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Dejó sus llaves en la mesita más cercana, tiro su chaqueta a alguna silla que estuviese cerca, estaba muy cansado. No físicamente, sino sentimentalmente. Muy cansado.

Habían pasado varias semanas desde que Jimin y Seokjin habían terminado, desde aquel día ha tenido unas incontrolables ganas de ir nuevamente hacia Jimin y tratar de hacer las cosas bien. Era ese incontrolable deseo que nacía desde su pecho, ese incontrolable amor que le ahogaba poco a poco. Pero no podía volver a caminar en el lodo porque ahora estaba con las manos entrelazadas a alguien más y bueno, tampoco quería seguir humillándose más.

Manos entrelazadas. Repitió. Había sido muy rápido en cómo saltó a una relación con Seoho, pasaron pocas semanas desde que se conocieron y ya se habían hecho novios, ya estaban con ese título por dos meses.

Hizo lo mismo que Jimin, correr a brazos ajenos para que el sentimiento dentro de su pecho desapareciera, para que ese latir deje de ser audible, pero no había funcionado. Los primeros días creyó que había logrado con su cometido, pero al pasar más días se dio cuenta de que aún esperaba que al abrir los ojos se a Jimin a quien besaba, a quien tocaba y con quien hablaba.

Ambos habían sido personas ruines al tomar sus caminos de esa forma, queriendo utilizar a alguien para compensar los sentimientos rechazados y negados. Nadie merecía estar en una situación donde te besan para olvidar el sabor de otros labios. Era injusto.

Ese sentimiento amargo recorría por su lengua cada vez que su novio le tomaba de la mano y le sonreía, porque era una mala persona utilizándolo de esa forma. Jungkook no lo amaba, no sentía nada por él, todos los sentimientos felices y amargos tenían un nombre. Un nombre que no podía pronunciar, uno que no podía llamar.

Suspiro cansado, tirandose a su cama, estando a oscuras en su habitación con la luz de la calle entrando por su ventana; los recuerdos le asaltaron. El tiempo en el que Jimin yacía a su lado recostado, sonriéndole, en silencio o durmiendo; las veces que se besaron bajo la luz de la luna, las veces que suspiraron en contra de la piel del otro mientras sus uñas hacían un camino por sus pieles, las veces que se amaron en silencio.

Lo amaba mucho, su pecho dolía por ello. Dolía tanto que podría llenar su habitación de lágrimas y ahogarse en ellas.

Saco su celular de su bolsillo y entro a la carpeta de fotos, recorriendo por muchas, sonriendo por lo bajo al recordar. Encontró muchas fotos donde Jimin era protagonista, sonriendo en ellas, mirando a la cámara o simplemente estando en ellas. Tan hermoso a través de la pantalla, haciendo que el corazón de Jungkook se rompa una vez más.

Fue inevitable que lágrimas empezaran a recorrer su rostro, quería vivir eternamente en los buenos momentos que tuvo con Jimin, quería volver en el tiempo para que las cosas se construyeran de buena forma, quería estar tanto con Jimin. Se desbordó llorando mientras reproducía un video donde Jimin reía a la cámara.

Le dolía.

Le desgastaba.

Eran muchos recuerdos golpeados con emociones, limpio las lágrimas de sus ojos y se sentó apoyando su espalda contra la pared, decidido a borrar todo rastro de un pasado nunca contado.

Seleccionó muchos de los archivos, sorprendiéndose de la gran cantidad de ellos, apretó el botón de borrar y con unas cuantas lágrimas rodando por su rostro las borró.

Sería fácil si así funcionara todo, que con un botón pudieses borrar todos los sentimientos acumulados por alguien, sin que duela, sin tener que pasar por el camino largo.

Pero no era así, Jungkook no podría olvidar todo lo que siente al presionar un botón, lo único que podría hacer era recorrer el camino largo. Ir paso tras paso.

Esperando olvidar.

O enterrar el latido hasta que deje de ser escuchado.

Hasta que el latido deje de hacer un eco en la enorme habitación, hasta que ningún recuerdo hable en su cabeza, hasta que la culpa deje de carcomerle.

La culpa de haber rechazado todo lo que Jungkook le había ofrecido.

Tirado en su cama viendo al techo y escuchando las canciones que alguna vez canto con Jungkook; queriendo que los recuerdos dejen de moverse en su ojos, que la melodiosa voz de Jungkook deje de resonar.

También quería enterrar el latido.

Pero era incluso más difícil para él, ya que Jimin no había hecho nada más que huir, no había puesto ni un grano de consideración para Jungkook. Siempre corriendo hasta que se tropezó y raspó sus rodillas.

Tal vez con el tiempo, se olvidaría que alguna vez escucho el latir de su corazón pensando en alguien.

Después de todo, pronto serían los exámenes para el ingreso a la universidad, al aprobar el de Seul podría irse allá, dejando atrás todo el recuerdo de su primer amor, dejándolo en la carretera podría moverse de ese dolor que él mismo se había hecho.

Ambos querían enterrar ese latido o simplemente esperaban que el latido de su corazón dejara de sonar contra sus oídos.

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este viernes el au se acaba 😀

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