Capítulo 01
"No se trata sobre la circunstancia, más bien se trata sobre como la sobrellevas"
Esas palabras me las dedico mi padre con una enorme sonrisa mientras se encontraba detrás de unas rejas de prisión, en ese entonces estaba aterrado y molesto con todo el mundo. No podía creer que alguien inocente tuviera que pagar por un crimen tan cruel.
Comencé a ser consiente sobre la crueldad e injusticias de este mundo a una edad bastante temprana.
No es nada grato el observar cómo personas desconocidas entran a tu hogar para esposar de manera violenta a tu progenitor para finalmente llevarlo lejos de tu lado, no fue fácil estar presente en un juicio y oír como lo condenaban por un crimen que jamás cometió, no es divertido escuchar a tu madre llorar por las noches lamentándose por lo ocurrido, no fue nada emocionante cuando me entere del embarazo de mi madre, ella tenía pocas semanas de embarazo y por un error ya habían encerrado a mi padre, fueron años completamente difíciles. Mientras esperaba en aquella sala de partos, miraba como los padres tenían la oportunidad de entrar y darle la bienvenida a esos nuevos seres pequeños con una enorme sonrisa mientras que mi padre solamente pudo observar a mi hermana pequeña a través de un vidrio una vez que ella cumplió la edad requerida para entrar a la sala de visitas de la prisión. No fue nada sencillo tener que explicarle a mi hermana de tan solo tres años la razón del porque se encontraba ahí papá y por qué no podía salir ni siquiera para darle un abrazo, pero fue algo de lo cual mi pequeña hermana se fue acostumbrando y yo, bueno simplemente aprendí a hacerlo parte de mi vida diaria pero jamás aprendí a aceptarlo.
Voy a confesarlo, fui un joven muy problemático, cometí muchos errores y me gané una mala reputación fuera de casa, pero cuando me di cuenta de que no podía seguir con este berrinche, que no valía la pena ahogar mis tristezas en alcohol, que la violencia no es la solución, pero más que eso que mis acciones y palabras lastimaban a mi familia, decidí dejar aquella vida en el pasado sin embargo no todos los errores se borran por completo.
Y cada acción tiene sus propias consecuencias.
—Vamos Les, apresúrate. Debemos llegar al hospital, hoy le enseñare a mamá mi diploma—menciono con orgullo Iris levantando el trozo de papel. Escuche el tamboreo inquieto que provocaba con sus zapatos contra el piso. Esta niña cada vez era más mandona.
—Ya voy—respondí una vez que coloqué el seguro de la puerta. Puse mi mano sobre el hombro de mi hermana para comenzar nuestro recorrido diario de casa al hospital, en el trayecto era tan normal para mí el sonido de la voz de mi hermana que hablaba sin parar sobre temas escolares que cambiaban a datos que según ella era sorprendentes para luego oírla hablar sobre lo que había visto en televisión para terminar con algún chisme que había escuchado de los vecinos. A veces no sabía si sorprenderme por la manera tan rápida en la que cambia un tema o como es que un ser tan pequeño retiene tanta información.
—Soy una chica bastante lista—presumió mi hermana mientras miraba alrededor para observar que no hubiese ningún auto, una vez que vio el camino despejado continuo su apresurado andar.
—Hoy estas más egocéntrica que de costumbre.
—Y tú siempre eres como una piedra en el zapato, pero no me quejo— señalo mirando sus pies para luego sonreír de una manera traviesa—. Yo tan solo pensaba si mamá se sentirá orgullosa de mi avance.
—Podrías decirle que por fin recordaste regar hoy las plantas del jardín y se sentiría más que orgullosa—le señale indicando la sencillez que era la felicidad de mi madre.
—Lo sé, pero no solamente quiero que se sienta feliz, también quiero que este tranquila. Quiero que sepa que, a pesar de todo, estoy bien a tu cuidado.
—Es normal que tenga dudas, incluso aunque yo sea un buen chico ella aun tendría sus dudas sobre tu bienestar, eres su pequeña niña.
—Lo sé— respondió con cierta tristeza en su voz sin perder el ritmo en sus pasos—. Pero aun así quiero que sepa que todo está bien para que se relaje y así se concentre en su recuperación.
Aunque voy a admitir que esa madurez también me es bastante sorprendente, aunque era de esperarse se obligó a sí misma a crecer un poco más rápido de lo normal, tuvo que aprender a vivir con cosas que ningún niño debería experimentar y aunque a veces quería evitarlo había cosas que no le podía ocultar.
—Hoy llegara nuestro nuevo compañero de piso— Mencione para cambiar el rumbo de la conversación.
—¿Y qué tipo de persona es él? —pregunto con la curiosidad brillando en su rostro.
—Por lo que leí es un completo nerd—respondí al recordar su historial académico al igual que varias referencias académicas.
—Un nerd y un buscapleitos viviendo bajo un mismo techo. Sera súper divertido— aseguro Iris antes de echarse a correr para entrar al hospital.
—No se corre en los hospitales—le recordé a mi hermana, pero ella tan solo me ignoro. Cada que entraba al hospital había dos tipos de miradas, los que me juzgaban por mi apariencia y las que se enternecían específicamente la de las enfermeras porque siempre a la misma hora y los mismos días vengo de visita para ver a mi madre.
—¿Como sigues? — pregunte en cuanto entre a la habitación. Admire como Iris le mostraba su diploma con una sonrisa un tanto arrogante.
—Estoy mejorando—respondió con una sonrisa antes de mirarme por un par de segundos. Y aunque ella decía eso sabía que era una vil mentira, cada vez más delgada, con el cansancio reflejado en su mirada, pero con una sonrisa en su rostro para tratar de ocultarlo.
—Esa noticia es bastante buena pero aun así debes seguir las instrucciones del personal médico y descansar adecuadamente.
—Deberías cortar tu cabello Leslie—mencionó mi madre cambiando de tema. Como siempre lo último de lo que ella quería hablar era sobre su enfermedad y aunque entendía el punto aun así quería estar seguro de que realmente estuviera bien.
—Hoy llegara el nuevo inquilino—le informe cambiando nuevamente de tema, pero por su mirada de reproche sabía que ella lo había notado—. Así que la visita el día de hoy será breve.
—No cambies el tema, Leslie. Espero que la próxima vez que vengas con ese cabello bien cortado.
—Ya le dije que con ese corte asusta a las chicas, pero nunca me escucha—dijo mi hermana colocándose del mismo lado que mi madre.
—Con ustedes dos en mi vida no necesito a otra chica más—afirme sacándole una sonrisa ambas quienes compartieron una breve mirada.
—Pura fachada, pero por dentro un encanto, ¿Quién será la afortunada de ver ese lado tan tierno de mi criminal número uno? —se burló Iris provocando una risa a mi mamá.
—Es igual a su padre.
Guarde silencio mientras la observaba, muy pocas veces ella lo mencionaba, sabía que en verdad le dolía lo sucedido y la situación en la que se encontraba por lo que era bastante reservada en ese tema en especial frente a Iris.
—Háblame más sobre papá— pidió Iris con súplica, mi madre sonrió enternecida mientras acariciaba su cabeza. Y es que desde que ella había caído enferma no habíamos vuelto a verlo.
—Un hombre bastante apuesto, tan solo mira a tu hermano y sabrás como es el, así de apuesto— recordó con nostalgia antes de besar la mejilla de Iris.
—Huy, entonces no es muy agraciado, mamá que horribles gustos—aquello provoco una carcajada en nuestra madre, ella negó para luego verme con una sonrisa.
—Es porque es tu hermano, ya verás como si es bastante atractivo para muchas chicas.
—Todo un rompecorazones pero, para mi suerte y gracia me parezco a ti.
—Si, eres toda una hermosura.
—Ya veo de donde viene esa arrogancia—bromee haciendo reír a ambas, aunque no podía negarlo ambas si eran hermosas, con ese cabello rubio oscuro, sus ojos avellana y esas pequeñas pecas que adornaban su rostro, aunque jamás lo admitiría debido a que el ego de mi hermana crecería en demasía.
—Lamento interrumpir—levante la mirada para observar a Raquel quien sonreía apenada—pero debemos realizar unos análisis.
—No te preocupes. Nosotros ya nos íbamos—asegure mientras me levantaba—. Despídete de mamá, Iris.
—Volveré mañana— aseguro Iris antes de besar su mejilla. Yo imite el gesto de mi hermana antes de pronunciar las mismas palabras.
—Cuídense mis niños— menciono mamá mientras se despedía agitando su mano de un lado a otro lentamente. Siempre me era difícil el despedirme de ella pues temía el regresar y ya no poder escucharla.
🌹🌹🌹
Al llegar a casa, Iris lo primero que hizo fue correr hasta la sala para encender la televisión y observar aquellos documentales médicos que incluso para mí era un tanto difícil de comprender, pero para ella parecía tan natural escuchar sin parar varios términos y comprender a lo que se referían, pero más que eso no le era ni un poco aterrador ver las cirugías y el montón de sangre... Estoy comenzando a pensar que esto no es normal para alguien de diez años.
—Los niños de tu edad normalmente ven caricaturas—comente mirando la pantalla donde parecía que le extirpar algún tipo de órgano a la persona.
—Los niños de mi edad son unos ignorantes. Yo me convertiré en médico y curare a mamá yo misma—aseguro mi hermana pequeña sin apartar la mirada del monitor. Suspire resignado mientras la observaba con cierta preocupación dudaba que tuviera tanto tiempo para realizar algo como eso, pero no iba a arruinar ese sueño— De acuerdo y dime, ¿Qué quieres para cenar?
—Cereal.
—Te voy a dar pastel de carne—dije mientras me dirigía a la cocina.
—No entiendo porque me preguntas si de todos modos me darás lo que quieres.
—Aun guardo la esperanza de escucharte decir algo sensato salir de tu boca.
—¡Ja! Sigue esperando eso.
El sonido del timbre capto mi atención sin embargo antes de poder dar un solo paso escuche a Iris gritar que ya iba a abrir la puerta, pensé en la posibilidad de que fuese nuestra vecina pues casi siempre compartía de sus alimentos con nosotros así que pensé que hoy no sería la excepción, pero cuando escuche la puerta cerrarse y no escuchar la voz nuestra vecina aquello capto mi atención.
—Oh Leslie, te buscan—canto con burla Iris captando mi atención, me había llamado por mi nombre completo lo cual ya de por si era una mala señal.
—¿Quién es?
—¿Por qué no lo averiguas tú mismo?
Ese tono de burla en verdad era bastante sospechoso sin embargo no pensaba darle muchas vueltas al asunto así que solo apague la estufa para dirigirme a la puerta y abrir esta, mi vista se quedó fija en la persona que había llamado a mi puerto, mire con atención ese par de ojos cafés, su cabello castaño, piel blanca, no recordar ese rostro así que estoy seguro que no tuve ningún enredo con ella en el pasado, tenía una enorme sonrisa que se borró de inmediato cuando me miro con confusión y cierto terror, ahora podía confirmar por su reacción que en definitiva no nos conocíamos, temblaba como un chihuahua. Me pareció escuchar como trato de hablar, pero más que eso fue como un pequeño grito que trató de contener, creo que incluso dejó de respirar.
—¿En qué puedo ayudarle? —pregunte en espera de una respuesta, pero simplemente no emitía ningún tipo de sonido, ahora su rostro de había vuelto rojo.
—Memmi—respondió casi enmudecida mientras aquel color rojo en su rostro desaparecía lentamente, la mirar alrededor de manera para volver a verme—Ho... Hola, soy yo—dijo con una voz ronca como si aquello me respondiese todo, me cruzo de brazos para indicarle que estaba totalmente insatisfecho por su respuesta, ella se aclaró la garganta y continuo. —. Soy Blythe Prince, la persona que rento la habitación, ¿se encuentra Leslie en casa? — respondió y de inmediato desee que volviese a ser muda, observe las cosas que llevaba entre manos al igual que varias maletas, maldita sea, ¿Por qué me pasan estas cosas?
—Pensé que eras un chico, no una chica.
—¿Qué? —pregunto confundida al parecer no se daba cuenta de la situación—¿Me equivoque de departamento? Perdón por las molestias, pero de casualidad sabe, ¿Dónde vive Leslie Shuster?
—Lo estás viendo, parece que hubo un error, como comenté con anterioridad pensé que eras un chico no una chica.
Note el enorme sonrojo de la joven parece que ya se había dado cuenta de la situación la caja que traía entre manos cayó al suelo y me miro bastante apenada, pareciera que quería decir algo, pero las palabras no salían de su boca, la carcajada de Iris rompió con el enorme silencio que se había formado.
—Debiste hacerle caso a mamá y cortarte el cabello, en verdad se ve aterrada.
—Iris, no te entrometas... En fin, una disculpa por la equivocación y hacerte venir hasta aquí, adiós—estaba a punto de cerrarle la puerta en la cara cuando ella me detuvo, podía notar que todo ese terror cambio por pánico.
—No puedes echarme, ya te pagué cinco meses por adelanto.
—Te devolveré tu dinero—dije con la intención de cerrar la puerta, pero me detuvo nuevamente.
—No tengo a donde más ir... Así que, por favor, permíteme quedarme hasta que encuentre un nuevo lugar o al menos hasta que hayan pasado los cinco meses.
—Es mucho tiempo, además eres una chica.
—Que no tengo a donde más ir.
Ambos comenzamos a forcejear en la entrada, ella quería evitar que cerrara la puerta en su cara y yo en definitiva no quería volver a verla, sé que bastaría con empujarla, pero no iba a hacer eso frente a mi hermana además si la lastimaba no pensaba hacerme cargo.
—¿No crees que es mejor que sea una chica? Tendré compañía femenina, alguien con quien hablar de cosas privabas, además, que si viene un chico y resulta ser un rarito o un pervertido de closet— deje de forcejear por un segundo sin embargo aún mantenía mi postura firme de no dejarla entrar, mire a Iris, tenía un punto valido—¿O qué? ¿No puedes tener a tu amiguito controlado por la presencia de una femenina?
Esta mocosa en verdad que sabe cómo hacerme ceder mientras me daba una paliza en mi punto débil, después de todo le prometí que por cada visita indecente le pagaría cinco dólares, mire a la chica de reojo ni siquiera es atractiva, me hice a un lado para brindarle el acceso al departamento la vi caer a mis pies y la observe.
—Bienvenida, inquilina.
Ella se levantó y sonrió como si de alguna forma hubiese obtenido una gran victoria, me miro y extendió su mano sin embargo yo la ignore, me di la vuelta y volví a la cocina.
—No le prestes atención siempre ha sido un grosero mal educado—escuche decir a mi hermana, mire de reojo para verla estrechar su mano— Soy Iris, un placer. Adelante, adelante, bienvenida a tu nuevo hogar, ven te ayudare y te mostrare tu habitación.
Mi hermana en verdad parecíabastante entusiasta por su presencia, creo que, si le hacía falta una presenciafemenina en su vida después de todo no es suficiente con solo ver a mamá un parde horas, espero que sea beneficioso para ella, mire atentamente a mi hermanaquien ayuda a la inquilina con sus cosas para llevarlas a su habitación notecomo le agradeció con una enorme sonrisa para luego palmear su cabeza, al menos es amable, nuestras miradas se cruzaron por un momento y ella giro de inmediato provocando que su rostro choque contra la pared de la que sería su habitación, Iris soltó una gran carcajada yo por otro lado de contuve de reír, ya era suficiente con que me tuviera miedo no quería que ahora sintiera vergüenza por lo cual me marche a mi habitación. Aunque no quería pensar en esa chica con la cual aparentemente iba a compartir el mismo techo no podía dejar de pensar que la conocía de algún lugar, bueno que más daba, no pensaba involucrarme entre más la evitara mejor sería para ambos.
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