Capítulo 13- Crisis 1/2
Capítulo dedicado a @manuelaaro44, gracias por tus mensajes<3
Lauren.
—Ren, espera... —le pasé por un lado a David y lo ignoré completamente subiendo las escaleras.
No entendía por qué ese documento me había puesto tan molesta, pero sin duda no podía evitar sentir este tornado de emociones.
¿Qué mierda le pasaba a esos dos? ¿Qué carajos pensaron al crear ese maldito contrato?
¡Si acepté esta mierda fue por mi hermana Maya! Por nada más, no pretendía tener un bebé ni nada parecido, no estaba preparada ni lo iba a estar nunca.
Yo no servía para ser madre... No sabía cuidar ni de mí misma, por suerte de Maya sí, pero ¿un bebé? Por favor.
Me encerré en la habitación con seguro y luego de un momento mis ojos picaron por el cansancio, estrés y sueño acumulado. Iba a reposar mi malestar, necesitaba dormir, últimamente había estado durmiendo mucho.
...
—No... —murmuré cuando sus labios estuvieron a punto de chocar con los míos. No podíamos, esto no... No debía pasar —. No estás pensando bien, Dave... —intenté separarlo de mí pero entonces sus manos subieron hasta tocar mis senos y luego volvieron a apretar mi trasero contra él, haciéndome jadear por el poco pudor pero delicadeza que estaba teniendo.
—Me estás matando, Ren —fue lo único que murmuró y yo solo pude gemir un poco mientras intentaba apartar mi cara de la suya, esto no estaba bien, esto no debía pasar...
—No sabes lo que dices... Tú te vas a arrepentir —intenté devolverlo a la realidad pero parecía imposible, él estaba bastante tomado como para pensar bien —. David, no... —mis ojos picaron y en pleno jadeo él juntó sus labios con los míos por primera vez, haciendo que un sonido de impresión de mi parte se ahogara en su boca.
...
Me desperté de golpe cuando un sonido se escuchó en la habitación. Puse mi mano en mi pecho para intentar tranquilizar mi corazón y luego de un momento me senté en la cama hundiendo mis dedos en mi cabello.
¿Qué me estaba pasando con este hombre?
Esta atracción ya estaba durando mucho. No estaba enamorada de él, por supuesto que no, pero me gustaba mucho, muchísimo, más de lo que podía aceptar e imaginar...
Y esto debía parar... David Crild y yo jamás podríamos estar juntos, jamás. Lo nuestro era imposible y un capricho mío.
Él amaba a su novia.
Ella lo amaba a él, o eso parecía.
Ellos se amaban y no creo que una chica como yo pudiera contra eso.
Hasta aquí llegaba mi capricho por él.
Hasta aquí llegaba esto. No seguiría este juego, ya no más...
Volvieron a tocar la puerta y me levanté de inmediato para ir a abrir con un poco de disgusto. Aún me sentía molesta por el mal rato allá abajo, sabía que la punzada de rencor aún seguía ahí.
— ¿Qué? —pregunté abriendo la puerta y apoyándome del marco de esta.
Los ojos de David me inspeccionaron por unos segundos y acto seguido soltó un gran suspiro pasándose una mano por el cabello.
— ¿Podemos hablar? —preguntó y me removí nerviosa. Allá abajo estaba Amelie y no quería tener más problemas que con ella, tenía bastante con la humillación de esta tarde.
—No creo que sea... —comencé pero David me interrumpió negando lentamente.
—Solo quiero hablar contigo, sé que Amelie se comportó muy mal allá abajo y yo también fui un imbécil al aceptar hacer ese contrato, pero por favor, Ren, vamos a hablar —dudé un momento pero al ver su cara de arrepentimiento solo hice de mi boca una línea recta y suspiré dejándolo entrar.
Solo quería saber qué tenía para decirme.
Cerré la puerta cuando entró y me crucé de brazos caminando hasta mi cama y sentándome en ella; su mirada no se despegó ni un segundo de mí, parecía nervioso.
—Ajam... —interrumpí el silencio alzando una ceja en su dirección y asentí cuando me pidió permiso para sentarse a mi lado.
—Lo siento —fue lo único que dijo y lo miré atentamente —. Siento que hayas tenido que pasar por eso, Amelie a veces puede ser muy obstinada e intensa... Pero le da miedo que algo malo pase —me crucé de brazos molesta, ¿era en serio que vino hasta acá a defender a su novia?
—Ella ya está grande y sabe lo que hace, tú igual. No me tienes que dar ninguna explicación y mucho menos excusarla a ella, ambos tienen sus razones, no los aplaudo pero tampoco los critico, es su vida, se quieren asegurar de su hijo, para mí todo está bien, ahora si me permites, tu presencia me está provocando dolor de cabeza —señalé la puerta pero David no hizo siquiera un intento de irse, parecía un poco afectado por mi comportamiento.
— ¿Qué es lo que te molesta? —preguntó y bufé riendo sin gracia.
— ¡¿Qué es lo que me molesta?! —Lo miré con rabia y él esperó paciente mi respuesta — ¡Me molesta que hayas esperado a que ella llegara para darme ese maldito contrato! ¡Me molesta que le hayas dicho todo lo que pasó entre nosotros aquí! ¡Me molesta que quieras venir a excusarla cuando obviamente ella está en su derecho y no le agrado! ¡Me molesta que siempre te quieras hacer el amable cuando sabes perfectamente que me gustas! Y no, no digo que me gustas de una manera amorosa, solo no tienes que estar siempre atento a mí, a cualquier mujer le gusta un hombre como tú y aquí estoy yo, siendo ese tipo de mujeres. No es tu culpa, pero ahórrame esta etapa de encantamiento, te lo pido, yo te dejaré en paz por respeto, ya no quiero nada más, pero tú tampoco me confundas —terminé mi desahogo respirando agitadamente e ignoré la mirada de David, no quería saber cuál era su expresión, ya no quería verlo —. Te dejaré de molestar, sé que te molesto con mis comentarios... —me crucé de brazos y suspiré —. Pero tú colabora con mi causa.
Me giré para ver su reacción y abrí la boca indignada al ver que estaba sonriendo.
— ¡¿De qué te ríes, David Crild?! —caminé hasta él quedando a centímetros de su cuerpo. Mi cara se tornó roja por la ira y noté como apretaba sus labios intentando contener una sonrisa, pero era evidente en su rostro y eso me molestaba muchísimo.
—Oye, oye —él me detuvo cuando me di la vuelta y lentamente lo encaré sintiendo mis ojos picar. No era extraño que él no me tomara en serio, realmente nadie lo hacía.
—Vete ya, ¿puedes? —balbuceé y aparté la mirada cuando sus manos se detuvieron en mis mejillas provocando que toda mi piel se erizara, a eso me refería, por eso es que se me hacía tan difícil pasar de esta atracción.
—Yo no te di ese contrato porque sabía que no hacía falta, eres una mujer decidida y directa, lo acabas de demostrar —hice una mueca, no me iba a convencer tan fácil —. Le dije todo lo que pasó entre nosotros porque no había nada que ocultar, tú sabías todo lo que pasaba con ella porque yo te contaba, ¿o no? Ella tenía que saberlo y se lo dije, contigo me desahogué. Soy amable porque tú me importas, eres demasiado importante para mí, tanto tú como mi hijo, y no esperes que deje de serlo por el simple hecho de que ¿te gusto? Porque ambos sabemos que en cualquier momento dejaré de atraerte, ¿o no? ¿Es solo una atracción, verdad? —el me miró fijamente como si estuviera un poco ansioso o sorprendido de mis palabras y yo aclaré mi garganta apartando la mirada.
Abrí y cerré la boca sin saber qué responderle, pero antes de poder siquiera articular palabra, la puerta se abrió dejando ver la figura de Amelie.
...
—Chicos, vaya, qué sorpresa —Bryan, (el doctor guapo), nos miró con curiosidad y David y yo solo suspiramos, yo viendo al suelo y David viendo a su prometida.
Sí, Amelie venía con nosotros.
— Pedimos una cita hace una hora, ¿Cuál es la sorpresa? —David habló y el doctor guapo rió un poco mientras anotaba algo y veía a Amelie con atención.
—Al parecer tienen compañía —le sonrió con cortesía a Amelie y ella lo miró por encima del hombro —. Un gusto, ¿Amelie Fave? —la peli castaña asintió con superioridad y luego soltó un bufido.
—La misma —habló y alzó una ceja mirando los papeles sobre el escritorio del doctor —. Me imagino que usted debe ser el doctor Walker.
—El mismo —Bryan afirmó sonriendo amable y todos nos levantamos para ir a ver como estaba el frijol, digo, el embrión.
Habían pasado tan solo cuatro días, pero Amelie se había antojado de ver al bebé y David por complacerla pidió otra cita médica.
Estos días habían sido demasiado... ¿Cómo decirlo? ¿Intensos?
No, estresantes.
Realmente no había hecho nada más que estar pendiente de Maya, no pasar mucho tiempo con David, esconderme en mi habitación y escapar de David para ir a ver a mi hermanita, porque sí, esta semana se la llevaban y yo realmente no sabía qué hacer; estaba desesperada.
Pero se lo había prometido a Yelena y lo iba a cumplir, ella se quedaría conmigo, costara lo que costara, y si eso era confesarle la verdad a David, pues lo haría... Pero no iba a dejar que a mi hermanita se la llevaran de mi lado, eso jamás.
— ¿Cómo vas con los síntomas? —preguntó el doctor mientras me hacía las revisiones rutinarias y me miraba fijamente.
—Horribles, por favor dime que esto se acabará pronto —lo miré con súplica y él rió mientras pasaba la pequeña linterna de un ojo a otro, parpadeé cuando la luz hizo que se me dificultara mantenerlos abiertos.
Antes de venir acá tuve un fuerte mareo y el doctor prefirió no correr riesgos y verificar mi tensión y todo lo demás.
—Te quedan tres meses como mucho de suplicio, pero vamos, tú puedes —reí un poco y él me miró con más atención mientras me hacía acostarme en una camilla.
—Solo lo dices para hacerme sentir mejor —lo acusé y él se limitó a sonreír mientras arreglaba todo para comenzar con la revisión.
—Sube tu camisa —el doctor habló y yo asentí mientras lo hacía y miraba al techo blanco.
Sentí un gel algo frío invadir mi vientre y me negué a ver cómo hacía su trabajo, no quería ver ese momento porque realmente no era mi momento.
—No se ve nada —dijo Amelie, pero no le presté mucha atención.
—Solo lleva tres semanas de embarazo, es normal que no resalte su imagen —el doctor aclaró y bajé un segundo la mirada para ver como deslizaba el aparato por mi vientre.
— ¿Es normal sentirme más cansada? —no me aguanté a preguntar, necesitaba saber si realmente el embarazo me estaba poniendo dormilona o era yo y mi falta de café.
—Sí, algunas embarazadas suelen cansarse con más facilidad —el doctor aseguró y yo sonreí un poco, al menos sabía que no era completamente mi culpa.
Oye, tú, bebé, deja de ponerme tan floja, yo no soy así.
—Tienes que tomar vitamina prenatal con ácido fólico como ya te indiqué, aparte de esto, todo está va muy bien —miré a David. En toda la consulta no me había dignado a verlo y cuando por fin lo hice, me di cuenta de que él estaba tan concentrado en la ecografía como Amelie en su teléfono.
Después de una charla más me levanté quitando los residuos del gel con una servilleta.
— ¿Qué has hecho estos días? —le pregunté a Bryan mientras dejaba que David y Amelie se adelantaran saliendo de la habitación, prefería dejarlos solos un momento, me sentía incómoda cuando estábamos los tres juntos.
—Pues, atender partos, hacer ultrasonidos, ecografías... —me apoyé en una esquina del escritorio y él se detuvo frente a mí — ¿Y tú?
—Dormir, comer, ver televisión, dormir, comer... —ambos reímos y ahora lo detallé un poco mejor, este doctor podía ser modelo si se lo proponía.
— ¿Te llevas bien con la prometida de David? —su pregunta me hizo dejar de sonreír y suspiré apartando la mirada, era claro que no.
—Digamos que mi relación con ella es muy peculiar —suspiré y él asintió levemente viéndome con detenimiento.
— ¿Por qué aceptaste hacer esto? —preguntó un poco extrañado y yo aclaré mi garganta un poco incómoda.
—Hay cosas que no se pueden explicar, Bryan, —tragué saliva y luego suspiré — cosas que es mejor mantener en privado —el doctor asintió y luego apretó sus labios en un intento de sonrisa.
—Confías mucho en él, ¿no? En David —su pregunta me impresionó un poco y tardé unos segundos en responder, realmente no sabía si eso era... Cierto.
Confiaba en David, sí. En realidad... Bastante. Me impresionaba que en tan poco tiempo, él se hubiera ganado mi confianza, no absoluta, pero joder, algo era algo, con David me había abierto más rápido que con cualquier persona, hasta con Georgia que era mi mejor amiga y que, por cierto, tenía abandonada.
Tenía que visitar a mi loca.
—Lo normal, creo que para embarazarte de alguien debes tener un mínimo de confianza... —a menos que sea por error o por obligación. Suspiré y lo miré con más atención cuando él se acercó un poco a mí y tragó saliva un poco nervioso.
— ¿Quieres salir este fin de semana? —su pregunta me impresionó un poco pero no dije nada, simplemente lo miré fijamente.
Inocente, decía...
— ¿Es una cita? —pregunté alzando una ceja y él rió un poco.
—Para tener una cita con alguien debes tener un mínimo de confianza, ¿confías en mí? —él alzó una ceja y yo sonreí un poco.
—Realmente... Sí —asentí y luego disfruté un poco su nerviosismo ante mi respuesta —. Está bien, me gustaría —Bryan sonrió y se acercó para dejar un beso en mi mejilla, pero justo en ese momento, David entró a la habitación viendo al doctor y a la encargada de su hijo en un intento de coqueteo inocente.
— ¿Ya estás lista o tenemos que esperar algo más? —un cosquilleo se apoderó de mi vientre cuando la pregunta de David invadió el lugar.
—No, ya terminamos —Bryan se separó de mí y yo le di una sonrisa antes de caminar hasta mi tormento alias Davidcito un poco ansiosa.
— ¿De qué hablaban? —preguntó David en cuanto salimos y yo lo miré con una sonrisa mientras suspiraba, la verdad ese doctor sí me llamaba la atención.
—Uhm, nada del otro mundo, cosas personales —musité y David frunció un poco el ceño caminando a mi lado.
— ¿Desde cuándo se tratan de besos? —alcé una ceja por su pregunta y luego me crucé de brazos suspirando cansada.
—Desde que planeamos una cita para este fin de semana —no me molesté mucho en contestar, simplemente me limité a sonreír cuando él detuvo su paso de golpe.
...
VOTA ANTES DE PASAR AL SIGUIENTE CAPÍTULO, GRACIAS.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top