O17 | Memorias de diciembre

˗ˏˋ Hay heridas que son imposibles de sanar, porque son aquellas cuyas cicatrices se encuentran en el corazón de la persona. ˎˊ˗

Corría lo más rápido que sus pequeñas y cortas piernas podían, buscaba la manera de encontrar un escondite para ocultarse por un buen rato, sentía tanto miedo y no dejaba de llorar.

Era inútil tratar de buscar salida, al final ella siempre lo encontraba.

Al verse atrapado y sin salida, no tuvo más opción que pedir misericordia para que esta vez el castigo no fuese peor que los anteriores, pero viendo el nivel de su error hace algunas horas antes, está vez sería mucho peor, había arruinado todo con su torpeza e ignorancia.

─ ¡Mami, por favor, perdóname! ─pidió con todas sus fuerzas mientras no dejaba de temblar de miedo, estaba tratando de cubrir todo su cuerpo lo más posible que podía para no recibir un golpe.

Si se equivocaba en algo que hacía, era lógico que su madre lo golpearía hasta el cansancio, una y otra vez; todo eso era porque según ella un omega no debía tener errores, sino ningún alfa "lo querría" como pareja a futuro. Pero no entendía porque ella se enojaba con él, no quería casarse un alfa, solamente tenía diez años y ansiaba jugar con sus amigos a la pelota.

─Lo único que tenías que hacer era quedarte quieto en donde te dije, ¿Y qué hiciste? ¡Lo contrario a eso! ─le gritó entre dientes la omega mientras trataba de calmarse pero no podía ─, Jimin ¿Tienes idea de lo que has hecho? Nos acabas de deshonrar frente a demasiadas personas, peor aún, en frente de la familia del alfa con el que te casarías a futuro.

Los ojitos del pequeño Park Jimin en cuestión de segundos se llenaron de lágrimas al ver la fría mirada de su madre hacía su persona, sabía que ella no daría vuelta atrás aún sí estaba llorando y eso era lo que más le dolía, porque su madre jamás se arrepentía de sus acciones.

Era su culpa que todo eso pasará, su madre no mentía en lo que decía, había cometido un terrible error frente a la familia de ese niño y por ello habían cancelado la alianza a futuro.

─ ¡N-No lo volveré a hacer! ─Rogó con todas sus fuerzas posibles, mientras trataba de ser entendido aunque sea un poco por su madre, evitando ser lastimado otra vez como era de costumbre por sus errores ─, ¡N-No me volveré a equivocar! ¡Mami, está vez p-por favor no me pegues!

Jimin sabía que era inútil pedir ayuda cuando nadie iría a salvarlo, su padre nunca estaba en casa, siempre se la pasaba ocupado en la empresa y era por eso que su madre era quien se quedaba al pendiente de su hermana y de él.

No había forma de escapar de ese infierno, estaba condenado a seguir encerrado en ese lugar, así que solamente cerró sus ojos cuando el primer impacto del cinturón golpeó su piel y un fuerte sollozo se escapó de su boca. Siempre lo arruinaba todo, su mamá no lo quería por ser un omega defectuoso.

Los golpes no dejaban de venir, cada vez peor que el anterior y por ello gritaba con todas sus fuerzas que su padre viniera a salvarlo.

Pero por más que lo intentará, él nunca vendría a su recate. Estaba solo.

[...]

Se removía entre las sábanas mientras el amargo sueño pasaba por sus recuerdos, no dejaba de sudar frío mientras se quejaba, el viento golpeaba la ventana con su danza con el paso de la noche.

─¡No me pegues, por favor! ─gritó con todos sus fuerzas, tanto que sintió que se desgarró la garganta en hacerlo.

Jimin despertó abruptamente, mientras respiraba entre cortado y las lágrimas no dejaban de caer de sus ojos; solamente había sido un mal sueño, producto de su condición débil.

Con la mayor rapidez del mundo se sentó en la cama, mientras veía que la luna era el único testigo que notaba su mar de tragedia de esa noche, la cual fue su refugio en todas aquellas noches en las que solía llorar hasta quedarse dormido.

─Solamente fue un mal sueño, gracias al cielo ─murmuró casi sin habla y con el rostro pálido, abrazándose a sí mismo mientras no dejaba de temblar de lo horrible que había presenciado volver a ser niño.

Observó a su alrededor con algo de temor y suspiro con cansancio, sintiéndose un poco más tranquilo al despertar y saber que estaba en su propia casa sin la horrible presencia de su madre de lo que fue ella hace algunos años atrás.

Sin la presencia de todas esas brujas que lo jodieron hasta volverlo un monstruo.

‹‹ Ella no está aquí, estamos a salvo. ›› le avisó su omega interior, el cual desde el accidente se encontraba débil por la ausencia de su alfa.

El omega suspiro aliviado, no había nadie a sus alrededores que pudiera herirlo como cuando era niño. Recordar esos días era una tortura, odiaba sentirse tan débil cuando pensaba en ellos, pero cuando quiso levantarse para salir de la cama y buscar un vaso de agua para calmar sus nervios se encontró con la sorpresa que la pequeña Gahyeon estaba durmiendo profundamente a su lado.

Decir que no le sorprendió ese hecho sería mentir, porque en verdad no esperaba que su hija estuviera a su lado esa noche.

‹‹ Nuestra hija está aquí con nosotros, no hay nada que temer. ›› Su omega interior se alegró de ese hecho, pero por la cabeza de Jimin circulaban las preguntas del tipo.

Casi siempre era su hija quien lo buscaba la mayor parte del tiempo, así que Jimin ni siquiera protesto o agregó comentario de más y la dejo dormir a su lado, sin tener intención alguna de llevarla a su habitación.

El sueño que antes tenía se había ido, así que solamente se dedicó a mirar a la niña en silencio, sus pensamientos que anteriormente habían sido perturbados por una horrible pesadilla ahora cambiaron al ver el rostro de su hija, apreciando el hecho que cada día crecía más, el tiempo no perdonaba y se iba casi volando. La tranquilidad llegó a su cuerpo y su lado débil y dócil de omega salió a flote al ver a la pequeña personita que estaba durmiendo junto a él.

─Ahora te pareces un poco más a mí como cuando tenía tu edad ─murmuró en voz baja, la punta de sus dedos tocaron la suave mejilla de su hija ─, aunque también no dejas de verte cómo él. Ambos son casi idénticos, como dos gatitos.

La ausencia de Yoongi se hacía notar demasiado en la casa al paso de los días, ya había pasado dos meses desde el accidente y aquello que llamaban culpa solía llegar a Jimin cuando se despertaba cada madrugada debido a las horribles pesadillas que estaban relacionadas a su trato con su esposo y su pasado tormentoso.

─Debes extrañarlo muchísimo, Gahyeon ─suspiro profundamente, una opresión hizo acto de presencia en su pecho y por ello desvío la mirada hacía la ventana ─, es un gran padre, desde que te tuvo por primera vez en sus brazos no ha dejado de cuidar de ti con todo su ser ─En silencio se levanto de la cama y se acercó a la ventana para observar el cielo con mayor calidad, tratando de calmarse.

La luna estaba brillando con demasiada intensidad y las nubes pasaban con rapidez en el lienzo oscuro del cielo. A Jimin llegó el recuerdo de que esa noche se parecía en la que Yoongi le confesó sus más puros sentimientos y los cuales rechazó al tener presente las marcas en su piel a causa de su madre y toda su familia por parte de ella, los cuales hicieron de él tal cual títere, creando de su personalidad una fría y horrible maquina sin permitirse el lujo de llevarse por sus sentimientos.

─Supongo que fue por envidia, tienes todo aquello que nunca tuve cuando era niño ─Jimin se trago su orgullo y reconoció perfectamente que era lo que tenía, se sentía un idiota ─, ellas me convirtieron en esto.

Las veces que su padre solía preguntar por Gahyeon solía provocarle sentimientos encontrados, debido que nunca estaba, Jimin nunca pudo decirle a su padre lo que sufría en silencio y lo que su abuela y tías hacían de él al ser el único omega de la familia. Nunca pudo confesar los pecados que recibía, así que nunca se presentó la oportunidad para pedirle ayuda a su papá que viniera a salvarlo porque su madre le gustaba golpearlo cada vez peor que la vez anterior.

Siempre deseó ser entendido por su madre y amado por ella, nunca entendió porque recibía mal trato, como si no fuera parte de la familia, mucho menos pudo recibir ni un 'Te quiero' de su parte. Ni un beso o abrazo, no obtuvo nada, solamente desprecio y heridas que lo seguían hasta el día de hoy.

Un nudo se hizo presente en su garganta y maldijo nuevamente en sus pensamientos.

La mayoría pensaba que su familia era perfecta, que su abuela y madre eran mujeres amables y bondadosas. Un desperdicio, la gente que las conocía de cerca podía ver que eran cómo el mismísimo Satanás en persona, porque sí ya era una mierda como padre y omega, ellas lo convirtieron en ese monstruo.

‹‹ Ellas nos hicieron mucho daño. ›› le recordó su omega interior y después de un largo tiempo estuvo de acuerdo con su lado animal.

Su respiración con el avanzar de los segundos se volvía cada vez más irregular y con amargura recordó esos momentos grises que marcaron toda su vida, los cuales vivió todos los días de su infancia junto a la adolescencia; como cuando su madre lo golpeó por entregar una calificación baja, o como cuando se ensució su ropa en frente de algunos inversionistas y su madre lo encerró en su habitación a oscuras para que evitará equivocarse a futuro, también aquellos días en los que su madre junto a su abuela lo golpeaban al no seguir las enseñanzas de ser un buen omega a su corta edad.

La manera en que su abuela siempre lo odió, rechazo y exigió, nunca pudo cumplir sus estándares y exigencias. Todavía seguía sin lograrlo, temía que volviera.

En silencio regresó a la cama, tratando de calmar el ataque de ansiedad que estaba teniendo.

Eso y más cosas peores que no deseaba recordar fueron las que se resumieron casi su infancia, pero lo peor siguió cuando tenía doce, cuando ellas lo dejaron por varios meses solo con un alfa instructor que no conocían del todo bien.

Todo parecía estar bien, hasta que un día de repente ese hombre empezó a decirle que era un omega demasiado "Hermoso" y que nunca había visto un omega tan bello como él, pero eso no fue tan grave, lo peor fue lo que pasó después. Hubieron varias ocasiones en la que ese alfa solía tocarlo sin su consentimiento de una manera indebida y por ello después solía tener miedo cuando llegaba la hora de tener que estar solo con él, porque era incómodo y horrible.

Cuando ya no pudo más y sentía asco de sí mismo le contó a su madre sobre lo que hacía ese alfa, pero ni ella ni nadie le creyó, solamente lo dejaron ser y así siguió hasta volverse un año, pero fue en una tarde de diciembre en la que su instructor estuvo a punto de abusar de él hasta que supo que su padre estaba a punto de ir a verlos. Ese día recuerda que corrió tan fuerte hacía su padre y no se soltó de él, porque cuando se dio la oportunidad de hablar sobre lo sucedido, lo hizo y ese alfa no puso un pie en esa casa porque cayó en la cárcel por acosar y casi abusar de un menor de edad, hasta el día de hoy todavía seguía allí.

Es por eso que a Jimin no le gustaba visitar la casa de sus padres, todo lo anterior vivido todavía seguía marcado en su vida como la peor pesadilla viviente que no se iría jamás. Todo mejoró luego de irse de allí, sus días de estudio fueron los más tranquilos al compartir departamento junto a quien era su mejor amigo Kim Namjoon, el cual le ayudo bastante a recuperarse emocionalmente luego de esos traumas de la niñez, pero que ahora no estaba con él porque estaba viajando por el mundo a causa de su trabajo. A TaeHyung no lo consideraba un amigo porque era un manipulador emocional experto en la materia, siempre intentaba sacarlo que quicio cuando quería y no lo dejaba en paz, odiaba ser el juguete y diversión pasajera de ese odioso omega, por eso siempre intentaba alejarse de él.

El único amigo más fiel, leal y comprensivo fue Cho Seungyoun.

Sin pensarlo dos veces, ya estaba llorando de nuevo, sollozando en silencio por todo aquello que había pasado por parte de la familia de su madre y que por eso la odiaba con todo su corazón, porque ella y esas mujeres lo trataron horrible.

Papi.

Carecía de claridad, las palabras no lqs pronunciaba del todo correctas, sin embargo entendió perfectamente de quién se trataba.

Jimin se calmó por unos segundos sus sollozos, quedando paralizado al escuchar la dulce voz de su hija mientras lo llamaba, pensando en que sí estaba loco o no, hasta que bajo la mirada y se encontró con Gahyeon despierta.

‹‹ Nuestra hija nos reconoce ›› escuchó claramente la voz débil de su omega al ver a su hija acurrucándose a su lado, como si estuviera intentando ayudarlo para que dejará de llorar. ‹‹ Dale mimos a nuestra hija, ella nos quiere. ››

Su corazón dolía, su respiración ahora estaba siendo irregular, los días de luna llena lo ponían más sensible de lo habitual y con más razón quería seguir llorando.

─No lo entiendo, no te entiendo Gahyeon. A pesar de todo tú ─se tragó sus lágrimas mientras acariciaba la cabecita de su hija con algo de inseguridad, como si temiera dañarla nuevamente con su horrible y tan manchada presencia ─, ¿Todavía me quieres en tu vida?

La pequeña no balbuceó nada más porque se había quedado dormida, dejando a Jimin más tranquilo pero con un sin fin de dudas en su cabeza sin contestación, se sentía también como un niño perdido en un bosque, sin saber a dónde ir.

‹‹ Eres igual que tu padre. ›› Pensó Jimin al ver el adorable rostro de su hija dormir y lo mucho que le recordaba a Yoongi. Era terca. Tenía la convicción y el gran corazón de su padre. Una niña demasiado linda y pura.

Esa noche y las que le siguieron Jimin no pudo dormir adecuadamente, ahora ya no tenía pesadillas ─porque la presencia de Gahyeon alejaba todo mal sueño─, sino que eran los recuerdos que tenía de cuando conoció a Yoongi y lo mucho que había esforzado casi todos los días por tratar de ser notado aunque sea un poco por el omega que amaba.

Nuevamente muchísimas gracias por apoyar "Más que un alfa imperfecto"

Si tienen alguna duda o teoría acerca de la historia, pueden dejarla aquí. Me encanta leerlos. (ㅅ' ˘ ') ♡

( 'ิ∇ 'ิ)
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Y como sabemos que ya es también tradición, volveré a dejar memes en relación al mood de Yoongi con Jimin.

Nos vemos luego (ㅅ' ˘ ') ♡

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