza y fuerza, deslizando sus manos por todo mi cuerpo, haciéndome sentir, a la vez, más segura que nunca.

...

David.

—Lauren, sube —le pedí por quinta vez y ella negó abrazando con más fuerza al perro, era un cachorro de goldendoodle todo sucio. Era marrón y se veía como un carbón. Era obvio que había sido abandonado.

— ¡No! No lo puedo dejar así, tan solito, ¡mira su carita! —ella me miró como niña de cinco años y yo rodé mis ojos impaciente, íbamos a llegar tarde a la cita médica.

—Por favor sube, vamos a llegar tarde con el doctor Steven —Lauren abrazó con fuerza al perro y lo acarició una vez más antes de subir al auto silenciosa.

—Está tan solo... —murmuró viéndolo a través de la ventana y yo suspiré apoyando mi cuerpo del respaldo del auto —. Y tenemos mucho espacio en la casa... —me volvió a mirar a mí y yo aparté la mirada negado a caer en su intento de manipulación —. ¿En serio lo dejaremos aquí, solito? —entrecerré los ojos cuando ella hizo un puchero y sin poder evitarlo le eché una mirada rápida al cachorro, quien nos estaba observando fijamente como si esperara una respuesta —. ¿Lo podemos ayudar? ¿Lo puedes hacer por mí?

No caigas, David Crild, ella te está manipulando con su mirada.

—Bien, está bien —Lauren soltó un chillido cuando rodé los ojos y no tardó ni dos segundos en abrir la puerta para sentar al perro oloroso en sus piernas —. No, no. Atrás, va atrás. Puede tener una infección que afecte al bebé —no iba a dejar que ella se le acercara tanto sin antes ponerle vacunas y bañarlo, higiene ante todo —. Y solo será mientras le encontremos otra casa o algo —ella rodó los ojos y asintió sonriéndole al perro.

—Serás mío por un tiempo, hermoso precioso, te cuidaré y te daré muchos besitos y no te faltará nada porque yo te daré mucho amor —fruncí el ceño cuando se pasó con él a la parte de atrás, ¿me estaba dejando solo por irse con el perro?

—Lauren, si te dije que lo pasaras para atrás era para que no te le acercaras tanto —la miré por el retrovisor y ella suspiró pasándose con dificultad al asiento de copiloto. Sabía que tenía el cuerpo adolorido después todo lo que habíamos hecho anoche; hace un día había sido nuestra primera vez y me sentía verdaderamente feliz.

—Está hermoso, ¿verdad que está hermoso? —ella miró al perro con una sonrisa y yo miré al pulgoso por el retrovisor, él se encontraba justo en el medio de todo el asiento con las patas traseras abajo. Se notaba que tenía miedo por como temblaba, pero su posición alerta me indicaba que estaba preparado para huir de cualquier amenaza.

—Digamos que sí.

...

Lauren.

—Vaya, esto es... —el doctor Steven observó con más atención la pantalla y yo lo miré a él pensando en algo como "¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! ¡¿Esto es como qué?!"

— ¿Pasa algo malo? —David frunció el ceño preocupado y yo me removí nerviosa viendo la pantalla con temor.

—No, no, para nada —el doctor sonrió para tranquilizarnos y yo boté el aire relajándome un poco —. Solo... —lo miré sin entender y él sonrió moviendo un poco más el aparato sobre mi vientre —. De no ser porque en la pantalla no se ve nada, podría decir que... hay dos bebés y no uno—abrí mucho los ojos y después reí nerviosa por esa locura. Porque eso no podía ser y era una locura... ¿Verdad?

...

— ¡UN PERRITO! —Maya chilló y se lanzó al suelo abrazando al tembloso cachorro, parecía un chihuahua de tanto que temblaba el pobre.

—Sí, y solo lo tendremos mientras tanto —David aclaró cruzándose de brazos y yo me senté en el suelo haciéndole cariñito a mi nuevo bebé, tenía que ponerle un nombre.

— ¿Lo podemos llamar Coco? —Maya me miró con súplica y yo fruncí el ceño — ¡Míralo! Tiene el color de un coco y es tan tierno —el perro tenía mucho pelo y era marrón. Un poodle ligado con golden, nada más y nada menos.

—Yo le llamaría pulgoso —David murmuró y ambas lo miramos mal acariciando al pequeño.

—Coco está bien, vamos a llamarlo Coco —Maya hizo un puchero y yo miré al perro con bastante detenimiento.

—Le llamaremos Coco mientras tanto pensamos en otro nombre más decente —sonreí y suspiré pensando —. ¿Qué tal Zac Efron? —Maya rió y yo igual.

—Zayn Malik, eh.

—Canela pasión —ambas reímos y David nos miró sin entender a las dos.

— ¿Qué tal Taylor? Es igual de perro —reí por la broma de David y negué lentamente pensando en el pelinegro. No le contentaría para nada saber que su hermano mayor le estaba diciendo perro.

—Lauren, mira —fruncí el ceño y miré la parte íntima de Coco cuando Maya la señaló—. Coco es niña.

— ¿Qué? No, ¿es una niña? —Maya sonrió y le soltó las patas a la cachorra haciéndole cariñitos en una oreja.

—Tenemos una bebé en la familia. 


...

¿Le dejamos el nombre de Coco o lo cambiamos?

Sugerencias >

Preguntas:

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Qué creen que pase con Lauren y David?

Aviso importante:

Comencé las clases, (la tortura de nuevo), y estaré algunas veces muy ocupada. Intentaré actualizar los fines de semana como siempre, pero necesito que me entiendan si tengo algún retraso. 

Con mucho amor y un beso en la boca.

-Nepasavoir.















Puto el que lo lea.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top