Cap. 2: Una vida de cuentos de hadas.

Cap. 2: Vida de cuentos de hadas.

Saliendo del salón en donde se encontraba, Sol se recuesta sobre la puerta de este por unos cuantos minutos, pensando en lo que el profesor le había preguntado.

« ¿Cambiarlo? Por supuesto, como no se me ocurrió antes» pensó mientras se separaba de la puerta, caminando en dirección al patio del colegio.

–Si pudiera hacer eso, créanme que convertiría mi vida, en un cuento de hadas... –se dijo para sí misma, ya que estaba estaba hablando sola–, no saco malas calificaciones por gusto.

Aunque a veces no lo pareciera, Sol solía pasar malos momento, la mayoría del tiempo se debía al poco tiempo que está tenía para hacer las cosas, tenía que estudiar y trabajar lo cual era algo difícil para ella, sin embargó esto era lo único que podía hacer, ya que estaba completamente sola...

– ¿Y cómo le fue a mi chica favorita? –exclamó Adam, el cual se encontrabas atrás de sol, cosa que la había sorprendido un poco ya que no se había dado cuenta de su presencia.

– ¡Ay! ¡Adam, me asustaste! –Exclamo Sol con un pequeño brinco, causado por el susto–, bien, todo me fue muy bien, ¿y cómo te fue a ti?

–Ah, bueno ya sabes lo normal, algo de esto, algo de lo otro... –dijo Adam mientras señalaba su rostro, para después señalar de manera sutil a un par de chicas que estaban caminando por el pasillo–, sabes, esta cara tiene mucho trabajo, y no es nada sencillo.

– ¿Te duele ser lindo, verdad? –Pregunto mientras seguía caminando en dirección al patio– Espero con ansias el día que te transformes en bestia...

–Parece que la señorita está de mal humor hoy... –dijo Adam mientras le seguía el paso a Sol–, ¿qué tienes, otra mala calificación?

–Sí, si Adam, solo es otra mala calificación –exclamó, tratando de sonar un poco más positiva–, para la próxima vez estudiaré más, lo prometo –dijo, mientras apresuraba el paso.

– ¿A dónde crees que vas...? –pregunto, para después detener a Sol en medio del pasillo–, es la hora de almorzar... –Adam sujeto la mano de Sol, y comenzó a llevarla en dirección contraria a la del patio.

–El patio y comedor quedan para el otro lado –dijo ella, mientras seguía siendo arrastrada por Adam– ¿a dónde vamos?

–Lo verás cuando lleguemos –dijo Adam mientras comenzaba a apresurar el paso.

Después de un rato caminando, por los largos pasillos del Royalbuch, Sol y Adam llegan a un salón, el cual estaba completamente vacío, sin ningún escritorio o sillas, a excepción de una mesa la cual estaba cubierta con un mantel de color azul oscuro, ubicada en medio del salón, con dos sillas colocadas una frente a la otra.

– ¿Que es todo esto? –pregunto Sol, mientras entraba al salón junto con Adam.

Las enormes ventanas del salón, estaban cubiertas por unas telas de color azul, telas por las cuales entraba una escasa cantidad de luz la cual daba una iluminación bastante agradable.

–Y aún no has visto la mejor parte... –Adam lleva a Sol a sentarse en una de las sillas, para después este sentarse frente a ella–, dígame madame, ¿Que desea probar primero? ¿Comida italiana, comida asiática? O preferirías algo más dulce...

Adam saco una enorme canasta de tejida, la cual estaba debajo de la mesa en donde ambos estaban, está estaba llena de bastante comida deliciosa.

– ¡¿Es enserió?! –Pregunto, mientras veía con atención a Adam–, ¿tienes todo eso en la canasta?

Adam volteo a ver a Sol con una mirada algo pícara– por supuesto que tengo todo eso, es una canasta mágica ¿no vez? –alzo la canasta sobre su hombro y se la mostró por un corto momento, para después volverla a dejarla a un lado.

–porque estamos aquí, siempre almorzamos bajó el árbol que está junto a la entrada... –pregunto ella.

–pues, supuse que por ser tu cumpleaños, podríamos hacer algo diferente... –exclamó él, mientras sacaba una larga barra de pan, probablemente para acompañar el espagueti que sacaría después.

–eres tan dulce, creo que empiezo a entender por qué todas las chicas del Royal están locas por ti –dijo Sol mientras se quitaba su mochila, y la colocaba a un lado.

–¿qué paso con eso de...? "Espero con ansias el día que te transformes en bestia" –exclamo Adam, mientras le sonreía a Sol.

Por el momento, Sol se había olvidado por completo del mal rato que estaba pasando, gracias a que Adam le había ayudado a no pensar de ello.

Ella consideraba a Adam un pilar muy importante para su vida personal, ya que este solía hacer que se olvidarán de los malos momentos que solía pasar en su día a día, ya fuera en el trabajo o en la universidad, para Sol el solía ser el mejor amigo que había tenido en su vida.

Aunque a veces podía llegar a ser frustrante, ya que casi siempre Adam se encontraba en sus deberes de la realeza que iban desde ser una importante figura pública, a estar casi siempre rodeado de mujeres que lo "amaban" sea como fuera el caso, aun así Sol estaba feliz de tenerlo como amigo.

– ¿Qué piensas hacer después de clases? –Pregunto Adam de una forma muy curiosa–, ¿Tienes algún plan especial para hoy en la noche?

– ¿Te refieres a que si voy a hacer una fiesta? –Pregunto Sol de manera muy confundida–, ya te dije que no iba a hacer nada de eso.

–Eso ya lo sé, me quedo muy claro la última vez que te lo pregunté –dijo Adam–, lo que quiero decir es, que si no piensas hacer algo hoy, que no sea estudiar o trabajar.

–Adam, sabes que no puedo faltar al trabajo, ni siquiera hoy –respondió Sol mientras terminaba de comer– y hablando del trabajo, ya tengo que irme.

Sol se levantó de la silla y comenzó a caminar en dirección a la salida del salón, pero antes de que se fuera Adam la detuvo.

–espera un momento, ¿ya tienes que irte? –Pregunto Adam algo desanimado–, pero ni siquiera hemos llegado al segundo plato...

–Lo sé, y tú más que nadie sabe que preferiría estar aquí contigo, pero en serio tengo que irme –respondió Sol mientras recogía el bolso que había dejado hace un rato–, Aunque ¿podemos vernos más tarde en el café, verdad...?

Adam suspiro–. Por supuesto que sí, que tengas un buen día en el trabajo. –dijo, para despedirse de Sol.

Después de una larga caminata por las calles del pueblo, las cuales se encontraban llenas de personas que hacían sus compras, Sol por fin llega a un pequeño edificio rústico, el cual tenía un enorme letrero de color rosa qué decía "el café"

La chica estaba lista para ponerse a trabajar, ya tenía su uniforme puesto, el cual constaba de un clásico vestido de color marrón, con algunos detalles y delantal de color rosa fuerte. Estaba a punto de salir a trabajar hasta que...

– ¡Feliz cumpleaños Sol! –exclamo una chica de cabello pelirrojo, mientras abrazaba a Sol por la espalda.

–Kat, que sorpresa –exclamo Sol mientras seguía algo sorprendida–, tú también te acordaste...

–Por supuesto que sí, no me iba a olvidar del cumpleaños de mi mejor amiga –exclamo Kat, mientras seguía abrazando a Sol.

Katie, o mejor conocida como Kat, era una chica bajita, de complexión robusta, pelirroja de ojos claros, la mejor amiga y compañera de trabajo de Sol.

Kat siempre había vivido durante toda su vida en el pueblo de Buchburg, solo que nunca se sintió parte de ese lugar por lo extraño e irreal que podía llegar a ser, cuando Sol llegó a ese café la pelirroja había conseguido a una persona con la cual podía entenderse a la perfección.

– ¿Y qué vamos a hacer hoy? –pregunto Kat mientras caminaba junto a Sol hacia el mostrador del café–, ¿Cuando y donde es la fiesta?

–Ya te dije que no iba a hacer ningún tipo de fiesta... –respondió Sol.

–ya veo, entonces porque no... Vamos y conseguimos a dos príncipes encantadores –pregunto Kat mientras miraba a Sol con algo de malicia.

– ¡Katie, por favor estamos en el trabajo! –Exclamo Sol en un tono de voz muy bajo–, ¿cómo se te ocurre decir eso en este momento...?

– ¿y porque no? Sol, podrías encontrar a tu príncipe azul en esta cafetería –dijo, mientras tomaba a Sol de los hombros, haciéndola mirar al frente y a todas las personas que se encontraban ahí–, y todo y todo gracias mí.

– ¿Mi príncipe azul me va a pedir un café con leche? –pregunto de manera sarcástica, mientras veía con algo de indiferencia a Kat.

–quien sabe, podría pedirte otra cosa –dijo Kat para después dejar ir a Sol.

– ¡Katie, por Dios ten algo de decencia! –exclamo Sol, algo avergonzada, mientras se dirigía a la sala de descanso.

–Pero si yo estaba hablando del doble expreso –dijo para después salir corriendo tras Sol.

El día transcurrió de una manera muy tranquila y normal, demasiado normal y tranquila diría yo, incluso para un café que está ubicado en un pueblo donde hay brujas y hadas volando por ahí...

Por desgracia esta solía ser la historia de Sol, que se repetía constantemente a lo largo de las semanas, estudiar por las mañanas en un colegio lleno de personas y criaturas increíbles, y no poder hablarles por su falta de confianza, luego trabajar en las tardes durante 5 horas, para poder pagar lo necesario para sobrevivir.

«Mi hermosa vida de cuentos de hadas...» pensó Sol, mientras terminada de atender a un cliente del café.

–Bienvenida a el café que le gustaría to... –exclamó Sol sin poder terminar la frase completa, ya que se había sorprendido por la persona que tenía de frente.

– ¿Tú eres Sol, verdad? –pregunto la hermosa chica de cabello rubio.

Por un breve momento, Sol se había perdido en la infinidad del universo, es decir que se quedó un poco paralizada por el asombro, aunque después de un rato esta vuelve a reacciona, después de que la chica vuelve a preguntar.

–Disculpa, te confundí con otra persona –dijo la chica rubia, con algo de pena.

–No, no te confundiste, si soy yo, bueno me refiero a que sí, yo soy Sol –respondió Sol algo nerviosa por sus enredos textuales–, lo lamento, no sabía que me conocías...

–por supuesto, ¿Eres la amiga de Adam, no es así? –Pregunto la chica de cabello rubio–, estudiamos en la misma universidad.

–Sí, esa soy yo, la amiga del príncipe Adam –respondió Sol, un poco apenada, no solía hablar con muchas personas, y menos si se trataba de personas importantes.

–bien, podrías darme un café lágrima –pregunto la chica de cabello rubio, mientras sacaba el dinero de su cartera.

–Estoy en eso... –dijo Sol para dirigirse a la parte de atrás, donde se preparaban ese tipo de café.

Después de ese pequeño encuentro, el día volvió a transcurrir de manera normal y tranquila, ningún otro personaje sorpresa se presentó en el café, lo cual dejo a Sol nuevamente aburrida y cansada, para suerte de la chica de cabello castaño su turno del día había terminado, lo cual significaba que ya podría regresar a casa, y caer rendida como la bella durmiente.

– ¿Ya viste quien vino al café hoy? –pregunto Kat, la cual se había adelantado para alcanzar a Sol en la salida.

–No, ¿Vino alguien importante y no me di cuenta? –pregunto Sol algo confundida por lo que le decía Kat.

– ¿Es enserio? Estuviste hablando con ella durante todo el tiempo que estuvo aquí.

– ¿te refieres a Lily Londricel? –pregunto Sol estando algo despistada como de costumbre.

Como se imaginarán, Lily además de ser la hermosa chica rubia que había pasado al café en la tarde, era la importante descendiente de la familia Londricel, los cuales eran descendientes de La Cenicienta, cosa que casi posiciona a la chica como una princesa de sangre azul.

–tiene toda una marca de zapatos a su nombre, ¿cómo no te diste cuenta? –pregunto la chica pellirroja mientras caminaba al lado de Sol.

–Es que no suelo utilizar tacones... –respondió mientras seguía caminando hasta llegar a la plaza más cerca a del lugar.

–por favor, estudias con ella ¿Qué tanto es lo que haces en el Royalbuch, que no te das cuenta de eso? –pregunto Kat mientras se detenía en una esquina.

– ¿ah, estudiar? ¿Qué es lo que crees que me la paso haciendo toda la noche? –pregunto Sol mientras se detenía al lado de Kat, no sabía porque se había detenido, solo no quería caminar sola–, ¿vas a esperar a alguien?

– ¿Qué? No, es solo que se me olvidó que tenía que hacer algo. –dijo Kat mientras está miraba hacia otra dirección, aparentemente tenía que ir por otro lado–, sé que no te gusta que te deje sola, pero en serio tengo irme...

–Ella no estará sola... –dijo una voz masculina la cual había asustado a Sol–, yo la acompaño hasta su casa...

– ¡Adam, casi me das un infarto! –Exclamó Sol mientras colocaba una mano sobre su pecho.

–perfecto, cuídala bien príncipe azul –Exclamó Kat, mientras esta comenzaba a caminar en dirección contraria a donde se encontraba Sol y Adam–, no se diviertan tanto sin mí.

Ambos se detuvieron a apreciar el atardecer mientras Kat desaparecía de la escena–, ¿entonces quieres que te lleve o preferirías caminar...?

–No importa cómo, siempre y cuando llegue, estará bien –dijo Sol mientras comenzaba a caminar en dirección a su casa.

–Lamento llegar tarde, otra vez –dijo Adam mientras seguía a Sol–, pero papá quería que hiciera esto y lo otro, pero eso no iba a detenerme para llegar hasta aquí.

–Está bien, eres un príncipe y entiendo que estés ocupado con eso –dijo Sol, para después colocarse su bolso, el cual llevaba en sus manos–, aun así, me alegra que te tomes el tiempo de venir hasta acá para verme.

–no hay otra cosa que disfrute más, que estar a tu lado –dijo mientras se le adelantaba para comenzar a caminar en reversa, para así verla de frente– eso y el tiempo que pasó fuera del foco de atención de mi padre, está volviendo me loco.

–Déjame adivinar, te está volviendo loco el ser tan guapo –preguntó Sol a modo de broma.

–No, pero agradezco el cumplido –dijo Adam mientras voltea a ver el atardecer, colocando ambas manos detrás de su cabeza–, jamás pensé que ser un príncipe fuera tan agotador...

«Parece que ninguno de los dos pensó bien en cómo sería su vida realmente...»

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top