Capítulo 1- Suéltame

Lauren

La música invadía el lugar. 

Mi cuerpo, aunque más perdido en mis pensamientos que en las personas a mi alrededor, se movía con sensualidad y destreza al ritmo de Long John Blues -Kristen Bell; esta era la noche en llamas del Burlesque[1] New. 

Me encantaba esto

Abrí lentamente mis ojos y seguí la coreografía siguiendo los pasos de Georgia, mi compañera de trabajo y la única que consideraba una "amiga" en el lugar. 

Todos estaban embelesados con las chicas bailando y cantando a coro, en total éramos cuatro, y mientras algunos reían por las escenas de la actuación, yo solo estaba intentando verme linda para alguien especial.

¿Por qué ese chico tenía que ser tan guapo?

Mi chico

Nick y yo estábamos juntos desde hace seis años, él sin duda destacaba entre todos, él me miraba fijamente con los brazos cruzados mientras yo tocaba todo mi cuerpo y abría el escote de enfermera haciendo que todos los espectadores se volvieran locos. 

Sonreí y me levanté lentamente tocando desde mi tobillo hasta mi muslo, inclinándome para crear más tensión y al último minuto, puse mi pose de diva para terminar la coreografía.

Los reflectores se apagaron y todo el lugar oscureció mientras nosotras entrábamos de nuevo al camerino entre risas y conversaciones sobre la actuación. 

—Penélope, cuando estés en el escenario mueve más esos pechos, cariño, si lo tienes los usas —Martina comenzó con sus regaños diarios y yo rodé los ojos escuchando lo que les decía a las demás chicas —Anna, te estoy viendo muy lenta en la pose final. Georgia, intenta destacar más, pareces escarcha mojada. Y Lauren... —levanté la vista y esperé a que me dijera lo peor, pero ella solo me miró seria por unos segundos y luego ladeó la cabeza —Muy bien, sigue así —sonreí y asentí suspirando. 

—Wow, al parecer a alguien le estás agradando —Georgia me empujó levemente con el hombro y yo la miré con una sonrisa mientras me quitaba las pestañas postizas, por Joaquín, parecían abanicos. 

—Eso espero, estas últimas semanas no ha estado tan dura, espero que siga así —ella asintió y comenzó a hacer lo mismo que yo mientras quitaba sus extensiones, hoy había sido un día muy largo. 

Me quité el corsé y me observé con detenimiento frente al espejo, no era por presumir, pero era muy linda. 

Mis ojos azules resaltaban con mi cabello negro azabache. Mis labios tenían una forma muy sexy y estaban pintados con un labial rojo intenso. 

Lástima que Nick no hubiera notado el corte nuevo que me hizo Rebecca; le había pedido a Rebecca, la chica que trabajaba maquillándonos, que me cortara el cabello para mi aniversario con mi novio, pero esta tarde cuando me fue a buscar no comentó nada, ni siquiera se acordó. 

Eso me tenía un poco triste, pero quién sabe, tal vez me estaba preparando una sorpresa para cuando llegáramos a mi departamento, o me llevara a comer, o no lo sé... 

No pienses más en eso, Lauren, él te quiere

Suspiré y bajé mi vestido hasta mi cadera quedando en un sostén negro con rojo de encaje, al igual que mis bragas, yo le tenía preparada esta sorpresa, ¿y él? Quién sabe.

—Disculpe, pero usted no puede estar aquí —escuché a una chica hablar a mis espaldas pero no me importó mucho, estaba muy concentrada en quitarme todo el maquillaje exagerado que tenía. 

—Lo sé, lo siento, solo quiero hablar con una de las chicas —la voz masculina y sexy me erizó la piel pero ignoré por completo mi reacción, ¿qué rayos me había pasado? 

—Bien, ¿cuál es su nombre? Le preguntaré a la chica si desea verlo.

 —Soy David Crild, quiero hablar con ella —miré a través del vidrio y noté como Roxanna, una de las bailarinas, se acercaba a mí con una sonrisa mientras suspiraba. 

¿David Crild? ¿Apellido Crild? ¿De la familia Crild? ¿De las empresas Crild?

¿Qué rayos?

¿Era él o uno con nombre y apellido igual? 

¡¿Qué hacía uno de los hombres más ricos en este lugar?! 

—Lauren, te buscan, dice que es David... —levanté una mano para que callara y ella señaló detrás de mí, me giré de inmediato abriendo los ojos impresionada al ver a semejante hombre frente a mí; Dios mío, era más guapo en persona que en revistas; era guapísimo —¿Quieres atenderlo? —preguntó mirándome fijamente y yo tardé unos minutos en responder viendo el perfil de semejante hombre. 

Tenía el cabello castaño oscuro hacia atrás, una leve capa de barba que lo hacía verse muy atractivo y sexy, labios rosados naturales y un cuerpo que bajo ese traje, debía ser una obra de arte. 

Por Joaquín, David Crild era bellísimo. 

—Y-yo...—tartamudeé al principio y luego trague grueso volviendo a la realidad. Deja de babear, Lauren, tú tienes novio. Suspiré y miré a Roxanna con una expresión tranquila (o al menos lo estaba intentando) —Claro, dile que venga —ella asintió y caminó hasta él mientras yo me giraba y comenzaba a añadir un labial más claro, solo me iba a poner polvo y nada más, el maquillaje podía dañar mi rostro. 

—¿Lauren...? —giré lentamente viendo al hombre frente a mí y él tragó lentamente detallando mi cara —¿Lauren Thomson? —alcé una ceja y lo miré fijamente, ¿estaba nervioso? 

—Sí, ¿y tú eres...? —lo miré fijamente y me crucé de brazos provocando que su mirada bajara un segundo a mis senos, luego recordé que estaba en sostén de encaje y puse mis manos a mis costados. No me daba vergüenza, estar en traje de baño era lo mismo y cuando subía al escenario mostraba igual o más, depende de la actuación. 

 —David Crild, me conoces, ¿no? —alzó una ceja él y yo asentí lentamente, ¿cómo no? Su cara estaba en todas las revistas de finanzas; sin contar las revistas del corazón, hace cuatro meses había sido noticia ultra mega importante su compromiso con la modelo famosa Amelie Fave, su hermosa novia que sin duda debía estar no muy alegre de que su prometido estuviera en este lugar. 

—Claro, pero creo que ya deberías decirme por qué estás aquí y no en un baile benéfico o algo así —me giré de nuevo y comencé quitarme los tacones inclinando mi cuerpo en su dirección, escuché como aclaraba su garganta y daba pasos hacia atrás, eso me hizo sonreír. 

—Vine a proponerte un... ¿Negocio? La verdad es que no sé como te lo tomes —eché los tacones a un lado y bajé el vestido de enfermera por mis piernas quedando en ropa interior, ¿qué esperaba él, que me quedara en ese fastidioso vestido? Quería cambiarme, no es como si quisiera que viera mi cuerpo para llamar su atención. 

—Vale, vale, déjame ver si entiendo. David Crild, uno de los empresarios jóvenes más famosos, ricos y exitosos de todo Estados Unidos, ¿quiere hacer un trato conmigo? —me giré y lo encaré mientras me abrochaba la camisa blanca manga larga, él solo ladeó la cabeza como si estuviera en trance por verme así, ¿qué pasa, Davidcito? 

—Sí, así es —él suspiró y yo me puse la falda alta con algo de dificultad. Metí la camisa blanca por dentro y luego busqué los tacones negros de tirantes, quería verme presentable para Nick. 

—Va, ¿de qué trata? —me senté en mi silla y comencé a ponerme los tacones con tranquilidad, esto de hablar mientras me vestía con un desconocido parecía más entretenido de lo que pensé. 

—Es... Complicado, puede que al principio te lo tomes a mal y lo rechaces —alcé la cara y lo miré sin entender. Si él supiera la clase de propuestas que me llegaban todos los días, no creería que la suya me iba a sorprender —Hay mucho dinero de por medio —suspiré y tragué en seco asintiendo, era muy predecible. 

Sexo, sexo, sexo y más... Sexo. 

¿Por qué todos los hombres como él eran iguales? No era la primera vez que me ofrecían una cantidad alta por sexo. Si dijera todas las veces que lo habían pedido y de formas tan descaradas, él sentiría verguenza. Mi trabajo no era un prostíbulo o algo así, eran actuaciones de humor, canto, bailes eróticos y temas vulgares, pero nada más, aquí las chicas no éramos nudistas ni prostitutas, si quería sexo, que se fuera con su prometida o a un prostíbulo. 

—No me digas... —suspiré un poco decepcionada, no sabía por qué, pero me sentía desilusionada de que él fuera como todos. Un patán mujeriego e irrespetuoso, era triste —¿A ver, qué quieres? ¿Sexo normal o en el que te tengo que decir "amo"? —David hizo de todo menos darme una respuesta a eso. 

Su expresión primero fue de sorpresa y luego de confusión, como si no entendiera por qué estaba preguntando eso. Luego, después de procesarlo todo por unos segundos, negó rápidamente poniéndose más rojo que un tomate. 

—¿Qué? No, no es nada de eso, por Dios, ¿por qué iba a proponerte algo así? No es sobre... Sexo, tengo prometida —abrí los ojos un poco sorprendida y luego sentí un poco de vergüenza por mi manera de pensar, supongo que me había precipitado, pero ¿qué podía hacer? En un mundo como este no estaba acostumbrada a los hombres como él. 

—¿No? Vaya, yo... Lo siento mucho —balbuceé y él sonrió un poco al ver mi cara de arrepentimiento, ¿por qué sonreía? Eso lo hacía más guapo de lo que era. 

—Bueno, quiero... —ambos callamos cuando una figura masculina entró al camerino y se acercó de manera posesiva hasta mí tocando mi hombro. 

—¿Algún problema? —preguntó Nick con voz ronca mirando fijamente a David, quien simplemente lo miró fijamente, como si no fuera alguien a quien temerle. 

—No, solo estábamos hablando, amor —dije rápido y me levanté acomodando mi cabello, David asintió levemente entendiendo la situación y luego suspiró escondiendo las manos en los bolsillos del pantalón de su traje.

Que le quedaba muy bien, debía admitir

—Ya es muy tarde para que un invitado esté aquí, ¿no crees? —preguntó Nick bruscamente y David simplemente lo detalló con una expresión indescifrable. 

—Digamos que no soy un invitado común —sonrió y me miró a mí atentamente unos segundos antes de relamer sus labios —Un gusto, espero volver a verte, aunque supongo que con esto el trato no podrá ser —moví mi cabeza a un lado, ¿de qué trataba entonces su propuesta? 

—Yo... Pues... Creo que no —suspiré y luego me separé de Nick, olía bastante a alcohol, y me daba miedo que con sus celos hiciera algo que nos metiera a ambos en problema —Creo que será mejor que te vayas... David —suspiré y él asintió levemente viendo a mi novio con desconfianza. 

—Hasta nunca —soltó Nick y fruncí el ceño viéndolo con molestia luego de que David se fuera. 

Todo rastro de tranquilidad que se había creado en la habitación desapareció cuando él cruzó la puerta, sentía algo de ¿desilusión? De que se fuera sin decir nada y tan rápido, pero supongo que era mejor así, un hombre como él no se podía mezclar con una chica como yo. 

Éramos de mundos muy diferentes. 

—¿En serio te tenías que emborrachar hoy? —pregunté bruscamente y él frunció el ceño nada contento con mi tono, pero no me importaba, hoy se supone que era un día especial para los dos y se había puesto hasta las metras. 

—No empieces, nadie te manda a quedarte a solas en un camerino con un idiota —todo su aliento lleno de alcohol invadió mis fosas nasales e hice una mueca de desagrado mientras me alejaba cruzada de brazos, estaba bastante desilusionada. 

—Y a ti nadie te manda a emborracharte y comportarte como un imbécil —negué lentamente y lo miré con un poco de molestia —¿Qué día es hoy? 

—¿Qué? —preguntó confundido y esperé que se echara a reír y me dijera que dejara de ser tan tonta, que era nuestro aniversario y solo estaba fingiendo. Pero eso no pasó, él solo me miró irritado —Lauren, deja de comportarte como mi madre, ya pareces mi esposa —rió y yo sentí una presión en mi pecho, claro que no lo recordaba

—Vete a la mierda —murmuré pasando por su lado y él me tomó del brazo respirando cerca de mi cabello, como si disfrutara el olor. Meses antes me encantaba que hiciera eso, ahora solo quería alejarlo de mí, estaba dolida. 

—No te pongas así preciosa, sabes que cuando lleguemos a la casa te haré lo que tanto te gusta —me giró lentamente y me comenzó a besar desesperadamente. Yo me quedé completamente quieta. 

Sus manos apretaron mi trasero y tocaron todo mi cuerpo, no hice nada, solo sentí rabia hacia mi misma por querer a un imbécil que estaba conmigo solo por mi cuerpo. 

—Espérame allá, ¿vale? Haré unas cosas antes —dejó un beso en mi cuello antes de separarse y yo respiré profundamente intentando calmarme. 

—¿No vas a venir conmigo? —mi voz ronca delató mi molestia. 

—Quedaré con unos amigos cerca de aquí para beber algo, ya sabes —se encogió de hombros con una sonrisa y apreté mis puños a mis costados. 

Me separé de él con molestia y tomé mi bolso de tirantes caminando con pasos largos hasta la salida trasera. Seis putos años juntos para que no recordara nuestro aniversario, seis putos años a su lado para que no me tuviera un mínimo de respeto, seis putos años para que me tratara como un objeto sexual y no como la mujer que intentaba ser siempre lo mejor para él... 

Era una estúpida

Esa era la realidad, ¿qué me hizo creer que alguien como él podía darme la vida que siempre había... Deseado? Muy en el fondo sabía que era así, una pequeña casa, la comodidad, el amor, la estabilidad. 

Ya todo eso me importaba una mierda, solo quería irme de este maldito lugar, detestaba todo lo que tuviera que ver con esta basura. 

¡Maldición! 

Deslicé mi mano por la pequeña mesa de mi departamento y eché todo al suelo con una furia gigante, estaba molesta y dolida. Gasté dinero en una camisa que él ni siquiera notó que traía, me vestí linda para él, me arreglé para que me hiciera sentir especial; y él no hizo nada de eso. Ya... Tan solo necesitaba dormir un poco, tenía que relajarme. 

Me quité la camisa y los tacones y me acosté en el pequeño sofá cubriendo mi cuerpo con una manta, solo tenía que relajarme. 

...

—Hey —sentí unos toques en el brazo e intenté cubrir mi cuerpo cuando noté que estaba sin manta, tenía bastante frío —Lauren, ya llegué —abrí lentamente los ojos cuando el olor a alcohol impactó con mucha más intensidad, joder, ahora sí que él estaba vuelto mierda. 

—¿Qué quieres que haga yo? —pregunté bruscamente intentando quitarle la manta, él me había destapado —Quiero dormir, dame la manta —intenté quitársela pero él la alejó viendo mi cuerpo con ansias. 

—Quiero hacer otra cosa —murmuró intentando besarme, pero yo giré la cara antes de que lo hiciera.

—Pues yo no, dame la manta que quiero dormir —lo miré fijamente y él frunció el ceño ante mi rechazo, no se lo esperaba. 

—Vamos, Lauren, no te pongas así —volvió a besarme o al menos hizo el intento, porque yo lo volví a esquivar sentándome un poco irritada. 

—Dije que no, deja de molestar —intenté quitarle la manta pero él frunció el ceño aún más y tomó mi cara besándome con fuerza —¡No! —intenté quitármelo de encima pero él no me hizo caso. 

Su agarre aumentó presionado mis muñecas e intenté quitármelo de encima dando golpes en su pecho. 

 —¡No me toques! ¡suéltame! —chillé y él comenzó a besar mi cuello con desesperación, haciendo chupones y demás; odiaba los malditos chupones —¡Déjame! —dije dando una patada en su entrepierna con fuerza. 

¿Qué rayos le pasaba? ¿Iba a abusar de mí? 

—¡Dije que no! ¡no me toques! —comencé a buscar mi blusa con rapidez mientras él soltaba maldiciones en el suelo, no me importaba, se lo merecía. 

Encontré la camisa y me la comencé a poner dándole  la espalda, mis manos estaban temblando y ni hablar de mis piernas. 

—Ven acá, maldita zorra —sentí un jalón de cabello y al minuto sus manos presionaron mi cadera contra él, besándome con brusquedad y sin nada de arrepentimiento. 

—¡Suéltame, Nick! —intenté gritar pero él cubrió mi boca con su mano besando mis senos y tocando bruscamente estos por encima de la camisa —¡Detente, por favor! —pedí entre quejidos porque me dolía, no estaba siendo para nada delicado. Él no era mi Nick, era el maldito alcohólico que no pensaba las cosas. 

—Cállate, joder —su presión aumentó cuando me tiró al sofá. Intenté levantarme con rapidez pero lo que me hizo detenerme y quedarme paralizada, fue sentir el dolor y ardor por el tremendo golpe que dejó en mi mejilla.

Él... Me golpeó. 

Intenté empujarlo lejos de mi cuerpo pero él abrió mis piernas mientras yo daba golpes con fuerza en su pecho intentando separarlo, no quería, yo no quería que él me tocara. 

—¡QUE NO! —lo empujé con mis pies y él me tomó con fuerza del cabello lanzándome al piso, por el impacto caí de frente dándome un golpe en la boca —¡Déjame! —chillé aterrada e intenté levantarme con la poca fuerza que mi cuerpo tembloroso tenía; estaba cagada del miedo. 

—Lauren, no te quiero hacer daño, ven acá —pidió lentamente acercándose a mí, ¿cómo podía ser tan descarado? Di pasos hacia atrás mirándolo con total precaución y todo mi cuerpo tembló cuando toqué la mesilla que estaba al lado del sofá. Yo tampoco le quería hacer daño —. Lauren, ven acá —se acercó con pasos fuertes a mí y apreté el objeto en mis manos sin nada de valentía, toda su expresión me causaba miedo. 

—¡Quédate ahí! —chillé con dolor cuando tan solo le faltaban unos centímetros para tocarme, él se detuvo y cuando pensé que me iba a dejar en paz, sus manos se detuvieron en mi cabello jalando este. 

—¡Te dije que vinie...! —todo pasó muy rápido, con mis manos temblando y mis ojos picando, le di un golpe con fuerza en la cabeza, toda la lámpara se hizo pedacitos sobre su piel. 

—Y yo te dije que te quedaras ahí —murmuré y limpie la sangre en mi mentón con mi mano.

Luego de eso, comprobando que estuviera inconsciente y no muerto, comencé a correr escalera abajo completamente descalza, los tacones los llevaba en una mano y no sentía las ganas de ponérmelos ahora, tan solo quería salir de ahí. 

Nick intentó violarme. 

Nick me golpeó.

Me volvió a golpear. 

Esta vez fue peor. 

Esta vez no razonó.

Esta vez... Se pasó de la raya

Salí del edificio temblando, estaba lloviendo con fuerza y las calles estaban desiertas, no creo que nadie pasara por ahí, eran las doce de la noche, por estas calles no habían muchas personas a esa hora, no creo que nadie llegara a rescatarme o ayudarme. 

Corrí con mucha más fuerza mientras intentaba dejar de pensar en todo, solo quería dejar todo atrás, solo quería desaparecer. Tenía que conseguir dinero y largarme de una vez por todas, ya no quería nada de esto... 

 Pero unos brazos sujetaron los míos antes de que pudiera continuar y por el repentino jalón todo el peso se vino conmigo. Mi piel se erizó y sentí una mano sujetar mi cuello y mi cadera antes de caer de espaldas ¿qué mierda...? 

—¡Suéltame! —chillé aterrada y empujé el cuerpo intentando ver bien con las gotas de lluvia cayendo sin cesar en mi cara. Pero solo fue cuestión de parpadear varias veces para ver a la persona que estaba sobre mí —¿T-tú qué haces aquí? 

 David Crild estaba sobre mí.


...

[1] La palabra Burlesque es un término francés que significa "burlesco". Hace referencia a la parodia para hablar de un tema, la exageración de rasgos (en su mayoría, obviamente femeninos), y el hablar de temas "inaceptables" o "denigrantes" ridiculizándolos.

Si quieres saber más de este tema, te invito (RECOMIENDO) la película de Christina Aguilera y Cher, está en Netflix como "Noche de Encanto" o la puedes buscar con el mismo nombre (Burlesque) por internet.  


¡PRIMER CAPÍTULO! 

Díganme, ¿qué les pareció? 

¿Era lo que esperaban o mucho peor? 

¿Los decepcionó? 

¿Les gustó? 

¿Actualizo rápido? 

Con mucho amor y un beso en la boca

- Nepasavoir. 













Puto el que lo lea.




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