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Realmente le molestaba esperar, él era puntal, siempre llegaba a los lugares en la hora que se lo pedían, esperaba por lo menos que los demás hicieran lo mismo.
Pero no.
Casi siempre tenía que esperar a que sus amigos decidieran aparecerse, se había acostumbrado, sin embargo las buenas costumbres jamás se olvidan.
Probablemente Jungkook se había dormido o había olvidado que tenían que salir, mayormente pasaba eso.
Subía por las escaleras creando todos los regaños que tiraría al ver a Jungkook, ensayaba que le iba a decir, tal vez un poco de lo irresponsable y lo "me importa una mierda todo" que es.
El edificio en el que vivía Jungkook tenía muchos pasillos, recuerda haberse perdido entre ellos la primera vez que lo fueron a visitar, ahora ya no le pasaba, se sabía de memoria el camino.
Pero algo frente a él le hizo creer que había olvidado el camino. Se sentía perdido y confundido al ver lo que estaba enfrente.
Nada le había preparado para ver a Yoongi besándose con Jungkook.
Se quedó en su lugar petrificado mientras veía boquiabierto como Yoongi envolvía sus brazos en el cuello de Jungkook para besarlo mientras se paraba de puntitas, desde su lugar podía ver la sonrisa de Jungkook en medio de aquel beso.
—N-no, me tengo que ir.—Dijo Yoongi empujando a Jungkook.
—Como tú digas.—Jungkook sonrió.
—Fue la última vez.—Agregó Yoongi peinando sus cabellos y arreglando su camisa.
—Como tú digas.—Asintió mientras encendía un cigarro.—Siempre dices lo mismo pero terminas volviendo.
—Adiós.—Se volteó.
Taehyung entró en pánico pero rápidamente actuó y se escondió en otro pasillo, esperando a que la puerta de Jungkook se cerrara y que Yoongi desapareciera.
La sensación de enojo subió por todo su cuerpo, pero no debería, no debería de sorprenderle haber visto eso.
Jungkook siempre era así.
Le importaba una mierda los demás, solo actuaba conforme a lo que a él daba la gana. Ya había sido una vez en la que se metió con la pareja de uno de sus amigos, quien una vez lanza la piedra siempre vuelve a hacerlo.
No podían confiar en él, porque no había nadie en el mundo que le importara.
Espero unos minutos y fue hacia la puerta de Jungkook, tocó un par de veces hasta que le abrió la puerta. Jungkook aún tenía el torso desnudó y el cigarro entre sus labios, pequeñas marcas de chupetones se empezaban a formar en su pecho. Podría decirse que aquello le molestó pero lo que le sacó de sus casillas fue ver la sonrisa de Jungkook.
No había siquiera rastros de culpa en su rostro. No había remordimiento.
No había rastro de sentirse como una mierda después de meterse con la pareja de uno de sus amigos.
No había arrepentimiento de haberse metido con el mejor amigo de la "disque" persona que quería.
—Tae.—Saludó.—¿Qué haces aquí?
—Teníamos que salir ¿No lo recuerdas?—Rodó los ojos.
—Oh, cierto, mierda.—Entró a su departamento hurgando entre las sabanas desordenadas tirada en el piso y sacó una polera dentro de ellas.—Espérame aquí me lavare la cara e iremos.
—Todo te importa una mierda.
—¿Qué?—Preguntó con el ceño fruncido.
—Que todo te importa una mierda. Nadie que no seas tú te importa ¿No?
—¿A qué te refieres?
—A todo. Nada ni nadie te importa.
—Eso no es cierto.
—Si claro, Jungkook.
—Ustedes me importan.—Se defendió, totalmente herido.
—Si, claro.—Rodó los ojos soltando una risa.—Si te importáramos siquiera un poco podrías recordar los planes que hacemos o por lo menos podrías programar tus polvos para otro día.
—¿Polvos?
—¿Sabes qué? Déjalo, puedo ir con Seokjin o con alguien más.
—No no, te lo prometí, vamos los dos.
—La cita en el salón de tatuajes era hace media hora, nos programarán para otro día.
—Lo siento.—Rascó su nuca.—Yo...te lo recompensaré.
—Déjalo. Nos vemos luego.—Hablo metiendo sus manos en el bolsillo.
Yéndose sin dejar que Jungkook dijera algo. Nada que saliera de su boca le haría cambiar su visión de él, hoy la había plasmado eternamente así.
Jungkook era alguien a quien todo le importaba una mierda.
No iba a desgastarse al estar a su alrededor.
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