Capítulo 20- Realmente estúpido
Capítulo dedicado a @mjaramar<3
"Lo adoro; pero si en verdad quiere a Lauren tendría que dejar a Amelia. Ya sé dió cuenta que no ama a Amelie, ahora solo falta que la deje. Lo que está haciendo esta mal y solo se esta lastimando. Por eso lo puede uno odiar pero aún le falta que le llegue la realidad ( Amelie)."
David.
— ¿Qué? No, lo hice yo sola, todo yo —Maya me miró seria y yo entrecerré los ojos.
—Bien, pero igual, le diré a mamá para que los castigue —Thomas y Alex me miraron mal y yo sonreí sin que me vieran.
— ¿Cómo se portaron? ¿Qué hicieron? —les preguntó Lauren a los chicos. Enseguida Alex y Maya comenzaron a platicar intentando persuadirla del castigo.
— ¿Quién los viene a buscar? —le pregunté a Thomas aprovechando que era el único que no estaba adelante hablando con los demás. Él miró al suelo como pensando y luego alzó la cabeza cuando recordó.
—Daniel o Sthepen, no recuerdo. Creo que Wells nos iba a llevar a comer helados —asentí lentamente y luego miré al frente.
—Creo que ese es Daniel —Thomas miró lo mismo que yo y ambos caminamos más rápido cuando la camioneta de mi hermano menor se estacionó frete a nosotros.
—Vaya, vaya —mi hermano sonrió cuando se encontró con nosotros y yo rodé los ojos porque me iba a comenzar a fastidiar con Lauren.
— ¿Cómo estás? —preguntó Lauren dándole un beso en la mejilla. Él sonrió y, cuando iba a responder, enfocó su mirada en la hermana menor de la mujer que me estaba volviendo loco.
— ¿De qué me perdí? —Maya me miró a mí y yo sonreí tocando su hombro; era claro que ella no sabía qué responder.
—Maya, él es mi hermano menor. Daniel, ella es mi...
—Mi hermana —Lauren atajó sonriendo nerviosa. Daniel asintió un poco confundido y luego le sonrió a Maya haciendo que esta lo mirara fijamente.
—Tú también eres muy guapo —murmuró y Daniel alzó una ceja divertido.
—Gracias, preciosa, pero tengo que aclarar que me voy a casar —todos reímos y luego de unos minutos más hablando, hice la tan ansiada pregunta.
— ¿Cuándo es la boda, Daniel? Llevan un mes atrasándola —mi hermano hizo una mueca y luego se pasó la mano por el cabello bufando.
—Realmente no lo sé, Joli y yo estamos intentando no ser tan intensos con eso, ya sabes, dejar de ser tan perfeccionistas —asentí lentamente; Joli era el apodo que él utilizaba para referirse Dania desde que eran niños.
—Bien, ¿y cómo está Dael? Tengo días sin verlo —Lauren miró a Daniel atentamente cuando yo pregunté; era claro que ella le tenía cariño al bebé.
—Dijo "pa", Dania está que se muere porque no dijo "ma" de primero —reí y negué. No entendía la competencia entre padres por sus hijos.
—Dile a Dania que cambié de teléfono —Ren le pasó un papel a Daniel y este lo guardó en el bolsillo de su chaqueta asintiendo —. Ese es mi número, cualquier cosa que me escriba.
—Dale, le avisaré, desde hace días quiere verte —Ren sonrió y yo no pude evitar verla fijamente. ¿Cómo le había hecho para llevarse tan bien con mi familia en tan poco tiempo? Yo no era ciego, era obvio que a mis hermanos no les agradaba Amelie, pero Lauren fue aceptada muy rápido.
— ¡Yo igual! Y a Rebecca —dejé de prestarle atención a esa conversación y me centré en la conversación de los adolescentes. Maya, Alex y Thomas, quienes hablaban y reían sin parar sobre todo lo que habían hecho hoy.
—Maya, —la llamé. Necesitaba preguntarle algo — ¿cómo hiciste para activar todos los detectores de humo? —la menor sonrió y los gemelos rieron apartando la mirada.
—Un mago jamás revela sus secretos, pitufo mayor —asentí lentamente por su respuesta y entrecerré los ojos cuando noté la mirada que Thomas le estaba echando.
—Bien, creo que mejor los llevaré a casa antes de que mamá se preocupe —asentí y dejé que todos caminaran adelante antes de agarrar a Thomas por la capucha de su chaqueta.
— ¿Te gusta Maya? —lo miré fijamente y sonreí cuando mi hermanito menor se puso completamente rojo.
— ¿Qué...? N-no, no...
—Te gusta Maya —finalicé y él resopló viendo al frente.
—Sí, pero no tengo oportunidad —fruncí el ceño cuando habló un poco desilusionado.
— ¿Por qué lo dices?
—Nos dijo a Alex y a mí que no le gustan menores, además... —calló cuando todos se detuvieron y yo lo miré sin saber qué decir.
— ¿Además? —alcé una ceja y él miró a Maya un segundo antes de apartar la mirada negando.
—Es imposible en todos los sentidos —antes de poderle decir algo, él se metió a la camioneta.
¿Imposible en todos los sentidos?
Los adolescentes cada vez son más dramáticos.
—Dave, ¡vamos! —Maya me llamó y yo me despedí de Daniel siguiendo a las dos mujeres de camino a mi auto.
...
—A Thomas le gusta Maya —Lauren escupió el agua y yo sonreí por su reacción.
— ¡¿Qué?! —la miré fijamente cuando se giró y ella dio un paso atrás para evitar tanta cercanía.
Nos encontrábamos en la cocina y, después de llegar, ducharme y hacer un par de llamadas, no había podido evitar buscarla.
—Que a Thomas le gusta...
—Sí, ya lo sé, pero ¿cómo sabes? ¿Él te lo dijo? —seguí el recorrido del vaso a sus labios cuando volvió a tomar agua y tardé un momento en despegar mi vista de ellos.
—Me lo dijo hoy, es raro, ¿no? —reí y ella ladeó la cabeza tragando lentamente.
—Sí, solo llevan un día conociéndose —asentí y ella me miró fijamente unos segundos antes de apartar la mirada —. Pero mi hermana es preciosa, obvio llamará la atención de cualquier chico allá.
—Igual que tú —Lauren se aclaró la garganta cuando hablé y luego de unos segundos apretó sus labios viendo hacia un lado.
— ¿Ya hablaste con Amelie? —fruncí el ceño por su pregunta.
—No, solo... ¿Por qué? —Ren sonrió irónica y luego negó como diciendo, "realmente eres un idiota".
—Exacto, no hablaste con tu prometida de nada. Todo seguirá igual con ella. Todo seguirá igual conmigo, deja de hacer esto, ¿sí?
— ¿Hacer qué? —Lauren abrió la boca indignada y luego bufó.
— ¡Esto, imbécil! Me estás coqueteando —me apuntó con un dedo acusatoriamente y yo la miré con atención.
—Tú haces lo mismo conmigo casi siempre —me defendí.
— ¡Pero es distinto! Tú siempre me esquivas, yo no te esquivo. Tenemos que arreglar esto porque...
— ¿Qué quieres que haga?
— ¡Aclara tus malditas ideas, David! Yo no seré la otra, en serio no lo seré —asentí lentamente entendiendo.
—Bien, y si... ¿Y si le dijera a Amelie todo? —Lauren bufó y luego se pasó las manos por la cara.
No entendía su reacción. No estaba mintiendo. Yo le diría todo a Amelie le gustara o no. Ella era mi prometida y le había sido infiel.
— ¡No es la idea! Y no lo hagas, no hace falta —fruncí el ceño confundido.
— ¿Por qué no? —intenté acercarme a ella pero me esquivó caminando hasta el refrigerador.
—Porque yo no quiero nada contigo. No me gustas, David, a mí el que me gusta es Bryan —vale. Eso dolió.
— ¿Es en serio? —caminé hasta ella evitando que me esquivara más.
—Sí, muy en serio —ella apartó la mirada y yo la acorralé contra el refrigerador intentando buscar respuestas.
—No te creo —murmuré.
—No me impor... —uní sus labios con los míos en un beso suave y la alcé por su cintura para tener más comodidad.
Poco a poco me comenzó a seguir el beso y cuando iba a aumentar el ritmo, sentí un pisotón en el pie que me hizo separarme con una queja hacia el infierno.
— ¡Dije que no me gustas! Si no captas eso, me iré de esta casa. Entiéndelo... David. Me dejaste de interesar desde hace mucho... —su voz se cortó como si fuera a llorar y, cuando la iba a tomar del brazo, ella salió de la cocina antes de que pudiera hablar.
— ¡Ren! —la seguí pero con la única que me choqué fue con Maya, quien iba entrando a la cocina.
— ¡Con cuidado, eh! —la ignoré y seguí con rapidez a su hermana mayor, quien estaba subiendo las escaleras con una rapidez sorprendente para tener los golpes que tenía.
— ¡Lauren! —me eché para atrás cuando la puerta de su habitación chocó contra mi cara; mierda.
— ¡Déjame sola! —escuché su voz del otro lado y relamí mis labios apoyando mi frente de la puerta.
—Tenemos que hablar...
— ¡HABLA CON TU FUTURA ESPOSA!
— ¡Deja de comportarte como una niña!
— ¡DEJA DE MOLESTARME ENTONCES!
— ¡BIEN!
— ¡BIEN! —me aguanté darle un golpe a la pared y caminé hasta mi habitación encerrándome con fuerza.
...
Necesito hablar con ella.
Miré el techo de mi habitación y pasé las manos por mi cara. Me sentía horrible porque ella tenía toda la razón. Si ya no me quería, yo no tenía por qué estar acosándola. Porque sí, era acoso.
¿Por qué dejé de gustarle?
¿Por qué me gusta ahora?
¿Por qué me gusta?
Lauren es preciosa. Desde la primera vez que la vi lo supe. Era preciosa y tenía mucho que demostrar al mundo. La chica sexy del Burlesque era la mujer más misteriosa, irritante, terca, loca, hermosa, inteligente... Y talentosa que había conocido. Lauren Thomson era algo difícil de describir, algo que me estaba volviendo loco y algo que estaba cambiando mi vida por completo.
Y necesitaba hablar con ella.
Eres un imbécil, David Crild.
Me senté en mi cama y tomé mi teléfono para ver los mensajes que tenía sin contestar, había uno de Amelie.
Suspiré y deslicé mi dedo por la pantalla para ver lo que decía, era un mensaje simple, había sido hace una hora.
Amelie, 17:34 pm.
Bonne nuit, mon amour.
Observé con detenimiento ese mensaje sin decir nada. Era un maldito infiel.
David, 18:13 pm.
Tengo que decirte algo. Te fui infiel. Me gusta mucho Lauren y creo que no estoy preparado para estar contigo, Amelie, lo siento mucho... Creo que no me quiero casar...
Eliminé el mensaje y puse las manos en mi cara pensando en todo.
Bien, y si... ¿Y si le dijera a Amelie todo?
¡No es la idea! Y no lo hagas, no hace falta
¿Por qué no?
Porque yo no quiero nada contigo. No me gustas, David, a mí el que me gusta es Bryan.
¿Por qué voy a terminar mi compromiso por alguien que no quiere nada conmigo? Sé que suena tonto, pero no lo es. Yo quiero terminar con Amelie porque me siento confundido sobre mis sentimientos, pero si Ren tuviera algo con el doctor, ¿qué me impediría casarme con Amelie? Exacto, nada. Tal vez lo mío con Lauren es un capricho y ya, en cambio a Amelie la amo. ¿O no? Sí, yo la amo. Y lo de Lauren es solo un capricho.
Soy un completo imbécil.
— ¿Pitufo mayor? —la vocecita al otro lado de la puerta me hizo salir de mi remolino de pensamientos y me puse una camiseta antes de abrirle la puerta a Maya, quien venía con un lápiz y un cuaderno en su mano.
— ¿Qué pasa, peque? —la miré con atención y ella frunció la boca pasándome su cuaderno de química.
—No entiendo nada —sonreí cuando bufó resignada y se sentó en mi cama viéndome con atención — ¿Me ayudas?
— ¿Y Ren?
—Está encerrada en su habitación, no quiere salir y no me contesta —aparté la mirada y me pasé una mano por el cabello — ¿Sabes qué le sucede? Desde que subió está así.
Sí, sí lo sé. La estoy acosando.
—No, Maya, tal vez se siente mal —ella asintió y luego me miró fijamente unos segundos antes de sonreír un poco.
— ¿Sabes por qué tiene una mordida en el labio? —me removí nervioso y luego aclaré mi garganta. Yo la hice.
Cuando nos estábamos besando mordí a Lauren sin pensar en las consecuencias, ahora, como era de esperarse, tenía a una mini espía indagando en ello.
—Creo... Creo que se chocó contra una puerta —balbuceé tontamente y Maya me miró como si fuera tonto.
—Ajá, claro. Más bien parece de un beso —me rasqué la cabeza nervioso y luego la miré atentamente para evitar más sospechas.
— ¿Un beso de quién, Maya? Mejor concéntrate en tu tarea —la menor miró el cuaderno con resignación y luego gruñó.
—No entiendo ni papa —miré el cuaderno unos segundos y luego ladeé la cabeza sin saber qué decir.
—Yo tampoco...
...
—Es sencillo, solo tienen que contar los carbonos —Daniel terminó de explicarnos y yo asentí anotando lo que dijo. Realmente se me había olvidado todo sobre química orgánica.
—Gracias, hermano.
—Gracias tus bolas, ahora cierras el trato con Lewis por mí, chao —Daniel colgó la vídeo- llamada antes de que pudiera replicarle y me quedé un rato observando el teléfono; imbécil.
—No sé tú pero soy su fan —Maya rió y yo la miré mal.
—Bien, ya entendiste, ahora te toca —le pasé el cuaderno y ella rió mirándome curiosa.
— ¿Me toca qué? David, me hiciste toda la tarea —Maya rió y yo miré el cuaderno dándome cuenta que tenía toda la razón. Le hice toda la tarea.
—Oye eres una... —le di un almohadazo y ella me respondió el golpe con otra almohada.
—Acepta que fui muy astuta, ahora sí, ¿cómo se sintió besar a mi hermana? —me atraganté con mi saliva cuando ella habló y la miré como si estuviera loca. ¿Esta niña era adivina o qué?
—Yo no besé a Lauren, Maya —mentí.
—Ajá, ¿cómo hago para creerte si la veo con el labio inferior mordido? Además, no hay otra razón para que ustedes dos estén peleados —supongo que lo último lo decía por la discusión que tuvimos en la cocina. Ella no vio el beso, pero sí vio a Lauren salir furiosa.
—Claro que la hay, Lauren está embarazada y no puede hacer algunas cosas. Yo se lo dije y ella se molestó —Maya me miró con los ojos entrecerrados y yo me removí nervioso.
— ¿Y la mordida?
—No fue una mordida, ella se golpeó cuando iba a salir de mi auto.
— ¡Ajá! Hace rato me dijiste que se había golpeado con una puerta —mierda.
—Pues... Pues... La puerta del auto, Maya, no seas intensa —rodé los ojos y le abrí la puerta para que saliera —. Ya te ayudé, ahora ve a fastidiar al perro.
—Pero no tenemos pe... —tranqué la puerta suspirando aliviado y miré mi teléfono sobre la mesilla.
David, 18:32 pm.
Bonne nuit.
Levanté la mirada cuando tocaron la puerta y caminé hasta ahí con flojera, es obvio que era Maya.
— ¿Qué pasa, Ma...? —me quedé mudo cuando detrás de la pequeña pasó casi corriendo Lauren, como si no se hubiera esperado que yo abriera la puerta.
— ¡Hablen, cobarde! —Maya gritó y Lauren le sacó el dedo del medio.
Salí de la habitación y seguí a Lauren con rapidez, haciendo que me mirara con rabia unos segundos.
— ¡Déjame quieta, David!
—Me iré a mi habitación...
— ¡Tú cállate, traidora! —Lauren apuntó a su hermana cuando pasó por nuestro lado y ella se encogió para no recibir el golpe.
— ¡No le hables así a la niña! —miré serio a Ren y ella me miró seria a mí.
— ¡Yo no estoy hablando contigo!
—Pero lo harás —tomé su brazo y nos encerré en su habitación pasándole seguro a la puerta. Por suerte Maya ya había entrado a su habitación.
—Déjame en paz, David —Lauren se cruzó de brazos y yo apreté los labios molesto por su comportamiento.
—No.
— ¿No?
—No.
— ¡¿Por qué no?!
—Porque no, te dije que necesitaba hablar —la miré con atención y ella rió falsamente intentando ocultar sus ojos llenos de lágrimas.
—Es que no hay nada de qué hablar... —aclaró su garganta y yo fruncí el ceño al ver que tenía los ojos hinchados, ¿había estado llorando?
— ¿No te gustaron los besos? —pregunté de golpe y ella me miró desconcertada.
— ¿Qué...?
—Que si no te gustaron los besos —pregunté de nuevo acercándome a ella.
—Yo... Ehm... —noté como se removía nerviosa y no dudé mucho en acercarme a una distancia prudente.
—A mí no —dije como si nada y ella abrió mucho los ojos, como si eso le hubiera sorprendido.
— ¿No?
—No —volví a negar haciendo que algo en su mirada se apagara —. En realidad hablaré con Amelie para contarle sobre todo —Ren me miró nerviosa.
— ¿Contarle? ¿Q-qué le contarás? —su voz tembló y fruncí el ceño un poco extrañado por su comportamiento, ¿qué le asustaba?
—Que te besé y me confundí, pero que ahora estoy claro —el nudo en mi garganta me impidió seguir hablando y noté como el labio inferior de Lauren tembló ligeramente, como si tuviera ganas de llorar.
— ¿Claro de qué?
—Que lo mío por ti solo fue un capricho, pero que estoy enamorado de ella y no la voy a dejar —aparté la mirada incapaz de mentirle a los ojos y luego apreté mis puños. Estaba haciendo lo correcto y yo lo sabía mejor que nadie.
—Oh... —fue lo único que dijo ella, luego de eso, todo fue un silencio incómodo —. Te dije que ya lo sabía, siempre vuelves a ella y, conociéndote no la vas a dejar por un "capricho" —Lauren rió irónica y yo intenté aligerar el ambiente.
—Tú estarás con Bryan, ¿no? —la miré fijamente y ella conectó sus ojos con los míos.
—Sí, lo intentaré con él —asentí y ella asintió. Ya no sabía qué decir.
—En realidad sí me gustaron los besos —aclaré sintiéndome un poco menos estúpido y ella levantó la mirada sonriendo un poco.
—A mí también —me acerqué lentamente y le tendí mi mano un poco dudoso de lo que iba a hacer; pero realmente lo necesitaba.
— ¿Un último beso? —pregunté sintiéndome algo idiota, pero en serio lo necesitaba.
— ¿No era un capricho? —Ren alzó una ceja y miró mi mano un poco dudosa. Después de unos segundos, aceptó mi mano tragando con dificultad.
—Realmente, no lo sé —dije antes de acercarme por completo a ella juntando sus labios con los míos.
Sus brazos se enrollaron en mi cuello y la alcé por la cintura subiendo y bajando mis manos por toda su espalda. Esta vez no era un beso dulce o inocente. Ahora era un beso demandante, profundo, agresivo.
La alcé por completo y poco a poco nos dejé caer en la cama mientras ella juntaba nuestros cuerpos por completo. Sus piernas se enrollaron en mi cintura y sus uñas se enterraron en mis hombros mientras nuestras lenguas jugaban una sobre otra.
No podía parar. Solo era un beso. Si me separaba no podría besarla más, así que prefería durar lo más posible así.
Sin poder evitarlo me comencé a mover sobre ella haciendo que su cuerpo quedara paralizado unos minutos y luego sus caderas se movieran a mi ritmo, creando algo adictivo y excitante.
Las piernas de Lauren se enrollaron con más fuerza y jadeé contra su boca cuando sus dientes mordieron provocando dolor. Mi respiración era descontrolada y la de ella también. Mis manos estaban a los lados de su cuerpo para no caer sobre ellas, sus manos estaban apoyadas en mi espalda, nuestros cuerpos estaban completamente unidos y nuestros labios parecían uno solo; y no quería que eso terminara.
Escuché el gemido ronco de Ren contra mi boca y tragué con dificultad sin fuerza voluntad para dejar de besarla, no podía.
Los movimientos se volvieron más rápidos y sentí sus uñas clavarse en mi espalda cuando nuestras partes se tocaron una y otra vez. Ya mi conciencia no existía para ese momento.
—D-David... —Lauren gimió mi nombre y yo me separé enseguida sintiendo al amigo en mi entrepierna quejarse.
Nuestros ojos se conectaron y me apoyé en mis codos quedando así, sobre ella. Su boca estaba hinchada y completamente roja al igual que la mía. Su cara estaba sonrojada y su respiración era agitada. Deslicé mis dedos por su cabello despeinado y mordí mi labio inferior guardando una imagen mental del momento; Ren se veía más preciosa que nunca.
—Último beso —murmuré lentamente apoyando mi frente en la de ella, quien también cerró los ojos al tener contacto con mi piel.
—Último beso —escuché su voz y luego me separé viéndola con atención.
—Te quiero —dejé un beso en su frente y ella cerró los ojos por el tacto.
— ¿Me quieres? —preguntó frunciendo el ceño extrañada y yo tragué con dificultad asintiendo.
—Mucho —pasé mi pulgar por su labio inferior y ella tragó lentamente.
—Pensé que tú... —ella rió y yo sonreí un poco por su risa. Ren tenía esa maña de morder la punta de su lengua cuando reía a carcajadas, realmente se veía muy linda.
— ¿Por qué te ríes? —pregunté extrañado y su mirada brillante viajó por toda mi cara deteniéndose en mis labios.
—Nada, nada... —asentí mordiendo mi labio inferior y miré los suyos un segundo.
— ¿Último beso? —pregunté y ella rió poniendo sus manos en mis hombros.
—Bueno... —rocé nuestros labios pero cuando los iba a unir de nuevo, escuchamos la puerta principal ser abierta seguida de varias risas y voces conocidas — ¿Qué...? —Ayudé a Lauren a levantarse e hice una mueca cuando el dolor en mi entrepierna me impidió caminar bien.
—Ve, te alcanzo en un momento —tomé una almohada y Lauren me miró extrañada unos segundos antes de echarse a reír.
—Vale, ya entendí, cualquier cosa digo que tuviste un problema en la ducha —la miré mal cuando se burló y caminé con dificultad al baño de su habitación encerrándome en él.
...
Por fin.
Lavé mis manos y me miré en el espejo notando que mis labios aún estaban rojos. Sentí mi cara tornarse roja al recordar todo lo que había pasado con Ren minutos atrás; había sido el mejor puto beso del mundo.
Reí por lo irónico de la situación. Lauren y Maya me estaban pegando su mala forma de hablar.
Lavé mi cara para evitar sospechas y luego de unos minutos aclaré mi garganta y bajé a la sala seguido de Maya, quien parecía haber terminado de darse una ducha.
— ¿Y esa cara, pitufo mayor? —preguntó y reí negando, ¿por qué no podía dejar de reír? Ahora parezco estúpido.
Alcé las cejas sorprendido al notar que no eran una o dos las personas en la sala. En muchos, incluyendo bebés.
— ¿De qué me perdí? —pregunté confundido y saludé a Dania, a Rebecca, a Venus, a Sarah (la mejor amiga de Taylor) y a Sofía, (la mejor amiga de Dania).
—Venimos a secuestrar a tu chica, David —Dania sonrió y yo alcé una ceja, ¿se refería a Ren?
— ¡Por los dioses eslavos! —todos giramos cuando una voz chillona resonó por toda la sala. Maya miró a Venus con los ojos completamente abiertos y luego se cubrió la boca con una mano corriendo hasta ella — ¡VENUS!
— ¿Se conocen? —preguntó Sthepen Wells extrañado y todos reímos cuando Maya saltó sobre Venus y ambas cayeron al suelo por el peso de la pequeña.
—Eh, no... —Venus miró a Maya sin entender pero igual correspondió a su abrazo sonriendo por la emoción.
— ¡ERES UNA DE MIS ESCRITORAS FAVORITAS! ¡Te amo, te amo, te amo! Me encanta como escribes, tu forma de escribir me hace desear ser la protagonista en todo momento. Eres la única que me ha hecho llorar como una estúpida y cuando casi matas a Justin deseé asesinarte pero igual te amo, te amo mucho, te expresas increíble y tu forma de narrar hace que te enamores de todos los personajes —Maya hizo una pausa para tomar aire y luego abrazó con más fuerza a Venus —. Te admiro muchísimo, te lo juro.
—Wow —dijimos todos un poco impactados por la intensidad con la que dijo todo. Era increíble ver como algunos fans de Venus reaccionaban de forma tan cariñosa con tan solo verla, como si la conocieran de toda la vida y a la vez no. Parecía que siempre hubiera un tiempo limitado para decirle todo lo que sentían por ella; y era mucho. Estaba muy orgulloso de mi hermana.
—Oh, Dios, gracias por leerme, es un gusto que te gusten mis historias —Venus la abrazó ahora con más fuerza y ambas se sentaron mejor en el suelo.
—Amé tu trilogía, estoy esperando Just For You desde que la anunciaste y... Sé que es algo muy bajo, pero me leí las dos primeras historias de la trilogía por PDF —todos hicimos una exclamación de sorpresa ante esa revelación y Maya se cubrió la cara con sus manos — ¡Lo sé! Soy una basura, pero es que si las monjas hubieran visto que leía esas novelas en físico, me hubieran puesto a rezar día y noche por dos semanas esteras —Venus la miró con los ojos entrecerrados y luego bufó.
—Alta traición —murmuró.
—Esto es muy extraño —dijo Sofía haciéndose notar. Todos reímos y ayudé a las dos chicas sentadas en el suelo a levantarse con rapidez.
—Mamá —Kendall caminó hasta Venus y ella lo tomó en brazos moviéndolo de lado a lado.
— ¿Qué quieres, torbellino?
—Agua —Venus bufó y buscó en su bolso el agua para el bebé; ¿quién diría que ella terminaría así?
— Entonces... ¿A qué vinieron? —pregunté un poco intrigado y Dania, Venus, Rebecca, Sofía y Sarah se miraron con complicidad acercándose a mí.
—Vinimos a buscar a Lauren para llevarla a la despedida de soltera —dijeron al unísono y las miré sin entender.
— ¿Qué?
—Nos la llevamos. Ustedes los hombres se quedarán aquí con los bebés. Y no es una pregunta —Venus sonrió y todas corrieron al piso de arriba junto con Ren y el perro de mi hermana.
—Genial, ¿desde cuándo ustedes se dejan dominar? —miré a todos los hombres de la sala con los brazos cruzados y Taylor sonrió divertido.
—Esos son ustedes, compañeros, yo no tengo dueña.
—No hables mucho, pronto vendrá la tuya —le guiñé un ojo y él hizo una mueca espantado con la idea.
—Venus me manipuló —murmuró Sthepen y todos lo miramos con burla.
—Dania me amenazó con dos semanas sin sexo si me quejaba —Daniel tomó a su hijo en brazos y este jugó con su cadena perdido en su mundo.
— ¿Y tú, Axel? —miré al mejor amigo de mi hermano y este apartó la mirada enfocándola en el suelo.
—La sirena controla a Axel, David —Daniel rió y el pelinegro le sacó el dedo del medio rodando los ojos.
—A mí no me miren —Oliver bufó y luego se rascó la cabeza —. Si no hago lo que me dice Sofía, se vuelve más temperamental de lo normal—todos reímos entendiéndolo. Sofía estaba embarazada.
— ¿Y tú, hermanito? ¿Triste porque Amelie no está? —ignoré la pregunta de Taylor y enfoqué mi mirada en el suelo. Ni siquiera había pensado en Amelie.
—En realidad... —callé cuando las risas en el piso de arriba subieron de nivel. Al parecer tenían una fiesta allá.
— ¿Por qué no vas a ver lo que están haciendo? —preguntó Simón divertido. Simón era el mejor amigo de Taylor.
—No, ¿por qué no van ustedes?
—Porque si nosotros subimos se verá muy sospechoso, es mejor que vayas tú a ver qué están planeando —Daniel me miró como si fuera obvio y yo fruncí el ceño.
—No las voy a espiar, ellas tienen que tener su privacidad —me negué a hacer eso y todos en la sala rodaron los ojos.
—Solo pasarás por ahí casualmente y escucharás lo que estén diciendo, no es la gran cosa, David —Taylor rió y yo miré hacia las escaleras.
—No lo haré —me negué rotundamente.
...
—Código amarillo, ya estoy subiendo las escaleras, cambio.
—Eso ni siquiera tiene sentido. Y te estamos viendo, apresúrate antes de que se terminen de alistar.
Separé el teléfono de mi oreja y terminé de subir las escaleras sintiéndome como un estúpido adolescente. ¿Por qué mierda estaba haciendo esto?
—Dania, abre más ese escote —escuché la voz de Rebecca y ladeé la cabeza. A Daniel no le hubiera gustado oír eso.
—Creo que así estoy bien, me exhibiré demasiado...
—No, ¿ves? Quedas sexy —todas rieron y metí las manos en mis bolsillos caminando frente a la puerta sin hacer ruido.
—Venus, ¿cómo queda? —esa fue la voz de Ren.
— ¡Estás que ardes! Pero prueba el vestido negro.
— ¿Así?
— Okay, se me acaba de salir lo Carolina —todas rieron y yo ladeé la cabeza sin entender.
—Espero que sea bueno —se escucharon unos pasos en tacones por toda la habitación y luego de eso, una canción de Ariana Grande dominó el ambiente silencioso.
—Estoy gorda...
—Claro que no, Sofía, estás embarazada. Te ves preciosa, ¡mírate!
—Gorda y sin forma.
— ¡Sofía!
—Hey, no estás fea. Créeme que si te vieras fea te lo diría, pero no es así, te ves muy linda —Dania habló completamente seria —. Además, ¿quién no quisiera estar embarazada y verse así? Estás muy hermosa, joder.
—Ven, te tengo que maquillar... —esa era Rebecca. Todas estaban hablando de cosas normales, ¿qué hacía yo aquí?
Me giré para irme cuando una voz muy conocida soltó un chillido dentro de la habitación.
— ¡¿Es él?! —Venus gritó y todas chillaron completamente emocionadas — ¡Ese fue mi doctor! Me ayudó con el parto y todo eso...
— ¡A mí también! —Dania habló esta vez y yo fruncí el ceño.
— ¡Es guapísimo, Lau! ¡¿Cómo es que no me lo habías contado?!
—Es que todavía no es seguro, solo vamos a salir... —apreté mi mandíbula y esperé a que las demás hablaran.
— ¡Saldrás con Bryan Walker, joder! Es el doctor más buscado de Los Ángeles —todas rieron y yo fingí una risa. "El doctor más buscado de Los Ángeles".
— ¿Creen que sea buena idea? —preguntó Ren y estuve a punto de gritar NO, pero me contuve.
— ¡CLARO QUE SÍ! Es guapo e inteligente, ¿qué más quieres? —yo también soy guapo e inteligente.
—Y tiene mucho dinero, por si dudas —yo también tengo mucho dinero.
—Y no tiene prometida —yo tampoco tengo... Mierda, yo sí tengo prometida.
— ¿Por qué dicen eso? —Lauren rió nerviosa.
—Porque lo único que lo diferencia a él y a David es eso. Tú decides, ¿aceptas salir con ese bombón o te quedarás sola?
—La verdad, tengo las hormonas a mil —Lauren rió y todas la siguieron.
Yo no le encontraba nada de gracia a esto.
...
— ¿Y Venus no dijo nada? —preguntó Sthepen intrigado y yo negué aún en trance por lo antes escuchado.
—No lo puedo creer, estas mujeres son unas traicioneras —Simón rió y Taylor igual.
—Bueno, al menos Dania no hará ninguna locura —Daniel suspiró terminando de dormir a su hijo y yo tomé agua sin saber qué decir.
—Oigan, no sean exagerados, ellas no serían capaces de... —todos callamos cuando las risas en la habitación por fin salieron a la luz. O mejor dicho; al pasillo.
La primera en bajar las escaleras fue Rebecca. Llevaba un vestido verde oscuro ceñido al cuerpo. Era corto pero no tanto, lo suficiente para hacerla ver bastante impactante. La segunda fue Sofía, la cual llevaba un vestido un poco más suelto que dejaba ver su vientre elevando no tan grande pero sí muy notorio, se veía bastante linda. La tercera fue Sarah, traía un vestido blanco de tirantes y muy corto. ¿La cuarta? Venus, quien llevaba un vestido azul oscuro muy ajustado a mí parecer, tenía un escote en forma de V y se veía bastante provocativo; no me gustaba. La penúltima fue Lauren, llevaba un vestido completamente ajustado al cuerpo con un escote abierto en la parte trasera que llegaba hasta un poco más arriba del trasero, tenía unos tacones negros del mismo color del vestido y traía su cabello negro muy bien peinado a los lados de su cara. Dania fue la última, traía un vestido rojo con escote abierto. El vestido era de tiras así que se notaba la ausencia del sostén; que no era muy raro viniendo de Dania.
— ¿Por qué se quedan así? —Lauren rió y todas las chicas igual. Todas las mujeres comenzaron a tomar sus bolsos y yo tardé un largo rato en volver a la realidad, no podía despegar mi vista de Ren.
— ¿No crees que está muy corto? —Daniel le preguntó a Dania viéndola de arriba abajo mientras ella guardaba algunas cosas en su cartera.
—Nop —respondió Dania dejando un beso en la mejilla de su dormido bebé.
— ¿No crees que está muy escotado? —le preguntó Sthepen a Venus y esta rodó los ojos dejando besos en las caritas de sus bebés.
—No.
— ¿No crees que está haciendo mucho frío? —Axel miró a Rebecca y esta alzó una ceja mirándolo retadoramente.
—No.
— ¿Y si te da sueño por ahí? —Oliver tomó las manos de Sofía y esta sonrió dejando un beso en su boca y en la carita de un dormido Harry; él había llegado ya dormido.
—No lo creo.
Miré a Lauren unos segundos y ella me miró a mí de la misma forma. No sabía qué decir, no quería parecer intenso.
—Te ves hermosa —dije sonriendo incómodo y ella me devolvió la sonrisa asintiendo.
—Gracias, Davidcito —ya extrañaba ese diminutivo.
— ¿Listas? —todas se miraron entre sí y luego asintieron sonriendo cómplices.
—Adiós, amor, cuida a los bebés —Venus dejó varios besos en la boca de Wells y luego se separó abrazando a sus pequeños.
—Daniel, si Dael se despierta no le vayas a decir que no estoy —Dania miró con advertencia a su prometido y este asintió aún en desacuerdo con la vestimenta de su novia.
—Adiós —Ren dejó un beso en mi mejilla y se despidió de Maya con un abrazo —. Pórtate bien, Yelen.
—Siempre lo hago —Maya rió y todos nos despedimos por fin de las chicas.
— ¿Y ahora? —preguntó Taylor aburrido y todos nos miramos entre sí.
—Bueno, no sé ustedes pero yo me iré a dormir —Maya se despidió y subió las escaleras a paso veloz.
— ¿Alguno de ustedes está de acuerdo en dejarlas ir solas? —Sthepen nos miró a todos interrogante y yo negué en desacuerdo con esas miradas.
—Eh, no, no...
—David, por favor, ¿crees que yendo así los hombres tarden mucho en sacarlas a bailar? Serán como cebo en medio de peces hambrientos, le lloverán chicos... —lo interrumpí poniendo una mano al frente.
— ¿Y qué? Es su despedida de soltera, Axel, fastidiar ahora a Dania sería caer muy bajo; lo sabes, Daniel —apunté a mi hermano y este bufó.
— ¿Cuántos chicos creen que inviten a salir a Lauren? —Alcé una ceja en dirección a Taylor cuando habló y todos lo miraron sin entender — ¿Qué? Digo, con ese vestido, estaba realmente sexy...
—Sí, la verdad es que se veía preciosa —Simón lo apoyó y fruncí el ceño por sus intentos de manipulación.
—Realmente, sí estaba preciosa, hermano —Daniel los apoyó haciéndome sentir incómodo.
—Dania dijo que era bailarina y cantante, ¿no? Imagina a todos los hombres que la invitarán a bailar esta noche...
—Okay, está bien —levanté mis brazos frustrados y todos se levantaron enseguida chocando muchos entre sí.
—Entonces, ¿qué haremos? —suspiré y ladeé la cabeza pensando muy bien lo que iba a decir, porque desde luego, era muy estúpido.
—Seguiremos a las chicas.
...
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¡CUPÓN VÁLIDO PARA PONER TU OPINIÓN SOBRE EL CAPÍTULO CON DERECHO A LAS MALAS PALABRAS Y AMENAZAS DE MUERTE!
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Con mucho amor y un beso en la boca.
-Nepasavoir.
Puto el que lo lea.
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