Capítulo 24 - Todo bien 1/2


Capítulo dedicado a @Mely_gorsan, tremendo comentario <3

"Increíble, es lo único que puedo decir para referirme a esta situación. Comprendo como deben de sentirse Lauren y David. Sin duda opino que ambos deben seguir a sus corazones, sé que es difícil hacerlo, muchas veces es difícil siquiera escuchar lo que el corazón quiere decir, pero muy en el fondo tú siempre sabes lo que él te está diciendo por más que no quieras aceptarlo. Lo que escribiré a continuación es algo que me gustaría decirle a los personajes si pudiera hacerlo.

David, Sé que eres un alma noble que va por la vida viendo el lado positivo a las cosas y las mejores partes de las personas, no dudo que Amelie tenga un lado bueno y humano, Pero también tienes que darte cuenta de como te trata (o más bien de como no lo hace). Si bien es cierto que en las relaciones las personas no tienen que dar 50% y 50%, que a veces uno da 80% y el otro el 20%, pero que siempre exista un 100%. También es cierto que no siempre uno solo podrá estar dando el máximo y el otro nada; y eso es lo que siento que está pasando en tu relación, estás entregando todo y ella no está poniendo de su parte. Aunado a eso o por consecuencia ( a como lo quieras ver) estás sintiendo "algo" por otra persona, lo cual no está mal. Lo malo viene cuando hay confusión, pero si algo he aprendido es que "Si amas a dos personas, y no sabes cual elegir, siempre elige a la segunda. Ya que si realmente estuvieras enamorado de la primera no tendrías ojos para una segunda", te lo dejo ahí para que reflexiones. Lauren, ¿Qué podría decirte?, comprendo el sentimiento de autodesprecio, es algo por lo que cualquiera ha pasado en algún momento, pero eso no te debe dejar vencer. Quiero que veas al pasado (un vistazo muy rápido) y pienses en todo lo que has logrado y si eso lo hubieras hecho si realmente no fueras valiente y si no valieras tanto como mujer o como persona, todos los golpes que te ha dado la vida los has enfrentado con una fortaleza inmensa, y a pesar de todo aquí sigues, en pie y haciéndole frente a las adversidades. Piensa en eso, y con respecto a tus sentimientos... Vamos Lauren, no te engañes. Podrás engañar a todos los demás pero nunca a ti misma, por más que lo intentes, solo tú sabe lo que siente. Arriésgate a vivir aventuras, nunca te quedes con las ganas o el "hubiera" te matara, como dicen "Mejor decir que perdí pero lo intenté a no haberlo intentado y después pensar en lo que pudo haber sido". También te lo dejo de reflexión.Ahora si me despido, pero no sin antes mencionar que me encanta como escribes, ya te sigo en redes sociales. Tiene como 4 días que empecé a leerte (desde el primer libro) y no he podido parar, han sido días de desvelo pero valen totalmente la pena. Te felicito por tu creatividad y tu forma de atrapar a las personas con tu manera de escribir. Mucho éxito 🙊PD: creo que hice un comentario MUY largo 😳😅"




David.



Lauren me ama.

Realmente no sé cómo reaccionar a eso, me siento... Wow. Cuando me lo dijo estuve a punto de morir. ¿Me ama? Es... Realmente... Joder.

Me encanta.

Quiero estar con ella, solo con ella. Mientras la besaba no había otra cosa que quisiera más que estar con ella. Solo con ella. Quería poder besarla sin tener límites. Quería hacerla mía cada vez que quisiera sin nadie que me dijera que era malo. Porque solo sería mía. Yo la quería a ella y estaba completamente seguro de eso. Pero, ¿y ella? ¿Ella quería estar conmigo? No. No quería.

Ella misma me lo dijo y admito que dolió mucho. No sabía que me iba a afectar tanto su rechazo. No sabía que me afectaría tanto el rechazo de alguien a quien quería pero no amaba. Porque yo no la amaba... ¿Verdad?

Tenía un lío en la mente que pensaba solucionar muy pronto.

Pero primero, tenía que encontrar a mi hermano y a su prometida. ¿Dónde carajos estaban esos dos?

—Nada por allá —Rebecca llegó a mi lado y suspiré viendo a mí alrededor. Los invitados estaban empezando a notar que algo no iba bien y eso no me gustaba. Mataría a Daniel cuando lo viera.

—Lauren me dice que tampoco ha visto nada —Venus frunció el ceño y yo busqué a Ren con la mirada, ¿dónde estaba?

—De todos modos déjala, se está conociendo con el doc. Hacen una linda pareja, ¿no crees? —Rebecca suspiró mirando hacia un lado y yo le seguí la mirada encontrándome con la parejita antes mencionada. Lauren y Bryan.

— ¡Sí! Son muy lindos, me pregunto cómo saldría un hijo de ellos dos, ¿tú te lo imaginas, hermanito? ¿Ojos verdes u ojos azules? —miré a Venus sin nada de gracia y aparté la mirada apretando mi mandíbula con fuerza.

—No, no lo creo —respondí entre dientes y miré detenidamente la mano de Bryan en la mejilla de Lauren. Ella parecía estar contándole algo gracioso por como reía. Él solo la estaba mirando fijamente con una sonrisa. Una estúpida sonrisa. ¿Por qué se acercaba tanto a ella? Creo que era mucho. Dos metros de distancia estaría bien. No, la música no estaba tan fuerte, tres metros de distancia estaría perfecto.

Solo quería que se alejada de ella.

—Bien, creo que le quedó bien el labial, mira que si se besa con él, espero no lo arruine todo —ambas mujeres rieron y yo deseé que la tierra me tragara. ¿Por qué tenían que hacer ese tipo de comentarios a cada rato? ¿No podían entender que Ren era mía? Bueno, no mía, pero tenía algo conmigo...

¿Con qué moral estaba hablando? ¿Qué rayos me pasaba? Yo tenía prometida. Quisiera o no a otra, Amelie era mi novia, la mujer que supuestamente se casaría conmigo. La mujer que... Que amaba. Y mientras eso estuviera en pie, yo no tenía ningún derecho en la vida de mi tormento alias Ren. Ella era libre de hacer lo que quisiera.

Y yo no era nadie para impedirlo.

— ¡Joder! Los voy a matar, no los encuentro por ningún lado —Taylor llegó con el ceño fruncido y le seguí la mirada a Venus cuando ella abrió los ojos un poco impresionada.

—Wow, es hermosa —murmuró y todos miramos a una chica bastante atractiva. Era rubia, elegante, seria... Y con un toque de frialdad que hacía que te quedaras paralizado.

— ¿Ese no es Sebas? El capitán de barco que conocimos en Miami —Venus asintió con una sonrisa y corrió a saludar al rubio. Venía al lado de la chica rubia que había dejado prendado a mi hermano menor. Parecía sorprendido o algo extraño. ¿Qué le pasaba?

— ¡Hey, preciosa! —Sebas abrazó a Venus cuando la vio y la cargó un poco moviéndola de lado a lado —. Mi escritora favorita —Venus rió y miró a la rubia que estaba junto a Sebas, ella se veía bastante callada.

—Mi capitán favorito —Venus sonrió y miró a la chica curiosa —. ¿Eres Phoenix o...? —Sebas rió negando y señaló detrás de ellos. Venía entrando una chica bastante hermosa. Parecía ser la mayor aunque no le calculaba una edad exacta, también era bastante joven.

—Venus, ellas son mis hermanas. Miley Russell y Phoenix Russell. Dania me dijo que las quería conocer y bueno, mis dos princesas—todos nos presentamos y sonreí cuando la chica que parecía ser más extrovertida (Phoenix) me dio un gran abrazo a mí y a Venus.

— ¡No lo puedo creer! Te amo a ti y a tu hermana. Tú eres precioso, provoca besarte cada vez que veo tu cara en una revista —pasé una mano por mi nuca nervioso. Era bastante intensa —. ¡Y Venus! TE AMOOOO, te amo, te amo, te amo —la abrazó con fuerza y mi hermana rió correspondiéndole —. Soy MEGAFAN tuya. Dile a Sebas, pregúntale qué pasó con la foto que se tomó contigo —todos miramos al rubio y él rió avergonzado y nervioso —. ¡LA ENMARCÓ EN EL PENTHOUSE! Sales tú con él en la playa, ¡yo te conocí primero! —Venus rió y ocultó su cara un poco avergonzada, supongo que aún se ponía nerviosa cuando tenía fans cerca.

—Por cierto, ¿me puedo tomar otra foto contigo? Es para un trabajo... —Sebas se acercó a Venus y sonrió haciendo que la ojiazul sonriera asintiendo.

—Lástima que no hay un balón por aquí —me sorprendí al escuchar la voz de mi cuñado a mi lado. Sthepen se encontraba viendo sin nada de emoción a Sebas y a Venus. Realmente parecía molesto.

— ¿Celoso, Wells? —alcé una ceja y este rió negando. Eso se escuchó más falso que el "te odio" de Venus.

—Para nada —sonrió caminando hasta su esposa. Cuando Venus terminó de tomarse fotos con Phoenix y Sebas, Sthepen tomó su mano y se la llevó en un rápido movimiento, ¿a dónde iban?

— ¿Y dónde está el amor de mi vida? Digo, ¿dónde está Dania? —sonreí cuando Sebas se acercó a mí un poco intrigado. Si Daniel hubiera escuchado eso, sería hombre muerto ese rubio.

—Arreglándose, aún faltan unos minutos para que empiece todo —Sebas asintió y busqué a mi hermano menor con la mirada.

Alcé una ceja cuando vi la cara de idiota de Taylor. No dejaba de ver a cierta rubia que parecía muy concentrada en su copa de vino. ¿Le gustaba? ¿La conocía? ¿De qué me perdí?

Nunca había visto a Taylor en ese estado. Ni siquiera se le había acercado para saludarla. Parecía estar ¿nervioso? ¿Raro?

— ¿Pasa algo, hermanito? —lo miré con burla y Taylor apartó la mirada enseguida. Como volviendo a la realidad.

— ¿Qué? ¿Ah? No, nada —balbuceó y sonreí mirando a Miley. Realmente era preciosa, pero parecía muy fría.

— ¿Por qué no le hablas? ¿Tienes miedo? ¿Por qué la miras tanto? —lo ataqué con preguntas y luego le di un sorbo a mi copa de vino divirtiéndome con su expresión nerviosa. Nunca lo había visto así.

— ¿Qué? No, no es eso. Solo que... Me parece conocida, sí, es eso... —se removió nervioso y la vio unos segundos más antes de suspirar con algo de nostalgia.

— ¿Te gusta? —lo observé con atención frunciendo un poco el ceño y Taylor se aclaró la garganta tomando un trago de vino.

—La conocí en el instituto. Ella era... Era... Hermosa, igual que ahora. Bueno, ahora se ve más preciosa, pero en fin. Pasó algo, uno de los jugadores la avergonzó delante de todos en la escuela. Cuando fui de nuevo a su instituto no apareció más, parecía perdida del mapa. Supongo que volvió tiempo después, pero ahora está cambiada, ya no es la misma —él frunció el ceño y la miró con atención tragando un buen sorbo de vino.

— ¿Te gustaba? ¿La tratabas en ese tiempo? —Taylor tomó más vino y centró su mirada en el suelo.

—No lo sé, hermano. No sé —él negó y yo puse una mano en su hombro para animarlo. ¿Por qué parecía estar así? No sabía que le afectaba tanto esa chica. Ahora tenía más curiosidad por conocerla, quería saber si ella recordaba a mi hermano de la misma forma.

—Ehm... David —me sorprendí cuando la dueña de nuestra conversación apareció a mi lado con algo de distancia —. Disculpa la interrupción, solo... Quería saber dónde está la novia, ¿es Dania Jones, no? —asentí viéndola con atención y detuve a mi hermano del borde de su traje de vestir para que no huyera. ¿Nervioso el tío soltero, millonario, playboy, filántropo, eh?

—Sí, solo se está arreglando para comenzar todo —Miley asintió lentamente y suspiró levantando la mirada curiosa, encontrándose así, por fin, con la mirada de mi hermanito, el chico cero compromisos.

Y ambos se quedaron así. Viéndose fijamente a los ojos. Justo como dos idiotas.

—Ehm... Yo ya vengo, tengo que hacer algo...  —no sé lo que dije, simplemente me alejé de ahí viendo con curiosidad a esos dos. Se sentía un ambiente raro, una tensión extraña. Parecía cosa de locos, pero aquellos dos tenían una energía única. Había mucha química entre una Russell y un Crild...

Me alejé de ahí y busqué con la mirada a Ren, ¿dónde estaba? La perdía de vista un segundo y se desaparecía.

—Tienes aquí también —escuché unas risas y entorné los ojos cuando la mano de Bryan se detuvo en el vestido de Lauren. Al parecer a Ren le había caído un poco de chocolate y Bryan se lo estaba quitando con una servilleta.

Suspiré y me escondí en un pasillo blanco que había detrás de ellos; menos mal no había nadie por aquí.

—Ups, mejor voy al baño —balbuceó Lauren intentando tragar todo el chocolate y Bryan sonrió asintiendo.

—Vale, con cuidado —dejó un breve beso en los labios de Lauren y deseé ir hasta él para partirle la cara. ¿Quién se creía? Él no era novio de Lauren, no tenía derecho a besarla. Y mucho menos cuando minutos antes había estado a punto de hacerla mía. Si no hubiera estado Dael, claro.

Di un paso para caminar detrás de ella pero una figura bastante conocida se detuvo frente a mí, mirándome con seriedad.

— ¿A dónde vas? —preguntó Amelie con los brazos cruzados y yo suspiré removiéndome ansioso.

—Al baño —señalé el pasillo y Amelie alzó una ceja sin nada de alivio.

—No tengo ni un pelo de tonta, David Crild, vas detrás de ella, ¿no? —aparté la mirada y luego suspiré. Le estaba haciendo esto a ella... La mujer que se suponía amaba hace unos meses. A mi futura esposa...

—Es que necesito hablar con ella, Amelie...

— ¿Hablar? ¿Más? Creo que ya hablaron lo suficiente, tu ne crois pas? ¿O me ves cara de stupide para que creas que no noté cómo salieron ustedes dos acomodándose la ropa? Ils se sont embrassés, putain! Al menos hubieran disimulado sus caras, ¿cómo me puedes hacer esto a mí, David? ¡Soy tu prometida, merde! —sus ojos me evaluaron y yo clavé mi vista en el suelo avergonzado conmigo mismo. Al menos nadie estaba escuchando ese espectáculo. Amelie cuidaba muy bien su imagen ante los demás, era muy precavida con eso.

—No quiero seguir con esto, Amelie —suspiré y ella abrió los ojos un poco asombrada —. Tu ne mérites pas ça. Sé que ambos hemos fallado pero no permitiré que caigamos tan bajo el uno por el otro. Me gusta Lauren, plus que je ne le pensais. Mereces algo mejor y yo merezco ser sincero conmigo mismo, ¿podemos acabar con esto sin llegar a los extremos? Por favor, entiéndeme, tú no mereces esto, amor. Eres una mujer extraordinaria con un grandioso futuro, eres hermosa, lo sabes... Yo estoy muy confundido y no te arrastraré conmigo... —callé cuando la palma de la mano de Amelie impactó en mi mejilla con tremenda fuerza.

— ¿Cómo me puedes decir eso? Après tout ce qu'on a prévu! David mírame, ¿vas a acabar todo por ella? Tú me amas a mí, me amas, lo sabes, ¿qué es lo que pasa? —me miró con desesperación y yo apreté mis labios dispuesto a marcharme de ahí.

—No puedo... —le pasé por un lado pero ella me tomo del brazo enrollando mi cuello con sus brazos a modo de súplica.

—Por favor amor, piénsalo, espera, David, vamos a hablar —mis ojos se llenaron de lágrimas y aparté la mirada.

Eso mismo me dijo cuando me engañó por segunda vez, cuando se lo reproché. Nunca le dije que yo me enteré de la primera vez, simplemente lo dejé pasar, pero cuando ocurrió por segunda vez no puede soportarlo más y ahora, ella estaba así, justo por mi culpa; yo fui el que falló esta vez y me dolía mucho.

—Me importa mucho Ren —murmuré y ella hizo una mueca de dolor viéndome con firmeza.

—Podemos solucionar esto, cariño, solo dame una oportunidad, ¿sí? Soy tu prometida, por favor, David... —la miré fijamente a los ojos y luego aparté la mirada quitando con delicadeza sus brazos de mi cuello.

—Puedo... Solo quiero ir a pensar... —ladeé la cabeza y me alejé de ahí. Del salón de baile, de todas las personas a mi alrededor.

...

Lauren.

Reí y negué caminando hasta el baño. Tenía algunas manchas de chocolate en el vestido y me veía patética, pero por suerte sí se quitaban con la servilleta.

Me miré frente al espejo y toqué mis labios por el beso. Pero no por el beso de Bryan, sino de David. David y yo nos habíamos vuelto a besar...

Realmente me sentía rara, me sentía dividida entre lo correcto y lo que quería. Lo correcto era rechazar a David para que abriera los ojos y reaccionara ante esa locura de terminarle a su prometida por mí, por un capricho. Lo que quería... Besar a David y hacerlo mío cuantas veces quisiera, decirle que mandara al carajo a Amelie y que se quedara conmigo. Lo que quería es que él fuera mío. Pero ahí estaba, esa voz que me decía siempre lo que era correcto... Y mi obligación era apartarme y que él decidiera lo que quisiera. David era inteligente y sé que siempre elegiría lo mejor y lo más correcto para él, y eso era Amelie Fave, la famosa modelo tremendamente exitosa y hermosa. No yo, Lauren Thomson, la encargada del hijo de ellos dos.

Mis ojos picaron un segundo y no me permití llorar forzando una sonrisa a mi reflejo. Ahí estaba yo, siempre sonriente. Así es como debía ser.

Respiré hondo y analicé mejor mi maquillaje. Rebecca sí que se lució. Cuando nos fue a buscar a mí y a David por la desaparición de los novios, (que aún no habían aparecido), me vio con el maquillaje corrido y no dudó mucho en arrastrarme a una de las habitaciones para aplicar su precioso don en mí. Justo ahora, podía decir con seguridad que tenía el delineado más perfecto del mundo.

—Bien, Nastia, te toca sonreír y aparentar normalidad —me miré fijamente a los ojos a través del espejo y toqué mi cuello recordando los labios de David ahí. Cerré los ojos y boté el aire estremeciéndome.

Me lo quiero coger.

Levanté la cara y mordí mi labio inferior resignada. Eso no pasaría nunca. Él tenía prometida. Lo amaba, pero sabía lo que era dar el brazo a torcer. Si esa era su decisión, yo la debía respetar, primero que nada, estaba mi dignidad.

Terminé de quitar las manchas y tomé una gran respiración saliendo de nuevo al gran salón, en donde me encontré con una escena muy curiosa.

Taylor estaba intentando sacarle conversación a una rubia bastante hermosa quien no se veía muy interesada. Ella... Lo estaba ¿rechazando? ¿Taylor Crild rechazado?

Fin del mundo, amigos.

— ¿O no lo recuerdas? —escuché la voz del pelinegro y me acerqué un poco curiosa, quería saber de qué hablaban esos dos.

—No, no lo recuerdo... —la voz de la chica era bastante linda. Ronca, femenina y sexy. Ella era bastante wow.

— ¿Segura? —Taylor se acercó lentamente a ella y pude notar cómo se encogía para luego alzar la cara nada intimidada. Ambos sonrieron con obvia arrogancia y se observaron retadoramente unos segundos más antes de tomar un sorbo de vino con lentitud.

—Sigue esperando, pero me alegra que eso no haya pasado a más —escuché la voz de la chica y alcé las cejas cuando Taylor sonrió un poco ¿enganchado? Ay, el tío soltero millonario, no parecía querer estar muy soltero.

—Bueno, es una lástima porque recuerdo que morías por... —Taylor calló cuando se escuchó un grito femenino seguido de varias reprimendas. ¿Qué rayos estaba pasando?

— ¡¿Dónde estabas, eh?! —corrí hasta Rebecca cuando ella siguió regañando a Daniel. El chico parecía cansado de sus reprimendas, se veía bastante relajado y tenía la ropa algo descolocada.

—Fui a... Tomar aire fresco —Daniel sonrió y Rebecca entrecerró los ojos cruzada de brazos. Ella era la dama de honor más perfeccionista que había conocido en mi vida.

— ¿Y Nany? No me digas que no sabes... —lo apuntó con el dedo y Daniel sonrió un poco apartando la mirada. Uy, estaba segura de qué era lo que había pasado.

—En su habitación arreglándose, creo que allá está mamigre —Rebecca abrió mucho los ojos y salió casi corriendo en dirección a su prima. ¿Quién era mamigre?

— ¿Quién es mamigre? —le pregunté a Daniel y él sonrió de nuevo pasando una mano por su cabello. Al levantar el brazo, se le movió un poco el cuello de la camisa y pude ver un pequeño chupetón en su cuello. Vaya, él y Dania no tenían límites.

—Es la abuela de Joli, la amarás cuando la conozcas —asentí confundida y me acerqué un poco a él acomodándole el cuello de la camisa.

—Al menos disimula, campeón, tienes el cierre abajo —él abrió mucho los ojos y yo le guiñé un ojos marchándome de ahí entre risas.

Era mentira lo del cierre, pero él solito se delató con su expresión.

Toda mi alegría acabó cuando vi a David salir de un pasillo del salón central. Amelie no tardó mucho en seguirlo y di un paso atrás cuando sus brazos se enrollaron en cuello de mi tormento hablándole de cerca. Parecían estar distraídos de su alrededor.

—Lau —alguien me llamó pero no presté atención, simplemente me quedé viendo la escena con un malestar en el pecho —. Hey, Lauren —mordí mi labio inferior para evitar que este temblara y fruncí el ceño confundida cuando David separó a Amelie lentamente de sí para irse de ahí. ¿Eran ideas mías o estaba triste? — ¡LAUREN!

— ¡¿Qué?! —miré a la persona con fastidio y abrí mucho los ojos al ver a Sebas, un chico que había conocido hace tiempo en el centro comercial. Fue tanta la casualidad que ambos terminamos haciendo las compras juntos y después fuimos a comprar un helado. Ese día me encontraba molesta con Nick por algo que hizo mientras yo dormía. Hablé bastante con Sebas, era un chico muy lindo y de muy buenos sentimientos — ¡SEBAS! —le salté encima y el rubio rió correspondiendo mi abrazo.

— ¿Cómo estás, preciosa? Tenía mucho sin verte —él rió y yo lo miré con emoción contenida.

—Un año, para ser exactos —él sonrió asintiendo y luego miró a su alrededor un poco curioso.

— ¿Qué haces aquí, preciosa? —preguntó bastante confundido y yo sonreí un poco nerviosa. David aún no había anunciado que yo estaba esperando un hijo de él. Solo lo sabía la familia y los amigos cercanos.

—Verás... —tomé su mano y la llevé lentamente a mi vientre deteniéndola ahí —. Estoy esperando un hijo de David —Sebas rió y yo sonreí por su reacción. Él pensaba que era una broma.

—Ajá, ¿tú embarazada? Cuéntame más —me removí incómoda y puse un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Sebas... Estoy embarazada en serio —él rió ahora sin muchas ganas y miró mi vientre y a mí repetidamente.

—Estás bromeando, ¿verdad? —me miró esta vez serio y yo suspiré negando con lentitud —. Lauren, carajos, ¿cómo que estás embarazada? ¿Qué rayos pasó? —preguntó preocupado y yo caminé junto a él para tomar asiento, hablar de este tema ya me había hecho sentir mal —. David está casi casado, ¿acaso engañó a Amelie? ¿Ella sabe? ¿Cómo es que...?

—Sebas, cállate —rodé los ojos y el rubio obedeció viéndome con atención —. Solo alquilé mi vientre, tendré a este bebé pero no es mío, es el bebé de Amelie y David —Sebas frunció el ceño y tomó un buen trago de vino para pasar el tema.

— ¿Embarazada por encargo? —asentí y él alzó las cejas completamente impresionado —. Pero te conozco, tú no harías eso así porque sí, ¿tienes algún problema? —sonreí y negué. Sebas y yo nos habíamos visto después de nuestra coincidencia varias de veces más. Si no hubiera sido por su trabajo nuestra amistad hubiera seguido en pie.

—No, tonto, no hay ninguno, solo... —un cuerpo chocó conmigo por detrás de la silla y alce una ceja cuando Maya se sentó a mi lado un poco agitada. Algo me decía que había estado haciendo una travesura y, para que no la descubrieran, ahora estaba intentando disimular.

—Vaya, los dioses bajaron del cielo —mi hermanita le sonrió a Sebas y este rió por su comentario. No sé de dónde había sacado ese comportamiento.

—Veo que hay una mini tú —Sebas alzó una ceja y yo reí con una mueca de espanto. Maya no se parecía a mí, ella era mucho mejor.

—Nah —dijimos ambas al mismo tiempo riendo y Sebas sonrió.

—Sebas, ella es mi hermana Maya, Maya, él es un amigo —los dos se estrecharon las manos y ella lo miró unos segundos más sonriendo embobada.

—Eres muy guapo —le guiñó un ojo y Sebas rió aclarando su garganta.

—Tú también eres muy preciosa —Maya rió y asintió con confianza.

—Gracias, ¿qué edad tienes? —le preguntó curiosa y Sebas sonrió interesado en la conversación.

—Veintitrés, ¿y tú? —sonreí. Él tenía la misma edad de Georgia.

—Dieciséis, ¿tienes novia? —miré a Maya con reproche y ella rió esperando la respuesta de Sebas.

—No, preciosa, no tengo novia, ¿y tú, algún chico? —Maya hizo una mueca y negó tomando un sorbo de coca cola.

—No me gusta eso —mi hermanita sonrió incómoda y yo me levanté un poco cansada de la conversación.

— ¿Los chicos o los novios...?

—Chicos, ya vengo —los interrumpí y sacudí mi trasero caminando hacia la habitación en donde estaba la novia. El evento estaba a punto de comenzar y realmente me sentía bastante ansiosa.

Sonreí a punto de llegar pero no me dio tiempo de dar un paso más cuando una mano se enrolló en mi brazo y me jaló hacia un cuarto oscuro, del tamaño de un armario.

— ¡No, déjame! —chillé aterrada por mi miedo a los espacios cerrados, no los soportaba.

—Shh, Ren —escuché el murmuro de David y mi corazón latió desesperado en mi pecho por el madre susto. Pero aún así no se me quitaba el miedo, quería salí de aquí.

—No, David, no soporto este lugar, yo me quiero ir, no... —sus labios chocaron con los míos causándome escalofríos y suspiré cuando su boca su unió a la mía en un beso lento y demandante.

—Te elijo a ti —murmuró y tragué con dificultad —. No seré un idiota que desaproveche una oportunidad con una mujer así, y me encantas muchísimo. No me importa que sea un capricho o la realidad... Solo sé que quiero estar contigo —me volvió a besar y cerré los ojos olvidándome de todo. Del espacio cerrado, de la oscuridad. De lo correcto. De Amelie... De mis problemas. Solo me enfoqué en David Crild y en mí, porque eso, él, nosotros... Era lo único que realmente quería —. Solo te quiero a ti, Ren. 


...
















Puto el que lo lea.

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